Una actuada confesión
Prompt: Actores enamorados
Se habían encontrado tantas veces durante toda su vida, entre los rodajes, entrevistas y firmas de autógrafos. Se habían vuelto amigos al compartir líneas, practicar escenas, protegerse de los paparazis y apoyarse mutuamente cuando ganaban premios. Así mismo, habían actuado juntos en todo tipo de películas: comedias, dramas, terror e incluso documentales, sabiendo cualquiera que notara sus nombres en los pósteres que aquellas películas, en definitiva, serían las mejores. Vegetta y Foolish eran dos actores codiciados y talentosos, cuyo carisma atraía a quien sea que los viese actuar y la química que los dos demostraban en cada performance era realmente digna de admirar, pues no todos los actores tenían ese lazo único que aquellos dos podían presumir. Esta vez, por primera ocasión, Foolish participaría junto a Vegetta en una película de romance. La trama, cual cliché, era sobre un triángulo amoroso entre tres amigos de la infancia: Vegetta sería quien se quedaría con la protagonista y Foolish el amigo que lo aceptaría y dejaría atrás sus sentimientos por él, pues en esta historia el personaje del rubio estaba enamorado del de ojos amatistas. Estaban justo rodando una de las escenas más importantes: el clímax donde Vegetta le decía que estaba alagado por sus sentimientos, pero no podía corresponderle. Foolish se sabía las líneas de memoria y, aunque entendía que todo era actuación, no podía negar sentir un mal sabor de boca al saber que escucharía ese rechazo del mismo Vegetta, pues las actuaciones del pelinegro siempre se sentían tan reales y el pensar que estaba siendo rechazado por él pues... dolía en su corazón.
Una de las razones principales por las que Foolish no actuase ni viese este tipo de películas era porque su corazón enamorado detestaba ver a Vegetta fingiendo amor por otras personas. Sonaba egoísta e inmaduro, pero el joven actor se había enamorado con los años tan perdidamente de él que le resultaba doloroso e incómodo, prefiriendo evitarlo a afrontar la realidad de que esas amatistas divinas jamás se enfocarían en él. Solo había aceptado dicha película pues Vegetta se lo pidió, diciéndole que la paga era muy buena y que una amiga en común era la otra protagonista. Foolish creyó que así la pasaría mejor, mas las escenas entre sus dos amigos solo le hacían rodar los ojos y replantearse si había tomado la decisión correcta.
— ¿Qué harías si te digo que siento que estoy cometiendo un error con esta decisión?
Foolish lo observó con sorpresa. Esa línea no estaba en el guion. Vegetta tenía que haberse ido, acabarían y luego se grabaría el final con él y la otra actriz. El rubio miró discretamente al director y no vio cambio alguno en su rostro, es más, parecía intrigado al igual que él, ¿era esto una improvisación?
— ¿Qué quieres decir? — respondió.
— Que con ella no he sentido jamás lo que siento por ti.
En definitiva, estaba improvisando. Vegetta se acercó a él, tomándolo de las manos y sonriendo tan tiernamente que Foolish no pudo evitar sonrojarse ante tal vista.
— Dime, ¿por qué contigo me siento en una montaña rusa, con emoción latente al saber que te veré, con ganas inmensas de abrazarte y escucharte hablar de todo lo que te gusta, de irme a dormir contigo en mente y, al despertar, seas el primero en quien piense? — Vegetta se acercó más, y Foolish se sentía tan vulnerable con esas declaraciones que no se movió en lo absoluto.
— Es tal y como me siento yo cuando estoy a tu lado. — confesó, perdido en las amatistas, un mundo nuevo del que desearía jamás salir.
— ¿Es entonces amor? — susurró, esperando una respuesta.
— Lo es para mí. — y sintió que un gran peso de encima desaparecía — Y con gusto estaría a tu lado para ayudarte a aclarar tus sentimientos.
— Entonces, ¿podría besarte?
Foolish no podía apartar la vista de su rostro, ¿era este el personaje de Vegetta o él mismo? Lo conocía tantos años que estaba tan confundido y sus sentimientos no ayudaban. Quería creer que quien le hablaba era él su amigo, aquel del que se enamoró sin querer, por lo que decidió arriesgarse y hablar, sin importarle nada.
