『Eᴘɪ́ʟᴏɢᴏ』
El tiempo pasa y pasa sin detenerse, y aunque con ello vienen los cambios, tanto en la vida en general como en cada individuo, siempre hay elementos que perduran.
Tal es el caso de aquel grupo de once amigos.
Con el paso de los años llegaron a ser doce con la pareja de JaeSang, pero siempre estuvieron unidos incluso si sus vidas habían tomado rumbos diferentes.
Siempre encontraban la manera de estar los unos para los otros y de reunirse de entre dos y tres veces en el año, como aquel día.
En su primera reunión anual, habían rentado una enorme casa en la playa, pero aún así estaban algo cortos de espacio pues ya la pandilla tenía nuevos miembros, los más pequeños, y estos no estaban ayudando mucho en el acomodo del lugar.
-¡JongSan!
-¿¡Qué!?
-Tú, no, tío ¡Mi hijo!-los gritos de HanEul se escuchaban fuertes y claros por detrás de la puerta.
-¡JungKook!-ahora el grito era de ShuHua-¡Perdí a YeNa!
-Pero yo estoy aquí, mamá-se defendió una de las gemelas.
-¡Es YuRi la que está conmigo!-JungKook se hizo notar-¡Aún no me creo que luego de siete años con ellas aún no sepas reconocer a tus propias hijas!
-¡Pff! Eso es de viejos, ShuHua-se burlaba JaeHo.
-¡Yah! Deja a mi prima tranquila, cara de tabla-siempre a la defensa salía SunHee.
Fuera de aquella habitación iluminada únicamente por la luz de la mesita de noche que reflejaba en la pared toda una galaxia, el mundo parecía caerse, pero la familia Kim apenas había comenzado a quejarse en ese instante.
Acostada sobre la espalda desnuda de su esposo, Kim Angely removía cabeza y restregaba sus cabellos, nuevamente castaños y cortos, en la cara de Kim TaeHyung, provocando que este los soplara para intentar apartarlos. Del otro lado de la cama estaban Kin SeokJin y Kim NamJoon, el par de hermanos cuya diferencia era de tres años apenas, teniendo SeokJin siete y NamJoon cuatro; ellos sentían el ruido, pero no hacían más que abrazarse el uno al otro y acomodarse para seguir durmiendo.
Angely fue la primera en levantarse y sentarse sobre el colchón, siendo seguida de TaeHyung, ambos compartiendo una risueña mueca.
-Deberíamos hacerles saber que nuestra familia sí duerme-comentó el muchacho, cuyos cabellos azules estaban completamente despeinados.
-De todas formas nos teníamos que levantar-la joven se encogió de hombros, inclinándose hacia su esposo, regalándole un suave beso-. A menos que te hayas arrepentido de tu plan y...
-Eso ni pensarlo.
Entre suaves risillas, despertaron a sus retoños, ignorando sus quejas de querer seguir durmiendo, y salieron sigilosamente de la habitación que se les había asignado en esa casa.
En la cocina estaban el resto de sus amigos y sobrinos, armando un gran escándalo pues al parecer JongSan y YeNa habían roto unos adornos, pero querían culpar a MinJi (el hijo de diez años de YoonGi y JiMin) a modo de venganza pues habían sido víctimas de sus pistolas de agua y dardos de plástico, pero el niño mayor se estaba defendiendo con las garras y colmillos afilados. Era todo un desastre porque los adultos no sabían cómo calmar a aquel trío que soltaba defensas y excusas de un lado a otro, y sólo estaban siendo espectadores.
Era el momento idóneo de los Kim para salir de allí sin ser descubiertos, así que pudieron escabullirse sin problemas a la playa.
Eran casi las diez de la noche, pero TaeHyung nunca desaprovechaba la oportunidad de cumplir su promesa de hacerle saber a su esposa y ahora a su hijos lo bien que se sentía la playa a esas horas.
Era noche de Luna llena y la misma brillaba hermosamente alumbrando la arena y el mar de calmadas aguas.
-¡Woah!¡Lindo!¡Lindo!-aplaudía NamJoon quien, una vez fue dejado en el suelo junto a SeokJin, tomó la mano de su hermano y lo hizo correr con él hacia la orilla.
TaeHyung y Angely no se preocupaban mucho pues les habían enseñado que aún eran nuy pequeños para ir más allá se la orilla sin compañía y ellos lo entendían a la perfección.
-Anda. Vamos nosotros también-animó el peliazul con una enorme sonrisa y la castaña le devolvió el gesto antes de quitarse la ropa y sólo quedar en su bikini blanco.
