Seguí caminando hasta llegar a Waterfalls. El ambiente era tranquilo y se escuchaba el agua de río correr. Una suave brisa acompañada de algo de humedad me golpeó la cara. Las flores Echo parecía brillar más que nunca, susurrando palabras que sólo podrías entender si te acercabas a ellas. Enigmas ocultos en la oscuridad, esperando salir a la luz. Pero yo no tenía tiempo para eso. Empecé a pisotearlas hasta conseguir que su brillo azulado se disipase y sus palabras cesasen. No me fijé en las estrellas ni tampoco en el entorno. Sólo deseaba dolor. Me encontré un par de monstruos paseando por Waterfalls, con los cuales entré en batalla y rápidamente los asesiné a sangre fría con mi cuchillo morado. Lo contemplé por unos instantes; estaba cubierto de polvo. Entonces me di cuenta de que yo también estaba hasta arriba de polvo de todos los monstruos que había matado sin piedad. Me acerqué al río para lavarme las manos un poco. Las sumergí en el agua congelada. Ésta hizo que instantáneamente mis manos se enrojecieran del frío. Vi el polvo adherido a mis manos correr por el río. Miré mi reflejo en el agua; lucía una sonrisa característica de cualquier asesino en serie, con unos ojos con las pupilas más pequeñas de color morado. Me incorporé y corrí hasta donde se encontraba River Person; sabía un atajo para llegar a New Home sin tener que pasar por Hotland o por la casa de la jefa de la Guardia Real. No tenía ganas de luchar con alguien tan poderosa como ella. No, no tenía ganas de matarla a ella. Quería sangre real. Quería matar al rey de los monstruos. Me imaginé mi cuchillo traspasando su abdomen y haciéndole morir en el acto. Me subí en el bote y, como de costumbre, The River Person me preguntó a dónde quería ir. Su capa ondeaba al viento. Estaba mirando al horizonte, perdida en sus pensamientos. Yo le indiqué por dónde quería ir y partimos. El agua me daba en la cara, como si intentase despertarme de aquel trance asesino en el que había entrado. PERO NADIE ME DESPERTARÍA DE AQUEL SUEÑO. Matar monstruos se me hacía increíblemente reconfortante. ¿Por qué no había empezado a matar antes? Me reí por lo bajo. Dios, cómo estaba disfrutando esto.

Al fin llegué a mi destino. Me bajé del barco con cuidado. No estaba en New Home, pero no tardardaría mucho en llegar andando. Llegué a una especie de pasillo muy largo con columnas blancas y baldosas amarillas y naranjas. Habían unas vidrieras del mismo color que las baldosas por las que pasaba la luz del día. Se escuchaban a los pájaros cantar y un olor a flores inundaba la sala. De repente, vi una sombra al final del corredor. Parecía un monstruo bastante bajito, así que supuse que era Sans. ¿Venía a vengarse de la muerte de su hermano? Ja, que patético. Ese esqueleto era el más flojo de todos los monstruos del Underground, ¿aún así creía que tenía posibilidades de ganarme? Que estúpido. Acabaría pronto con él y me iría rápidamente a ver al rey peludo. NADIE me pararía.

-Heya. Estoy aquí para juzgar todas tus acciones que has cometido mientras recorrías el UnderGround. Veamos-

-Ya sé lo que vas a decir. Soy una persona horrible y he hecho sólo el mal, ¿verdad? A juzgar por tu mirada estás muy dolido por ese patético esqueleto que se hacía llamar tu hermano. No sé quien es más estúpido, si él por intentar hacerse amigo mío o tú por intentar detenerme. ¿Crees que podrás conmigo, saco de huesos? Tu sólo vas a ser una muerte más en mi colección. Y créeme, voy a disfrutar asesinándote sin piedad exactamente igual que con tu hermano. Vamos a divertirnos ya =).

Sus ojos se tornaron en negro y su sonrisa desapareció por un momento. Pero luego recobró la compostura y dijo:

-¿Con que quieres ir directa al grano? Pues bien, eso es lo que haremos.

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Entonces me di cuenta de que llevaba la bufanda de su hermano puesta. Un escalofrío recorrió mi espalda. Todo se tornó blanco y negro, y Sans empezó a atacarme. Sacó una tormenta de huesos acompañada de un montón de cabezas de monstruos esqueletos que emanaban un rayo de luz capaz de fulminar cualquier cosa. Me elevó por los aires y me estampó contra el suelo mientras emergían del suelo un montón de huesos que, por suerte, yo logré esquivar. Jadeé, estaba muy cansada y ese sólo había sido su primer ataque. Al final, era mucho más fuerte de lo que yo pensaba.

Comí para recuperarme un poco de ese primer ataque y seguí intentando esquivar todo. Era muy difícil, pero yo tenía unos reflejos increíbles así que no me llegó a matar, gracias a la comida también. Descubrí muchas cosas de él en esa batalla; él podía controlar la gravedad y tenía el conocimiento de cuántos resets había hecho. Eso, de alguna manera, no me sorprendió ya que siempre lo había considerado muy inteligente. Cada vez que matas a alguien descubres una faceta nueva de éste, algo que nunca podrías haber visto haciendo una ruta pacifista; aprendes cómo son en realidad algunos monstruos. Todos tienen algo que los hace especiales, pero, sin duda, Sans era el más misterioso de todos los que había conocido hasta ahora. Quería saber todo sobre todo el mundo, algo que requería algunos sacrificios. Pero no me importaba a cuantas personas tuviese que matar para averiguarlo.

