#14 the true story
Ya habían pasado diez horas desde que Wooyoung había sido internado en el hospital de su médico de cabecera y nadie había podido pegar un ojo en toda la noche.
Seonghwa no se había querido apartar de su lado, aunque varios miembros intentaron ir a quedarse con Wooyoung y así Seonghwa pudiera volver a casa, él no de movió de ahí. Contrario a Yeosang, quien no pudo volver, por más que el miedo y las ansias por saber el estado de su mejor amigo eran fuertes, sentía náuseas cada vez que pensaba en cómo debería verse.
El recuerdo de la primera vez todavía era doloroso y le quitaba el aliento, Yeosang no sabía si sería capaz de pasar por eso de nuevo. Y aunque ya se había lavado varias veces, Yeosang todavía sentía la sangre en sus manos y el cuerpo frío de Wooyoung contra su piel.
San tampoco lucía mejor, él sólo se sentó en el sillón de la sala y miró al mismo punto muerto de la casa por horas, sus ojos estaban rojos si prestabas atención, su cuerpo entero temblaba y su respiración no era regular.
Yeosang sólo se sentó a su lado, haciéndole compañía, y San no dijo nada. Cuando amaneció, Yunho y Hongjoong regresaron a la casa y prepararon un desayuno simple para los cuatro, en completo silencio.
Los grandes ojos de Hongjoong estaban hinchados y Yeosang no quería preguntar si los médicos habían dicho algo. Todavía tenía entre sus manos el celular de Wooyoung, había escuchado la grabación una sola vez y no pudo evitar vomitar; por fortuna nadie le había visto.
Una media hora después, los platos yacían vacíos sobre la mesa ratona y los cuatro suspiraron, sin saber qué decirse. Hongjoong ni siquiera estaba al tanto de lo que estaba pasando y no preguntó por el paradero de Kang Minhee.
San quería gritar, San quería hacer algo con la presión en su pecho, lo que fuera.
―No puedo... ―San carraspeó y miró a Yeosang sin entender cómo era que se veía tan apacible―. No puedo con esto aquí ―llevó una mano a su pecho y sus ojos se humedecieron nuevamente.
Yeosang desvió la mirada, esos ojos rasgados estaban destruidos y él no podía hacer nada para ayudarle.
―Yo... siento aquí en mi pecho un dolor tan fuerte que ni siquiera me deja respirar ―gruñó San arrastrando sus palabras con la voz ronca y pesada, hipo y sollozos descontrolados se escapaban de sus labios―. ¿Cómo demonios puedes estar ahí sentado como si nada?
Yeosang rio amargamente y echó la cabeza hacia atrás, tratando de retener las lágrimas. Llevó ambas manos a su rostro y limpió las gotas que se escurrían por sus sienes.
―¿Cómo hiciste para superarlo? ―inquirió Yunho en voz baja, tratando de cortar la tensión en la sala.
Yeosang volvió a incorporarse y negó con la cabeza.
―No lo superé. ―Yeosang comenzó a jugar con el celular de Wooyoung y luego miró a los tres pares de ojos fijos en él―. De todas formas, la historia que le conté a Kang Minhee no era cierta, la realidad es más dura de manejar.
―¿Lo del barman no era...?
Yeosang negó ante la pregunta de Yunho. Ya habían pasado cuatro años y sentía que debía contarlo o estallaría tarde o temprano.
―No iba a decirle la verdad a ese hijo de puta ―Yeosang rio sin gracia y suspiró pesadamente buscando valor para continuar hablando―. Fue un año antes de debutar, de hecho. Quizás lo recuerden... Wooyoung y yo estábamos en Busan.
Los miembros recordaron que Wooyoung en ese momento había sido ingresado al hospital para una cirugía mayor...
Yeosang se quedó en silencio por un minuto entero, perdido en sus recuerdos. Su pecho había comenzado a subir y a bajar con más rapidez y no había zona en su rostro libre de lágrimas; el nudo en su garganta restringía su voz, imposibilitando la continuidad de su historia.
No fue hasta que San puso una mano sobre la suya que Yeosang pudo volver a la realidad.
―Lo invité a cenar para celebrar su cumpleaños, fuimos a un restaurante caro y un mesero intentó ligar con Wooyoung ―comenzó a relatar en voz baja―, fue rechazado amablemente y entonces el mesero se fue. Luego, Wooyoung y yo fuimos a beber a un bar, estábamos en lo nuestro, ni siquiera nos dimos cuenta. El mesero nos había seguido.
Yeosang frunció el ceño, jamás se había sentido tan inútil y débil en su vida.
