You're kidding?

Luego de unos largos seis meses se encontraba recostada en el sofá con el teléfono en su oreja y una pequeña sonrisa en sus labios, se tuvieron que acostumbrar a hablar por ahora pero tampoco era tan malo porque por lo menos sabían una de la otra que era lo más importante, se extrañaban como nunca pero debían comenzar a pensar que era lo mejor para ellas en vez de estar treinta minutos llorando y otros treinta hablando como si nada, así han estado desde el primer día en el que Mina se fue, porque el miedo de separarse persiste y parece que no se irá tan fácilmente.

Ya habían pasado por esos largos minutos en los que se decían lo mucho que se extrañaban y hablaban de todo lo bueno que tenían antes de que se fuera, así que se podría decir que era su hora feliz en la que se ponían al día con todo lo que les había pasado, ahora hablaban sobre Momo y sus extraños ataques de felicidad extrema en la que saltaba o bailaba de la nada, parecía que se encontraba en un buen momento de su vida y eso le encantaba a Sana porque sentía que era participe de aquella felicidad.

Aunque fue difícil para ellas alejarse de todo lo malo que pasó en solo un día en Japón, lograron entender y comprender que ninguna de las personas que estaban en ese lugar valían la pena, porque aquel pasado que las atormenta hasta el día de hoy es el mismo que hizo de todo para unirlas, con eso es con lo que se quedan porque no les gustaría volver a los días en los que no dormían o no había tanta comunicación como ahora, es algo que han estado trabajando y lograron más de lo que creyeron que avanzarían.

Se podría decir que son la típica pareja que le sacan las cosas buenas a lo malo, que luego de parecer que en cada momento iban a acabar con absolutamente todo, lograron acabar con todas esas inseguridades y conflictos internos gracias a hablarlo, trabajar en ello y luchar por lo que ambas querían, amarse era lo que las mantenía unidas, además de querer estar una al lado de la otra en todo momento, aún sabiendo que obviamente habrán más momentos difíciles ya saben que decisiones tomar, se conocen un poco más y buscan la forma de hacer sonreír a la otra con pequeñas cosas.

"Siento que mi vida está tomando el camino que siempre quise que tuviese". Dijo en un pequeño suspiro, se encontraba más que enamorada, siente que por más que decía que no era lo que le hacía falta para tener una felicidad plena y completa. "Eso no quita que todos los días piense en lo que pudo pasar si hubiera tomado otro tipo de decisiones". Mordió su labio inferior y cerró los ojos, el sonido tranquilizador de la risitas de Mina era suficiente para hacerla sonreír.

"Siento que nunca vas a cambiar y seguirás sobre pensando todo". Ambas rieron, de seguro si no fuera por la distancia que las separa Mina estaría pegándole mientras le dice todo eso. "No puedo negar que a mí también me pasa lo mismo". Tomó un sorbo de café y miró por la ventana como Chaeyoung intentaba apartar la nieve del pequeño árbol que tanto ha estado cuidando. "Pero siento que todas las decisiones que hemos tomado han sido para bien, ahora somos felices". Sana asintió y bajó la mirada. "no sabes cuánto lamento no poder estar para ti cumpleaños". Cumplía años en dos semanas y sería el primero, desde que conoce a Mina, en el que no estarían juntas.

"Hacemos videollamada y ya está". No quería hacerla sentir mal pero el nudo en la garganta estaba, la extrañaba más de lo que ha llegado a extrañar a alguien. "Aún así mándame algo de allá". Myoui rodó los ojos no esperaba menos de su mejor amiga, ya se había tardado en pedirle algo. "¿Lograste que Hana comprendiera que ella no es quien manda?". Cambió de tema repentinamente haciendo que la pelinegra frunciera el ceño, algo había pasado como para cambiar de tema pero lo dejó pasar.

"No me puedo creer que tú cuñada sea el ser más pesado del mundo, si Momo es un amor de persona". No se atraviesa a decirlo cerca de la nombrada anteriormente pero sí que era consciente de ello. "Pero si, ya logré que entendiera que yo soy quien manda y aunque me cueste, porque técnicamente sigo siendo nueva, voy a estar ordenando cosas que para eso soy quien manda". Fue una gran sorpresa para ambas cuando se enteraron que la hermana mayor de Momo trabajaba en ese lugar.

"¿Has sido mala?". Le había contado lo que pasó aquella tarde, así que de seguro lo que hacía era por pura maldad.

Se escuchó una risita malévola de fondo y luego un suspiro, era obvio que lo hacía con intensión de hacerla sentir mal, que estaba mal, pero aún así sonrieron al mismo tiempo como si estuviera planeado y supieran que eso están haciendo. "Ella se lo buscó". Habló con total seguridad en cada palabra que decía, frunciendo las cejas y elevando el mentón. "Hice que le diera la vuelta entera a la ciudad buscando un té verde".

"Pero si no te gusta". Se cruzó de brazos.

"Que lenta eres". Murmuró negando con la cabeza. "Quería hacerla sufrir, no sabes el calor que hacía".

"Eres un ser despiadado". Se encogió de hombros. "Pero claro que se lo merecía". Se quedó en silencio al ver como Momo bajaba las escaleras casi corriendo, tal vez tuvo una pesadilla, se han vuelto recurrentes y eso le preocupaba porque se nota que no se encuentra muy bien, pero ésta vez está pálida como si hubiera visto un fantasma. "Espera un momento". Dijo. "¿Que pasa, bebé?". Hirai saltó al sofá y la abrazó desesperada, algo, le acarició la espalda haciéndola jadear.

"¡Hey!". Chilló. "No vengan a coger mientras estamos en llamada". Gritó fuera de sí.

