Stop bothering

Sana sabía lo que pasaría pero nadie la mando a estar ebria en un lugar en el que no conocía a nadie y la única persona que llevo fue a su mejor amiga quién no es para nada buena con el alcohol, muy en el fondo hace un par de días pudo pensar por unos instantes todo los problemas que acarrearía ésto pero no le importó mucho ya que quería divertirse y prefería eso a estar todo el día consolando a Mina.

Ambas se divirtieron sin importarle el trabajo que tendría al día siguiente, se desconectaron de un mundo en el que siempre han sido esclavas y no se sentía mal, al contrario fue lo más reconfortante de todo pero cuando pusieron un pie en la empresa y lo primero que sintieron que les quemaba la piel era la mirada de Im Nayeon, supieron al instante que todo lo que alguna vez creyeron que estaba bien no era así y que estarían desempleadas viviendo debajo de un puente si es que Nayeon lo decide, cosa que no iba a suceder porque no es así pero aún así el miedo seguí ahí.

Ni siquiera Sana lo podía negar la mirada de Nayeon daba demasiado miedo, parecía que te quería lanzar a miles de espíritus para que éstos te absorbieran el alma, para luego usarla como experimentos, tal vez estaban alucinando o es que el miedo las hacia creer cosas que no existían pero estaban casi seguras que vieron un fantasma pasar a su lado.

"Deberíamos pasar a su lado como si no la hemos visto". Myoui era muy inteligente pero cuando los nervios se apoderaban de su cabeza no podía ni con una suma sencilla.

La peli gris quería seguir con el plan de Mina pero sabía lo mal que estaba, así que con toda la valentía que tenía, si es que le quedaba, se acercó a Nayeon para saludarla como siempre con un pequeño abrazo y un apretón de manos algo común, si cambiaban de comportamiento puede que les vaya peor eso fue lo que pensó Sana mientras se acercaba a la jefa.

"Buenos días". Saludó. "Hoy hay junta en la sala tres las espero ahí y...". Se dio media vuelta. "Espero que no lleguen al día siguiente". Las japonesas no tuvieron de otra más que seguirla para darle una explicación, que nunca un a entender, a Nayeon quien parecía estar muy enojada y es que razones le sobraban para estarlo. Habían cometido su primera estupidez en el trabajo y no estaban tan familiarizadas con ello, por lo que no sabían que hacer luego.

Seguir a Nayeon o simplemente ir a la sala de juntas en silencio y esperar a las indicaciones de los superiores.

Era tan difícil para las dos que decidieron hacer la primera, la que les resultó tan fácil, seguir a la jefa y cuando está se enoje pedirle las disculpas apropiadas pero parecía que a Nayeon no le interesaba tenerlas detrás, tal vez le gustaba porque así sabía que entrarían y no tendría que esperarlas, como ayer. "Lamentamos lo que sucedió". Sana miró a Mina con un poco de molestia, es obvio que los sentimientos hacia la castaña no han cambiado y se le nota en la mirada, sobre todo en como le habla y si alguien debía disculparse debía ser ella no la menor.

"A la próxima me invitan". Nayeon sonrió un poco y se les quedó mirando hasta que llegaron las demás personas y adoptó una postura firme ante los demás. "Buenas tardes tomen asiento". Si tan solo ella supiera el por qué de la borrachera de Mina no estaría pidiendo una invitación que lo más problabe es que nunca llegue, Minatozaki ya no quiere repetir lo que sucedió y mucho menos lo de ayer algo que la sigue atormentando y no la ha dejado concentrarse como debe.

Momo ha sido un problema sobre todo en la noche que le reventó el teléfono a notificaciones lo que no logra entender es el por qué no la bloquea pero es que la instancia de la pelinegra parece ser por algo importante y quiere saber pero tiene miedo de que sea un ladró o alguien capaz de hacerles daño. Si sabe su dirección tal vez no ha ido porque no han estado solas, la noche anterior Jaehyun las visito lo que significa que Momo sabía que había un hombre en la casa.

Aunque la chica detrás de la línea no parecía capaz de hacer algo así, solo era maleducada más nada no parecía una asesina en potencia aunque las asesinas en potencia tampoco lo parecían, se iba a volver loca si seguía pensando en una desconocida pero no era capaz de evitarlo, lo había intentando desde la mañana, tratar de quitarse aunque sea por unos minutos el recuerdo de la voz tan sensual detrás de la línea, no sabe por qué la cautivó tanto, es sofocante recordarla, provoca sentimientos revueltos en su interior que no son tan apropiados para pensar mientras está en una junta importante.

Cuando creyó que se hundiría más y más en el momento en el que Momo se metió tanto en su cabeza que hasta sentía que la tenía cerca, un golpe en su ante brazo la hizo reaccionar. "Trata de concentrarte". Leyó en voz muy baja, Myoui y ella tenían la costumbre de mandarse papeles cuando estaba en situaciones en las que debían guardar silencio, como dos adolescentes en clases.

Contestó el mensaje y se lo pasó a Myoui quien lo agarró con rapidez, Nayeon desvío un poco la mirada hacia ellas y Mina la miró como si estuviera súper concentrada en el tema, lo que hizo que Nayeon siguiera como si nada. "Deja de mirar tanto a la chica de blanco". Sus mejillas ardieron, por más que Momo estaba concentrada en sus pensamientos no paso por alto la mirada que le lanzaba su mejor amiga a la chica de cabello cargo y sonrisa en forma de un adorable corazón.

