#11 overwhelming

San estaba dando vueltas en la sala, irritado como un león enjaulado. Wooyoung había tenido el descaro de atender la llamada de Minhee, no se lo podía creer.

Trató de distraerse limpiando el lugar que habían ensuciado y echó la manta a lavar.

Pasaron minutos enteros hasta que Wooyoung salió de su habitación, en la que se había encerrado para hablar con privacidad. Tenía su celular en la mano y lo pasaba de lado a lado, jugueteando con él distraídamente.

Wooyoung le sonrió y San apretó los puños con molestia, devolviendo una falsa sonrisa. Wooyoung caminó hasta él y rodeó su cintura, apoyando la cabeza en su pecho. Soltó un suspiro profundo y rio bajito.

San se preguntaba porqué estaba tan feliz, y la ira no fue fácil de controlar cuando pensó que se trataba de Minhee. Sin embargo, ahogó un bufido y rodeó al menor, apoyándose en el respaldo del sillón. San arrastró a Wooyoung tomándolo con firmeza por la cadera y volvió a sentarlo sobre su regazo.

La tentación por marcar a Wooyoung en cada parte de su piel casi lo consumía. Quería que el menor fuera suyo, y quizás de Seonghwa también, pero sólo ellos. La idea de que Wooyoung se retorciera entre las piernas de Minhee le causaba náuseas.

―¡Hola a todos!

La voz de Jongho se oyó fuerte cuando la puerta se abrió y los cuatro miembros que habían salido a cenar entraron en fila. Hongjoong les miró buscando a alguien en particular y saludó fugazmente antes de irse hacia el pasillo.

―Bienvenidos a casa ―canturreó San.

Seonghwa se acercó y se sentó junto a ellos, recargando la cabeza en el hombro de San.

Seonghwa llevó su mano sobre la mejilla de Wooyoung y acarició por debajo de su ojo tímidamente. La sauve piel de Wooyoung se sentía caliente, casi como si hubiera tomado fiebre.

―Te ves bonito ―susurró Seonghwa, ganándose una sonrisa tímida como respuesta.

―¿Te divertiste? ―preguntó San dando un sorpresivo beso en la cabeza de Seonghwa.

El mayor se separó ligeramente de San y le miró patidifuso. Sus labios temblaron y una sonrisa boba fue puesta sobre su cara.

―Sí, la pasamos bien ―murmuró Seonghwa con una risa estrangulada―. La próxima vez, quiero salir con ustedes dos.

Wooyoung asintió contento, aún echado sobre el pecho de San y cerró los ojos sintiéndose adormilado. No se percató de cuándo pasó, pero Wooyoung cayó en la inconsciencia, entre los brazos fuertes y cálidos de San y la suave voz de Seonghwa de fondo.

San dejó el cuerpo dormido de Wooyoung sobre la cama con cuidado y lo cubrió con las mantas, dejó un beso en su mejilla y esperó a que Seonghwa hiciera lo mismo para luego salir de la habitación con este siguiéndole.

Seonghwa había notado cierta inquietud en San desde que había llegado, pero no mencionó nada al respecto para no despertar o alertar a Wooyoung.

San tomó la mano de Seonghwa y lo arrastró hacia su habitación, dejándole en claro que quizá sí había algo de lo que quería hablar.

―¿Sani?

Seonghwa fue sentado sobre la cama y San se paró a su lado, mirándole con ambas manos en sus caderas. La inquietante expresión de San sólo hizo que Seonghwa jugara nervioso con sus dedos.

―Kang Minhee llamó a Wooyoung.

El silencio los invadió. Sólo se podía oír la fuerte respiración de ambos, Seonghwa desvió la mirada hacia otro lado sintiéndose intimidado por San.

―¿Y... Qué, qué pasó?

―No lo sé. Wooyoung respondió en su habitación y luego regresó todo sonrisas ―San gruñó amargamente y pasó la mano por su cabello.

―¿Crees que él vuelva a...? ―Seonghwa no pudo terminar su pregunta, un nudo se formó en su garganta y la sorpresa de que aquella idea doliera tanto fue abrumadora.

San notó los ojos húmedos de Seonghwa y se acercó a él, acariciando debajo de sus ojos con sus pulgares.

―Tenemos que demostrarle a Wooyo que él no necesita a nadie más ―susurró San enfrentándose al mayor―. Somos más que suficientes ―afirmó con algo de desesperación.

Seonghwa mordió sus labios y dudó, sus pupilas temblaron y negó con la cabeza.

―No... no podemos obligarlo ―Seonghwa llevó las manos sobre las ajenas e intentó apartarlas.

―No vamos a hacer eso.

―¿Entonces?

―Vamos a insinuarnos, vamos a ser más insistentes. ―La obviedad en las palabras de San fue en cierto grado irritante―. Vamos a demostrarle cuánto lo amamos ―murmuró sobre los labios de Seonghwa.

Seonghwa sintió la pesada respiración de San sobre sus labios y asintió desesperadamente. El miedo fue aplastante, San le contagió ese miedo y esa ansia.

