The perfect trip to the past

Masticó la carne sin subir la mirada del plato, había estado aguantando los comentarios de su novia acerca del trabajo por más de trámite minutos, lo soportó por más tiempo del que creyó pero ahora la conversación se ha tornado lo más superficial del mundo, la mano de Momo está en su muslo y le da leves apretones cada que hablan, no entiende que es a lo que se refiere pero prefiere dejarlo así y no preguntar porque no le gustaría parecer descortez, creía que la familia de la mayor era envidiable por las cosas que decía de ellos pero no es así.

Son una bola de personas que lo único que hacen es agrandarse el ego con cada palabra que sale de sus labios, como si fueran una familia perfecta para que crea que es así pero no, ya se dio cuenta con miles de actitudes que no lo son, en lo absoluto, se siente bastante mal por la pelinegra que parece que no se da cuenta de toda la mierda que sale de sus bocas, cerró los ojos y tomó un poco de arroz, al acercarlo a su boca se quedó callada por las palmaditas de la que es su suegra en su espalda.

"Es una chica bastante callada". Se nota que no era lo que estaban esperando, de seguro creían que por esa puerta aparecería un chico apuesto, adinerado y carismático pero que en serio forzaba a su hija a hacer lo que él quisiera porque deben hacer el mismo teatro de la famila perfecta. "Cuéntanos de ti". No quería hablar, sentía que si decía una mínima cosa la iban a fulminar con la mirada o a burlarse de lo que estaba diciendo porque su vida no era para nada asombrosa y era obvio que no contaría nada de su pasado, personas como éstas no merecen eso.

No entiende como Momo pudo salir tan perfecta y con un gran corazón, de por sí los hijos siguen los mismos pasos de los padres en éstas situaciones ya que se han criado en una fantasía y si salen de ella comienzan a darse cuenta como es el mundo de verdad, de seguro fue lo que le pasó a la mayor y por eso es que es alguien más, una mejor chica, alguien que no tiene nada que ver con estos dos seres y era chica que no deja de verla, parece que la quiere matar.

Tener cuñada era una de las cosasas emocionantes que le habían pasado ya que quería llevarse bien con ella pero no, cada que va a hablar voltea a verla con un odio que es tan grande que le da miedo incluso respirar, siente que todo lo que tiene que ver con ella se lo pueden criticar solo por ser distinta o normal, nunca le ha gustado vivir de apariencias y es exactamente lo que éstas personas hacen, suspiró y sonrió, detestaba tener que mentir y actuar como que todo estaba bien, lo bueno es que sabía que después de eso todo estaría bien.

Al estar en Corea es obvio que por más que no es su país natal se sentirá super feliz, es más va a saltar desde al aeropuerto hasta su casa de la felicidad, la incomodidad se apodera de su cuerpo y no es solamente porque sabe que si sale se encontrará a alguien familiar, lamenta que sean una gran familia, si no que la familiares Momo no es lo que esperaba, no quiere estar un segundo más en el ese lugar lleno de mierda, volvió a bajar la mirada.

"¡Ya!". Saltó levemente al escuchar la voz de la peli corto. "Mi mamá dijo que hablaras". Momo apretó los labios enojada viendo como su hermana trataba a su novia, quiso hablar pero su papá colocó la mano en su hombro y lo apretó, era obvio que no quería que le dijera nada, como siempre debía mantenerse en silencio y aceptar aquella humillación, quería defender a la peli gris pero sabía muy bien que si lo hacía iba a tener que alejarse de su familia y por más que no sean las mejores personas del mundo, es su familia y los quiere.

Sana asintió un tanto asustada por el susto. "Mis padres fallecieron y por esa razón fui a Corea, quería cambiar de aires porque estar aquí me recuerda todo lo que pasamos juntos y no lo quiero". Era una gran y grave mentira pero era lo mejor que se le había ocurrido, tal vez si estos iban a su casa y conocían a sus padres le dirían toda la verdad, porque a ellos les da igual y de seguro se van a burlar de todo lo que tuvo que pasar. "Conocí a una chica en el aeropuerto y ahora es como una hermana para mi".

"¿Por qué nos mientes?". Se tensó y miró al padre de Momo que estaba de brazos cruzados con una discreta sonrisa en el rostro, se estaba burlando de ella, apretó el agarre que le tenía al cuchillo y se mordió la lengua para no hacer una locura. "Nuestra hija nos dijo que tus padres son de aquí". Miró a la nombrada, ésta mantenía la cabeza gacha y los ojos directos en la comida, iban a tener una seria conversación en la que arreglarían todo lo que está pasando ahora, ésto si que no lo dejara pasar ni siquiera perdonar.

"No tengo una buena relación con ellos". Masticó la carne sintiendo las ganas de llorar trancandose en su garganta pidiéndole que salieran pero sentía que no debía hacerlo porque se nota que mostrar debilidad o vulnerabilidad en este lugar haría que la destrocen y no tiene la suficiente capacidad emocional en estos momentos para aceptar algo así. "Así que digo que están muertos porque es lo que mi corazón decidió para mí, es lo mejor porque así no siento tanto dolor". Todo se quedó en silencio, Hirai acercó la mano a su muslo pero la apartó, eso había sido mucho.

