Capítulo 16: Flores


[Hoseok]

El cerrojo de la puerta sonó, indicando que alguien acababa de llegar a casa. Supuse que era Jimin, pues a estas horas solía volver de sus clases. Fui a la entrada para recibirle e informarle de que tenía planes con Taehyung y por lo tanto no comería con él, pero cuán fue mi sorpresa al verle entrar cogido de la mano de Jungkook. Bueno, cogido de la mano no, más bien arrastrándole de la muñeca.

- ¿Qué hace Jungkook aquí? – pregunté extrañado sin apartar la vista de la inesperada escena.

- Tenemos que hacer un trabajo – respondió cortante Jimin sin soltar al menor.

- ¿Qué dices? No tenemos que hacer ningú...

Antes de que Jungkook pudiera terminar la frase, Jimin le empujó a dentro de su cuarto y cerró la puerta. Levanté una ceja, aún impactado por la situación, y me encogí de hombros. Esos dos eran demasiado problemáticos para mí.

- Jimin, yo me voy que he quedado con Taehyung. Te dejé una olla con ramen en la mesa.

Eso lo dije desde el otro extremo de la puerta, pues prefería no arriesgarme a abrirla y encontrarme una imagen de ellos dos demasiada... "íntima", por decirlo de alguna forma. Desde hacía tiempo yo sabía que tenían algo, que a pesar de todo se seguían gustando, y que en algún momento tendrían que remediar esos problemas.

Suspiré y salí de casa en busca de Tae. Di varias vueltas a la manzana de su casa y me fume un cigarro antes de llamar – sí, ese hábito seguía conmigo, aunque ahora lo hacía con mucha menos frecuencia-.

<<Estoy en tu portal>>

En realidad llevaba varios minutos en él, pero prefería esperar y darle tiempo a que terminase de comer, pues a diferencia mía, Tae acababa de tener escuela hacía media hora. A pesar de todo, de inmediato mi móvil volvió a vibrar.

<<¡Ya bajo! (^.^)>>

Y efectivamente, a los segundos apareció un Taehyung bajando a toda prisa por las escaleras. Ni siquiera se había cambiado el uniforme de su escuela, probablemente porque no le dio tiempo. Tenía la mitad de la camisa fuera del pantalón y la otra mitad metida, y en lugar de la chaqueta llevaba un chubasquero amarillo con capucha, cosa que no entendía, teniendo en cuenta el soleado día que hacía.

- Acabo de terminar de comer – me informó sonriente cuando se acercó. Yo reí y asentí a la vez que le limpiaba con el dedo un poco de salsa que tenía en la comisura de su boca. Él, después de eso, instintivamente se relamió con la lengua. Era tan adorable que a veces me costaba creer que fuera de este mundo.

Subimos en la moto y nos pusimos en marcha. Él se recostó en mi espalda, como yo le había acostumbrado a hacer, y por un momento pensé que se había quedado dormido al llegar a destino y notar que seguía sin soltarme. Luego mis sospechas se vieron desmentidas al ver como el castaño se ponía en pie de un salto y deshacía de su casco, alborotando aún más su pelo.

- ¿Ya hemos llegado? ¿Dónde estamos? – Se giró, dándome la espalda y acercándose al muro de la entrada al lugar; comenzando a leer la placa que había junto a la verja.- Cementerio de Seúl...- ladeó la cabeza, confundido, y me miró.- ¿Cementerio de Seúl?

Asentí y terminé de guardar ambos cascos en el pequeño baúl trasero de la moto. Después agarré la mano de Tae, quien permanecía en silencio, y nos adentramos en el interior de aquel lugar repleto de lápidas.

Se sentía extraño estar ahí con alguien, siempre que había venido lo había hecho solo, es decir, que Taehyung era la primera persona con la que visitaba ese lugar. De alguna forma me sentía más seguro agarrado de su mano, más protegido, más apoyado. El dolor de otras veces casi no me invadía en esta ocasión.

Seguimos andando por los senderos de aquel lugar, los caminos que se abrían entre el reposo de aquellas personas convertidas ahora en recuerdo. Taehyung sujetaba con fuerza mi mano, y yo sabía de sobra que él era consciente de a dónde nos dirigíamos. Taehyung podía ser inocente, ingenuo y un pelín torpe, pero no tenía nada de tonto. Probablemente estaba nervioso, quizás tanto como yo. Por esa razón no soltamos nuestras manos ni siquiera al llegar a nuestro destino, las lápidas de mis padres.

- Hola papá. Hola mamá. –Sonreí e hice una pequeña reverencia a las piedras. Seguidamente señalé brevemente al castaño, quien estaba mordiéndose el labio inferior.- Este es el chico del que os hablé, Taehyung.

- Ho-hola, señor y señora Jung... - Dijo intentando afianzar su voz. De veras que se moría de nervios.- E-encantado...

Sonreí, observando las expresiones del menor. No sabíamos que decir, así que un incómodo silencio no tardó en invadirnos. Justo en ese momento recordé los pequeños ramos de flores que había olvidado en el baúl. Había traído varios, uno para mis padres y otros dos para mis abuelos.

- ¿Vienes conmigo o me esperas aquí? –pregunté antes de marchar hacia la salida.

- Yo... yo te espero aquí.

