I like you
No había tenido un buen día y tampoco deseaba que los demás lo tuvieron, para una Minatozaki Sana pesimista solo faltaba una Mina con un excelente día en donde los parajes le cantaban toda clase de melodía, que empezaban del do y terminaban en sol, amaba tanto escuchad a esas pequeñas aves cantar tan cerca dela ventana de la sala, rodó parecía ser perfecto menos para la peli gris que estaba segura que echaba chispas, rayos, nieve y ventisca, estaba actuando iguala a la de esa nueva película animada que tiene encantados a muchos.
Resoplaba cada tanto para hacerle saber a la pelinegra que ella no estaba de buen humor y eso significaba que nadie a su alrededor debería estarlo, rodó los ojos y giró por completo su cuerpo a la ventana viendo como el día se veía tan hermoso, lástima que ella no podría salir estaba destinada a quedarse sola junto con la pila de documentos sin redactar que debía entregar, se llevó las manos a cabeza, gruñendo de frustración.
Le gustaría estar de buen humor pero era técnicamente imposible sentirse tan feliz, sus labios se apretaba cada tanto y sus maldiciones, que aunque eran murmullos inentendibles, lograban perturbar su aura y emociones, volviendolas terriblemente malas, como un día de picnic arruinado por una gran tormenta aproximándose.
Es que de solo pensarlo sentía chispas saliendo de sus ojos, detestaba tener tanto trabajo en un día como éste, según su calendario tenía libre y debía estar con una margarita en la mano izquierda mientras hablaba de distintas cosas que no tienen nada que ver con su fiel acompañante, y no, no está pensando en Mina si no en la planta de tómate que aún sigue pequeña.
Le encantaría que estuvieras tan grande como para darle un fuerte abrazo, lo que le dijo el hombre que le explico cómo plantarla, no era un árbol así que siempre sería pequeña pero no tanto.como la suya, parecía que sufría de enanismo o algo por el estilo, suspiró cansada quitándose los lentes que llevaba puesto ya que su vista se cansa demasiado y miró a Mina quien seguía con los ojos cerrados dejando que el sol le pegue en la cara.
Eran las cinco de la tarde lo que significaba que ese maravilloso sol se iría y ella no obtuvo ni un rayito de el, desde ayer en la madrugada no ha dejado de trabajar y todavía debería seguir haciéndolo porque mañana me tocaba entregar todo, sin excepciones según Nayeon tenía que ser rápida y productiva, eso era lo que necesitaba la empresa no a una chica que lo único que quiere es recostarse al lado de su mejor amiga y hablar de lo hermoso que canta la ave a quien le dan de comer cada que pueden.
Abrió la boca para hablar pero al instante la cerró, no tenía de otra más que controlar los impulsos de querer permanecer libre de ese agobiante trabajo que la estaba llevando a un oscuro hueco llamado "desesperación". Sobre todo porque no ha podido ver ni hablar con Momo y lo entiende, debe tener a otra chica y la verdad es que no eran amigas ni nada por el estilo, solo dos personas que se conocieron y besaron así de la nada sin compromiso.
Ella debiera saberlo y pegarseo en la cabeza sin importar el daño que le esté causando el cual es mucho y bastante insoportable pero se supone que no es homosexual, no tiene nada en contra de ellos de hecho tiene tendencia homosexual, según el test que hizo tiene tendencias heterosexuales y es completamente homosexual pero ella cree que es distinto, rodó está al revés porque las cosas son así, solo como ella las dice.
Le encantaría cerrar los ojos y que en su mente lo único que haya es trabajo, y lo que hará después de terminarlo no la figura perfecta de una Diosa japonesa que no le hace caso y que ya no debe regirse su nombre, apretó los labios y se quejó en voz baja, las maldiciones no eran suficientes para alejar los malo pensamientos que sucumben su trabajo, lo miró estira los brazos y sacude las manos, debería estar todo listo para mañana y no le queda mucho tiempo.
"Voy a comprar algo para cenar, espero que cuando regrese tus manos estén lejos de esa computadora, te ayudaré para que lo hagas más rápido". Asintió y se fue, dejándola completamente sola ahora si no tendría nada que hacer, nadie la acompañaba así que no estaría inspeccionado a la única chica que le permite verla con detenimiento y que sabe que no siente nada.
No le dio tiempo ni de contestar, abrió la boca y es que ya estaba saliendo por la puerta, no tenía escapatoria su último día sería escribiendo y firmando miles de cosas mientras piensa en la pelinegra, esa chica tan guapa que no la deja en paz, las cosas hubieran sido más fáciles si sintiera que siente algo por ella sobre todo si sus pies no la llevaban al lugar en donde la vio con alguien más.
Es chica bajita rubia, estaba segura que la vio en otro lugar pero no sabía en donde, llevó la cuenta trasera del bolígrafo a sus labios y lo mordisqueó mientras pensaba, no siquiera haciendo memoria lograba distinguirla con claridad, le encantaría que los ojos tuvieran la habilidad de hacer un zoom y ver super perfecto a una persona a varios metros de distancia o más bien le gustaría que su vista sea como antes, tan perfecta como para saber lo que está haciendo la vecina sin tener que usar lentes o entre cerrar los ojos buscando de una forma inútil mejorar su visión.
Hace exactamente eso mismo que dijo que nunca más haría, entre cerrar los ojos mientras escribe sabe que eso no será bueno para la redacción, siempre que lo hace termina escribiendo cosas sin sentido por su corta visión y también porque es una buena forma de descansar mientras trabaja, es como dormir entre medias.
