Embarrassment

No era alguien de tomar la primera opción en la que pensaba ya que siempre era mala y no pensaba en las consecuencias de lo que sucedería si pasaba como si no la conociera o simplemente no la vio, cuando lo único que desea es saltar y decirle lo linda que se ve con ese abrigo tan grande, cubría casi todo su cuerpo. Para ella Momo era tan pequeña que le daba ternura el hecho de estar a su lado y notar la diferencia de estatura, quiso devolverse la tener la mano en la puerta pero no lo hizo y prefirió empujarla para poder entrar como si nada estaba pasando.

Todas las personas voltearon a verla cuando entró y se sintió tan vigilada que tuvo que cubrirse disimuladamente el rostro porque no le gustaba la atención de individuos desconocidos, tragó lentamente saliva y sonrió en grande al ver que si quedaba del helado que a ella le gustaba, solo dos y tenía miedo que el niño frente suyo los pidiera, tampoco lo iba a empujar para comprar ella y dejar al pequeño chico sin nada, claro que sería capaz pero no ahora que puede que Momo entre a comprar helado.

Se podría decir que Minatozaki Sana no había madurado en ese aspecto y era feliz actuando como una niña de vez en cuando porque quería seguir siendo esa chica tan ingenua que hacía a los demás sonreír con tan solo un movimiento de cejas o un comentarios digno de una niña, era divertido y eso hacía que no le dará tanto en la vida de adulto que está llevando, su cumpleaños está cerca y tiene tanto miedo de que en algún momento deje de comportarse como ha sido siempre, está segura que en algún momento la madurez tocará su puerta y no tendrá de otra más que aceptar ser alguien mayor.

No tendrá el apoyo de Mina para hacer los experimentos que siempre terminan mal y debe limpiar la casa por el desastre, sonrió al recordarlo, el último era mentas en la gaseosa cosa que todo el mundo sabe que va a ser un desastre pero Myoui confío en que lo haría en el lavaplatos para así no tener que ayudarla a limpiar, lo que no esperaba es que lo hiciera en medio de la sala sin darse cuenta de las consecuencias de sus actos, una imagen de la mirada que le lanzó Myoui llegó a su cabeza y tuvo que contenerse para no reír.

"Siguiente". Sonrió feliz y dio un paso hacia delante, al pedir el helado que le gustaba se dio cuenta que el niño y la madre de éste comían los que quedaban, quiso gritar de frustración porque no ha tendido un buen día pero se limitó a sonreír cuando le dijeron que no había, por dentro estaba que explotaba y echaba humo por las orejas, como las caricaturas que veía cuando no encontraba nada bueno en la televisión. "Hay de vainilla con sirope de chocolate". Ese no le gustaba tanto pero no lo quedó de otra más que asentir como una boba para no colapsar y comenzar a enojarse por algo que no valía la pena.

Suspirando tomó el helado y lo pagó, su niña interna está a punto de llorar por complacerla con un buen helado, sin embargo su yo adulta estaba feliz de por fin sentir el sabor y sensación de algo delicioso y frío, tanto que congele esos pensamientos que tiene gracias a Hirai Momo, es que su nombre, saber que está tan cerca de ella la hace transpirar, no era una buena idea seguir ahí porque si entraba y se acercaba a ella a saludarla no tendría nada que hacer, no había planeado una conversación en su cabeza y lo más seguro es que se quedará como una boba escuchando todo lo que dice y asintiendo para no quedar tan mal.

Iba a espantar a la chica que le gusta por esas acciones que cometía sin pensar, su mundo se vendría abajo por eso, siguió comiendo el helado mientras veía el programa que había en la TV del establecimiento al lado del niño que le robó el helado que tanto quería comer, estar tan concentrada en sus cosas hizo que por un momento dejará de pensar en las preocupaciones que tenía, su mundo se centró en lo bien que se veía la chica que hablaba sobre lo hermoso que es el océano sobre todos los animales que habitaban ahí, no era muy fan de eso pero ver a la chica la distrajo.

Estaba tan bien hasta que la puerta detrás suyo se abrió, quería ver de quién se trataba porque si era Momo debía actuar como si nada y no quedarse tiesa viendo hacia arriba una TV cuando en realidad está tratando de escuchar lo que quiere decir para poder sonreír, comenzó a jadear muy despacio y bajito, los nervios se la estaban llevando hasta un hueco del que debía salir antes de que se desmaye, porque puede que eso sucede y le daría tanta vergüenza caer al suelo como un saco de papas porque no tendría nada que explicar más que la chica que le gusta esta cerca de ella, todo el mundo la dejaría en el suelo gracias a la homofobia tan normalizada en Corea además de que Hirai sabría que fue por ella.

Así que se apoyó de la pared, por desgracia el pequeño niño había dejado caer gran parte del helado al suelo y se resbaló cayendo al suelo, el impacto de su cuerpo en el suelo fue tan fuerte que todos voltearon asustados para ver de quién se trataba, y si se dio cuenta que era la mismísima Momo la que entró, se enteró ha que fue ella la que se le acercó para ayudarla a levantar porque no quería que se quedará mucho tiempo en el suelo además se preocupó porque cómo sonó debió doler.

