Capítulo 22: Mi pieza
[Jungkook]
Jimin y estábamos terminando de poner la mesa cuando llamaron al timbre. Hope aún seguía en la cocina, dando unos últimos toques a la mesa, por lo que fue Jimin quien se dirigió a la puerta. A los pocos minutos volvió acompañado de un castaño de ojos risueños y sonrisa rectangular.
- ¡Huele genial~! ¿Está cocinando Jin? –El recién llegado me revolvió el cabello como saludo y fue directo a la cocina. Aún estando en salas diferentes podía oír su voz a la perfección. -¡Hobiiiii! ¿Y Jin? ¡¿Estás cocinando tú solo?! ¡Imposibl...auch!
Rodé los ojos y terminé de poner los vasos, haciendo oídos sordos a la conversación que me llegaba tras las paredes. Pronto se nos unió Suga, haciendo que los únicos que faltaran por llegar fueran la pareja de universitarios. Algo me decía que la razón por la cual se demoraban tanto no era un pequeño atasco en la carretera, como había explicado Jin por mensaje. Finalmente –una vez ya estábamos todos sentados, listos para empezar la cena –llegaron, y en esta ocasión me tocó a mí ir a abrir. Desbloqueé el telefonillo y esperé tras la puerta a que llegasen.
- ¡Te dije que íbamos a llegar tarde!
- Ni que yo hubiera tenido toda la culpa –se escucharon unas risas por lo bajo.
- ¡Eres idi...Oh. Hola Jungkook.
Jin soltó el brazo de Namjoon y se recompuso, mostrando una agradable sonrisa. La conversación que acababa de escuchar tras la puerta había confirmado por completo mis sospechas.
- Par de pervertidos... -susurré en voz baja a sus espaldas. Jin no pareció oírme, pero Namjoon me miró y se encogió de hombros con una sonrisa mientras seguía el paso a su novio. Negué varias veces con la cabeza y me dirigí con ellos al salón, donde todos nos esperaban para comenzar a cenar.
- Sentimos la tardanza – Se disculpó Jin nada más entrar, haciendo presión en la espalda de su novio para que este también se inclinara levemente. –Namjoon se perdió con el coche.
- ¿No dijisteis que había atasco en la carretera, hyung? –inquirió Jimin a la vez que extendía la silla libre que había junto a él para que yo tomara asiento.
- E-eh... sí, también. Pasaron muchas cosas.
- Y tantas...
- ¡Namjoon! –Jin golpeó levemente el hombro del mencionado y seguidamente disimuló forzando de nuevo una encantadora sonrisa.
- ¿Ves cómo si tuvieron un atasco? –Tae me miró y luego sonrió a Jin. –Hyung, Jungkook me dijo que eso era una excusa y en realidad "Rapmon hyung te estaba dando duro contra cada pared del cuarto". Dijo exactamente eso.
- ¡Jeon Jungkook! – Está vez era a mí a quien Jin fulminaba con la mirada.
La mayoría estallaron en risas mientras yo clavaba mi vista en el plato, rezando para que Jin no me matara ahí mismo. Después de ese vergonzoso momento proseguimos con la cena, la cual no tardó en obtener multitud de cumplidos y halagos. A decir verdad Hoseok no era nada malo en la cocina, quizás hasta podría compararse con Jin, claro que eso no lo diría ninguno jamás si quería conservar su vida.
Conversamos sobre la academia de baile de Hoseok, y es que el bailarín no había tardado ni dos semanas en tener toda la agenda llena de aprendices encantados con las habilidades de su profesor. En ocasiones Jimin también pasaba por allí y se unía a dar alguna clase, a las cuales yo no faltaba nunca. Por raro que sonase estaba comenzando a cogerle gusto a eso del baile, y no era por ser egocéntrico, pero no parecía dárseme nada mal.
También hablamos sobre el viaje a África, el cual quizás aplazaríamos un año para poder conseguir el dinero suficiente sin prisas. Suga y Rapmon contaron varios proyectos y mixtapes que tenían en mente, pero terminaron rápidamente la conversación cuando Tae mencionó a Zico. Sí, el hermanastro de Rapmon, quien parecía que mantenía ahora una especie de ralación con Suga... o algo así. El caso es que al rubio seguía incomodándole que su hermanastro y su mejor amigo estuvieran juntos, y cada vez que salía el tema se trababa, fruncía el ceño y apresuraba a cambiar de asunto. En realidad era bastante gracioso verlo.
Terminamos de cenar y empezamos a recoger la mesa. Suga se fue inmediatamente al recibir una llamada de Zico, quien le esperaba en el portal de fuera. De nuevo Rapmon puso una expresión que causo risa a la gran mayoría, terminando por soltar un bufido. Jin le abrazó y dejó un beso en la mejilla, consolándole levemente.
"Y luego dicen que el niño pequeño soy yo..."
Pasamos hablando la siguiente hora, hasta que se hizo tarde y la pareja de mayores decidieron marcharse. Tae y yo nos pensábamos quedar a dormir esa noche en la casa, así que por nosotros no había problema. Nos despedimos y volvimos de nuevo al salón, el cual estaba perfectamente recogido gracias a las órdenes de Jin. En serio, debería llevarlo a mi casa, seguro que a mis padres les caería genial.
Tae y yo nos tumbamos en el sofá, estirados por completo, aunque seguidamente tuvimos que hacer sitio a Jimin y Hope, o bueno, "yo" tuve que hacer sitio, ya que el castaño se dedicó a tumbarse prácticamente sobre nosotros tres.
