4: Little Brother
Caminábamos por las oscuras y frías calles, el autobús nos había dejado en la parada más cercana a mi casa.
Bueno, nuestra casa.
Durante el transcurso del camino, Félix siguió agradeciéndome y soltó uno que otro estornudo, debe de morirse de frío contando que no había dormido en un lugar suficiente con calor desde ayer.
- ¿Cuantos años tienes? — preguntó para romper el hielo.
— Veinte.
— Eso quiere decir que soy dos años mayor que tú — no sé por qué, pero me gustó ser el mayor.
Félix rió mientras se abrazaba a sí mismo, tenía consigo la mochila y una gran bolsa negra, quiero suponer que ahí están algunas de sus pertenencias. Me había ofrecido a ayudó con eso pero no me dejó, dijo que ya era suficiente con el que yo le dé alojamiento.
— ¿Tienes hermanos o hermanas?
— No, soy hijo único — soltó un suspiro ante eso, como si estuviera aliviado de no tenerlos.
— ¿No te gustaría tener hermanos?
— Pues... — lo pensó un momento — sería lindo, si.
Sin darnos cuenta, ya estábamos parados en la puerta de la casa. Tomé las llaves de mi bolsillo y abrí la puerta, al ingresar encendí las luces dejando ver la sala y una parte del comedor, cuando renté está casa no cree que fuera tan grande por dentro.
— Vaya, en serio que es grande — dijo ingresando con cuidado, como si temiese romper o dañar algo.
— Lo es. Ven, te mostraré tu habitación.
Comencé a caminar con Félix siguiéndome a cada paso, paseaba su vista por las paredes, los muebles, los pisos y por todos los objetos que tenía ahí, ya sean adornos, cuadros o cosas para la limpieza.
— Aquí es, no es una habitación muy grande pero es lo suficiente espaciosa, está algo sucia ya que no la uso pero si quieres, puedes dejar tus cosas acá y puedes dormir en mi habitación para tener seguro de que dormirás en un lugar limpio — sonreí.
Él vio todo, creí que se quejaría por el espacio o la notable falta de limpieza pero no, sus ojos me decían lo asombrado que estaba por lo poco que había ahí, tocó los muros, las cortinas y el colchón que se encontraba ahí, relativamente debí limpiar este lugar.
— Si duermo en tu habitación... tú....
— No te preocupes, yo puedo dormir en el sofá, es bastante grande y no sería la primera vez que duerma ahí — habían días que mi sueño no me dejaba llegar hasta el colchón de mi cama y simplemente me dejaba caer en el suave mueble.
Félix, quien me daba la espalda, se giró a mi dirección, sus bonitos y tiernos ojos se conectaron con los míos.
En serio ¿existe un ser más tierno que Félix?
— ¿Estas seguro? no quiero causar incomodidades.
Me apoyé en el marco de la puerta mientras veía a mi menor jugar con sus dedos.
— Estoy más que seguro, dijiste que te gustaría tener un hermano ¿no? — Asintió ligeramente — puedes verlo de esa forma, tu hermano mayor prefiere tu comodidad antes que la suya.
Sus cachetitos se tiñeron de un bonito rosado y su tímida sonrisa no se hizo esperar. Se acercó a mí aún jugando sus dedos y me abrazó.
Okey, esto no me lo esperaba.
Sus brazos nuevamente se enredaron en mi torso por debajo de mis axilas, sus manos descansaban en mi espalda y su mentón lo hacía en mi hombro. Una de mis manos fue a su suave cabellera y la otra le dio ligeras palmaditas en su espalda, no estaba acostumbrada a los abrazos pero esto se sintió lindo.
— Gracias, Hyun.
— Deja de agradecer, ya te dije que no es nada — sonreí y estoy casi seguro de que él también hizo lo mismo, no nos movimos ni un centímetro ante nuestras palabras.
— Es que lo siento necesario, nadie se había portado tan lindo conmigo.
— Que raro, eres tan tierno que estoy seguro de que la mismísima Merlina caería ante tu dulzura.
Ambos reímos ante mi comentario, una risa bastante acogedora y cálida. Para ser sincero, no tenía ganas de separarme, sentía como podía quedarme dormido así, acariciando su cabello o mejorando palmaditas pero lastimosamente, tuvimos que separarnos.
— Es mejor que vayas a dormir, mi habitación está al lado.
Félix asintió con una sonrisa para luego dirigirse a la habitación de al lado y, antes de que tocará el pomo de la puerta lo detuve con mis palabras.
— Buenas noches, hermanito — volví a sonreírle y mi sonrisa fue correspondida.
— Buenas noches, hyung — respondió con el mismo dulce tono, después de eso lo vi adentrarse a la habitación y solté un suspiro.
Primera noche y todo había marchado bien.
(...)
Estaba en mi quinto o tal vez mi noveno sueño cuando escucho ruidos, como si alguien estuviera moviendo cosas.
No quería abrir los ojos pero debía hacerlo ¿y si alguien se aprovechó de que estaba plácidamente dormido para meterse a robar?
Me levanté a gran velocidad quedando sentado en el sofá y de inmediato, sentí un fuerte mareo. Nota mental; no levantarse tan rápido. El causante de los sonidos parecía dar un brinquito al verme sentado en el sofá y ahí es cuando lo grabé.
Tenía compañía.
— Buenos días, Hyun. Perdón por despertarte, traté de no hacer ruido — el castañito me sonrió sin mostrar sus dientes.
Mientras él estaba vestido, peinado y completamente despierto, yo estaba sentado en el sofá, probablemente con la marca de la tela en la mitad de mi rostro, los ojos más cerrados que abiertos y mi cabello apuntando a distintos lados, que vergüenza.
— Buenos días, Lix — respondí frotándome el rostro con ambas manos — no te preocupes, de todos modos es tarde — acomodé mis cabellos rubios tratando de verme más decente.
— Pero... son las siete con treinta.
Mis ojos se abrieron como platos, ubiqué mi celular en una mesita al lado del sofá, lo tomé y al encenderlo pude confirmar que eran las siete con treinta minutos, justo como él había dicho.
Primer dato de Félix; despierta muy temprano.
— ¿Sabes que es sábado, no? — medio bromeé al ver su rostro, se vio apenado.
— S-si, lo siento.
Tras eso, me levanté de donde estaba y me dirigí hacia el — no lo sientas, debería aprender de tú, despiertas realmente temprano mientras que yo podría estar aquí hasta las diez, y eso que soy el mayor de los dos — pasé mis dedos por sus lacias hebras y parecieron relajarse ante mi tacto.
Nos quedamos un momento más así para conocernos un poco más, hablamos de cosas de la universidad, la vida, nuestra vida social, entre muchas más, su vida parecía tranquila, se podía notar todo el esfuerzo y empeño que le daba a su carrera. Después de hablar me cambié el uniforme de mesero —si, dormí con mi uniforme— y me arreglé el cabello, desayunamos y limpiamos la habitación que pertenecería a Félix, él instaló sus cosas y la verdad, no eran muchas, solo traía unas cuantas ropas , accesorios de higiene personal y algunas otras cosas como su teléfono, oídos o cosas así.
Félix se emocionó como quedó su habitación, se vio muy contento y no voy a negar que eso también me puso contento a mí. Minho se equivoca, no me gusta Félix, simplemente lo quiero como si fuera mi hermano menor.
Lo quiero a pesar de apenas conocerlo.
☸▫▪✡▪▫☸▫▪✡▪▫☸▫▪✡▪▫☸
Todos los créditos a la autora original @Diamoshi
Por favor avisa si encuentras algún error o nombre incorrecto.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top