Damn stupid

"Entonces yo digo que lo mejor que podemos hacer es dejar de hablar de sexo". Escuchar a Mina por toda una hora hablando de que deberían dejar de tocar temas delicados como el sexo frente a personas que no la conocen, puede que estuvieran hablando de ello en broma y que la chica rubia se haya enterado de todo, la llamó preguntándole si tenía un especie de amorío con su roomate, luego de estar veinte minutos seguidos riéndose por las cosas tontas que creía negó todo.

Podía querer a Sana pero nada de eso, nunca estaría con una persona que confunde la sal con el bicarbonato, ya van dos veces que lo hace y no se siente bien comer carne con éste ingrediente.

"Yo sería un muy buen partido". Dijo de la nada, por la mirada que tenía Mina de seguro estaba pensando en lo mal que es para la cocina, de seguro la otra chica con la que está si es buena en eso, no tiene la culpa de que sus padres no le hayan enseñado a hacerlo, se cruzó de brazos un poco ofendida. "Sí no me crees preguntarle a Ning Ning". De todas las chicas que estaban detrás suyo nombró a la que si le llamaba la atención.

"Sana ya te dije que no la nombres que ya tiene novia y está medio chiflada". Minatozaki no tuvo de otra más que asentir y apretar su ceño fruncido, este tipo de conversaciones siempre la dejaban con un mal sabor de boca, debían cambiar muchas cosas de su comportamiento simplemente porque una chica que no tiene nada que ver con su vida está detrás de su mejor amiga, ya no podría demostrarle cariño del bueno si ésta está cerca porque puede dudar, detesta a las personas que creen que tiene una relación con Mina porque no es así y está cansada de decírselo a todo el mundo.

"Iré al trabajo". Se levantó y Myoui también lo hizo.

"No pretenderas dejarme". Eso era justo lo que haría pero su corazón se ablando al verla levantarse con una sonrisa tan grande como manipuladora, no tenía de otra más que llevarla correspondiendo la felicidad que tenía de ser pasajera, su tan solo supiera lo estresante que es manejar con una persona como ella a su lado, que siempre está gritando y diciéndole que probablemente pase una mariposa para que baje la velocidad y así no asesinar a ningún ser vivo, es frustrante llegar tantas veces tarde por culpa de alguien que no sabe manejar.

"Nunca te dejaría pero vas en el asiento de atrás". Así tendría pocos visión, y si, debía sacrificar a insectos inocentes pero ya se les había hecho tarde, no quería que Nayeon les gritara por hacerlo o que alguien les quitará el puesto, cosa que nunca sucedía pero podría pasar, habían nuevos ingresos y los pasantes era tan tontos como ella cuando ve a Momo.

Hablando de la mayor, está peor que antes, cada parte de su cuerpo se la recuerda, sobre todo cuando inconscientemente sus dedos pasan por sus labios, la recuerda, el sabor que tenían sus labios sigue impreso en los suyos y no puede evitar sentir mariposas en el estómago, la textura de su piel era tan suave, sus manos la tocaron y ahora siente que debería quitárselas para poder olvidarla aunque sea un poco, no quiere hacerlo pero por su bienestar haría hasta lo imposible para quitársela de la cabeza.

Así sea buscando a otras personas para pasar el tiempo, hace bastante que no está con alguien, físicamente, ella no cuenta la vez que Mina y ella estaban ebrias porque no es bueno, es preferible olvidar lo que se considera malo para ambas, desde Jungkook no ha logrado tener una pareja física.

Lo más físico e íntimo que ha tenido con alguien es el beso con Momo, apretó el volante frustrada, Momo estaba fuera de su alcance y debía aceptarlo así le costará la vida, espera no literalmente porque se siente feliz respirando, le encanta vivir y molestar a sus amigas, según ella es el propósito de su vida.

"Vas a arrancarlo". Le pegó en las manos. "Últimamente andas demasiado agresiva". No era para nada cierto. "Rompiste la jarra, ¿Tan difícil era botarla en vez de ocultarla?". Tragó saliva lentamente, si que lo había hecho pero el miedo la superó y decidió esconderlo detrás de la nevera, obvio que Mina lo encontraría pero según la Sana del pasado era casi imposible que se diera cuenta.

"Se me cayó de las manos porque estaban sudadas". Mina asintió. "Estaba haciendo el ejercicio que dejaste de hacer porque según tú tienes cosas más importantes". Se la pasaba todo el día en el teléfono, sonriendo como una boba a la pantalla, como si algo importante estuviera viviendo dentro de éste y necesita todo su tiempo.

"He estado hablando con Chaeyoung". Rodó los ojos, cada que debía ese nombre  se molesta un poco, no ha tenido la descendía de presentársela. "Tuvo que salir de la ciudad y estar lejos de ella no ha sido para nada fácil". Ahora se daba cuenta porque el constante cambio de humor. "¿Sabes lo que es estar lejos de la persona que amas?". No tenía ni la
menor idea, nunca ha tenido novia así que se le dificulta demasiado saber el por qué de las actitudes de su mejor amiga.

Puede que lo que sienta al estar lejos de Momo se asemeje pero lo de ella es peor, no son nada y la extraña como si no la hubiera visto en años, cuando solo llevo una semana que no sabe de ella, no desde que la vio irse del cine, suspiró derrotada, todo hacía que la recordará así que no estaría luchando contra sus sentimientos que obviamente eran más fuertes que ella, llevó una de sus manos hasta el hombro de la menor y lo apretó un poco.

