#03 protect

S A N W O O
thirteen years. ────── adaptación de un especial de "who's not?"

San pegó un salto cuando sintió una mano pesada agarrar su hombro y luego resbalar hacia abajo como si se estuviera limpiando. Giró sobre su propio eje con pánico encontrándose con el niño bajito del segundo piso que le miraba con algo de temor.

―Estoy buscándote ―dijo el pequeño en un murmullo, llevando ambas manos sobre su boca tratando de cubrir un poco su vergüenza―. Mi mami encontró la billetera de tu mami ―murmuró.

San miró alrededor del edificio, luego a su helado derretido y después al niño enfrente suyo.

―Hm, gracias ―susurró sin recordar el nombre del niño―. Soy San, como las montañas.

―Hola ―le dijo también en un susurro como si contase un secreto, comenzando a caminar esperando a que San le siguiera―. Yo soy Wooyoung, pero todos me dicen Woo ―dijo oprimiendo el botón de su piso en el ascensor.

―Es un lindo nombre. ―San nunca apartó la vista del otro niño más pequeño.

San siempre tenía miedo, vivía encerrado en su departamento sin contacto con los otros niños por temor a caerse o lastimarse, ya que su mamá decía que estos solían ser unos salvajes. Tuvo un amigo hace un año, pero este tuvo que regresar a Incheon y él volvió a quedarse solo; pero ahora que veía a ese pequeño, Wooyoung, ocultando su rostro y temblando, mientras trataba de ayudarle, pensó en que no era el único chico en la Tierra que pasaba por lo mismo.

―¿Cuál es tu departamento? ―preguntó San, saliendo del elevador primero.

―El dieciséis B ―señaló Wooyoung, caminando más cerca de San―. No... No me dejes atrás.

San le esperó hasta que el pequeño estuvo a su lado, y pegó otro salto cuando sintió la manito de este aferrarse a su brazo, los pequeños deditos se enterraron en su piel.

Wooyoung respiraba fuerte e irregularmente, mirando hacia todos lados mientras tocaba la puerta de su departamento, esperando a que su mamá le abriera. Era tímido y pequeño, haber salido a por San había sido toda una aventura.

―Mami, traje a San ―dijo, dejando un besito en la mejilla de su mamá cuando esta los recibió como si no la hubiera visto en todo el día.

Kyungsoo tomó a Wooyoung en brazos y le llenó la carita de besos, luego lo soltó haciendo que el pequeño se marease por el movimiento.

―Eres el pequeño héroe de mamá. Buenos días, Sannie ―dijo Kyungsoo, invitándolos a entrar―. Ayer salí de mi departamento para comprar las vitaminas de Wooyounggie y encontré la billetera de tu madre en el baño de servicio. Iba a dejárselo al botones, pero decidí mejor entregársela yo misma.

Kyungsoo los invitó a sentarse en los puffs para niños que había en la sala y rápidamente les llevó vasos con jugo de limón.

―A Woo le gusta de limón ―dijo Wooyoung, dándole un sorbo.

―A Woo le gusta todo ―aclaró su madre, volviendo con una galletas―. No pude encontrarme con tu madre aún, así que mandé a Woo a buscarte, Sannie. Siempre te vemos bajar a recepción a por tu helado de crema.

San miró su helado de crema nuevamente, la forma original no se había mantenido gracias al calor y ahora estaba hecho una masa derretida bajo el plástico transparente que lo envolvía.

―¿Dónde puedo tirarlo? ―preguntó San tímidamente, levantando el helado.

―Dame, yo lo tiraré ―Kyungsoo lo tomó―. Luego te daré algo de dinero así compras otro.

Wooyoung miró con atención la interacción que su madre tenía con su vecino.

―¿Puedo tener uno yo también? ―preguntó balanceando sus piesitos, errando tomar la pajita con los labios por estarles mirando―. Woo también quiere...

Kyungsoo abultó los labios y miró hacia la cocina nuevamente.

―Lo siento, cariño. No puedo acompañarte ahora, ¿qué dices si vamos después de que esté la comida?

―Yo... ―San levantó la mano como si esperase que le dieran oportunidad de hablar―. Yo puedo acompañar a Woo.

