A proper farewell
Pasaron dos largos meses en los que estuvo pensando en lo que ocurrió ese día en el que, como una bestia, tuvo que meterse al baño para controlar sus impulsos, luego de un tiempo logró controlarlos bastante bien y ya no piensa tanto en eso, ahora avisa cuando va a ir para no encontrarse a Momo en ese tipo de situación, prefiere que las cosas vayan a su ritmo y ellas tienden a ir muy lento como si fueran dos tortugas, aún con todo lo lenta que son no niega que fue muy buena la espera.
Porque tuvo una grandiosa recompensa y ese es el amor que le brinda Momo y ella también le puede brindar, ya tenía a alguien a quien amar y con eso estaba más que feliz, una chica que haría todo por ella, nunca le había gustado tanto alguien como le gusta Hirai, es extraño lo rápido que pudo desarrollar sus sentimientos y el tiempo que duró guardandolos porque no quería alejarse de la mayor ya que ésta se había vuelto muy importante en su vida, se sentía bien poder estar con una persona que también sentía lo mismo por ti.
Sonrió un poco mientras se miraba al espejo, apretando los labios se dio media vuelta y salió del baño, quería retocarse el maquillaje para que Hirai, cuando regresara de comprar la comida, la viera igual que antes, porque se había quedado dormida y se chorreo el maquillaje, todo un desastre que arregló lo más rápido posible, la felicidad de escuchar pasos cerca del baño se comparaba con la de un niño en navidad, salió y a pasos apresurados llegó a la mesa en donde se encontró a su novia sonriendo mientras veía la comida, por más que era la cosa más linda del mundo abrió un recuerdo un tanto doloroso.
Un mes atrás.
Minatozaki llegaba cansada del trabajo, tuvo que ir un domingo para arreglar algo que alguien había hecho mal porque esa persona no se encontraba en Corea en ese momento, estaba tan enojada que lanzó el bolso al sofá y se lanzó de espaldas a éste sin importarle toda la fuerza ejercida en su espalda que tampoco era tan fuerte como ella creía, subió las manos a su rostro y lo frotó, no había dormido muy bien pensando en cómo asesinar a la persona que se equivocó.
Me dolía demasiado la cabeza como para estar pensando en ese tipo de cosas, cerró los ojos y suspiró, dormir en el sofá no sería una mala idea un tanto incómoda pero necesitaba hacerlo por lo menos por unos minutos antes de que amaneciera, cerca de que fuera lunes y sabía muy bien lo que ocurriría ese día, no quería que llegara ese momento pero ya habían crecido lo suficiente como para tener que separarse, además de que era algo que tenía tiempo planificandose, Mina quería vivir con Chaeyoung desde hace meses y no les podía quitar la felicidad de hacerlo solo porque se siente sola.
Y lo estará porque no tendrá a nadie con quién hablar por las mañanas, de seguro no podrá ni siquiera despertarse feliz necesitaba a su mejor amiga ya sea apareciendo de la nada en la madrugada en su habitación frotándose el ojo y con un mohín por tener una pesadilla, o la rara Myoui que era bastante feliz porque había tormenta y podía escuchar los relámpagos, esa misma que le preparaba el café y que siempre se quejaba por cualquier tipo de cosa, se había acostumbrado a abrir los ojos y que ésta estuviera por ahí.
Ya sea limpiando, viendo televisión o gritando porque la asesinaron en algún tipo de juego que no logra entender pero no le gusta preguntar, también va a extrañar los maratones de películas en los que muchas veces se quedaban dormidas super abrazadas casi fusionandose, le dolía el pecho de tan solo pensar que no va a volver a vivir eso y el único día que podía revivir todos esos momentos tuvo que irse por el trabajo, odiaba ser adulta, odiaba tener que pasar por todo eso porque la extrañaría y eso que muchas veces se quejó de que hicieran juntas.
Sabía muy bien que no había nadie que se igualará a Myoui en cuanto a ser compañeras, bueno, más que eso eran mejores amigas que lamentablemente estaban comenzando a tener una vida por separado, algo que ya se veía venir por todos los cambios que hubo de un momento a otro, las personas que se involucraron en sus vidas y el crecer fue lo que está haciendo que ahora tenga los ojos llorosos mientras trata de dormir, es que ni siquiera tenía una mascota como para divertirse con algo, solo la planta de tomate que ha sido tan importantes para ella que todavía sigue en el mismo sitio.
Se levantó con cuidado y acercó a la puerta, cerró los ojos y suspiró no quería llorar pero le era inevitable no hacerlo claro que la extrañaría no tenía que hacerse la fuerte solo no quería que su mejor amiga la viera así porque también lloraría, no tenía que sentir dolor por lo que está pasando su no felicidad porque por fin había conseguido a alguien bueno y era indiscutible que Chaeyoung lo era, pero eso no quitaba que sintiera dolor porque sentía que estaba perdiendo una parte importante de su vida, a lo que se había acostumbrado.
Su labio inferior tembló y tuvo que cubrirse la boca para que la menor no la escuchará, ya que se impresionó al ver que estaba recostada en la silla viendo la planta, se quedó mirandola por un largo rato y se dio cuenta de que no volvería a tener eso o por lo menos no por las mañanas, Myoui parecía estar concentrada viendo los tomates que tenía, si que había crecido y la verdad es que eran bastante buenas cuidando de ella, era como su hija que nunca fue presentada, la querían pero no se lo decían a nadie.