Ambos estaban locos por Wooyoung, ya no había vuelta atrás.

(...)

Wooyoung pestañeó adormilado y se levantó del suelo en la sala de prácticas arrastrando su cuerpo con cansancio. Estaba empapado de sudor, y la botella a su lado ya estaba vacía.

Miró a su alrededor dándose cuenta de que Mingi y Yeosang estaban tirados en el suelo mirando hacia el techo; Hongjoong hacía algo en su computadora y Yunho bailaba frente al espejo.

Wooyoung se levantó y acomodó su ropa.

Estaba irritado y agotado mentalmente. Yeosang se lo había advertido, Yeosang le había dicho que no debía ser tan descuidado con su situación.

No podía decir que Minhee estaba extorsionándole, pero definitivamente estaba intentando arruinar su vida.

En un principio Minhee le había dicho que quería hablar y seguir siendo amigos, Wooyoung creyó que Minhee había aceptado amablemente su rechazo, sin embargo, no era así de fácil.

Cuando Minhee se dio cuenta de que Wooyoung hablaba en serio acerca de dejarlo, Minhee se volvió loco.

―Voy a esparcir el rumor ―murmuró Minhee sobre su oído cuando obligó a Wooyoung a recibirlo en su casa―. Le voy a decir a todos que te encanta que jugueteen con tu vagina.

Wooyoung tembló y negó varias veces con la cabeza, la tentación por golpearlo de lleno en el rostro y arruinar su carita de niño lindo era demasiada.

―¿Estás seguro de que lo harás? ―Wooyoung alzó una ceja para no dejarse intimidar.

Esparcir un rumor así lo pondría en el ojo de todo el mundo; usar bultos falsos ya era incómodo y triste, y saber que todo el mundo estaría buscando saber la verdad le revolvía la tripas.

Minhee sonrió y tomó con fuerza su mentón, sobresaltando a Wooyoung. Minhee lo empujó violentamente sobre la cama y se colocó entre sus piernas.

―¿Por qué no confias en mí? ―preguntó el más alto, burlón―. Podría aplastarte.

Wooyoung jadeó sintiendo su respiración pedada y desistió. Alzó las manos y dejó de ejercer fuerza para liberarse. Minhee sonrió nuevamente.

Desde entonces habían pasado ya dos días. Y las cosas estaban incómodas con San y Seonghwa, ambos estaban molestos porque había dejado entrar a Minhee a su habitación y le aplicaron la ley del hielo.

Wooyoung no sabía qué hacer.

Masturbar a Minhee y hacerle sexo oral no sería suficiente en algún momento y Wooyoung odiaba la idea de hacerlo con él. Sentía náuseas de sólo pensarlo.

Además, el saber que San y Seonghwa se habían apartado deliberadamente de él, le entristecía enormemente.

―Woo.

Wooyoung se giró hacia la voz baja de Seonghwa y sonrió. Se acercó a él rápidamente, con entusiasmo, creyendo que ya todo se había arreglado de la noche a la mañana.

No podía decirles lo que pasaba con Minhee, pero no entendía porqué estaban tan molestos de todas formas... Ellos nunca hablaron de sentimientos.

―¿Puedes ir a... puedes ir a mi cuarto?

Seonghwa desvió la mirada y sus mejillas se tiñeron de rosa, sus labios temblaban por los nervios. Wooyoung, enternecido, asintió y siguió al mayor hasta la habitación que ahora compartía con San.

Era tarde por la noche y la mayoría de los miembros estaban durmiendo, excepto por Mingi y Hongjoong, quienes estaban trabajando en el estudio.

Wooyoung pasó por la puerta y vio a San sentado en la cama de espaldas a ellos, no tenía camiseta, dejando ver su trabajada y ancha espalda. Cuando Choi se percató de que habían ingresado a la habitación, se giró hacia ellos con una sonrisa ladina.

Seonghwa comenzó a desprenderse la camisa con las manos temblorosas.

Wooyoung frunció el ceño. La invitación era clara y un sentimiento aplastante en su pecho hizo que apartara la mirada, parpadeó varias veces tratando de alejar las lágrimas.

Sonrió. Después de todo, ellos también quieren lo mismo, y se sintió idiota por no suponerlo.

Wooyoung dejó salir una risilla apenada y asintió. Estaba en ello. Se acercó a la cama y subió sobre ella, gateó hasta San y se posicionó a horcajadas suyo con ambas manos sobre su pecho después de recostarlo cuidadosamente.

Seonghwa le siguió poco después y subió sobre la cama, tan desnudo como San.

Wooyoung también tomaría lo que quería, ¿por qué no? Estaba cansado de ser una víctima, estaba agotado de que todos usaran su cuerpo a su antojo, de que no le amaran.

Wooyoung sonrió ampliamente al sentir lo duro que ya estaba San al frotarse contra su pene. Los boxers grises tenían una mancha de humedad, Wooyoung se encargó de quitárselos y lanzarlos lejos.