- Wahhhhh~ –Tae bostezó y estiró sus brazos, golpeándome levemente en la cara. Ignoró mi quejido y se incorporó para agarrar a su novio del brazo. –Hobi, vamos ya a la cama...-balbuceó el castaño haciendo un puchero a su mayor.
- ¿Esta vez no quieres que durmamos todos juntos? Como la fiesta de pijamas del viaje –me burlé sonriente. Pero para mi sorpresa Tae no me miró molesto, tan solo se apresuró a negar, haciendo que su flequillo se zarandease de un lado a otro.
- Hoy no. Es que esta noche quiero tener sexo con Hobi.
Me quedé mudo con su respuesta, sin ser capaz de reaccionar. En serio, aún no me acostumbraba a escuchar esa clase de cosas saliendo de la inocente e ingenua boca de mi amigo. Por el contrario Jimin estalló en risas.
- Ya habéis oído a Tae, es tarde. Todos a dormir. –Hoseok se apresuró a levantarse y levantarnos a todos del sofá. Seguidamente no tardó ni un segundo en agarrar de la mano a Taehyung y llevarlo a la habitación, cerrando la puerta tras de sí, aunque no sin antes susurrar un "Buenasnochesquedurmáisbienadiós". Ash, otro pervertido que añadir a la lista. Y hablando de pervertidos...
- Vámonos nosotros también – Jimin se estiró, haciendo crujir ligeramente los huesos de su espalda y cuello y se revolvió el pelo.- Tengo que enseñarte algo.
- Jimin...
- No es lo que piensas, Kookie... -sonrió y me agarró de la mano, abandonando el salón y adentrándome en su cuarto, apagando las luces a nuestras espaldas. Una vez dentro y con la puerta cerrada encendió la lamparita de mesa.- Cierra los ojos.
- ¿Eh? ¿Por qué? Además, si de por sí ya casi no hay luz...- Jimin rodó los ojos y yo suspiré, terminando por seguir sus palabras.- Está bien, ya está, cerrados. ¿Contento?
- Estate así hasta que yo te diga...-Noté como me guiaba hasta la cama y sentaba en ella, cubriéndome los ojos con una mano por si pensaba abrirlos. Cuando me soltó volvió a advertirme.- No los abras aún, ¿entendido?
- Que si pesado, no los abro. – Escuché como se alejaba y comenzaba a revolver en un cajón. Solo podía escuchar, mi vista estaba cubierta por una inmensidad negra. ¿Qué narices estaba haciendo el enano? –Te aseguro que como estés pensando hacerme una de tus bromas degeneradas, te la ganas, Jimin.
- Que... que no es eso...
- Ni esposas ni nada.
- Deja de pensar en cosas pervertidas, Jungkookie –respondió entre risas, avergonzándome aún más. Seguro que mis mejillas estabas completamente rojas, aunque obviamente no podía comprobarlo al tener los ojos cerrados.
Antes de que pudiera quejarme, escuché como volvía a acercarse, deteniendo sus pasos frente a mí. El silencio volvió a inundar la habitación, aumentando mi nerviosismo y curiosidad por saber que tramaba el moreno.
- Dame tu mano
- Ji-Jimin...
- Ahs, te prometo que no es nada guarro. En serio.
Asentí y extendí mi mano, abriéndola. En ese instante noté como él colocaba la suya, cubriendo la mía, y cuando quise darme cuenta la apartó, dejando en su lugar un tacto diferente. Como el de un pequeño objeto de madera.
- Ya puedes abrirlos – me informó en voz baja.
Inmediatamente lo hice, encontrándome con una pequeña figura de madera reposando en el centro de mi mano. Era ligera y delicada.
- Una... ¿pieza de puzzle?
Ladeé la cabeza confundido. Jimin se agachó, colocándose a mi altura, y esbozo una leve sonrisa. De alguna forma solo con ese gesto mi corazón dio un vuelco.
- No es una pieza cualquiera, Jungkookie... -Extendió su otra mano y me mostró otro llavero, aunque este era diferente.
También estaba hecho de madera, pero a diferencia del mío, el cual era solo una pequeña pieza, el suyo constaba de dos más, encajadas a la perfección, pegadas entre sí. Su llavero era un puzzle de cuatro piezas al cual le faltaba la cuarta.
- Tu pieza –tomó de mi mano el pequeño llavero que me había regalado y lo acercó al suyo.- Complementa a las mías.
Me quedé en silencio cuando los hizo unir frente a mis ojos. Efectivamente su puzzle se completó con mi pieza, aunque eso no era ninguna sorpresa para mí. Aún así de alguna forma las palabras seguían sin salirme, y de un momento a otro las mejillas comenzaron a humedecérseme. "Genial Jungkook, llorando de nuevo. Pareces un niño pequeño"
- ¿Es esto una metáfora? – me atreví a preguntar antes de que Jimin pudiera decir nada. Él limpió mi mejilla y volvió a sonreír dulcemente.
- ¿Tú qué crees?
"Que sí"
Volví a quedarme en silencio, observando el pequeño llavero que seguía reposado en mi palma. De alguna forma ese pequeño trozo de madera significaba un mundo para mí en ese momento.
- ¿Esas lágrimas son de lo mucho que me quieres? – está vez fue Jimin quien rompió el silencio con su pregunta.
- ¿Tú qué crees?
Y su risa fue lo último que escuché antes de que apagara la pequeña lamparita, cubriéndonos por la agradable oscuridad de la noche.
- Que sí.
____________________________Final, y esta vez de verdad____________________________
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