Sé que hice muchas cosas malas a lo largo de mi vida, por eso llegas como karma. Sé cómo acabará, lo sabemos todo.

Y caigo en la censura como si fuera autocontrol, porque me niego a escribirte de forma bonita. Sin embargo, ¿y si escribirte cosas bonitas es la cura a todo? Poder desquitarme de la sensación amarga, como si esto fuera un mundo paralelo y fuéramos parte de un mismo cuento, con un adorable final.

En un manga shoujo, seguiría prefiriendo matarte o matarme en lugar de repetir palabras aburridas como "te amo" o "te quiero". Esas frases no significan nada.

Me sabes a karma y dejas trozos de hierro descolorido en mi boca. Parece como si clavaras estacas en mi corazón, tan dulcemente, con esa sonrisa amable que nunca he podido ver.

Y me dan ganas de salir corriendo, como si fuera el miedo quien me controla. Un paso en falso y tocará caer. Un paso en falso y será como presionar reset. Volveré a esa semana del 2019 donde la indiferencia estaba apretando mi nuca y mis manos se movían solas. "Nada me pasa, todo está bien", cuando hay algarabía reproduciéndose de forma monótona dentro de mi mente.

Te juro que a veces quiero decirte palabras lindas, pero ambos sabemos cómo acabará todo. No puedo esforzarme en nombre de mi codicia, no soy tan egoísta.

Soy una mala persona, he causado mucho daño. Por eso me sabes a karma. Me sabes a karma porque les hice a otras personas lo mismo que hiciste conmigo.

Me sabes a karma.
Haces promesas y luego andas
como perrito faldero
predicando amor.

Apiádate de mi alma.
¿No ves lo mucho que estoy sufriendo?
Seguramente sí puedes verlo
pero te niegas a hacer algo al respecto.

Apiádate de mi alma.
Clávame esa maldita estaca
en el corazón
hasta dejarme morir
sobre el abismo tierno
de esta agridulce emoción.

No me mates lento,
nadie quiere eso.

Quiero seguir aquí pero también salir corriendo.

Déjame ir.
¿Por qué no te vas tú?
¿Por qué tengo que hacerlo yo?

¿Por qué siempre siento que todo
tengo que hacerlo yo?