"Supongo que fue en la adolescencia". Claro que lo fue porque es cuando más los necesito y menos estuvieron porque creyeron que así iba a cambiar, que iba a dejar de ser un fracaso para la familia, la chica que debían ocultar y no mencionar en la cena con amigos hasta que fuera alguien normal, pero nunca llegó a serlo una lastima porque le duele el hecho de no haber nacido perfecta como sus padres querían que fuera. "Todos los adolescentes odian a sus padres y ellos nunca tienen la razón". Vuelve a comer y suelta una risa sarcástica.

"Hasta Momo era una malcriada de adolescente". Volteó a ver a la mayor quién suspiró y asintió. "Lo bueno es que ya no es la misma de antes y se recuperó". Quisiera poder levantarse y gritarles a todos cada una de las cosas que se merecen pero sabe muy bien que a Momo no le va a gustar eso porque los tiene en una muy alta estimada, al fin y al cabo son sus familiares así que la entiende por completo, por mucho tiempo a ella le pasó lo mismo, espera que se de cuenta antes de que tenga ganas de decírselo.

"No tan recuperada". Detestaba la voz de su cuñada y sabía muy bien a qué se refería con aquello que dijo, subió la mirada y la conectó con ésta, no merecía ni siquiera parecerse a su novia, era una hija de puta que ni era capaz de darse cuenta que su hermana estaba feliz con ella, apretó los dientes y tomo del jugo, decidió no tomar ni una gota de alcohol porque sabía cómo se ponía y prefería no meterse en problemas, debía estar lo más sobria y tranquila posible para que nada malo pasará. "Todavía sigue teniendo gustos que no debería tener".

"Hija ya te hemos explicado que es una etapa". Esto estaba sobrepasando sus límites, pero aún así hizo caso omiso a lo que estaban diciendo aunque lo que decía era como para levantarse y apuñarlarlos unas doscientas veces, se notaba que su novia no estaba bien así que la tomó de la mano y dio un pequeño apretón para que se diera cuenta que estaba con ella y que no debía preocuparse por nada, parecía que no le estaba afectando todo lo que hizo que se sintiera peor porque de seguro ya está acostumbrada a ésta clase de cosas asquerosas.

"Hazle caso a tu a madre". Sonrió. "En algunos cuántos años recapacitara y estará con un hombre en esta mesa, por ahora hay que conformarnos con Sana". No sabía si es que se les había olvidado que ella seguía ahí escuchando todo lo que decían o es que les daba igual que estuviera, cualquiera de las dos opciones era detestable, soltó una risita espontánea que salió de lo más profundo de su garganta, tan ronca que hasta ella se impresionó, era la cosa más estúpida que le habían dicho en todo el mundo. "¿Pasa algo?".

"Que puto asco me dan". Dijo sin que le quedará nada por dentro. "¡Tu!" Señaló a la joven insoportable. "¿Tanto te gusto?, no me quitas los ojos de perra de encima". Se levantó y lanzó los cubiertos en el plato. "Sabe horrible, parece comida de perro e incluso esa es mil veces mejor". Gruñó viendo a Momo. "¿Cómo puedes aguantar?". Preguntó frunciendo las cejas. "Y hasta tu voz cambio, mi amor ésta no eres tú".

"Mucho cuidado con lo que crees o no crees que es mi hija". Se quedó mirando a la pelinegra pero ella solo bajó la mirada, perdida en su mundo.

"¡Váyase a la mismísima mierda!". Exclamó fuera de sí. "Que asco me dan como familia, que lastima me dan como personas". La situación se estaba yendo de sus manos pero era la única forma que veía de que todo estuviera bien, de que pudiera soltar lo que ha estado callando desde que llegó y no ha sido para nada fácil, los quiere hacer sentir tan mal que se cuestionen hasta lo que comen todos los días. "A base de mentiras y sumisión por parte de la única persona que vale la pena".

"Todo eso lo dices porque no tienes familia". Una sonrisa amarga surcó sus labios.

"Porque tuve una familia de mierda...". Suspiró y los miró a cada uno con desprecio. "Es que se detectar cuando las personas que las conforman dan puto asco". Sus ojos se llenaron de lágrimas debido a los recuerdos, ella siempre tuvo esto en su mente cuando iba cenar con su familia, debió hacerlo para que no le pasará nada malo, así aunque sea hubiera soltado aquello que la estaba atormentado. "Hasta para un niño pequeño es sencillo comprender que todo lo que hacen es una puta mierda". Mordió la parte interna de sus mejillas.

"Una chica como tú". La señora se levantó y la encaró. "Hablando de que es una mierda, cuando es exactamente lo que es". Apretó los dientes agarrando las fuerzas de dónde no las tenía para no levantar la mano y dejarla sin dientes. "Tu eres la que das asco y lástima". La tomó de los hombros. "Enfermaste a mi hija pero créeme...la vamos a recuperar tarde o temprano". Y la poca cordura que tenía la perdió, en esta última oración que retumbó en sus oídos, subió la mano y la impactó en la mejilla derecha de la mayor, porque la detestaba.

"¡Vieja de mierda!". Gritó. "Nunca me vuelva a tocar". La empujó, si no fuera porque el sofá estaba cerca iba a caer en el suelo. "Puedo ser una mierda pero lo reconozco ". Murmuró viendo a Momo. "Supongo que vas a quedarte aquí, entonces hasta nunca Momo". Hizo una reverencia, se limpió las lágrimas y salió de la casa, ella nunca iba a permitir que alguien le hablara así o estar con una persona que no podía defenderla de toda la mierda que le estaba diciendo su familia, le dolía porque la amaba pero no iba a sacrificar su felicidad por la de nadie más, ya no.












Mantenme, pero hey tranqui no es para tanto.

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