"Te llamó luego". Cortó y miró a su novia que seguía con la mirada perdida. "¿Que sucede?". Se estaba comenzando a asustar porque no entendía lo que le pasaba, no era tan normal que estuviera así, apretó los labios y se le quedó mirando a los ojos. "Mi amor". Llamó pero ésta le subió el suéter y se acercó a su abdomen, por un momento pensó que quería hacer algo que de seguro las dejaría exhaustas pero no fue así, le dio un pequeño besito. "Me estás asustando". Se sinceró y miró el techo.

"¡No me lo vas a creer!". Escuchar la emoción en la voz de la contraria la alegró. "Pero tuve un sueño asombroso que me encantaría que se hiciera realidad". No estaba entendiendo nada pero le daría el tiempo necesario para que se explique de una buena manera en la que pueda entender porque ahora siente que están hablando hasta en otro idioma. "Te veías demasiado hermosa". La involucraba a ella, eso sí que lo entendía por algo fue que saltó con tanta emoción, le apretó las mejillas y la acercó para un beso que la dejó descolocada por completo.

"Quisiera que me lo expliques mejor". La incertidumbre la estaba carcomiendo, se mordió con fuerza el labio inferior esperando una respuesta cuando lo único que estaba teniendo eran miraditas cómplices y una enorme sonrisa por parte de su novia quién ahora parece que se le comió la lengua un ratón. "Si es con palabras te lo agradecería". Se burló al ver el sonrojo en las mejillas de la contraria, se veía tan adorable que creía que iba a morir en cualquier momento por tenerla tan cerca, cosas como están le aseguraban que amaba a esa pequeña japonesa que se había vuelto muda.

"Estabas embarazada". Y como si eso hubiera sido el mejor chiste de la historia, soltó una carcajada que retumbó en la cabeza de la chica que estaba a escasos metros de su rostro, ésta no comprendía que era lo gracioso y es que nunca habían hablado sobre el tema pero Minatozaki estaba segura que si llegaban a tener un hijo era obvio que Momo era la que lo iba a tener en su vientre por esos largos nueve meses. "No le encuentro la gracia, tú risa me parece fuera de lugar". Entre más hablaba más risa le daba.

Nunca iba a salir embarazada porque no lo quería, ya había sucedido y luego de lo que pasó en aquel lugar tomó la gran decisión de no tener hijos porque siente que sería una gran responsabilidad que ahora mismo en su vida no quiere tomar, se siente bien estando a solas con Momo, por ahora, de seguro en algún momento si va querer tenerlos porque no puede mentir y decir que no le gustaría o que lo sé lleva bien con los bebés porque le encantan, ama cargarlos y hacerles caras locas para que se rían, tiene una gran facilidad para empatizar con ellos.

Pero Momo no, para nada, hizo llorar a un niño de dos años porque no quería darle la última Barbie enfermera que quedaba, le explicó que debían gustarle otro tipo de cosas porque eso era de niña, siendo una mujer adulta comprandola para su colección, luego de eso la estuvo regañando en todo el camino porque ella no debía tener ese tipo de pensamientos tontos que tienen todos los padres, porque los juguetes se hicieron para jugar, no tienen género, eso no impidió que no se lo diera y ahora está en la repisa de una habitación que nadie usa.

"Yo ya tuve la oportunidad y no la quiero". Dijo un tanto seria, Momo se asustó creyendo que había metido la pata pero luego se relajó al ver como Sana volvía a reír. "No me cierro a la idea de tener un hijo contigo, solo que es obvio que tú eres la que va a estar embarazada". Hirai frunció las cejas, el doctor le dijo que si llega a estar embarazada será bastante complicado y no le gustaría estar en una cama sin poder levantarse, solo para lo necesario. "No me hagas esos ojitos".

"Pero yo quiero tener el papel de protectora". Dijo con un mohín. "Tengo una asombrosa idea". Minatozaki no iba a ceder a nada pero dejo que la mayor fuera a la habitación con una gran sonrisa, parecía que estaba entusiasmada por algo que no tenía sentido pero dejaría que las fluyeran para no sentirse tan mal cuando de seguro salga ganadora, lo más probable es que sea un juego en el que si una pierde es la que saldrá embrazada, es bastante buena en todo tipo de juego así que si, iba a disfrutar ver a Momo embarazada, así la protegería.

"De seguro yo voy a ganar". Murmuró muy segura de sí misma, cruzándose de brazos y moviendo los hombros.

"Esto será muy sencillo". Se sentó en el mismo lugar y la miró a los ojos. "¿Cara o cruz?". Eso sí que no se lo esperaba, la sonrisa que tenía hace algunos minutos se borró por completo, ahora tenía que depender de la suerte y de las monedas, dos cosas que nunca han sido algo muy bueno en vida, con una sonrisa de pánico absoluto se quedó mirando a su novia que parecía estar muy decidida. "Ni tú ni yo quiere salir embarazada pero queremos pasar por eso". Murmuró, era bastante contradictorio. "Así que nos emocionaremos, son importar cual sea nuestro rol". Asintió y apretó los puños.

"Cruz". Dijo con no mucha seguridad, Momo sonrió y asintió, tenía todas las de ganar siempre lo hacía.

"Para que veas que no hay trampa, tú lanzaras la moneda...así que podrás hacer trampa". Sonrió ladina, la peli gris la miró, ni siquiera sabía cómo hacer trampa.

"Está bien". Contestó no muy convencida de sus capacidades. "Tu cara y yo cruz". Suspiró y elevó la moneda, ambas con los dedos cruzados esperando que cayera en el sofá, cuando eso pasó una saltó de emoción y la otra solo miró como la emocionada saltaba de un lado a otro.

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