¡Sorpresa!
—¡Ah, mierda, Deku!—Las manos firmes alrededor de su cadera apenas le dejan concentrarse. Trata de no perder el ritmo, le duelen las piernas. Pero está cerca, puede sentirlo.
Izuku observa concentrado la habilidad de su amado para montarlo. Se toma su tiempo para apreciarlo, para observar esa piel pálida y delicada perlada en sudor, los cabellos rubios pegados a su frente, los movimientos firmes y erráticos que le brindaban desde abajo una vista hermosa de ese par de pectorales que parecían invitarle a pegarse de ellos y succionar. Y sobretodo esa maldita y excitante expresión en su rostro que le hace parecer tan frágil, tan suave y necesitado que Izuku apenas puede creer sea Bakugo el que gimotea y llora mientras monta con impudicia e irónica gracia divina su polla.
–Izuku, ya... ya–balbucea, jadea y suspira sintiendo el orgasmo llegar como una ola que cubre todo a su paso.
Izuku apenas reacciona le sujeta firme. Siente como Kacchan se moja, siente como lo aprieta, como se corre sobre su polla y sus bolas. Como humedece la sabana. Es imposible no correrse también.
Katsuki casi se desmaya sobre él. Su respiración es pesada. Se siente adormecido, cansado, tan relajado y tan lleno.
Encuentra refugio sobre el pecho de su amado esposo.
Sonríe bobamente cuando siente la mano acariciar su espalda como una especie de consuelo. Tan mimado. Tan cuidado.
Después de la abstinencia gracias al enemigo número uno de la pareja: el periodo. Por fin habían podido desquitar sus ganas.
Katsuki lo había pasado relativamente mal. No estaba acostumbrado a algo así. Vivió la vida fácil siendo hombre. Ahora sufriendo este tipo de cosas tuvo que lidiar con manchas, con traumas cada que iba a orinar y por si fuera poco con cambios de humor y un increíble aumento de apetito.
Gracias al cielo, Izuku es un ángel muy servicial cuando se trata de su dulce Kacchan. Fue muy paciente a decir verdad, tolerando que estuviera más gruñón de lo normal, aguantando que de la nada se pusiera triste y que no quisiera hacer nada más que estar recostado y comiendo golosinas.
Después de una eternidad (según ambos), Katsuki confirmó que finalmente la maldición se había levantado. Era libre de vivir la vida con el coño al aire si quería.
Ahora que Izuku había tenido luz verde no habían parado de darse amor del bueno a cada momento que pudieran. En el baño, la sala, la cocina y hasta en el cuarto de lavado. Estaban seguros que todo el edificio y hasta la vieja chismosa de enfrente ya los habían escuchado.
—¿Qué sucede?—pregunta Izuku tomándolo del mentón para verlo a la cara.
—No es nada
—Kacchan—urge y seguido de eso un beso—dime—
Duda, pero cede. Era vulnerable si lo consentía tanto—¿Qué va a pasar cuando se vaya...? ¿Qué va a pasar cuando vuelva a la normalidad?—había tenido esa duda en la cabeza todos estos días. Le dolía el estómago solo de pensar, ¿y si Izuku ya no se sentía complacido con él una vez se fueran los efectos y buscaba a una mujer? Katsuki se moriría. No iba a decirlo. Pero se moriría de tristeza–¿Ya no te voy a gustar?—
—Oh, mi amor—se le rompe el corazón al verlo tan triste—nada de eso, ven aquí mírame—lo toma de las mejillas, limpia las lágrimas que alcanzaron a escapar. Sonríe. "Tan lindo", piensa–te amo. Me gustas. Yo te amo y te disfruto de la forma en que sea. Me enamoré de ti sin haberte tocado. Contigo conocí mil formas de amar. No solo físicas. Y aunque es algo primordial para ambos, te prometo que no cambiará nada. Jamás. Te conocí así y te amo. Conocí esta parte de ti y te amo. Amo a Kacchan. No hay un factor más especial que saber que eres tú con quien comparto estos momentos y mi vida—
Katsuki hace un puchero, molesto con el idiota de Izuku por ser tan comprensivo y perfecto que lo hace llorar.
—Estúpido—tiene que nivelar las cosas. A veces no puede con tanto amor—¿Entonces me amarás aunque vuelva a la normalidad?—
—Sí
—¿Y si me quedo así?
—Te amaré
—¿Y si mañana despierto y soy un elote con chile?
Izuku ríe–Sí, Kacchan, te amaré aunque seas un elote con chile.
—¡No te rías!–se queja, se incorpora sentándose, sin quitarse de encima–¿Y si fuera un chihuahua panzón y rabioso?—
—Kacchan
—¡Contestame!
