20. El invierno trae consigo maravillas que no te puedes perder por...
El invierno trae consigo maravillas que no te puedes perder por dormir cinco minutos más.
Diciembre arribó, y con ello, el invierno que llegaba a principios de octubre se intensificó de una forma brutal nunca antes vista en Yokohama que, podría jurar, las calles se llenarían pronto de un pulcro blanco y helado que calaria hasta los huesos solo salir a hechar un vistazo. Las fechas también indicaban, que ya casi hacia un año desde el incidente del suicidio doble fallido con el detective.
Cuando desperté, a pesar de que la calefacción estaba encendida por toda la casa, por alguna razón me quedé en cama cubierta hasta las narices con la intención de hacerle al flojo hasta que me doliera la espalda y cabeza. Encendí la televisión por si fuera poco y cambie el canal en busca de alguna caricatura que me entretuviera por algo más de un rato, pero antes de encontrar dicho canal, mi dedo se detuvo cuando mire las noticias locales.
— Saber algo de lo que sucede a fuera no me hará daño — pronuncié solo para mí y puse atención a lo que decia la presentadora.
Todo era bastante cotidiano, nada que no hubiera visto antes, hasta que comenzaron a hablar de los peligros que últimamente habían asaltado las calles de la cuidad.
— No salga si no tiene algo importante que hacer, además del frío, los peligros también abundan en las calles de nuestra ciudad. Cada día son más los delitos cometidos en estas, por ello, la policía de Yokohama a enviado a sus oficiales a recibir instrucciones de qué hacer en caso de alguna situación peligrosa. Por otra parte, la Mafia Portuaria se ha estado movilizando en estos últimos días; la recomendación es: si los reconocen, nos duden en llamar a la policía de inmediato y no hagan nada que pueda poner en peligro su integridad como ciudadanos.
Pensé enseguida en Chuuya y Akutagawa. Sabía que no eran exactamente un pan de Dios, pero de alguna manera estaba en contra de qué alguien los delatara, aunque iba a ser difícil atraparlos, de eso no había duda.
Recargué mi cabeza en el respaldo de la cama y bostecé como si no hubiera un mañana, las noticias llegaban a mis oídos, pero nuevamente era algo que me tenía con descuido...
— ¡Para terminar con la transmisión del día de hoy, tenemos buenas noticias...! — un presentador bastante energético se colocó frente a la cámara tal como en un programa de comedia.
— ¿Que nos traes el día de hoy, Mishima-san? — le preguntó la presentadora que hablaba antes con una risita de por medio.
Eso llamó mi atención enseguida.
— En diciembre del año pasado la joven de nombre Ishinomori Ren-kun, se extravió en las calles de Yokohama, la buena noticia es que tras casi un año ya ha sido localizada y ahora se encuentra segura en su casa. Está fue la declaración que hizo su padre a la televisora...
Me deshice de lo que me cubría y me acerque a la televisión frente a mí sin bajarme de la cama, por lo que aún quedaba lejos. Casi me caigo por el movimiento brusco.
— Gracias a Dios, mi hija ya está en casa tras todo este tiempo. Quiero darle las gracias a todas las personas que estuvieron atentas y me ayudaron a localizarla. De verdad, estoy muy agradecido...
— Ese maldito... — susurré con enojo.
En la pantalla, había un hombre de cabellos negros, ojos cafés y ropa de trabajo. Y aún así el cínico había mencionado que estaba muy diferente a como lo recordaba. Pues era obvio que Nikolai Gogol no era esa persona en la pantalla, sino el verdadero Tsukishima Tsuji. ¿Donde había tomado esas clases de actuación? Porque era imposible para alguien descubrir su falsa personalidad. No podías ver a través de su actuación si no supieras el truco de antemano.
Vaya payaso hecho actor de primera dando un discurso en televisión local.
Fue la última noticia del día y mejor apagué la tele echando mi cuerpo hacia atrás.
— Algo tiene que haber detrás de esas declaraciones, hasta lo más mínimo tiene una razón — me dije enseguida.
No llegué a la conclusión en ese momento, pero lo que había detrás, tenía un nombre, o para ser exactos, varios nombres. Nakahara Chuuya, Akutagawa Ryonosuke, Dazai Osamu, Nakajima Atsushi, la Port Mafia entera y la agencia.