―Cuando nos estábamos yendo a casa, fui sujetado e inmovilizado por un hombre grande... El mesero, Lee Chulseo, tomó a Wooyoung por detrás, él comenzó a gritar y a pedir ayuda; Chulseo rompió su ropa y comenzó a lastimarlo. Intenté soltarme y gritar, pero quien me sujetaba puso un cuchillo en mi garganta y tuve miedo. Entonces Wooyoung hizo todo lo que le pidieron para que no me rebanaran el cuello. Dijo "no mires" con sus ojos empapados en lágrimas, pero no pude apartar la mirada. Yo estaba... congelado, yo lo había llevado ahí, era mi culpa. Cuando el mesero terminó, fue el turno del otro tipo...
El silencio en la sala solo fue roto por un quedo lamento sobre los labios de San y Yeosang. Yunho todavía estaba en shock, tratando de procesar lo que estaba escuchando y Hongjoong parecía haber perdido su Norte.
―Wooyoung estaba sobre un charco de sangre, pero yo estaba ileso. ―Yeosang los miró escéptico, con una sonrisa asustada―. Lo abracé y casi sentí que nos moriríamos juntos. Éramos sólo dos chicos de dieciocho años, no éramos nadie... Pasó un tiempo hasta que pude darme cuenta de lo que había sucedido, afortunadamente Wooyoung casi no recordaba nada, sin embargo, lo que le había pasado no le dejaba dormir. Entonces, una vez que sus heridas sanaron, comenzó a usar su sexualidad como una vía de escape y sólo pude estar ahí sin hacer nada, de nuevo.
Yeosang abrió los ojos con sorpresa y miró nuevamente sus manos, habían sido manchadas de sangre en más ocasiones de las que hubiera esperado a su corta edad.
―Todavía había un vacío en mí, un profundo temor a no poder cuidar de Wooyoung. ―Yeosang volvió a bajar la voz y los miró totalmente perturbado―. No sé cómo pasó, yo hervía de cólera... Pasaron seis meses hasta que me encontré con esos hombres, aquí en Seúl.
Yunho aspiró una gran bocanada de aire, miró a Hongjoong buscando ayuda y este sólo negó con la cabeza. Ellos no estaban ahí para reclamar las acciones de Yeosang, ellos sólo debían escuchar.
―Chulseo ni siquiera se acordaba de mí, pero cuando lo incapacité y comencé a enterrar ese viejo y oxidado hierro en su trasero entonces recordó quién era. Lloró y suplicó, pero no me pude detener. Corté su pene e iba a dejarlo ahí para que se desangrara, creo que en ese momento, tal vez, recuperé la conciencia, pero no le hice caso a la razón. Le disparé en la cabeza. No encontré al otro tipo, pero cada vez que salgo a la calle, lo busco, todavía recuerdo su cara, esa cicatriz en su boca y cada uno de sus tatuajes; lo tengo grabado en la retina.
Tras la confesión del asesinato, Yeosang bajó la cabeza. No se arrepentía en lo absoluto de lo que había hecho en ese entonces, pero estaba seguro de que sería visto con otros ojos e incluso podría ser denunciado por sus amigos. Sin embargo, San lo abrazó por los hombros y tan pronto como hizo eso, Yunho y Hongjoong tomaron sus manos.
Yeosang sorbió su nariz y sollozó más fuerte, había sido una bomba de tiempo hasta entonces.
―Quería matar a Minhee ―Yeosang gruñó y su cuerpo se sacudió―. Yo creía que Wooyoung no tenía idea de lo que había hecho... pero ayer, cuando estábamos llevándolo, me pidió que no hiciera nada. Suplicó que debía dejar las cosas como estaban, que él lo tenía controlado... ―rio amargamente y movió su cuello tratando de destensar sus músculos―. Si Wooyoung me hubiera dicho que Minhee lo estaba amenazando, yo habría hecho lo posible... Esto no debió pasar.
Yeosang se calló. La casa se mantuvo en silencio por varios minutos, siendo sólo el sonido del llanto el único ruido.
―Yeosang... ―Hongjoong carraspeó y apretó la mano de Yeosang―. Es claro que lo pasaste muy mal, y el trauma psicológico que tienes es gravísimo, pero... Nosotros guardaremos el secreto.
San y Yunho asintieron y Yeosang pudo suspirar, sintiendo que el peso sobre sus hombros disminuía.
(...)
Wooyoung salió del hospital poco tiempo después. Su rápida recuperación fue casi un milagro.
Los golpes en su cabeza y el trauma habían hecho que olvidara al rededor de las últimas dos semanas que había vivido y, para todos, fue un alivio.
