8
Sountrack: Vraanxia - Swarm
El dolor en ambas manos ascendía cada vez más.
Fuertes sonidos se dejaron escuchar en la tapa de madera.
"Todo fue su culpa... Después de tantos años soportándolo, ese maldito te hace esto. Solo eres un cadáver." Pensó ella después de despertar y recuperar la consciencia.
El crujir era intenso. Era un precio por su tan anhelada libertad.
La tierra estaba húmeda y un poco suelta, peculiarmente, aparte de tener césped como lo tendría cualquier prado o jardín, aquí habitaban lombrices e hileras de personas muertas. La tierra se elevaba lentamente.
Leticia estaba dispuesta a escapar cueste lo que cueste. Ignoraba todo ese dolor: las astillas que se incrustaban en su carne, le daba igual si pronto se le acabaría el oxigeno, mucho menos toda esa sangre que recorría desde las puntas de sus dedos hasta sus codos.
¡OH CLARO QUE NO! De ningún modo estaba de acuerdo en descansar en paz.
Vio pasar su vida frente a sus ojos mientras que sus dañadas manos exclamaban sufrimiento.
Sus uñas estaban destrozadas.
Pasados muchos rigurosos minutos esta madera cedió ante la fuerza desgarradora que luego usaría contra su esposo por lo que hizo.
Por fin esta atormentada alma estaba en la superficie.
La luna iluminaba la tétrica escena. Su vestido de funeral estaba sucio y su cuerpo lleno de rasguños horribles. Con movimientos torpes empezó a caminar con los pies medio adormecidos. Su silueta ambulante salió del cementerio y recorrió las frías calles iluminadas por faroles. Era su momento de vengarse.
Había un sonido en el baño. El hombre despertó muy confundido, no tenia idea de que eran las cuatro de la mañana. Apenas podía incorporarse del profundo sueño, de mismo modo que su esposa hace unas horas.
La visión de Leticia en carne y hueso en su habitación hubiera sido una sorpresa para cualquiera que haya asistido a su funeral el día anterior y haya velado por su lamentable perdida dejando una flor en su lapida. La sangre de Edwin se heló con tan solo ver que la mujer a la que enveneno para simular su muerte ahora este observándolo.
-Hola querido -dijo ella con una sonrisa enfermiza- te tengo una sorpresa.
-No... no, esto no puede estar pasando.
-Claro que también te gustara quedarte sin aire. Creíste que a mi si.
El confundido hombre no podía reaccionar ante el miedo. Aquella sombra del pasado lo condujo a rastras hasta el lavamanos que ya rebalsaba de agua. Con ira sumergió su cabeza en este como si no le importara nada. Aquel sujeto intento luchar sin conseguir nada. Con toda esa inquietud solo fue cuestión de poco tiempo para que se quede sin aire, sin aliento, sin vida.
Las rotas manos soltaron la nuca del cadáver con la mirada perdida. La mujer nunca se sintió tan viva y feliz. Coloco una canción en el tocadiscos.
-De vuelta al ataúd...
Al terminar de escuchar "I Was In The Mood For Love", dio un ultimo aliento y se suicido.
Archivo de Londres, 1941
Palabras: 500
Historia escrita para el concurso de Noviembre Dinámico de los AmbassadorsES
Clásicos presenta: Entierro Prematuro (Edgar Allan Poe).
Disparador
Auspiciado por ClasicosES .
Créditos a Vraanxia por la ambientación musical “Swarm” . Buen canal.
Historia ganadora del concurso «¿Feliz? San Valentín» por parte de BlueCatEditorialcon el puesto de Personaje Más Auténtico. Premio independiente de este relato.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top