"Ella volverá, por lo menos son novias". Myoui asintió pero luego elevó una ceja, técnicamente no la ha dicho todo lo que siente por Hirai. "¡Maldita sea!". Gritó de la nada, siempre le quitaban el puesto, detestaba con todos su ser que eso sucediera, de seguro era uno de los nuevos que le querían arruinar el día, más, si era posible. Desde que se levantó no ha dejado de estar estresada y triste, es claro que es por Momo pero no dará su brazo a torcer, según ella es por tanto trabajo.

Bajó la ventanilla y con todas sus fuerzas le gritó, tal vez había alguien dentro y lograría moverse, pero nada, era una camioneta gigante que apenas la dejaba ver a la entrega de la empresa, las ventanillas estaban completamente oscuras y esos enormes neumáticos imponían terror a cualquiera que quisiera pasar cerca de ellos.

"Maldita estúpida". Masculló. "¿No ves que no es tu puesto?". Golpeó varias veces la puerta para que saliera, solo bastaron dos golpes más para que la persona dentro de la gran camioneta saliera confundida, la música estaba a todo volumen, tenía un buen gusto musical, eso la hizo elevar un poco las cejas sorprendía ha que creyó que nadie, en ésta época, escuchaba ese tipo de canciones y menos una persona que parecía que escuchaba música clásica.

"¿Sana?". Pero esa voz, corto todos esos pensamientos que tenía mientras todavía veía el filo de la puerta que quedó super cerca de su rostro, sus ojos lentamente se movieron hasta la portadora de esa voz tan hermosa y se quedó paralizada, si había algo de lo que realmente se arrepentía era de existir en éstas ocaciones en las que la vergüenza se apoderaba de cada fibra de su cuerpo, sintió como si un rayo atravesó todo su cuerpo.

"Mo-Momo". Más que un saludo, sonó como una persona que acababa de meterse en serios problemas y quería morir lentamente dentro de una fosa en la que los insectos tenían una gran civilización. "No sabía que eras tú y ¿Que haces aquí?". Una pregunta completamente fuera de lugar, no debería interesarle.

La pelinegra abrió los labios y volvió a mirar a la empresa, parecía que se le había olvidado hasta por qué fue a ese lugar. "Nayeon, ella es una gran amiga mía y quise saludarla porque bueno ella me llamó". Sana quería pegarse un tiro, pero primero debía matar a Nayeon porque no le dijo que conocía a esa chica tan recurrente en los documentos que le mandaba, sonrió como si no tuviera miles de cosas en su cabeza que la inculpaba por ser una completa idiota frente a la chica que le gusta.

"Así que Nayeon es tu amiga". Dijo entre dientes, tuvo que morderse la lengua para no pegar un grito e ir a asesinar a la única chica en el mundo que supo, rápidamente, su gusto por Momo. "También es mi amiga". Dentro de su cabeza se repetía, era, ya que lo último que quería era tener a Im como amiga. "Más bien era porque ahora es mi jefa, solo eso". La mayor asintió sin entender mucho lo que estaba hablando, no la mal interpreten, sus ojos estaban legados en los labios de Sana, eran tan adictivos de ver y saber que los había tocado con los suyos hacía que sus mejillas ardieran, sentía que estaba dentro de un horno, sus manos sudaban como las de alguien que está a punto de presentar un examen super importante.

Y esa sensación en el estómago que recorría su espina dorsal, una cosquilla que consumía su cuerpo, cada gota de el le gritaba que debía acercarse y robarle un beso, no tendría nada que perder, se iría a la sucursal de Japón y así no tendría que volverla a ver si es que ésta interrumpe el beso o le dice que no corresponde sus sentimiento.

"¿Vas a entrar?". Miró el reloj de Hirai, si que era costoso, asintió como una boba pero no se movió siguió viéndola como si se tratará de una obra de arte, hasta sentía como sus ojos brillaban por el simple hecho de mirarla, era tan frustrante no poder besarla, si lo hacía de seguro se separaría enojada diciéndole que no siente nada por ella, luego tendría que esconderse veinte años en su habitación en los que cree que podrá superar todo lo que sucedió, le daba tanto miedo estar cerca suyo y cometer una locura que como pudo se apartó un poco del cuerpo ajeno.

El peor error que pudo cometer porque sus ojos enseguida viajaron por todo el cuerpo de la japonesa, seguía teniendo el mismo cuerpo de infarto que su cabeza le recordaba, ahora tendría el recuerdo más vívido.

"Sana ¿Vas a entrar?". Parpadeó varias veces, no entendía por qué actuaba así, estaba siendo tan rara cuando debía actuar como toda una dama, hacerse la importante para que tenga más interés en ella y tratar de demostrar que es inteligente, eso era bueno para las personas como Momo. "Es que te digo porque Mina entró hace como cinco minutos y se supone que venían juntas". La manera en la que lo dijo, la confundió, parecía estar un tanto estresada.

"Fue un placer verte". Caminó en reversa esperando que sus pies fueran capaces de localizarse en el asfalto y no caer al suelo, porque ahí sí que querría morirse de una vez por todas. "Tonta Sana". Se reprimió y apretó los labios cuando entró, por fin pudo respirar pero aún así quería volver a verla porque sentía que su corazón se reventaria.

Sus brazos sintieron frío y sus labios una extraña sensación, extrañaba ese tacto tan íntimo, esas ganas de querer quedarse en los brazos de alguien que le sonreía al abrir los ojos, solo que todo eso lo quería tener con la misma chica, la única que había logrado darle una pequeña razón de vivir aunque todo el día este atormentandola en todas partes en la que se encuentra, tan solo quería que Momo la abrazará fuerte y le dijera que nada malo le sucederá.

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