El pene de San era grande y grueso, tanto que se veía doloroso. Seonghwa chistó tras darle un vistazo y San le sonrió alzando una ceja.

Wooyoung se volteó hacia el mayor y tironeó de su cuello, atrapó sus labios bruscamente succionando y saboreando su lengua con la propia, con su mano, sobaba el pene de San lentamente. Soltó el cuello de Seonghwa y llevó su otra mano al elástico de su boxer sin dejar de besarle.

Los quedos jadeos de San distraían a Wooyoung, por lo que dejó libre la boca de Seonghwa y, con sus ojos brillando por la excitación, les miró interrogativamente.

San señaló su pene con la cabeza y luego miró sus labios.

Seonghwa tembló incapaz de saber qué hacer y casi chistó cómicamente. Wooyoung lo notó y tomó su mano, lo condujo detrás de él, señalándole las rodillas.

―¿Quieres follarme, hyung? ―preguntó Wooyoung casi inocentemente, parpadeando varias veces.

Wooyoung se colocó de rodillas delante de San e inclinó su parte superior hacia él, levantando su trasero hacia Seonghwa. Llevó su mano hasta su vagina y se frotó suavemente dejando ir un suspiro.

―Por donde desees, Seonghwa ―cedió Wooyoung, con su voz cantarina cansada.

Seonghwa miró a San sin saber qué hacer y colocó ambas manos en los glúteos de Wooyoung cuando este meneó sus caderas acercándose a él y rozandose con su pene.

San le sonrió. Un te lo dije en sus ojos.

Seonghwa relamió sus labios y se inclinó, abriendo los labios vaginales de Wooyoung con sus pulgares. Su zona estaba mojada e hinchada, eso ocasionó que Seonghwa sintiera los latidos de su corazón en su garganta.

Seonghwa dio unas suaves lamidas y expandió con sus dedos ese pequeño agujero.

Wooyoung respiraba ahogado sobre el pene de San entre sus labios, sus ojos se cerraron y trató de alejar cualquier pensamiento de su cabeza. Ignoró a Minhee e ignoró la nueva situación, solo pensando en que estaba haciendo el amor por primera vez con San y Seonghwa, porque eso era lo que más quería.

Los delgados y tímidos dedos de Seonghwa abrían su canal cuidadosamente como si temiera romper alguna cosa; Wooyoung se movía contra ellos deseando un poco más de brusquedad, Wooyoung quería que se comportaran como los idiotas que eran.

Y apenas lo pensó, San llevó una mano a su cabello y comenzó a marcar el ritmo, jugando con la garganta de Wooyoung a su antojo. Con sus dedos de la mano libre, San acariciaba la oreja de Wooyoung casi inocentemente, como realmente no estuviera haciendo nada brusco.

Seonghwa, por otro lado, estaba en un pequeño dilema.

Estaba ahí, Wooyoung estaba ahí con ellos y hacía todo lo que querían, pero ¿por qué se sentía tan miserable? Una parte de Seonghwa sabía que el corazón de Wooyoung sufría, pero por más que pensara, no sabía cómo ayudarle.

Wooyoung era el que tenía muchos amigos, ¿por qué no sólo dejarlos? Seonghwa estaba dolido, quizás tanto o más que San, pero temía expresarlo. Wooyoung no era novio de nadie y podía hacer con su cuerpo lo que quisiera, sin embargo, ¿no se daba cuenta de cuánto lo amaba y cuánto le lastimaba?

El pecho de Seonghwa dolía.

Seonghwa pasó su mano por la espalda de Wooyoung y finalmente se incorporó, se alineó tras colocarse el preservativo y, con lentitud y cuidado, se enterró hasta que todo su falo hubo sido tragado por su vagina. El cuerpo de Wooyoung se tensó por un momento y un jadeó sacudió el pene de San.

Seonghwa estaba estático, miró a San a los ojos y trató de sonreír, aunque la mirada de respuesta fue vacía.

Por una milésima de segundo, Seonghwa se pudo permitir creer que Wooyoung era suyo.

Seonghwa comenzó a moverse, se sujetó de las caderas de Wooyoung y embistió contra él. Los gemidos del menor eran ahogados por el pene entre sus labios, ya su tarea siendo difícil debido a la atención que estaba recibiendo en su vagina.

―Sani ―Wooyoung gimió su nombre y San lo observó―. ¿No quieres ir atrás también? ―preguntó sugerente, lamiendo la punta de su falo.

Sus ojos recorrieron la expresión de San y un balde de agua helada cayó sobre Wooyoung al darse cuenta de la frialdad en él.

San pasó la lengua por sus labios y asintió. Con cuidado, San se apartó y colocó una almohada cerca para que Wooyoung pudiera tomarla y acomodarse, gateó hasta quedar hombro a hombro con Seonghwa.

Una risilla nasal se oyó en la habitación.

―Hay que hacérselo a la putita ―susurró San, con sorna.

05112021

les juro q minhee es un amor a,,

ya tengo sueño,, mañana subo otro

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top