Su final feliz

Prompt: Boda

A Vegetta le gustan las celebraciones gigantes, lujosas, sobre todo si es él el centro de atención. Le gusta ser el que decida todos los preparativos, el cómo vendrán los invitados y el itinerario que se seguirá al pie de la letra. Le gusta ver todo marchando a la perfección, tal y como lo imaginó.

Esta vez, sin embargo, se deja llevar.

No celebrará en un lugar gigantesco, no invitará a todas las personas que conozca, no se ahogará en ideas y pensamientos de que debe estar presente en todos los preparativos para que esto salga bien. No, simplemente confía, pues aunque se trate de un sitio íntimo, solo con su familia y la persona que ama, para Vegetta, esta vez es más que suficiente.

Va agarrado del brazo de Roier, con un traje blanco y reluciente, parecido al de su hijo el propio día de su boda. Su camisa, morada, combina con la flor que se puso cerca al corazón, así como también sus aretes, que brillan relucientes, tratando quizá de demostrar la emoción que el hombre siente en esos instantes. Mira hacia el frente, viendo a su pequeña hija en un vestido rosa lanzar flores y saltar, abriéndoles camino hacia el altar, donde ahora las amatistas de Vegetta se enfocan en aquel que lo espera con una gigantesca sonrisa: Foolish está ahí, observándolo y extendiendo su mano cuando Vegetta llega y Roier lo suelta. El mayor de sus hijos simplemente les dice que ya era hora, apartándose y poniéndose a un lado de Leonarda.

— Estás hermoso.

— Y tú sexy.

Aquellas frases fueron acompañadas de risitas cómplices y enamoradas, prueba del cariño latente que ambos novios se tienen.

Con los dos ahora tomados de la mano, giran al frente y son encontrados por otra mirada morada, esta vez perteneciente a Jaiden, quien gustosamente aceptó ser la que les haría el favor de casarlos. Ella comienza a hablar, iniciando la ceremonia, pero la mente de Vegetta se encuentra en otro lugar: sus sueños cual perseguidores se aparecen en sus memorias y le hacen revivir pasadas vidas, pasadas bodas, donde nada terminaba bien, dónde él huía con el corazón roto y las esperanzas perdidas. La cabeza le duele, ¿por qué ahora? Aunque no recuerde su pasado con exactitud, esas pesadillas parecían no querer dejarlo ser feliz... Y entonces, Vegetta siente como su mano comienza a ser acariciada. Dirige su vista a la derecha, donde las esmeraldas de Foolish lo observan. El tótem no dice nada, solo le sonríe y continúa acariciándolo. El mago, entonces, se siente más tranquilo, como si Foolish fuera un tranquilizante que esfuma los malos recuerdos de una vida que quiere dejar atrás.

Inventaron su propio lenguaje, no solo verbal, pudiendo entenderse y reconfortarse sin necesidad de hablar.

Cuando llegan a los votos, los ojos de Vegetta se iluminan al escuchar a Foolish hablar con un nervioso español. Quiere decirle que no era necesario, pero su corazón le pide que lo deje, pues es el fruto del esfuerzo de su amado y ¿qué modo más maravilloso de mostrar sus resultados que profesándole su eterno amor? Vegetta quiere llorar, pero no es momento de ello, pues ahora es su turno y, aunque él no tenía sus votos preparados en inglés, intenta usar las palabras que conoce y añadirlas a su expresión de amor. Habla, habla y habla, sabiendo él que no importa cuantas palabras utilice, cuantas expresiones o poemas recite, nada podría enfrascar todos los sentimientos que aquel tótem le hacía sentir; sin embargo, intenta explicarlo lo más que puede, sintiéndose satisfecho al ver como las esmeraldas que tanto adora brillan y las mejillas de su compañero de vida se pintan de rosa. Al terminar, la pequeña Leonarda se acerca a los dos, con los anillos de boda listos para ser usados. Foolish agarra el que posee la piedra amatista y Vegetta, la esmeralda. Se observan una vez más antes de ponerle a cada uno el anillo en sus dedos, volviendo a prometerse amor eterno, incluso más allá de esa vida.

Jaiden sonríe, declarándolos esposos. Los dos juntan sus rostros y se besan, nerviosos, como si ese fuera el primer beso que se dieran. Escuchan a Roier decirles que ha visto mejores y a Pepito y Richas regañándolo por reírse de sus abuelos, Cellbit solo apalude a la pareja recién casada. "Oh, podemos mostrarte algo más intenso, hijo", le responde Foolish con desafío, y Roier solo responde negando con la cabeza y diciéndoles que eso se lo guarden mejor para la luna de miel. Vegetta ríe, ahora del brazo de Foolish, caminando fuera del altar y viendo a sus seres queridos felicitarlos a él y su ahora esposo por la hermosa boda.

Cuando salen del pequeño lugar de la boda Foolish no puede evitar abrazar a Vegetta y alzarlo en el aire. Este lo mira sorprendido, pero no le dice nada más y espera a bajar para volverlo a besar.

— Todo marchó bien. — dice el rubio, con una mirada reconfortante hacia su pareja.

— Contigo a mi lado, ¿cómo no? — le responde, volviéndolo a besar.

Vegetta no necesitó de la boda más grandiosa ni extravagante del mundo, no necesitó de cientos de invitados y montones de regalos. Él solo necesitaba a Foolish, su Foolish, frente al altar junto a él, declarándose su amor a los cuatro vientos así como Vegetta por él para ser totalmente feliz y asegurarse de ese modo que, por fin, tendría su final feliz.

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