— Siempre que quieras.
Sin creer que de verdad sucedería, Vegetta lo besó. Cerró los ojos llevado por la sensación de regocijo que inundó su cuerpo. Probar sus labios fue el elixir más codiciado que alguna vez hubiese pensado en saborear, sin creer lo que sucedía, sin creer si esto seguía siendo una actuación, un sueño, o una simple broma por parte de Vegetta. El pelinegro se separó finalmente, luego de unos segundos que parecieron eternidades y sonriéndole tímidamente mientras sus mejillas enrojecidas eran todo un escenario que Foolish podría observar por horas. Dejaron de mirarse al escuchar el "¡corte!" del director, quien se acercó a ambos y los felicitó por tan hermosa escena, al grado de preguntarles si les gustaría regrabar algunas más para cambiar el final de la película y hacer que los dos chicos terminasen juntos. Foolish no sabía qué responder, por lo que Vegetta se adelantó y le dijo que lo pensarían junto a la otra actriz para que los tres estén de acuerdo, pero que por el momento se iría a su camerino a descansar. Foolish lo siguió, incapaz aún de asimilar lo que acaba de suceder y cerrando la puerta del camerino para que tuviesen privacidad.
— ¿Qué fue eso? — le recriminó, aún con la sensación cálida de ese beso en sus labios.
Vegetta lo observó y soltó una risita nerviosa, tocándose el cabello y girando algunos mechones.
— Foolish, lamento si mi actuar fue inesperado para ti. — el rubio notó que el otro muchacho se encontraba dubitativo, para nada era aquel ser lleno de seguridad que lo había besado con pasión — Nació de mí y tenía que hacerlo, yo...
Ah, por supuesto. Solo era parte del trabajo.
— Una muy buena actuación si me lo preguntas. — Foolish se sentó en una silla, suspirando — Aunque no se puede esperar menos de ti. Ese beso... parecía muy real.
— Es porque fue real.
La mirada esmeralda de estupefacción acorraló a las amatistas nerviosas.
— ¿Qué estás diciendo? — preguntó, esperando impaciente por una respuesta clara.
— La verdad es que estoy enamorado de ti. — inició Vegetta, dispuesto a no escapar de los ojos de Foolish y revelando por fin sus verdaderos sentimientos. — Solo actuando pude ser capaz de revelar mis sentimientos pues no sé si solo siendo yo hubiese sido capaz de...
— Espera, ¿lo dices en serio? — Vegetta asintió — ¡Vegetta! ¿Por qué siempre te gusta complicarte la vida?
— ¿Eh?
— Vamos, dame un abrazo.
El cambio repentino de actitud del rubio desconcertó al pelinegro, recibiendo este el abrazo pues no se movía de su lugar. Foolish, por su parte, no lo alejó de él y su rostro tenía la sonrisa más grande que alguien pudiese imaginar.
— ¿Foolish? —el rubio se separó de él, con los ojos brillantes.
— Yo también estoy enamorado de ti, mi actor. — y el rostro de Vegetta enrojeció — ¿Por qué hacer todo esto para decírmelo?
— Es en lo que soy bueno después de todo. — respondió.
Ambos rieron ante aquella frase y, luego de volverse a apreciar como nunca antes lo habían hecho, acercaron sus rostros y volvieron a besarse, esta vez fuera del manto de la actuación y solo como ellos dos, Foolish y Vegetta, apreciando su amor. Cuando salieron del camerino buscaron a la otra protagonista y lograron llegar a un acuerdo: la película seguiría tal cual, sin cambios, pues los dos actores querían guardar aquella confesión tan íntima solo en sus memorias por la eternidad. El día del estreno la película rompió éxito en taquillas, pero a ellos no les importaba realmente, pues Vegetta y Foolish no esperaban la hora para volver a su departamento y amarse como habían querido desde hace mucho, contentos al no tener que fingir nunca cuando estaban los dos, y seguros de que su amor seguiría en el tiempo.
Así mismo, a partir de entonces, Foolish dejó de sentirse incómodo cuando veía a su pareja actuar en películas de romance con otros actores, pues al regresar a casa Vegetta le daba el doble de cariño que actuaba en sus escenas.
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