Guía marina

Prompt: Aventura marina

El mar era su segundo hogar. Luego de pasar el día construyendo o simplemente divirtiéndose con sus amigos, a Foolish le encanta bucear dentro del acuario que creó bajo su dragón o nadar alrededor de su casa, perdiéndose en el frío del agua que siempre le da la bienvenida cada noche. Normalmente estaba solo, bajo la luz de la luna, luego de dejar dormida a Leonarda, con la brisa del viento nocturno y la compañía de las estrellas. Durante esas horas intenta no pensar, solo disfrutar al sentir su parte tiburón siendo libre y regocijándose con la velocidad que las aletas le daban.

Era su espacio, su momento, no lo había compartido con nadie más... al menos, no hasta ahora. Una noche, mientras flotaba boca arriba dando vueltas en círculos en su acuario y bañado por la luz de la luna, sus esmeraldas se encuentran con las amatistas de Vegetta, observándolo con curiosidad. El tótem lo miró estupefacto, pues a esas horas su novio solía dormir.

— Estaba arreglando una de mis máquinas y me pregunté si seguirías despierto y ¿quien sabe? Pasar el rato — el rostro del tiburón se ilumina ante tal confesión. — Mentira, la verdad es que simplemente te extrañaba. Ha pasado apenas unas semanas desde que volví a la isla y solo quería verte, si no te importa claro está. — Vegetta se encontraba sonrojado, quizá sintiéndose vulnerable luego de mencionar el motivo de su visita.

— You are always welcome here, mi amor. — le respondió, parándose y con medio cuerpo fuera del agua para acercarse a Vegetta y besarlo.

Vegetta sonríe, acomodándose el cabello que se despeinaba por el viento.

— ¿Y esto es lo que haces todas las noches? — pregunta, sentándose al borde de la entrada del dragón — ¿O estás aprovechando para arreglar algo del acuario? Ahora que lo pienso, nunca me has dado un tour en él.

— What about now? — responde el híbrido de tiburón, agarrando delicadamente las manos de su novio — Come with me, Vegetta, let's have an adventure.

— ¿No me voy a resfriar?

— Te prometo que no y, si sucede, te cuidaré hasta que te recuperes.

Convencido por ello, Vegetta se quita las botas y abraza a su novio para no hundirse en el agua, soltándose poco a poco de él hasta solo estar tomados de la mano y confirmando que ya estaba cómodo. Foolish le sonríe, comenzando a descender en el agua, con un Vegetta que toma aire para aguantar la respiración, cerrando los ojos instintivamente.

— If you close your eyes, you won't see anything. — menciona Foolish entre risitas — además... tampoco es necesario que aguantes la respiración.

Vegetta, inconscientemente, "respira" y se da cuenta de que no se está ahogando. Foolish le comenta que es gracias al canalizador que tenía en el centro del acuario, dándole respiración indefinida. Al querer hablar, el híbrido de tiburón niega con la cabeza, explicándole que eso sí no podía hacerlo, pero animándolo nuevamente a abrir los ojos.

Cuando las amatistas tienen por fin permiso de observar a su alrededor la escena es mágica. Vegetta se impresiona por los corales coloridos que rodean todo el acuario, el "barco abandonado", los animales que curiosos lo observan y lo tan lleno de vida que aquella construcción acuática lo hacía sentir. Foolish, aun tomándolo de la mano, comienza a decirle sobre los días donde se dedicaba a crear aquel dichoso lugar, los animales que atrapó junto a Leo y demás cositas que sucedieron durante aquellos tiempos (como la muerte de Tubas y los múltiples tiburones que aparecieron una vez). Vegetta rueda los ojos y hace ademán de querer reír, mientras sigue escuchando las mil y un historias que su pareja tuvo que pasar para lograr terminar con el acuario.

Luego de rodear por completo el recinto, Foolish lo agarra de ambos brazos y comienza a dar vueltas con él, lentas, sin dejar de admirar sus ojos. El rubio tararea entonces una canción mientras guía a un enamorado Vegetta por toda el agua, no parando de decirle lo reluciente que se veía aquella noche estrellada y que estaba feliz de tenerlo consigo en esos instantes. Vegetta siente que bailan, bajando poco a poco hasta lo más profundo del acuario, con la luz de los corales luminosos haciendo de este un paisaje bellísimo y exclusivo para los dos; con la luz de luna, también, proyectando finos rayos blanquecinos que caían sobre los dos cual reflector. Ambos se sentían los protagonistas de dicha velada.

Foolish, acercándose a él, lo abraza y entierra su cabeza en el hombro del guerrero, dándole besitos pausados y delicados en el cuello que lo hacen suspirar.

— I missed you so much... — le susurra, y Vegetta siente todo su cuerpo temblar.

La parejita entonces vuelve a flotar debido al impulso del rubio contra la arena. Vegetta nunca se imaginó terminar danzando en el agua, junto a Foolish, mirando como el muchacho no dejaba de prestarle atención y sin parar de confesarle lo mucho que adoraba pasar tiempo a su lado. El guerrero siente un pequeño dolorcito en el pecho, ¿realmente se perdió muchos momentos como este durante tantos meses? Sacude su cabeza, no debería arruinar su noche con aquellos pensamientos que solo lo hacían sentir mal.