"¿Te encuentras bien?". Quería llorar de la vergüenza pero se contuvo porque llorar no haría nada, solo aumentaría la imagen adorable que tiene Hirai de ella y era a la única persona del mundo que no quería transmitirle tanto eso, tal vez una imagen fuerte y decidida haría que se fije en ella porque parecía que a la mayor le gustaban las mujeres así, por como actúa, alguien serio sería la clave y ella no es para nada así, no le gustaría cambiar por alguien pero con tal de que se dije en ella para luego demostrarle quién es en realidad, su cabeza vuelve a dar vueltas y vueltas con ese tema sabiendo que cada cosa que piensa es errónea.

"El suelo está cómodo". Fue lo que se le ocurrió, grito internamente por ser tan idiota y decir algo que no tiene sentido, el suelo es duro no es para nada cómodo y siente que se le desaparecieron los glúteos por el golpe, también los codos porque trató de que el helado no le cayera encima, cosa que consiguió seguía intacto y se sentía feliz porque podría seguir comiendoselo y así olvidarse de la vergüenza que estaba pasando.

"Entonces yo también quiero". Se lanzó al suelo, justo a su lado y sonrió, a Sana casi le da un infarto y por poco se le cae el helado de la impresión al verla caer como si se tratara de una cama. "Es cierto lo que dices". No sabe por qué estaba actuando así pero sí que le llegó al corazón, era alguien capaz de hacer el ridículo para que los demás desviarán la atención hacia ella, se le aceleró el corazón y se mordió el labio para no reír al ver como Momo se daba cuenta que cayó justo en el helado.

"Deberías levantarte e ir a tu casa". Ninguna tenía en sus planes levantarse del suelo, seguían ahí como si nada y eso que el chico le seguía diciendo a Momo que su helado ya estaba listo y que se derretía super rápido. "Estas sucia y...¡Si ya va a buscar el helado!". Exclamó enojada ya que no paraba de hablar, le enojaba que las personas nunca la dejarán hablar con Momo, seguía con las cejas fruncidas hasta que notó que acababa de gritar en medio de un montón de personas desconocidas y frente a Momo ir la miraba con los ojos abiertos al darse cuenta de lo intimidante que se podía ver cuándo gritaba.

"¿Vas a ir a tu casa?". Asintió, también estaba súper sucia y aunque quería seguir hablando con la pelinegra debía cambiarse, le parecía incómodo estar llena de helado, la camiseta se le pegaba a la espalda y le daba cosquillas, además un viaje gratis a su casa no estaría mal porque no quiere volver a caminar tanto para poder llegar a una heladería que es súper cara y los helados no valen la pena sobre todo si se lo venden al niño idiota culpable de todo el desastre.

Con ayuda de Momo se levantó y sus cuerpos chocaron, sentía que todo estaba en cámara lenta, se le cortó la respiración por el toque de los senos de la mayor con los suyos, se sentía tan extraña esa sensación rara en su abdomen que subía y rompía cada límite que tenía, estaba fuera de control dentro de su cuerpo ya que por fuera seguía con los labios entre abiertos por la impresión de la fuerza que tenía la contraria, la levantó como si se tratara de una simple hoja de papel, con un solo brazo logró moverla tan rápido que no tuvo chance a controlar el impacto de sus cuerpos, quería hablar pero las palabras se quedaron atoradas en su pecho.

Al igual que su corazón el cual latía a mil por hora, estar tan cerca de la persona que le gusta era como un gran delirio para ella, tener que aguantar ese impulso de besarla, por culpa de las personas a su alrededor y el miedo a que la rechazara, el miedo a ese rechazo inminente la volvía loca, se estaba ahogando con las ganas que tenía de echarse un poco hacia delante y comerle la boca.

No era la única que sentía eso, Momo se estaba volviendo loca por no poder hacer nada más que mantenerse al margen ya que no quería armar un alboroto y le daba miedo que Sana le pegará o algo porque se veía capaz de eso y de más cuando le hacían cualquier cosa que no le gustaba, no la conocía a fondo pero si podría imaginarse como actuaría si alguien, que no le gusta, me roba un beso, claro ahora recuerda cuando ella fue quien se lo robó.

"El helado". Ambas voltearon a ver al chico con recelo, definitivamente era la persona más fastidiosa en la faz de la tierra. "Le traeré otro este se arruinó". Momo rodó los ojos ya que quería hacerlo, estaba a punto de besarla y así sacarse la duda que tiene en la cabeza pero no pudo hacerlo, tuvo la gran oportunidad y por sus inseguridades prefirió apartarse, hacer como que nada sucedió y actuar con tranquilidad cuando estaba gritando por dentro, otra vez se sentía mal consigo misma porque ella no es así, siempre ha podido besar a las personas que le gustan sin ningún problema hasta que conoció a Sana y todo su mundo se cayó.

"Creo que tardamos mucho tiempo en el suelo". Minatozaki rió por el comentario de Momo, le encantaba que tuviera esa capacidad para hacerla reír sin ningún problema. "Luego de comernos el helado te llevaré a tu casa, quiero pasar tiempo contigo". Sana gritó internamente por lo adorable que le pareció eso, algo simple pero super lindo, lo que había estado esperando por tanto tiempo se hizo realidad, Hirai Momo quería pasar más tiempo con ella hablando de cualquier cosa, ser amigas era el primer paso para poder entrar a su corazón como un rayo, no podría esperar más para sentar en alguna de esas mesas y pasar tiempo con esa chica tan linda.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top