#26 cutie prude
SAN HWA ────── san y hwa tienen mucho que hablar al despertar.
San despertó sintiendo que no podía respirar, parpadeó varias veces tratando de enfocar su mirada, y aunque las luces estaban apagadas, pudo distinguir la suavidad de un par de tetas sobre sus labios y un agradable aroma, quizás debido a las sábanas o un perfume caro.
San apoyó las palmas de sus manos sobre la cama y se incorporó, todavía adormilado. Sus ojos estaban hinchados y le dolía la cabeza, pues había bebido como si no hubiera un mañana en la fiesta que su amigo había organizado en su casa. No le sorprendía en lo absoluto haber despertado entre las piernas de alguien y la cara enterrada en sus lindos pechos.
Sin embargo, lo que sus inquietos ojos captaron no era una linda mujer.
―¿Star? ―susurró San, notando su voz rasposa y su garganta adolorida.
La inconfundible cabellera rosada de Starboy yacía despeinada sobre una almohada manchada de labial y otras cosas.
San se sentó en la cama, de rodillas frente al cuerpo del mayor. Las piernas de Seonghwa rodeaban su cintura, los fluidos secos en el vientre ajeno y su entrepierna le daban respuestas precoces. Y aterradoras.
―Ay, Dios. ―San ladeó la cabeza, todavía confundido y sin poder caer en cuenta de lo que había sucedido durante la noche, sin embargo, era más que obvio, sólo tenía que tomarse unos segundos―. La jodí terrible.
Su primer idea fue huir. San de verdad sintió la imperiosa necesidad de huir y dejar todo a la suerte, es decir, ¿Seonghwa recordaría algo? Con suerte, él tampoco recordaría nada de lo que había pasado. No obstante, San se congeló incapaz de irse.
Su mejor amigo y la persona que le gustaba en secreto... estaba desnudo frente a él.
Seonghwa se removió, pero no despertó. San mordió su labio inferior aterrorizado, incluso retuvo la respiración por un instante.
El cuerpo de Seonghwa no era ancho, ni musculoso o bronceado, era delicado y pálido, sus grandes pectorales estaban llenos de marcas de beso al igual que sus bíceps y cuello, su cintura era estrecha e incluso tenía una gema en su ombligo (que era celosamente escondida), las piernas delgadas estaban abiertas para él, también cubiertas de chupetones y mordiscos que se veían tan dolorosos.
San analizó cada pulgada de la desnudez ajena y su erección creció instantáneamente.
Un gemido bajito hizo que San alzara la mirada, los labios de Seonghwa estaban abultados (hinchados) en un puchero y sus cejas se arrugaban con molestia. El mayor se removió nuevamente, dándose la vuelta para abrazar una almohada sin percatarse del cuerpo que pateó al hacerlo.
San mordió su mano para no quejarse, pero sus ojos captaron algo interesante.
El pomposo trasero de Seonghwa estaba rojo, con marcas de manotazos, sus caderas tenían moretones producto de un fuerte agarre y también había semen seco en su espalda baja.
―¿Qué te hice, hyung? Vas a matarme. Wooyoung y Hongjoong van a despellejarme vivo ―San habló para sí mismo, sintiendo que el terror le invadía nuevamente.
San continuó incapaz de hacer algo, miraba la habitación con duda pero sabía que se trataba de la casa del mayor, sin embargo, su cerebro parecía haberse frito. Peinó su desordenado cabello negro con rapidez y lo ató a una coleta, se incorporó bajando de la cama de un saltito silencioso y comenzó a vestirse importándole poco si se abrochaba bien los botones de la camisa.
La cama comenzó a moverse y los ojitos cansados de Seonghwa recorrieron la habitación, deteniéndose en la figura vistiéndose de espaldas. Seonghwa ladeó la cabeza y flashes de la noche anterior le atacaron como mosquitos hambrientos.
Un quejido salió de sus labios al intentar moverse, su cuerpo entero se resintió.
―Tráeme unos analgésicos, están en el baño ―demandó Seonghwa en voz alta, con su voz atrofiada, causando que San se quedase estático―. Me duele hasta respirar ―dramatizó sentándose y tapándose con las sábanas.