De la nada si rostro se adormece lo suficiente para no sentir los labios, se entre abren por si solos y cae directo al teclado de la laptop, roncando despacio, estaba tan cansada que no lograba sentir para nada su cuerpo lo que significaba una sola cosa, por más que Mina llegará haciendo el ruido de la vida no se despertaría, nada sería capaz de hacer que sus ojos se abran para comer, llegó al nivel en donde no siquiera sabe quién es.
Más bien abrió la puerta a la cámara de los sueños, ese rincón al que tanto le tenía miedo desde que soñó que besaba a la que se supone la salvó de un atracador y de seguro violador.
Abrió los ojos asustada pero no sé encontraba en su habitación, tampoco en su casa así que supuso que se trataba de un sueño demasiado real ya que podía sentir su cuerpo, sin embargo estaba consciente que no era nada más que un deseo de su subconsciente, lo intuyo por ese aroma que se pronunciaba cada vez más al pasar el rato, el olor a melocotón invadió sus fosas nasales y eso solo significaba una cosa.
La peli corto estaba detrás suyo, con una enrome sonrisa se dio la cuenta para saludar de brazos abiertos, y eso hizo la abrazó con tanta fuerza que la contraria sintió que explotaría si no se alejaba. "Pensé que me habías olvidado". Murmuró la mayor viendo como el entorno cambiaba rápidamente a una sala, todo era de color blanco menos el televisor en donde se reproducía "propuesta laboral", uno de los nuevos kdramas que tanto le gustaban a Sana.
"Nunca olvidaría a una chica como tú". Sonrió y la invitó a sentarse, era su día ideal este cerca de la chica que le gustaba junto con un tarro de palomitas en medio de ambas, con todo limpio como el rostro ajeno, es que daría hasta lo imposible para tener un día como ese a su lado. "Lo daría todo para poder estar a tu lado fuera de este lugar". Momo se acercó y negó con la cabeza.
"Técnicamente no soy yo, estás soñando con la persona que idealizaste no con la chica que en verdad es". Tenía miedo de que fuera distinta, el temor estaba acumulándose en ese sueño tan extraño, era una de las primeras veces en donde podía controlarlo casi todo como si su imaginación tomara el control de todo para hacer de ésto un vieja agradable, tan vez porque su día a sido demasiado agitador con tantos trabajos que la volverán loca si no los termina a tiempo.
"No conozco a la verdadera tú pero puede que seas mejor". La mayor sonrió, parecía estar tranquila y de acuerdo con la repuesta, fue lo más inteligente que se le ocurrió, todo volvió a cambiar así de la nada y ahora se encontraban sentadas una al lado de la otra en un césped bastante verde y muy bien podado, los rayos del sol chocaban contra su piel blanquecina, creía estar en el paraíso, en un tan lindo que la hacía sonreír por tan solo estar ahí, no le importaba si no era real, con tan de descansar sería feliz incluso si está en el infierno.
"Siento que deberías ser un poco más realista". Chasqueó los dedos y de un momento a otro saltó a los brazos de Hirai, estaban tan cerca que podía escuchar los latidos de su apresurado corazón quién parecía estar entusiasmado por lo que estaba sucediendo. "Cuando sueñes hazlo a lo grande, que no te importe lo que los demás piensen, porque nadie sabe lo que hay en tu mente". Asintió embobada, tenía tanta razón y eso que era la chica con la que está soñando, extrañaba las conversaciones que parecían peleas, no fueron muchas pero las que tuvo las estaba atesorando como nadie en este mundo lo haría con simples palabras que salieron de los labios de una confusa chica de ojos marrones casi negros.
"Si te soy sincera tengo miedo de que me gustes". Habló pensativa, era la verdad le aterraba saber que quería a alguien quién parecía no tener ningún interés con ella, y lo podía entender sus actitudes incluso su manera de hablar era de alguien que no estaban interesada en una chica, cuando en verdad se está muriendo por una. "Por primera vez siento que si me rechazas mi corazón no aguantaría ese golpe". Susurró desconcertada, el miedo no la estaba dejando pensar y por muy extraño que pareciera, no quería de el paso simplemente por eso.
Siendo una chica tan decida y capaz de hacer lo imposible por su felicidad y la de los demás, que oculte el temor que le tiene al rechazo y al amor, no es tan propio de personas como ella. "Sería incapaz de romperte de esa manera". Sería sonreír hasta que recordó que no se trataba de una Momo verdadera, gruñó y cerró los ojos volviéndose bolita, pegando el rostro en sus rodillas queriendo despertar por el estrés ocasionado.
Y eso sucedió sus ojos se abrieron encontrándose con los de Myoui quien le sonrió. "Buenas dormilona". Rió con los ojos cerrados, era bastante adorable así que la abrazó, era como la hermana que nunca tuvo y abrazarla así, tenerla tan cerca era relajante en cierto modo. "¿Estabas soñando con Momo?".
Sus mejillas ardieron, estaban tan rojas como el tómate oculto de la planta del patio, no se dejaba ver porque sería una gran sorpresa para las personas que la cuidaron tanto. "¿Que te hace pensar eso?". Chasqueó la lengua, "Claro que no lo estoy haciendo, ni que fuera lesbiana". Apretó las cejas, no le gustaba admitir que lo era por miedo o tal vez porque dentro suyo todavía había un rechazo, ese que sus padres le metieron para que no fuera como esas personas. "...La verdad es que no se que soy". Mina abrió los ojos impresionada, nunca la había escuchado tan preocupada.
"Aquí tu amiga, Myoui Mina te ayudará a saber que eres". Colocó las manos a ambos lados de su cuerpo.
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