Parte 18.
Para cuando Bell llego a la casa, Hestia asustada le dijo.
"Bell-kun, se ha es...escapao".
"¿Qué? ¿Quién?"
"¡Wuiene-kun a salido de la casa!".
"¿Wiene? No puede ser, me voy".
"No dejes que la toquen".
Bell desapareció. Al instante siguiente, apareció sobre un punto alto buscando a Wiene. No pudo ir tan lejos, pensó. Wiene tenía que estar cerca, lo tenia que estar, seguro. Tal vez fue su suerte, pero la vio caminando entre la multitud, con una capucha encima. Lo que la hizo diferenciarla fue sus pasos tambaleantes, y su pequeña estatura, y además, suerte, mucha de ella.
Dio un salto, como disparado de un punto hacia otro. Mientras su cuerpo era impulsado, vio como ella se detuvo, y miro como estaba viendo hacia "alli". Una caja que se movia ligeramente, y como ella se estaba preparando para abalanzarse.
"Eso no es bueno", dijo él. Sudando de la tensión. Piso algún punto en algún tejado, y con toda su fuerza creo que una velocidad absurda, eliminando los más de 100 metros de distancia entre ella y él. La tomo de la cintura, y luego apoyándose apenas en el suelo, salto hasta el otro lado tomando a la niña en peligro.
Para cuando las cajas cayeron al piso, la gente ya estaba diciendo, "Woaaa el pequeño novato que genial".
Con eso Bell evito que Wiene fuera descubierta. Poco después Bell la regaño ligeramente en la iglesia abandonada donde la llevo momentáneamente.
Lili y Hestia, preocupadas rondaban la entrada, aunque Welf las vigilaba para que no hicieran algo extraño como gritar el nombre de Bell a los cuatro vientos.
A la mañana siguiente, Bell llego con Wiene, extrañamente timida hacia el resto de la familia. Aunque Bell sabia como estaban las cosas ahora luego de lo que dijo Lili, dijo que necesitaba tiempo solo y que cuidaran de Wiene sin asustarla. Con una mirada un poco fría y distante. Fue a hablar con Eina, sobre algunas cosas como sobre esa misión que habían aceptado con Mikoto hace un tiempo ya, hasta tomar un poco de información sobre las Vuivres, desviando el tema poco a poco.
Fue capaz de obtener algo más de información, y sabiendo de alguna manera de que las cosas empeorarían decidió entrar en el dungeon.
Para hacer las cosas más complicadas para él, decidió no usar armas y desarmarse, aunque llevo algunas pasiones por precaución.
Mientras tanto la familia Loki había consolidado la idea de que había una segunda entrada a la mazmorra, pero no había de donde empezar.
Casi al mismo tiempo, Ouranos le envio una misión a la familia Hestia, donde decían, que debían llegar a Wiene a los pisos inferiores.
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