No era mentira que las organizaciones sabían el conflicto, ya había pasado mucho para que no se dieran cuenta, por ello, la agencia estaba movilizada en mi búsqueda y Chuuya y sus hombres también... Ahí estaba la respuesta.
¿Por qué aparecer en televisión para informar a toda la ciudad?
Al enterarse de esto, por lo menos la agencia tendría que dejar de buscarme y Chuuya se relajaría; en esta ocasión, no importaba mucho en lo que Mori creyera, aunque conociendo a Dazai, sabría que esto también formaba parte de la obra de teatro, pero haría lo que fuese por tranquilizar de igual manera a todo mundo.
— Volvió con su familia, ya está bien... — podía escuchar sus palabras a la distancia.
Volví a cubrirme con las mantas está vez de pies a cabeza.
¿Cuánto tiempo había pasado? Por lo menos ahora sabía en qué mes nos encontrábamos y la edad que poseía. Dejé ir contra la corriente como había manifestado aquella mañana frente el ruso y me puse cómoda en esa casa.
No habían cambiado mucho las cosas, solo que ahora me dolían ambos brazos porque los "experimentos" se habían intensificado. Ya no solo era la extracción de sangre, sino que ahora a diario, Fyódor se comportaba como un doctor. En una habitación que más bien parecía consultorio, me hacía consumir medicamentos con sabor amargo y también me los inyectaba; colocaba palitos en mi lengua para revisar mi cavidad bucal; me pesaba y media; etc... Todo lo que realizaba un doctor en una consulta normal. Ah, y no olvidemos los dulces por haber cooperado voluntariamente.
Mi curiosidad aumento con esto, quería saber más que nunca que se traía entre manos, pero jamás volví a preguntar, puesto que no tenía algún derecho ya que yo le pertenecía y podía hacer lo que pegará en gana conmigo.
Por su parte, llamemoslo, Tsuji, iba y venía por periodos de tiempo irregulares, a veces se quedada por días y a veces se iba indefinidamente. Seguía comportándose igual al mes en que me cuido solo, incluso ahora disfrutaba un poco de los juegos que tenía preparados para mí aburrimiento.
Me había convertido en una mascota.
— Gogol no está, ¿a qué hora piensas levantarte de esa cama y comer algo?
Fyódor entro a la habitación, pero como estaba enredada en las mantas, no le ví y tampoco escuché el sonido de la puerta, por lo que me asusté un poco.
— Me duelen los brazos, no podré hacer el desayuno por mí cuenta — informé como si nada. En eso se había convertido nuestra "relación", tal como si no me hubiera quebrado antes con sus palabras.
— ¿Te quedarás sin comer entonces? — me preguntó malhumorado.
— Al parecer — solo contesté.
— Bien, allá tú. El día de hoy no te necesito, así que no me importa lo que hagas.
— Si, si — contesté una vez cerró la puerta tras de sí y abandonó la habitación.
¿Por qué estaba tan enojado? ¿Le molestaba el frío? Por lo regular aunque era indiferente también era en cierto sentido amable con mi persona.
— ¡Es hora de una adivinanza!
Al día siguiente, no tuve el tiempo de correr. Gogol había llegado a casa y me había encontrado tirada sobre mi panza en el sofá de la sala de invitados.
— ¿Cuál de estos regalos crees que es para tí? — se situó delante de mí y mostró dos cajas medianas cuando las colocó en la mesita. Eran color azul cielo.
— Ninguna — contesté enterrando la cara en el sofá.
— ¡Exactamente! — río como loco — ¡Este es tu regalo, estás cajas están llenas de aves para liberar en el patio! — sacó otra caja igual de su capa y la colocó en mi espalda cuando vio que no iba a recibirla con las manos.
— Gracias.
Ya no me sorprendían las acciones de Nikolai, había comprendido que las personas que me había rodeado en ese último año no eran exactamente las más normales.
Cuando se marchó a liberar las aves, cosa que ví por la ventana, abrí la caja que me había obsequiado. No era la primera vez que traía regalos para mí persona, por lo regular siempre me daba juegos o cartas de baraja.
— ¿Por qué me estás regalando una peluca azul?
Está vez era un objeto diferente, pero no dejaba de ser raro.
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Disculpen el relleno, pero esto sigue siendo una fic de Fyo-kun, no Naruto, se los aseguro 😆
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