/*Gran parte de los siguientes párrafos tienen referencia a "La dama de las camelias". */

Nota: No tome la forma que tiene la obra, pero tome muchas ideas.

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– Las cosas... hubieran podido suceder de cualquier otra manera. Pero sucedieron así.

– Aiz, una chica que jamás pensó que podría tener un encuentro amoroso con alguien, tenia a la persona que ella amaba delante. No pensó que de verdad las cosas estuvieran de nuevo tras su puerta. –

– Bell la encontró y la tomó. Se arrodillo y se disculpó. Le soltó un montón de cosas, mas de lo que ella pensaría que fuera capaz de decir. Mientras esperaba que el se tranquilice, ella le tenia apoyada su cabeza entre sus piernas. –

"Bell, esta bien", le dijo. Le acaricio el cabello, y le dio su mano para levantarse. Apenas se levantó, le seco las lágrimas, y luego le arreglo el cuello de la camisa. –

– El fue directo hacia ella, y ella, aunque algo sorprendida, lo recibió. Él la besó. Aiz recordó que una chica que caía así de rápido era llamada chica fácil, pero no le importaba. Lo había echado mucho de menos, y solo pensó en lo bien que se sentía estar de nuevo junto a él. –

–Sus dedos se deslizaron hacia él, y nunca pensó que podría convertirse en la dama, tomandolo de cuello mientras el continúa besándola. Pero luego, Bell se separo de ella. Aunque Aiz quiso protestar, no hiso nada para detenerlo. –

"Deseaba tanto esto", le dijo él, su mirada llena de deseo.

"Y-yo también", respondió inmediatamente Aiz. Pensando que no quería dejarlo ir, y pensar que todo el tiempo fue un sueño, y que realmente nada de eso haya pasado. –

"¿Tienes ganas de comer algo, Aiz?".

"¿Comer?".

"Me creerás un tonto, pero tengo miedo de dejarte ahora mismo. Miedo de que todo esto no sea real".

"Y-Bell.... yo... siento.... igual. No quiero separarme.... de ti".

"A-iz. ¡Vallamos... vallamos a comer algo!".

"Vale..."

*Mirando desde la distancia* /Hestia: esto ta bien, definitivamente no acabara en un pronunciado enfrentamiento. Si Aiz ta e nuestro lao, podremos salir muy fácil de esta.

– En el camino, tomados de la mano, Bell invito a Aiz algo por el camino. Riéndose. Aiz se divertía por Bell que compraba cualquier cosa por el camino. Estaba seguro que él aun estaba incomodo, pero no tenia que hacer nada. Dicen que los hombres deben de hacer, lo que deben hacer. Aunque ella no entendía exactamente que debía hacer. –

– La gente los miraba, y se sentía algo avergonzada. Sin embargo, Bell parecía contento, y ella también. Eso era suficiente.

– Tomaron la primera calle que vieron, y siguieron el camino, y luego entraron a una pequeña cafetería. Ahí sentados, se dio cuenta de lo inquieto que estaba él aún. No era que ella no estuviera totalmente tranquila estando frente a él, pero podía mantenerse bastante bien gracias a que él parecía mucho mas afectado por su presencia ahora mismo.

– No sabía lo que empezó a hacer de pronto. Una vez había visto a una pareja hacer algo parecido, así que solo se dejo llevar. Uso la palma de su mano para tomarle su mejilla, y la respuesta de Bell fue girar hacia ella.

Entonces, ¡Ban! Cuando sus ojos se toparon con las de ella, sintió que toda ella se ponía inquieta. No podía mantener su mirada en él, y la desvió.

"Bell, tú me afectas mucho", le dijo Aiz, tomando su mano, y escapando de su mirada.

"Lo siento", dijo Bell, deseando que la comida llegara. – "Aunque yo te invite, realmente no puedo. ¡Me siento tan avergonzado Aiz!".

"Oh", las cosas estaban sucediendo. Mas o menos, como lo había imaginado.

Ya que no había otra cosa que decir, ella le menciono sobre el tiempo que no lo vio. El rápidamente le dijo sobre lo que se le ocurrió en el momento.

Luego Aiz le dijo que Hestia había hablado con ella, mencionando sobre la razón por la cual él se había alejado de ella.

Bell no se lo negó. De verdad esa era la razón, pero para ella, aquello era una tontería, y le dijo que no quería que pensara así otra vez.

– La comida llego poco después, Bell se la ofreció a Aiz, y luego de la cena la mayor parte de la tensión entre ellos se fue. Sin embargo, esa no era la razón tras su encuentro con Aiz.

– Ya decidido, Bell llevo a Aiz a algún lugar vacio, fuera de las luces, para hablar con ella.

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