Police

Le dolía demasiado la cabeza ni había sido un buen día sin lugar a dudas, desde que se despidió de Momo ha estado pensando solo en ella y está segura que ésta debe estar burlándose de cómo estaba actuando como toda una pequeña niña con miedo a ser descubierto, estaba ocultando un gran secreto y temía que fuera demasiado evidente su gusto, como la veía e incluso hablaba con ella, se trababa en cada oración y parecía que estaba a dos segundos de desmayarse de la emoción.

"¿No crees que es contraproducente que estés aquí?". Se escondió detrás del escritorio, le dolía las rodillas por lanzarse pero era lo único que podía hacer para que no se dieran cuenta de que seguía ahí y si la descubrian, tal vez, solo tal vez estarían pensando que las está espiando y si es lo que está haciendo porque es lo único que puede hacerlo esconderse debajo de un escritorio esperando que se vayan.

"Para nada solo quería verte y verla". Elevó las cejas al escuchar y reconocer la voz de Hirai, ¿A quien quería ver?. Parecía estar ansiosa por como sus palabras destilaban necesidad, había alguien con la que trabajaba que llamaba la atención de la pelinegra, su pecho dolió un poco pero decidió no estar al pendiente de cómo su pecho ardía. "Tiene a alguien más pero...puede que yo también le guste".

"¿Vas a romper una relación?". No la creía capaz, aunque no la conocía así que podría hacerlo sin que ella se de cuenta, su mente enseguida le murmuró algo, una palabra salió disparada hasta su garganta y tuvo la necesidad de decirle, una simple blasfemia que hizo que se cubriera los labios para que no se dieran cuenta que está ahí. "Yo te aconsejo que la llames, dejes las cosas claras y listo".

Fue ahí cuando se dio cuenta que estuvo engañada todo este tiempo, es alguien capaz de separar a personas que se amén, eso no es para nada bueno, está cansada de caer con las personas equivocadas, le gustaba alguien que no estaba interesada en ella y que no le importaba el bienestar de la persona que quiere solo porque quiere tenerla, ella si puede callarse y aguantar el dolor de ver que la persona que le gusta sienta algo por alguien más, ¿Por qué Momo no era así?

O más bien ¿Por qué Momo no sentía nada por ella?, se sentía tan confundida, a veces parecía que podría haber un pequeño rayo de esperanza en su mundo lleno de desgracias, el amor toca a su puerta pero de la nada se da la vuelta y vuelve esa desesperación que es querer a alguien que no te hace caso, la mayor no le estaba dejando nada claro puede que necesite cerrar un ciclo para estar con ella.

Sin embargo no cree eso posible, es muy improbable, no la ve como una persona que oculte lo que siente porque no es ella, Minatozaki Sana sabía cómo ocultar lo que sentía más o menos, tanto que ni siquiera sonreía al verla, trataba de ser lo más tranquila y estar serena, porque si actuaba como se sentía estaría gritando cada cinco segundos cuando se da cuenta de su presencia.

"No romperé absolutamente nada...siento que debo dar lo mejor de mi...una última oportunidad". Se sintió mal por la pelinegra, estaba pasando lo mismo y da la casualidad que es justo por ella que está así, terminando el trabajo tan tarde para poder ocupar la mente y no estar encerrada en la habitación, en esas cuatro paredes que eran oyentes de lo mucho que sufría por no tener los pantalones ni decirle en la cara que le gusta.

Le da tanto miedo que la rechace cuando debía dejarlo ir, porque así sería más fácil que no le guste alguien que ha visto por tan poco tiempo, amor a primera vista, todavía sigue en ella eso solo que no es capaz de aceptarlo porque ya le pasó algo parecido y nada salió bien, no está preparada para que alguien más le rompa el corazón o darle lo más preciado que tiene a una chica que no sabe si quiera algo serio.

"De que una chica te rompa el corazón, no es la primera vez". Un objeto cayó a su lado, sus ojos se abrieron como platos, quería gritar o salir corriendo pero se darían cuenta que está ahí, así que con todo el sigilo del mundo y gateando como una bebé llegó hasta el escritorio de NingNing, para su grata sorpresa la menor estaba ahí y le hizo señas para que se apresurara, desde ahí tenía una buena vista de lo que estaba sucediendo.

Momo apoyada con los brazos sosteniendo todo el peso de su cuerpo, Nayeon sentada viéndola como si la quisiera asesinar, la misma mirada que le hace cuando habla de ella, le enoja demasiado que la haya conocido, pero por lo que se ve no se ve que sepa, si no de seguro lo habría dicho en medio de la conversación.

"Se que no es la primera vez". Gruñó y miró hacia otro lado, lo ajustada que estaba esa falda, resaltaba cada parte del cuerpo de la chica que más deseaba.

Sintió como algo tocaba y se deslizaba por su labio inferior, bajó la mirada a eso y vio la mano de NingNing con una servilleta. "Límpiate la saliva". Sus mejillas se sonrojaron al máximo mientras veía a la contraria reírse. "No se qué le ves". Abrió los ojos como platos, no podía creer que no se diera lo que le veía.

Todo de Momo era digno de una gran exhibición, tan perfecta, con esa enrome sonrisa y esos ojos que parecían que te veían el alma y más allá de ella, no había una sola cosa que le pareciera poco atractiva, otra vez la miró y no pudo evitar soltar un largo suspiro, si que estaba cayendo hasta lo más profundo.

"Vamos a la casa". La escuchó decir y se van, si no fuera porque la menor está con ella estaría pataleando por no escuchar su voz hasta nuevo aviso.

