Amor también implica renunciar.

Muchas veces, Jungkook se ha preguntado cuál es su límite y, así mismo, muchas veces se dijo todavía no, un poco más.

Un poco más por él, un poco más por Taehyung.

Se alentó a no rendirse y siempre tener una sonrisa dispuesta para el mayor ante cualquier adversidad que pudiese atravesar su amistad o la vida de quien, desde su más temprana adolescencia, había sido el objeto de sus sentimientos más puros e intensos. Se alentó tanto, que ha llegado el momento de no hacerlo más.

Se negó a dar su brazo a torcer, se negó a desfallecer por un amor que con cada año que pasaba lucía más y más inalcanzable. A él nunca le importó ser correspondido, nunca se trató de llegar a ser el novio de Taehyung o explorar sus deseos sexuales con él. Se trató, cada segundo, de acompañar sus pasos, de verle convertirse en un hombre maravilloso. Se negó tanto a ello que ya no puede hacerlo más, que ya no hay palabras de aliento para darse.

Ya no curas para sus heridas propias y no hay nadie, ni debería de haberlo, que le seque las lágrimas que ha derramado por su propia insistencia.

Hoy se pregunta cuál es su límite y con una mezcla de dolor y cansancio, se dice a sí mismo este, este es límite y ya no puedo más.

Jungkook es una víctima, pero de sus propias elecciones. Contrario a Taehyung, que es herido por la persona que ama, Jungkook no puede decir que el mayor le ha lastimado: fue él quien decidió confesarse, fue él quien decidió intervenir en las elecciones del mayor. Fue sólo él, Jeon Jungkook, quien se negó a rendirse en algo por lo que debió renunciar desde el principio.

Es por eso que se seca las lágrimas con lentitud, observando como Taehyung se aleja de él sin mirar atrás y sin dudar. Jungkook le deja marcharse porque nunca ha creído que el amor se pueda obligar, los sentimientos no puedes forzarse y es él, al final, quien acaba de renunciar a Taehyung. Lo ha dicho en voz alta y lo ha dicho en serio.

Ha llegado el final porque Jungkook antes que, a nadie, se ama a sí mismo.

Ama a Taehyung, profundamente... pero eso jamás implicará que lo pondrá por encima de su propio bienestar. No es esa la forma de amar con la que está de acuerdo, por eso no entiende ni entenderá jamás la manera abnegada en la que Taehyung parece amar a Joon Seok, por eso jamás podría pedirle a alguien que lo eligiese porque, aunque el amor es de elecciones, jamás será de poner contra la cuerda, jamás será de violentar.

No, Jungkook no ama así.

Su amor, imperfecto e inexperto, no es así y no importa, no importa que nadie le haya amado como bien le ha dicho el mayor. Jungkook lo ha aprendido de ver el amor de los demás, del amor que él mismo profesa por otros; así que toma aire con esfuerzo, sintiendo sus pulmones expandirse con dolor cuando es momento de marcharse, cuando ya ha pasado demasiado tiempo ahí, dándose esperanzas en algo que no sucederá.

Taehyung no saldrá y, se da cuenta, él mismo no quiere que salga.

Para sanar, ahora más que nunca, Jungkook debe alejarse.

.- Adiós, h-hyung...

Así que Jungkook recoge los pedazos de su corazón con esfuerzo; lo hace con cada lágrima que se seca con el dorso de la mano mientras deja que los sollozos se aplaquen y dejen de atorarse en su garganta, lo hace cuando se da media vuelta y endereza la cabeza, siendo ahora él quien camina sin mirar atrás y sin dudar.

Ha renunciado a Kim Taehyung.

Ahora y para siempre. 

TENEMOS BOOKTRAILER. 

Miren que belleza.

Ha sido como premio por los Taekook Awards 2018 y lo ha hecho alguien que estimo muchisímo (y que recomiendo como autora 200%, así que pueden ir a leerla): MirisRoro.

https://youtu.be/vXFG5rdqb0k