Ríe otra vez, hala de él y lo hace girar, apresandolo contra el colchón. Katsuki observa sin aliento por la sorpresa—¿Qué tengo qué hacer para que te quites esas dudas? ¿Tendré qué besarte hasta que se te olviden tus inseguridades y sepas que te amaré así mañana amanezcas siendo un carrito de camotes?—sonríe y deja un beso sobre sus labios—amo a Kacchan. No importa como luzca. Amo a Kacchan—repite entre besos—Kacchan es perfecto para mí—
Katsuki podía decir lo mismo. Demasiado amor. Un amor así de lindo siempre da frutos.
[°•°•°•]
—¿El traje hace que me vea gordo?—pregunta mientras se observa en el espejo de cuerpo completo de la pieza.
—Te ves perfecto
—No pregunté eso—frunce el entrecejo. Estaba harto del reposo. Lo unico que agradecía era no tener que trabajar mientras se desangraba por el coño. Debería ser ilegal—. Fue por esas porquerías que me diste mientras estaba desangrandome—
—Kacchan, no es para tanto. Además no las llamabas así mientras las comías—
—No te quieras pasar de listo, bastardo–se da la vuelta y le aprieta la mejilla con algo de fuerza—.Volveré más tarde—
—Cuídate y llámame si algo pasa
—¿me subestimas?
—No, mi amor. Si regresas a la normalidad estando fuera, no podré hacer nada. No sé si sea doloroso, tenemos que llevarte a evaluar. Solo me preocupa no poder estar ahí para ti—
El gesto de Katsuki se suaviza. Se pone de puntitas para alcanzar sus labios—Te llamaré si algo sucede. Volveré a casa de inmediato—
[°•°•°•°]
–¡¿Que Kacchan está qué?!—
—Amigo, cálmate, está bien, lo llevamos lo más rápido que pudimos emergencias. Pero necesitamos que vengas a firmar unos papeles y que lo recojas—
—Le dije que no saliera. Es tan terco que...—suspira con frustración—voy para allá, gracias por avisarme, Kirishima—
Apenas habían pasado unas horas. Estaba molesto. Claro que estaba molesto. Katsuki era tan terco que no media los riesgos.
A penas llega a la clínica general pide informes en recepción. La señorita es amable y le indica el cuarto en el que está su esposo.
Toca suave y la voz de la doctora le da luz verde. Katsuki está recostado en la camilla. Le habían administrado suero. En cuanto ve a Izuku frunce el entrecejo y se cruza de brazos, porque menos por memos es más, así que si Izuku está molesto él también va a estarlo.
—¿Es su familiar?
–Su esposo
—Perfecto entonces—sonríe con una calma inquietante para la pareja.
—¿Se encuentra bien?
–¡Estoy perfecto! No es para tanto, me duele la mano. ¿Pueden quitarme esta mierda?—señala la canalización
—Katsuki—regaña Izuku. Y es suficiente para que el rubio guarde silencio y se dé cuenta que su plan de fingir demencia no funciona
—Sí, está perfecto. No podía explicar el diagnóstico hasta que estuviera acompañado, pero son muy buenas noticias—enciende la pantalla en la pared, mostrando una radiografía, o mejor dicho una ecografía.
—¿Qué es esa cosa amorfa?—se queja Katsuki
La mujer ríe—Es su bebé. Felicidades a ambos, van a ser padres— exclama con orgullo y emoción.
—¡¿ESO ES UN BEBÉ?!—escandaliza Katsuki, pálido. Siente que se le baja la presión—¿Estás segura que no es un gas?— ¿un bebé? Imposible. ¿Cómo iba a tener un bebé?
Sabía que no habían sido esas papas picantes las que le cayeron mal. Sabía que algo iba a pasar, pero no esperaba nada de esta magnitud. Mira a Izuku y este no parece reaccionar, solo observa la pantalla con esa imagen a blanco y negro. Padres. Era un reto más grande que cualquier misión. ¿Podrían con ello?, ¿Katsuki podría con ello? ¿Qué hay de Izuku? ¿Lo botaría ahora que estaba así? ¿dejaría de amarlo? ¿tendría que ser madre soltera?
Ni siquiera nota que sus mejillas se están mojando, hasta que la áspera mano de su esposo seca sus lágrimas. Besa su frente con cariño y le sonríe con ese amor que le devuelve el alma—Tranquilo, mi cielo, aquí estoy contigo—sonríe y en ello va una promesa que da calma al corazón del rubio—No tengas miedo, estamos juntos en esto—afirma al sujetar su mano y dejar un beso en el dorso. Observa una vez más la imagen de ese "alguien" tan diminuto, tan perfecto y hermoso que le provoca querer llorar de felicidad—Es lo mejor que hemos hecho juntos—declara, volviendo el agarre más firme. Sería una nueva aventura; una nueva etapa en la vida de ese feliz matrimonio.
¡WHAAAAAAAA!!
No me terminaba de convencer, pero no está tan mal(¿
¡Habrá una secuela para acompañar el embarazo de Kacchan!
Atentos al tablón de mensajes, por ahí aviso cuando esté en plataforma <333
¡Gracias por leer y comentar! Adoro leerlos💕✨️💕✨️
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top