El camino a casa no está siento para nada fácil, el auto decidió no encender así que tuvo que caminar hasta la parada de autobuses para luego de estar media hora darse cuenta que iba hacía su casa estaba fuera de servicio, NingNing se había ofrecido pero no quería ser un problemas ni una carga para nada mucho menos para una chica que desde que la conoce la está ayudando en absolutamente en todo lo que piensa, cree y siente que debe hacer, así que con una sonrisa tímida tuvo que negarle la ayuda.

Ahora mismo se arrepiente, le duelen demasiado los pies y no se ha encontrado a nadie conocido para disimuladamente pedirle que la lleven a su casa, cada aves está más cerca pero todavía le falta bastante, no recuerda que su casa quedé tan lejos. "Nadie me manda a decir que no". Dijo cuando le quedaba una cuadra por caminar, una a matar a Mina si no le abría la puerta que era lo más seguro, demasiado tarde y la menor siempre se dormía temprano.

Era una hermosa joven, guapa y talentosa, y su espíritu el de una señora que está rozando los cincuenta años, eran la una de la mañana y está segura que debe estar dormida con la música que le pasó Sehun para que se relajará, ya que no está durmiendo en la casa y está sola, no le gusta estarlo porque le da miedo y en parte entiende el por qué, todavía sigue teniendo esos episodios en la madrugada que la dejan con un nudo en la garganta.

Tocó la puerta pero nada, le da demasiada tristeza dejarla sola, fue una terrible idea hacerlo porque de seguro durmió con mucho miedo y las pesadillas la están atormentando toda la noche, siempre ocurría y no lo recordó porque Momo seguía en su cabeza, se pegaba ahí y no lograba salir.

Nadie le abría la puerta, estaba perdida y lo merecía un poco hasta que recordó que siempre guardaban una llave en la madera sospechosa al lado de la puerta, lo comenzaron a implementar desde que se les olvidó a las dos la llave y tuvieron que entrar por la ventana, no fue para nada fácil. Ambas terminaron con varios moretones y algunas cortadas que no fueron fáciles de curar.

Se agachó y miró hacia ambos lados de la casa, no quería que se dieran cuenta porque por más que sabían defenderse eran dos mujeres solas, si dos hombres entraban no podrían hacer nada para salvarse h no quiere otro trauma en su vida y mucho menos que le hagan daño a su mejor amiga, Mina era alguien tan susceptible a tantos temas que siente que debe protegerla de todo, tan ingenua y adorable, demasiado inocente para las cosas en las que no debería serlo.

Al abrir la puerta y cerrarla a los pocos segundos, se extrañó al ver que todas las luces estaban apagadas, no era muy normal de Myoui así que se preocupó, todo estaba demasiado tranquilo y silencioso, no es que no fuera normal que hubiera silencio porque así era por las noches pero tampoco así, la música tenue no estaba ni la televisión encendida.

Obvio está en la casa porque vio sus zapatos en la entrada, no cree que se los haya cambiado para ir a la casa de la rubia misteriosa, no es alguien capaz de hacerlo, además le dejaría una nota en la puerta de la nevera, no había nada, ni rastro de su presencia.

Sintió un escalofrío detrás suyo al encender las luces, como si alguien estuviera detrás, con toda la lentitud del mundo se dio la vuelta y encontró a una rubia saliendo del baño semi desnuda, ésta abrió los ojos como platos y se quedó tiesa sin mover un músculo, ni los ojos.

"¿Que está sucediendo?". Ambas corren a la puerta de Myoui, Sana es la ganadora y al abrir la puerta la encuentra esposada en la cama, estaba completamente desnuda, enseguida se cubre los ojos y se lamenta por haber visto más allá de lo que debía. "Ahora mismo vas a decirme que está sucediendo". Ella que están atan preocupada por su mejor amiga ésta estaba armando toda una escena de cincuenta sombras de Grey en su casa.

La rubia abrió los labios pero no salió nada, debía amenazarla con algo así que sacó el teléfono y lo encendió, iba a llamar a la policía si no le daba su nombre, claro que sabía quién era pero con tan de sacarle un susto a una persona que casi la mata de la impresión por verla semi desnuda, obvio que lo hará y más de una vez si es necesario.

"¡No!". Gritó y sacudió las manos. "No llames a la policía". Bajó la voz y miró en dirección a la puerta de Mina, de seguro estaría asustada porque conoce como es cuando la despiertan. "Te diré quién soy y que pasó".

"No quiero saber qué pasó". Hizo una mueca de asco, no le gustaría saber qué sucedió porque puede imaginarlo, no creía que a Mina le podrían gustar ese tipo de juegos, la veía tan tranquila pero claro todo el mundo decía que el tranquilo es el más travieso.

"Mi nombre es Son Chaeyoung". Verla hacer una reverencia fue de lo más adorable que sus ojos han apreciado. "Soy la novia de Mina". Eso sí que la tomó pro sorpresa. "Lamento que hayamos hecho todo eso aquí pero...mi compañera de piso no se queda quieta en ningún momento".

"Me imagino lo escurridiza que es". Sonrió viéndola a los ojos. "¿Quieres un café?".

"Me recuerdas a Dahyun". No sabía de quién se trataba, sus cejas se fruncieron al escuchar ese nombre. "Es mi compañera de piso". Asintió mientras veía esa botella de soju que le estaba haciendo ojitos desde que la compró.

"Mejor tomemos un poco...siento que nos llevaremos muy bien".

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