Sonreí y asentí, alejándome por el camino de piedra. Cuando llegué a la moto, saqué los ramos de flores, y decidí ir primero a la tumba de mis abuelos, ya que se encontraba bastante lejana a la de mis padres y no quería recorrer todo ese trayecto nuevamente con Taehyung. Así que eso hice. Fui, dejé las flores, intercambiándolas por las que tenían en ese momento, y me dirigí hacia Taehyung y la tumba de mis padres. De lejos aprecié como el moreno se encontraba sentado en el suelo, con las piernas cruzadas. Me acerqué sigilosamente por su espalda y detuve a unos pasos de distancia, lo suficientemente cerca como para oírle pero no ser descubierto. El castaño parecía bastante entretenido hablando. De hecho, si no fuera porque él era la única persona, podría jurar que mantenía una amena conversación con alguien.

- Es en serio, me cuida super bien... -parecía emocionado mientras hablaba.- siempre me defiende cuando hacen bromas sobre mí, y me dice que soy listo, y me regala dulces...¿Sabéis de esos que son como pelotitas de colores pero blandas? Pues esos me los compra cada vez que nos vemos. Él dice que lo hace por mí, pero siempre termina comiéndose la mitad de la bolsa. Es un glotón... -soltó unas risas antes de seguir con el discurso.- Y no sé si os lo habrá contado, ¡Pero es un rapero genial! Osea, obviamente destaca en el baile, porque Hobi es el mejor bailarín del mundo, pero hace poco tuvo un concierto y WOW... fue asombroso. Os juro que no podía quitar mis ojos de él...ash... es que es tan genial... estaríais muy orgullosos. Hobi es el mejor. –Volvió a detenerse unos segundos antes de seguir. Yo no podía moverme de lo impactado que estaba por lo que oía. –Por eso podéis estar tranquilos, os prometo que lo cuidaré siempre y no dejaré que le pase nada malo. ¿Soy muy fuerte cuando quiero, lo sabéis? El otro día ayudé a Jimin a mover una mesa y no me cansé ni un poquito.

Inconscientemente se me escaparon unas risas, y para mi desgracia llegaron hasta los oídos de la persona que observaba, quien se puso rápidamente en pie y se giró en mi dirección. Yo fingí que no había escuchado nada y seguí andando, terminando por colocar las flores restantes en la lápida de mis padres y seguidamente girarme hacia el castaño, quien parecía más tranquilo.

- ¿Nos volvemos ya?

- Me adelantaré – dijo con una sonrisa, para seguidamente acercarse a mi oído y añadir –me hago pis...

Reí y asentí, viendo como hacía una reverencia a las lápidas y se marchaba tranquilamente andando, dejándome totalmente claro que lo que acababa de decir era una excusa para dejarme a solas con mis padres. Se lo agradecí internamente. Este tipo de cosas eran las que me hacían afianzar mi idea de que Taehyung era una persona realmente inteligente. Sonreí, recordándole, y me giré hacia las piedras.

- ¿No os parece encantador? Estoy seguro de que le amaríais si estuvierais aquí. Es tan tierno y bueno. Además, gracias a él ya no participo en ninguna carrera o frecuento esos sitios que tan poco os gustaban. Incluso antes de vuestro accidente me decíais que allí solo iban los gamberros –reí al recordar el tono que ponía mi madre siempre que me lo echaba en cara.- Aunque todo hay que decirlo, vuestro hijo era uno de los mejores de por allí... ¿Sabéis cuantas carreras gané? Buah... de veras que era bueno...

Seguí hablando durante varios minutos, poniéndoles al día de mi vida. No sabía si realmente me escuchaban, pero era bastante satisfactorio encontrar un punto de conexión con ellos, ya fuera imaginario o no, consolaba bastante. Finalmente me despedí, asegurándoles volver la próxima semana, y me dirigí a la salida, donde me esperaba alegremente Taehyung apoyado en la moto.

- ¿Ya has vuelto? ¿No quieres quedarte un rato más?

Negué entre risas por su consideración y espontáneamente le abracé. No sé por qué razón lo hice, simplemente me salió. Era tan reconfortante tenerlo entre mis brazos, incluso aunque a los pocos segundos comenzara a revolverse en busca de aire.

- Ho-hobi... que... me... ahog...- consiguió separar la cabeza de mi pecho, zarandeándola como un perrito. Sonreí y volví a agarrarle, aunque esta vez de la cintura y mucho más delicadamente, terminando por depositar un leve beso en sus labios. Cuando se separó me miró confundido, aunque también esbozando una pequeña sonrisa. –¿Por qué estás tan contento?

- Por nada

- ¿Y porqué sigues sonriendo?

- Tú también lo haces.

- Pero yo lo hago porque tú lo haces.

Entre risas, volví a abrazarle, dejando un beso en su sien. Él alzó la vista desconcertado, pero antes de que pudiera decir nada, hablé yo.

- Te quiero mucho Taehyung.

Abrió mucho los ojos por la sorpresa, y agachó la cabeza. Pocos eran sus momentos de timidez, y yo disfrutaba inmensamente de cada uno de ellos, como era el caso de este. Aún sin mirarme, respondió a mi abrazo, rodeándome con sus brazos, y respondió.

- Yo también. Te quiero mucho muchísimo Hobi.

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En un rato subo la continuación del Jikook <3

Espero que os haya gustado ^^ (VIVA EL VHOPE)


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