Se podía ver a un pequeño niño de 9 años junto a sus padres; Alan y Katherine en un viaje a una playa escondida a medio sector de un bosque, sin embargo; muy linda.

Edgar: mamá, ¿Ya llegamos?

Katherine: ya casi, sólo unas horas más y estaremos disfrutando del agua en la playa escondida

Alan: ¡Así es Edgar! Llegaremos dentro de poco, más concretamente, 6 horas

Edgar: joder, si ya llavamos 2 días en el camino

Katherine: pero la espera valdrá la pena, dicen que el lugar tiene una muy hermosa vista desde arriba y que cuenta con cascadas

Edgar: supongo que sí...

Alan: ¿Qué pasa? ¿No te entuciasma visitar un lugar hermoso?

Edgar: Sí, pero no sé si de verdad o valga, porque voy a perder 3 semanas de clase

Katherine: pero tampoco podíamos dejarte solo 3 semanas

Edgar: lo sé, pero hubiese preferido estudiar

Alan: ¿Y perderte la maravilla que vamos a visitar?

Edgar: bueno, eso sí, son muy buenos en esa técnica del convencimiento, deberían enseñármela

Katherine: no lo dudes hijito, cuando tengas 16 lo haremos

Alan: claro, te enseñaremos todo acerca de ello

Edgar: espera papá, ¿No tenías la mirada en la carretera?

Alan: ¿Qué tanto puede pasar en una carretera casi vacía? ¿Qué tanto pasará si no hay casi nada?

Edgar: tú mismo lo dijiste, casi nada, viene un camión de carga directamente a nosotros... *asustado*.

Alan: espera ¿Qué?

Alan giró el volante tan bruscamente que en tanto dió vuelta perdió totalmente el control del auto, haciendo que éste se vuelque y ruede un rato hasta detenerse. Para Edgar todo fue muy rápido, al acabar tal acontecimiento, el niño y su madre quedaron aturdidos por el impacto.

Katherine: uhhh... ¿Qué... Pasó? *aturdida*

Edgar: mamá, ¿estás bien?

Katherine: s-s-sí, sólo un poco aturdida, es todo...

Edgar: *mira a Alan*. Madre, hagas lo que hagas, no voltées con papá

Katherine: *se voltea con Alan*. ¿Por qué lo dice-e-e-e-...

Edgar: y te lo dije... *se palmea la cara*.

Alan estaba muy herido, en el impacto se había partido la cabeza.

Katherine: Alan...

Alan: ... Adiós... *muere*

Edgar: ya no importa mamá, él está prácticamente muerto...

Katherine: ... *llorando en silencio*.

Edgar: ven mamá, te ayudaré a salir...

Katherine: no, déjame aquí, quiero morir con él... *llorando*.

Edgar: no mamá, piensa en tu hijo

Katherine: cierto... No vale la pena matarse por irse con quien más amas, sigo teniendo propósito...

Edgar: así se habla mamá... *rompiendo el cinturón de seguridad*.

-Después de que Edgar haya sacado a Katherine del auto-

Katerine: aunque aún quiera irme con él, tú eres mi única razón de vida... *lo abraza*.

Edgar: *corresponde*. Gracias por ser mi madre...

Kathrrine: sé que no debería hacer esto, pero... *lo besa en los labios*.

Edgar: *se aparta bruscamente*. Mamá, ¿¡Qué haces!?

Kathrine: sólo le doy afecto a mi hijo

Edgar: ...

Kathrine: ¿Pasa algo?

Edgar: no, nada... *pensando*. (Aunque la verdad sí me gustó, pero no puedo creer que mi propia madre me quitó mi primer beso)

Kathrine: ¿Vamos a casa?

Edgar: vámos

Y así, el pequqeño de nueve y su madre emprendieron un viaje de regreso a casa.

Espero de corazón hayan disfrutado este capítulo extra de la historia, así que sin más, me despido.

Esto lo escribí ayer en mi libreta durante la noche