La quijada de San se tensó, titubeó un par de veces y se encogió de hombros esperando recibir un almohadazo, o peor, un golpe en la cara.
―Hyung... ―agudo y quebrado, San sonó patético.
Seonghwa mordió su labio al comprender el estado de shock del menor y, con un gesto de hastío, alzó una de sus cejas. Tenía resaca y le dolía el culo (otras cosas también), no tenía ánimos para lidiar con un closetero o lo que sea que San fuera. Aunque el menor había sido su amigo hace años, nunca les había pasado algo así.
―Sí, sí, eres un machito, lo que sea. ―Seonghwa gruñó y pasó la mano por su cara para tratar de espabilar―. No le diré a nadie, ahora lárgate de mi casa.
San mordió su labio inferior, su pecho dolió al oír esas palabras tan frías.
―Hyung, no quería...
Seonghwa desvió la mirada cuando oyó la voz angustiada de San. Varios segundos en un silencio incómodo bastaron para que Seonghwa abriera la boca nuevamente.
―Yo también estaba ebrio, no recuerdo qué pasó. ―Seonghwa mintió, se levantó de la cama y miró a San de pies a cabeza, su huida cobarde se veía tan obvia, pero no estaba dispuesto a salir herido por las palabras de un tipo que sólo lo culparía a él por lo que pasó―. Lamento la mala experiencia de despertar con otro hombre, pero qué se le va a hacer, ya pasó.
San tembló, la rabia en las palabras de Seonghwa y esa mirada desafiante debilitaron cada uno de sus pensamientos más sensatos.
―No quería lastimarte ―San terminó su oración tímidamente atropellado con sus palabras.
Seonghwa rio penoso.
―Sí, bueno, supongo que no importa. ―Seonghwa dio un rápido vistazo a su cuerpo cubierto de chupones y mordiscos―. Fue algo salvaje ―murmuró para sí mismo.
San asintió inflando sus mejillas y, aunque intentó decir algo más, no pudo. La erección que escondía bajo su ropa no había desaparecido y la desnudez de Seonghwa no ayudaba, el cuerpo del mayor era sexy y cubierto de las marcas que él le había hecho lo era aún más.
―Toma dinero de mi billetera para el taxi. ―Seonghwa dio media vuelta y caminó hasta el baño de su habitación, cojeando―. También puedes tomar algo de la cocina si quieres, o sólo irte ―señaló.
San retuvo aire en sus pulmones por lo que le pareció una eternidad y cayó sentado nuevamente en la cama de agua del mayor.
Cuando Seonghwa salió del baño, con su cabello mojado y gotas en su pecho, apenas cubierto con una toalla en su cintura, la boca de San se secó.
―Hyung... Starboy ―San corrigió el honorífico rápidamente por ese lindo apodo que había escogido para él hacia mucho tiempo ya.
Seonghwa estaba confundido, pero aun así, alzó la cabeza en su dirección prestando atención. La timidez de San le era adorable.
―M... me siento atraído a ti... ―susurró San en voz baja y directa, el color rojo subió por su pecho y rostro―. No creí que el alcohol... me haría esto... ―susurró aterrorizado.
Seonghwa alzó una ceja y rio, causando confusión en el menor. Su lindo Sannie, claro que debía gustarle, era demasiado mojigato y tierno.
―Eso explica porqué saltaste sobre mí con sólo un par de copas encima ―Seonghwa comenzó a vestirse con la ropa que escogió previamente―. Lamento haber sonado tan indiferente, Sani. Estoy acostumbrado a que los chicos me usen como cajero y agujero ―rio, guiñándole―. Casi pensé que eras de esos.
San abrió la boca sorprendido. Él sería incapaz de usar de esa manera a su hyung, pero estaba tan aterrado de salir herido que solo pensó en huir.
―¿P... podemos desayunar... juntos? Hay muchas cosas... que quiero decirte...
La sonrisa tranquila en el rostro hinchado de Seonghwa hizo que San pudiera respirar aliviado.
26042022
Lamento estar tan desaparecida
Tengo mucha tarea de la facultad y tampoco me siento bien jeje 😅
Todo mejorará sisi 😙😙
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