— It's ok, you are here with me now. — no obstante, Foolish fue capaz de notar el cambio en su rostro, por lo que lo arrulla con su voz mientras vuelve a abrazarlo y le da un beso en la frente. — What matters now is that our love will last to the eternity — sonrió.

Era de esas sonrisas que te traen paz, que te hacen olvidar los problemas y que no quieres dejar de ver jamás. Vegetta no sabía si ahora estaba llorando o no por el agua, pero podía jurar que se sentía muy conmovido y agradecido de tener como pareja a alguien tan asombroso como Foolish. Este, como si supiera lo que Vegetta pensaba en esos momentos, se acerca de improviso a su rostro y le da un largo beso en los labios. Vegetta le corresponde, un poco nervioso al inicio de que el agua se metiera en su boca, pero poco a poco relajándose al notar que no fue así y se enfoca en disfrutar el cariño que su amor le expresaba en esos instantes. El pelinegro rodea el cuello de Foolish y este suelta una risita, sin dejar de besarlo mientras que, gracias a su lado tiburón, nada hacia la superficie de manera pausada. Vegetta, al terminar el beso, le hace un puchero al querer seguir a su lado bajo el acuario, mas termina siendo convencido por su novio pues este le dijo que ansiaba muchísimo escuchar su voz otra vez. El otro asiente, dejando que el tótem lo cargue entre sus brazos y lo lleve de nuevo a la entrada del dragón. Acaricia el pecho de Foolish durante la travesía, acurrucándose en él, y el de ojos esmeraldas solo puede imaginar pasar más días así, no solo en el acuario, sino en cualquier lugar donde ambos puedan estar juntos.

— ¡Llegamos! — ya fuera del agua, Foolish baja a Vegetta y lo guía dentro de su casa para buscar las toallas — And... did you like it? — le pregunta, mas como respuesta solo recibe los labios de Vegetta, deseosos de probar los suyos una vez más — I'll take that as a yes.

— Ha sido lo mejor que he hecho en demasiado tiempo... sobre todo con un guía muy sexy.

Foolish ríe bajito y lo lleva al segundo piso de su hogar para secarse y evitar así un resfrío. Lo deja en la cama que él suele usar, y el guerrero lo observa con mucho cariño, feliz de pasar tiempo con su novio.

— Foolish. — susurra, luego de secar su cabello y continuar con el resto de su cuerpo.

— Yes?

— Thank you.

El rubio ladea la cabeza y espera paciente a que Vegetta continuase hablando.

— Gracias... por todo.

— Aww, Vegetta. — se sienta a su lado y lo abraza — I told you: you are here, we have each other again, I don't need anything else.

— I know. — responde — I...

— Yeah?

— I love you, Foolish, gracias por amarme también.

Si bien era cierto que ambos gritaban a los cuatro vientos que se hallaban en una relación, tenían una familia y habían expuesto su cariño hacia el otro en público más de una vez, nunca se habían dicho directamente "te amo". Vegetta soltó un suspiro pesado luego de decirlo, le había nacido de lo más profundo de su corazón y ahora, nervioso, esperaba a Foolish. El aludido, por su parte, se quedó sin habla, con la cara tornándose roja de inmediata y perdiendo el frío inicial que tenía al salir del agua.

— ¿Foolish? — al no obtener respuesta, se alarmó — No tienes que decirlo también si no lo...

— Wait, Vegetta! — lo agarró de ambas manos — ¡No! Es solo que, I just... fue inesperado. — rió nerviosamente.

— Oh, jaja, lo sé, perd...

— I love you too.

Ahora era Vegetta el que se quedó sin habla.

— Oh, yo... ahora entiendo por qué estabas así hace un momento — intentó respirar con lentitud, pues sabía que ahora mismo su rostro mostraba la más grande de las sonrisas que le era imposible de controlar.

Foolish soltó una carcajada, cargando a Vegetta y sentándolo entre sus piernas. Este, confundido, lo miró aún con nerviosismo, mas sus pensamientos volvieron a ser calmados cuando el tótem juntó su frente a la suya y tocó sus mejillas con sus manos.

— Could you let me show all my love for you from now on?

— Nunca impediría que lo hicieras.

— Great.

Y, con esa última afirmación, la pareja volvió a unir sus labios en un beso lleno de esperanzas del futuro y su amor latente.

— We can do it again if you want. — Foolish le dice, con las mejillas sonrojadas luego de aquel beso — Aventuras en el acuario, en el mar. Quiero que ames el mar tanto como yo lo hago. Más temprano si quieres incluso, fue muy divertido nadar contigo.

— Yes! ¡Con Leo mañana! — el hombre de ojos amatistas recuesta su cabeza en el hombro de Foolish y ve a su hija dormir plácidamente, feliz y expectante por contarle ya sobre aquella pequeña aventura marina que tuvo junto a su otro padre (y aliviado de que la niña tuviese el sueño pesado).

— ¡Vale! — responde, y Vegetta es ahora quien sonríe porque son contadas las veces donde su amado usaba esa expresión. — Do you want me to leave you at Hogar?

— No... — susurra — I want to sleep here, contigo, my love.

Foolish asiente efusivamente y lo vuelve a abrazar, dándole un beso en la frente. Con la noche a pocas horas de terminar los dos descansan, acurrucados en la cama del tótem y emocionados por el día siguiente donde podrían seguir disfrutando de la compañía del otro.

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