Y no, no era Im Nayeon, si no una nueva que llegó hace algunos meses la cual se había robado la atención de todos por su exuberante belleza una que hasta el día de hoy les sigue pareciendo impresionante. "Para finalizar me gustaría aclarar ciertos pun-". Todo quedó en silencio y las miradas recayeron en la pelinegra quien rebuscó su teléfono hasta que lo encontró, cuando lo subió un poco no se lo podía creer era Momo la que llamaba. "Minatozaki...le gustaría atender la llamada?". Parpadeó un par de veces hasta que reaccionó, la chica de nombre desconocido estaría en serios problemas por lo que acababa de hacer.

Salió de la sala con las mejillas a punto de explotar y atendió, escuchó un suspiro que parecía de alivio cosa que la enojó aún más. "Hasta que por fin atiendes". Dejó escapar un poco de aire de sus labios, le parecía insólito, ¿Cómo carajos se atrevía a tratarla así?, No recuerda conocerla y la contraría la trata como si tuviera una amistad de hace cientos de años.

"Estaba en una junta importante". Murmuró entre dientes, ahora sí que explotaría y no sería para nada amable. "Ni siquiera me sé tu maldito nombre y vienes y me interrumpes algo importante". Momo apartó un poco el teléfono, le parecía impresionante que fuera la misma chica que conoció en la calle.

"Me llamo Hirai Momo". Dijo sintiendo su cuerpo encogerse por la risa que salió de Sana, ella si recordaba su nombre. "Solo te llamo porque es urgente que nos veamos necesito decirte algunas cosas". Para la peli gris era suficiente, no debías meterte en su trabajo porque se convertía en una chica capaz de romper la vida de la persona que lo hizo. "Ayer te escribí y lo leíste pero no contestaste". Sana rodó los ojos le daba igual lo que sintiera o lo que le diría.

"Si tienes algo que decirme dímelo ahora si no perderás la oportunidad". Advirtió, Momo no era capaz de decirle lo que le diría porque si lo hacía sabía que Sana no la recordaría y la tacharia de loca, lo único que necesitaba era verla de frente como ese día para que recuerde todo. "No te he bloqueado porque soy una idiota pero estoy a dos notificaciones tuyas de ir a la policía y denunciarte". Por más que lo decía con tanta seguridad estaba mintiendo, no era capaz de eso bueno si lo era pero no lo veía necesario.

Era una situación que, según ella, podía resolver sin ningún problema, cosa que no es cierta pero de verdad creía en su capacidad para hacer que las personas entren en razón. "Soy amiga de los policías de por aquí". Rió un poco al escuchar el gruñido de Minatozaki por más que estaba un tanto asustada por lo que era capaz la menor no podía evitar reírse un poco de ésta, le resultaba muy adorable ver cómo explotaba por cualquier cosa que para ella era insignificante. "Hablando en serio Sana por favor quiero verte". Estuvo a punto de flaquear pero se negó y colgó, ya era suficiente por hoy.

Volvió con la cabeza abajo, Nayeon se detuvo un segundo para verla a los ojos pero al saber que sería imposible ya que cuando Sana estaba apenada muy rara vez subía la cabeza, prefirió acabar con todo de una vez y así poder hablar, a solas, con Sana y Mina. "Espero que entiendan los nuevos cambios". Todos se levantaron y uno por uno fue saliendo hasta que solo quedaron las dos japonesas y la coreana a a solas, ésta se acercó para sentarse justo frente a ellas. "¿Por qué se están comportando como personas distintas?". Mina miró a Sana era la única que la podía salvar de hablar con Nayeon ya que sinceramente no quería estar en el mismo lugar que ella, había dicho que mataría cualquier sentimiento que tenía hacia ella y debía hacerlo pero alejada.

Tanto que se le olvide como era su toque.

La peli gris aclaró la garganta antes de comenzar a hablar pero un mensaje la desconcentro un poco, tal vez era la idiota chica que la tenía loca desde ayer pero eso no le impidió mirar a los ojos a la coreana quien elevó una ceja, no era una mala persona pero debía hacer el papel de jefa que es lo que era. "Todo fue mi culpa, yo fui la que obligó a Mina a ir a un bar y en ese lugar pasaron muchas de las que no estoy muy orgullosa y por eso prefiero mantener en secreto". Sana se refería a Momo, se arrepentia tanto de haber conocido, ebria, a una persona como ella.

"Espero que no se vuelva a repetir". Dijo, se veía bastante seria al punto de parecer tan enojada que si no se retiraban las mataría de un solo golpe. "Trabajen duro y lograrán lo que tanto quieren chicas". Las dos supieron exactamente lo que quería decir, el sueño de Myoui era ir a Japón y estar en una de las sucursales más importantes y Sana quería escalar hasta llegar a la cima, aún en Corea ya que no le gustaría volver a su país natal, un foso de pirañas al que prefería permanecer a una distancia prudente.

"¿Crees que eso sea una sanción?". Mina logro preguntar luego de salir de la sala, Sana no sabía que decirle también estaba bastante asustada ya que sabía que su inmadurez perjudicaría el camino que quería tomar.

"No lo se Minari pero debemos aprender de nuestros errores". La pelinegra asintió y caminó con un poco más de rapidez para llegar a su lugar. "Cuidado te caes, siento que es lo único que falta para que sea la peor semana del mundo". Dejó caer todo su peso en la silla, ésta tronó y a los pocos segundos Minatozaki se encontraba en el suelo viendo a Mina quien tenía los ojos muy abiertos.

Y ésto no sería el final de las caídas, risas e impresiones, porque ni siquiera había comenzado su historia con la chica que hará su vida todo un dilema.

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