Kyungsoo sonrió enternecida y aceptó, yendo a por su bolsa para buscar dinero.

San mantuvo los ojos sobre el pequeño, quien jugaba con sus pies mientras tenía la mirada baja.

―¿Te gusta el helado? ―preguntó San tímidamente, ladeando la cabeza.

―A Woo le gusta todo ―repitió el pequeño lo mismo que su mamá había dicho, en un tono bajo pero juguetón.

San sonrió mientras tomaba su mano, listos para bajar a por sus helados.

El pasar de los años suele cambiar a las personas, hace que maduren, que se hagan responsables, y dejen sus miedos más tontos e inocentes atrás. Eso había ocurrido con San, se había convertido en un chico fuerte que podía romperle la cara a cualquier idiota si tenía una razón.

San tenía un propósito claro, un objetivo que no le haría doblegarse ante cualquiera. San estaba ahí para tomar de la mano a su chico tímido y acompañarle adonde fuera, porque no era sólo su mejor amigo ahora.

El pequeño Woo estaba sentado sobre sus piernas mientras comía su almuerzo, San apoyaba la cabeza en su espalda esperando dormir un poco más antes de que la próxima hora llegara y tuvieran que partir hacia la siguiente clase. Ellos jamás se habían separado luego de comprar ese helado de crema trece años atrás, habían quedado pegados como el dulce derretido según Jung Kyungsoo.

―Despierta, Sannie ―dijo Wooyoung, dándose media vuelta y pasándole una papa por encima de los labios cerrados―. Come algo.

San no abrió la boca, pero sacó su lengua para lamer el contorno salado que le había quedado.

―Tengo más sueño que hambre ―dijo San despacio, bostezando.

―Eso te pasa por haber venido aquí sin dormir, S... ―Wooyoung gimió fuerte y adolorido, interrumpiendo así sus palabras.

San se incorporó asustado ante las quejas de su pequeño. Lo que no esperó encontrar fue su cara manchada de comida, sus pequeños ojos comenzaron a lagrimear mientras trataba de apartar la salsa caliente de su rostro. No había un espacio sin salsa.

―¿Viste quién lo hizo? ―preguntó San, sentándolo a un lado para limpiar su rostro ya rojo por la quemadura.

Wooyoung no pudo responder cuando un chico comenzó a reír con fuerza.

―¡Maldito homosexual! ―bramó este, chocando palmas con otros dos.

San enfureció, dispuesto a romperle los huesos. Se levantó de un tirón preparando sus puños y entregó una mirada helada a los tres chicos que dejaron de reírse.

―No vayas... ―pidió Wooyoung en un murmullo bajo, tomándole de la camiseta con fuerza.

―¡Pero es la segunda vez que hacen esto! ―gritó San, colérico―. ¡¿Por qué siempre los proteges?!

Wooyoung, una vez limpio, ocultó la cara en el pecho del mayor, tratando de evitar que este vea lo molesto que también se encontraba.

―No los protejo a ellos ―susurró frotando las manos en la espalda de San para tranquilizarlo.

Desde nacimiento y por herencia, San era hemofílico, y Wooyoung sufría de hemofobia, mientras nadie sangrara todo estaba bien. No importaba cuánto Wooyoung tendría que soportar, él no dejaría que San se hiciera daño tratando de protegerlo. Sabía que San se iría a los golpes en cualquier momento.

San se quedó quieto, sintiendo al pequeño temblar en sus brazos.

―Oye... ―susurró San, besando su cabeza varias veces―. Esos idiotas... Yo te cuidaré de ellos.

Wooyoung alzó la cabeza, siendo besado en los labios dulcemente, por sorpresa.

―Ven aquí ―San alzó al pequeño nuevamente, casi cubriéndolo por completo con su propio cuerpo.

Ambos se convirtieron en una bolita ignorando completamente el bullicio del exterior, las burlas, los golpes y la maldad ajena; tal y como hicieron por más de diez años.

⸼𖧧 ָ࣪ mié 11/11/2020

lo resubí aquí porque me gustó mucho este os, aaa, está adaptado y modificado.

el próximo es sanhwa

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