Este experimento se hacía cada vez más interesante.

Continué la batalla, haciendo acopio de todas mis fuerzas. Lo malo es que yo no era la única buena esquivando; él también lo era, y conseguía evitar todos mis intentos de darle una puñalada en la ''barriga''. La fatiga empezó a apoderarse de mí y mis respiraciones se volvieron cada vez más alteradas. Ya no podía más. Pero continué. Tenía demasiada determinación para morir así. Esta vez más huesos me dieron. El dolor era insoportable. Empecé a escupir sangre y me caí al suelo. ¡Me estaba muriendo! Ya no tenía más comida para recuperarme. Entonces me di cuenta de que Sans estaba distraído era el momento perfecto para matarle. Pero lo miré más detenidamente y vi que estaba mirando la bufanda de su hermano. Estaba algo descolorida y cubierta de polvo. Una lágrima resbaló por su ''mejilla''.

*You felt your sins crawling on your back.

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-¡Jeje! ¡Mira estas flores Sans! ¡A que son bonitas!

-si...

-¡Ey! ¿Por qué lloras? ¡Me estás asustando!

-Tú... ¿alguna vez matarás a alguien? ¿alguna vez vas a matar a Paps? si lo vas a hacer por favor... s-sólo dime cuando...

¿Qué? ¡No! ¡Yo nunca mataría a nadie, y menos a Paps! Ven dame un abrazo.

-vas a resetear cuando te canses de nosotros, ¿verdad?

-¿Reset? ¿Qué es eso?

-em... nada, olvídalo chica. es santástico que no sepas lo que es.

-¿Que lo olvide? ...Está bien. ¡jajaja! qué chiste más malo xD.

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-... ¡!-de repente, un hueso me atravesó. Porras, me estaba desangrando. Caí al suelo, dolorida. Respiraba con dificultad. Mi vista se estaba nublando. ¡¿Por qué me había parado?! ¡Era la oportunidad perfecta! Observé a Sans. Su rostro expresaba odio, tristeza y dolor. Suspiré y sonreí. Pero esta vez mi sonrisa era reconfortante y amable. No podía matarlo, ¿verdad? No, simplemente, eso era superior a mis fuerzas. Lo quería demasiado para matarle. Igual que fue horrible y doloroso matar a Paps y a Toriel. Dejé el cuchillo en el suelo y me incorporé como pude. Abrí los brazos y di un paso hacia Sans.

-Lo siento.-dije.

El sólo se enfadó aún más y me mató con un Gaster Blaster. Me daba igual morir. Merecía morir.

Me desperté en una sala oscura. Había dos botones; Reset y Continuar. ¿Qué era eso? Le di a continuar. Volví a la misma sala donde Sans me había matado. Wow, así que este era el poder del que Chara me había hablado. Podía hacerlo todo de nuevo. Pero se seguiría acordando de todo esto... Bueno, al menos todo estaría bien. Entré otra vez en batalla con él y volví a hacer lo mismo; solté el cuchillo y le pedí perdón de nuevo. Pero esta vez, antes de que volviera a asesinarme, le dije:

-Tranquilo, esto se va a acabar. Yo... siento mucho haber causado todo esto. El poder... Fue superior a mis fuerzas. No voy a matar a nadie más, ni nadie va a sufrir más por mi culpa. Al fin todos podrán ser felices, con o sin mí.

Cogí mi cuchillo morado con el que había matado a millones de monstruos inocentes, incluidos a mis amigos, y lo sujeté fuertemente a la altura de mi cabeza. Sans sólo se quedó mirándome algo extrañado y confundido.

-Adiós.-murmuré con lágrimas en los ojos antes de clavarme el cuchillo en la cabeza. Sentí su hoja afilada atravesar y romper en pedazos mi cráneo. Lo último que pude ver fue a mi amigo con una expresión de horror en su cara, estaba diciendo algo, pero yo no lo pude escuchar. Ya estaba muerta.

Volví a la sala negra. Esta vez no le di a continuar. Puse mi mano en el botón de Reset. Pero alguien me la intentó apartar.

-Eh, ¿qué haces? ¡no le des ahí!-gritó Chara.

-Si. Voy a acabar con todo esto de una vez.

Chara me cogió del brazo y alzó su cuchillo, intentando matarme. Yo me aparté; sabía qué hacer.

-¿...? ¡Agh! ¡Déjame!-dijo mientras hacía amago de escaparse. La estaba absorbiendo. Emitió un último chillido y desapareció dentro de mí. Mi alma se convirtió mitad negra, mitad roja. Así no me molestaría más. Le di al botón de Reset. Todo empezó a desvanecerse. Empezaría de nuevo la historia.

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Bueno, bueno ¡aquí empieza el salseo! Espero que estéis disfrutando el libro :). ¡Adiós!