Aunque las lesiones en su cráneo habían sanado demasiado rápido, y a pesar de que había olvidado todo, cuando Wooyoung despertó, inmediatamente supo que había sucedido de nuevo. Fue difícil mantenerlo sedado cuando se volvió loco y quiso despotricar contra todo el mundo, lastimándose a sí mismo en el proceso, pero fue más difícil aún tratar de explicarle con pocas palabras lo que Kang Minhee le había hecho.
Los fans no sabían nada, la empresa había sacado un comunicado diciendo que Wooyoung debía someterse a una cirugía y estaría fuera por tiempo indefinido hasta su absoluta recuperación; los padres de Wooyoung no se enteraron tampoco gracias a Yeosang, aunque eventualmente su mentira se cayó y tuvo que decirles la verdad.
Yeosang nunca esperó ver a los señores Jung así otra vez.
De lo sucedido pasaron cerca de diez meses y Wooyoung finalmente volvió a los dormitorios. Se veía tranquilo y, aunque estaba aburrido de tanto descanso, trató de parecerse al mismo chico que sus amigos conocían. Bromeó, jugó e incluso lloró con todos en una ronda mientras ellos le leían cartas diciendo cuánto lo habían extrañado.
San y Seonghwa no se despegaban de su lado, San se apretaba a su izquierda y Seonghwa a su derecha, Wooyoung no se quejaba. Era divertido verlos pelear por quién de los dos pasaba más tiempo con él.
Todos ellos eran una buena razón para seguir con vida.
―Wooyoungi ―llamó Mingi acercándose a él tras dejar su lugar junto a Yunho y Yeosang.
―¿Qué pasa, Mangi? ―preguntó apartando los mechones del flequillo largo de Mingi, el más alto lucía adormilado y aquello era muy lindo.
―Tengo un regalo ―Mingi extendió una pequeña cajita negra con un listón plateado―. Yeosang y yo lo elegimos para ti.
Wooyoung sonrió abriendo la caja y se encontró con un collar de plata con una pequeña gema en su dije. Era delicado y precioso, pero la duda de porqué lo estaba recibiendo lo atacó.
―No es mi cumpleaños, ¿por qué me lo dan?
―Sólo queríamos hacerte un regalo. ―Interrimpió Yeosang―. Acéptalo o Mangi se pondrá triste.
Wooyoung asintió rápidamente y se colocó el collar regalándoles una bonita sonrisa.
(...)
Desde que Wooyoung había vuelto a los dormitorios, comenzó a usar la sala como su habitación. Todas sus cosas estaban en una nueva habitación que compartía con Seonghwa, sin embargo, se sentía más seguro en un lugar amplio y abierto como la sala. A veces arrastraba a Seonghwa con él y otras veces llamaba a San.
Aunque estuviera cubierto con mantas, y apretado entre los brazos de San, Wooyoung temblaba y sufría pesadillas.
En un principio tenía sesiones psicológicas dos veces por semana y estaba haciendo lo posible por sentirse mejor, sin embargo, era difícil. Ahora asistía cada quince días y, aunque siempre era llevado por el manager, San, Seonghwa, Yeosang o quien estuviera desocupado, se colaban en la camioneta y le acompañaban.
Wooyoung se sentía más acompañado que nunca.
―Wooyo, despierta. ―San comenzó a dejar besitos en su frente para que Wooyoung se despertara―. Estás soñando feo...
Wooyoung se removió inquieto y finalmente abrió los ojos. Su linda mirada vagó por el rostro adormilado de San e hizo un puchero.
―Hola...
―¿Quieres un té? ―preguntó San en un susurro, interrumpiendo la voz lastimera de Wooyoung.
―Lo siento... ―Wooyoung escondió la cara en el cuello de San y suspiró.
La vergüenza iba a consumirlo si San seguía viéndole con esos ojos brillantes.
―No tenemos de ese té. ―San rio y apretó un poco más el pecho de Wooyoung contra el suyo; todavía le resultaba irreal que estuviera allí con él―. ¿Por qué te disculpas? ¿Es porque no me dejas dormir? Tranquilo, estoy aquí para ti. Pasarán los meses, los años, y siempre estaré para ti.
Wooyoung sintió su naricita picosa y sonrió. Escucharon los pasos de alguien en el pasillo y miraron hacia allá, encontrándose con un despeinado pelirosado. Seonghwa frotaba uno de sus ojos con la mano cuando se acercó a ellos.
―Y ese zombie de ahí también ―señaló San, causando una risita en Wooyoung.
06112021
SOLO QUEDA UNA PARTE AAAA
quédense a ver el gran final ahr
che alguien se dio cuenta de q mangi y yeo andaban en algo?? ejejj
ah, y más tarde subo algo en treasure por el cumpleaños de nuestro capitán 💕🥰
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