Con una mirada cómplice, la pareja corrió hacia sus hijos y los alzaron sobre sus hombros, provocando las incesantes risas de los cuatro.
-¡Sí!¡Pelea a caballito!-reía SeokJin sobre los hombros de su madre.
-¡Tenemos que ganar ahora, papá!-brincaba NamJoon en los hombros de TaeHyung.
Ambos adultos comenzaban a mirarse retadoramente mientras avanzaban lo suficiente dentro del agua.
La pelea comenzó, la familia Kim forcejeando entre risas siendo salpicados por la fría agua salada y apostando.
-¡Si ganamos papá y yo, quiero una bicicleta!-exclamaba NamJoon.
TaeHyung y Angely se miraron con dudas pues no sabían de aquel deseo del menor de sus hijos.
-¡Si ganamos mamá y yo, quiero una hermanita para poder peinarla!
Con sólo ese dicho de SeokJin, su propia madre lo lanzó hacia atrás bajo las constantes risas de su padre y hermano.
-¡Yah!¡Mamá!-se quejó, sacando la cabeza del agua que le llegaba poco más debajo de los hombros.
-¿Qué?-rió la susodicha-. No te puedo dar esa hermanita que quieres ¿Acaso no tienes suficiente con tus primas? ¡Me puedes peinar a mí, o a tu padre que ahora le ha dado por dejarse el cabello crecer!
-Pero...
-¡Ganamos, papi!¡Ganamos!-el berrinche de uno fue callado por la celebración del otro, que con ayuda de TaeHyung bajaba de sus hombros y se quedaba flotando en el agua como tanto le gustaba pues sus pies casi no tocaban la arena-. Ahora me pueden comprar mi bicicleta.
-Eso debemos verlo, campeón-rió el peliazul-. Primero debes llegar a casa sin quejas de tu profesora.
-¡Pero no es mi culpa que se me caigan las cosas y ella se moleste!
-Pero hace una semana ambos se metieron en problemas por golpear a un compañero-Angely se cruzó de brazos y sus hijos se abrazaron, siendo SeokJin quien cargaba a NamJoon.
-Es que se quería comer mis golosinas-se excusó el mayor y sus padres le regalaron una incrédula mirada.
Sin embrago, no pudieron decir nada más pues una fogata se encendió en la orilla, llamándoles la atención y delatando la presencia del resto de la familia en la arena.
-¡Oigan, pescados, vinimos a hacerles compañía esta vez!-gritó JaeBum.
-¡Apúrense!-animó YuRi-¡Vamos a hacer una pijamada en la playa!
-¡Síii!¡Ya vamos!
-¡Con cuidado!
Esa fue la advertencia que le dijeron la castaña y el peliazul a sus retoños, que habían comenzado a nadar para unirse con el resto, pues ellos pensaban quedarse por allí un rato más.
Tomados de la mano, caminaron un poco más dentro del mar y estando en un punto donde casi Angely no podía estar ni de puntillas, se trepó a la cintura de TaeHyung, abrazándose a su cuello y él a sus caderas.
Con sus frentes unidas, se quedaron disfrutando del momento mientras hablaban en suaves murmullos de cualquier tema que les viniera a la cabeza.
-Oye, tengo que confesarte algo-las palabras de su esposo la hicieron enarcar una ceja-, jamás pensé que tenías un consolador cuando nos conocimos, ni que se te había roto poco tiempo antes de que estuviéramos juntos.
Por unos segundos Angely sólo lo miraba, y el joven ya comenzaba a acobardarse de lo que había dicho.
-¿Leíste a YuQi, Kim TaeHyung?
Se había expuesto él solo por su lengua suelta, y no veía cómo salir de aquella situación sin cagarla más.
-Es un nombre muy lindo ¿no?-rió con notables nervios-¿No te gustaría tener una niña y ponerle ese nombre?¿No sería bonito?
Pero la cara de póker de Angely lo hizo callar.
-Cien cupcakes-murmuró, intentando que sus ojos transmitieran el mensaje como amenaza-. Quiero cien cupcakes mañana y te perdono.
Asintiendo frenéticamente, TaeHyung depositaba cortos besos por todo el rostro de su esposa.
-Sí, sí. Lo que mi reina diga.
Sólo entonces se quedaron en completo silencio, más no duró mucho antes de que rompieran en carcajadas.
Definitivamente, los planes de Angely habían resultado exitosamente.
-Estrellita, ya que hablamos de YuQi...¿Qué te parece si aplicamos la técnica de los planes con nuestro par de tornados?
-¡Es una buena idea!¡Así dejan de ser unos perezosos como su padre!
-¡Yah!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top