Se me está descargando el celular
y me muero de sueño.
Aunque quiera pasar hablando contigo
toda la noche, no puedo.
Las circunstancias erráticas
interfieren hasta en eso.
Comienzo a pensar que mi condena
es caer de tanto en tanto
en el mismo infierno.

Que patético.

Que patética interrogante
la que se formula en mi mente.

¿Y si...?

¿Y si estuviéramos cerca?
Seguro nada pasaría
porque nada bueno me espera

hasta que disuelva estas cadenas
que me atan al error.

Tú no eres la respuesta a nada.
Solo estás ahí,
sin saber cuánta verdad hubo
en mis palabras.

Creo que
al fin y al cabo
sigo siendo una niña malcriada.

¿Y qué si te quiero solo para mí?
¿Y qué si te quiero ahora?
Sé que no debería pero es inevitable,
te pienso en casi todas mis horas.

Y quiero quedarme hablando contigo
hasta que amanezca
pero el silencio duele y viene
por ambos, viene por mí,
y de eso no hay escapatoria.

Quizás si me guardas
en un pedazo de tu alma,
yo pueda ser
diminutamente feliz.