"Myoui Sharon Mina". Dijo en un susurro mientras se arrodillaba a su lado y le daba un pequeño beso en la mejilla, ésta la miró de reojo y sonrió pasándole la taza de café que tenía para ella, su corazón latió adolorido. "¿Que tal estás hoy?". Preguntó tratando de verla a los ojos, Mina no parecía querer mirarla así que se sentó a su lado en silencio, suspiró y tomó un poco del café. "Me imagino que debes estar feliz por todo lo que pasará después de hoy". Sonrió un poco, le dio un pequeño apretón en la mano.
Todo se quedó en silencio, no quería decir ni una sola palabra porque entendió bastante bien que no quería hablar así que se mantuvo callada para no enojarla porque parecía estarlo, no entendía por qué y la verdad es que estaba bastante preocupada por ello, se mordió el labio inferior y cuando estaba a punto de volver a tomar un trago de café, escuchó un pequeño sollozo y luego de reojo vio como su mejor amiga se cubría el rostro, no estaba siendo una buena despedida y le dolía que llorará porque no quería que lo hiciera.
Con cuidado se levantó y la abrazó, la menor se escondió en su cuello mientras lloraba le dolía el corazón porque no quería verla así, al contrario, que estuviera bastante feliz sonriendo y saltando de la emoción de poder vivir con su novia pero no fue así, se veía bastante decaida y podía llegar a entenderlo porque eso significaba que ya no vivirían juntas y tienen bastante tiempo haciéndolo, de seguro se estaba sintiendo como ella pero no lo decía por alguna extraña razón, es algo que tienen ambas sienten que no deben hacer llorar a la otra así que se aguantan el llanto.
"Te voy a extrañar". Le dio pequeñas palmaditas en la espalda antes de separarse y un poco.
"Tienes que hacerlo porque es lo que has querido desde hace mucho". Sonrió, la apoyaría hasta el fin de los tiempos porque fue lo que ambas decidieron hacer, asintió y la abrazó, si que quería estar a su lado pero las cosas cambiarían, ya no serían compañeras si no mejores amigas que crecieron y conocieron a personas con las que quieren pasar el resto de sus días, y pensar que en algún momento ellas pudieron llegar a tener eso pero las cosas nunca se desarrollaron más que una amistad.
"Esa tonta de Chaeyoung nos está separando". Dijo entre pequeñas risas y lágrimas, Minatozaki asintió mientras hacía una falsa expresión de enojo, esperaba que le fuera tan bien como lo ha deseado porque se lo merecía, era la mejor chica del mundo y la mejor de todas las mejores amigas que existían. "¿Quién va a cuidar la plantita de tomate?". Sana la miró de reojo y se encogió de hombros, claro que lo haría solo que no tan seguido porque era Mina quien se lo repetía porque se me olvidaba, sobre todo en las últimas semanas.
"Me envías un mensaje de texto y yo...decidiré si la dejo morir o no". Se mordió el labio inferior y se cruzó de brazos. "Ahora tengo el poder de asesinar a una indefensa planta". Infló el pecho y dejó escapar lentamente el aire. "Te prometo que las veces que vengas a visitarme te darás cuenta que todo está igual, como siempre". Myoui frunció los labios y asintió, ya tenía que irse pero le costaba tanto darse la vuelta y notar todo lo que iba a dejar, porque aunque no se iba del país todo sería distinto.
"¿No has pensado vivir con Momo?". Claro que lo tenía en mente pero no tanto porque creía que las cosas debían ir calmadas y eso sería un enorme paso aunque la idea no le disgustaba, es más una pequeña sonrisa se formó en sus labios siendo suficiente respuesta a la pregunta. "Así por fin cogen". Suspiró y se dio media vuelta caminando con rapidez a la cocina, Sana negó con la cabeza, si que su mejor amiga encontraba las maneras más absurdas de hacer que se sienta demasiado tímida como para hablar. "Apresúrate ya se nos está haciendo tarde".
Presente.
Todo estaba en silencio, parecía que ninguna de las dos quería hablar, Sana no dejaba de pensar en los últimos momentos que tuvo con su mejor amiga en su casa y Momo no dejaba de pensar en lo que le iba a proponer, era algo bastante grande así que no estaba muy segura si lo aceptaría o por lo menos a la primera, entre abrió los labios pero luego siguió comiendo como si nada, la peli gris subió un poco la mirada notando la frustración que tenía Momo, le extraño pero siguió comiendo ya que no la quería interrumpir.
"Tengo algo que decirte". Dejó los palillos y centró toda su atención en ella, a ambas le comenzaba a latir el corazón con mucha fuerza. "Hemos estado juntas por mucho tiempo y desde que Mina se mudó te la pasas aquí...siento que ya es hora de dar un gran paso". Ya sabía para dónde iba la conversación pero dejaría que se lo dijera porque quería escuchar como de los propios labios de su novia salía la propuesta a la que obviamente dirá que si, sería una experiencia que quiere vivir lo más pronto posible. "¿Quieres vivir conmigo?". Dijo antes de poner una llave en la mesa.
Tenía un pequeño llavero de metal con forma de hamster, eso sí que había sido un buen detalle, con cuidado se levantó dejando de lado su teléfono y se acercó en completo silencio, Hirai creyó que lo había hecho mal y que tal vez le diría que no, cerró los ojos esperando esa respuesta negativa pero no fue así, lo único que sintió fueron los labios de Sana sobre los suyos en un pequeño roce que estalló cientos de fuegos artificiales en su interior.
"Claro que quiero vivir contigo". Se abrazaron, un nuevo comienzo con nuevos problemas y nuevas enseñanzas.
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