20
Da una profunda curiosidad que tan influyente puede ser una creencia. Una serie de rituales de los cuales se rumorea ocurren no muy lejos de aquí. Con una accesible ubicación para cualquier transeúnte. A entradas de la autopista de doble carril que conecta las ciudades vecinas de La Paz Y El Alto. Cuyos alrededores son el no muy espeso bosquecillo de Pura Pura.
El transporte los días jueves y viernes por aquí es intenso. Con vehículos repletos de pasajeros que se dirigían a la feria en El Alto. Así con el pasar de las semanas eran miles las personas que pasaban junto a ese paraje maligno. Ya sea con pensamientos en voz baja, con temor o intriga por su aspecto. Pero lo peor que se puede hacer estando aquí cerca es juzgarla y criticarla de mala gana. Pues hay antecedentes que refutan su tan famoso nombre.
Aquí abundan distintas creencias tradicionales a las cuales se les venera culto. Conectadas fuertemente con la naturaleza y fuerzas difíciles de explicar. El ejemplo más común es la Madre Tierra mencionada mayormente como “La Pachamama”. Y cuando se trata de pedir favores esta no es la única, también se recurre a “Yatiris” que intervengan según lo que requieras, u otras deidades incaicas. Pues hay una para casi cada necesidad.
Pero del tema que hablamos ahora es la parte oscura de todo este extenso tema. De todos los pensamientos que incluyan malicia, con velas rojas y negras, este es el más radical y extraño.
Su origen se remonta hace ya mucho tiempo, la década de los 70’s . Unos dicen que el terreno estaba maldito incluso antes de que se pavimente todo esto. Que quienes entraban de noche a este lugar no volvían a aparecer. Pero modernizar la ciudad no cambia lo que esto es. Incluso durante su construcción los obreros se vieron atormentados por un supuesto ente oscuro.
Ahora que son tiempos modernos esto todavía no se apaciguo, solo se volvió más accesible, temida y venerada. De seguro que no desearas quedarte plantado justamente en esta curva por la noche. En el terrible frío de la penumbra, y aquella extraña desolación que se vera interrumpida con el presentimiento de que te persiguen. Es indiscutible que hay algo ahí.
La escena era predominaba por calma total, como aguas de un lago carente de vida. A pesar de ver todas las luces de aquellas casas de ladrillo a la lejanía que conformaban un punteado paisaje de destellos como luciérnagas, se podía sentir un aire de desolación y soledad aquí. La ciudad no estaba en verdad desierta, durante el camino pasaron dos autos en el carril de bajada. Pero el sujeto se sentía incómodo durante el recorrido, esa calma le daba un mal presentimiento.
Quería hablar con su compañera que estaba al volante de este “escarabajo”, o “peta” como se la suele llamar comúnmente. Pero no veía en su mente algún tema ideal para romper el silencio. Solo miraba por el parabrisas pacientemente escuchando el sonidos del motor del auto.
—Es aquí—dijo Carla después de varios minutos. Orilló el auto a un costado y lo apago.— ¿Estas listo verdad?
—Claro ¿Pero en qué quieres que te ayude exactamente?
—Ya te lo dije. Venimos a ofrendar para tener prosperidad, nos ha estado yendo mal. No te quedaras ahí a esperar que las cosas se solucionen por si solas.
—¿Y acaso sabes qué esto funcione? —preguntó dudoso— ¿No qué solo es una simple roca?
—Cállate —exclamó ella molesta—se muy bien que esto funcionará. Pero que ni se te ocurra subestimarlo y rebajarlo en llamarle “simple roca”, arruinarías todo.
—Bueno —dijo mientras salían del vehículo y Carla sacaba un paquete del asiento trasero—, pero no me cuadra estar aquí siendo las cuatro de la madrugada. No me gusta esto.
—Deja de quejarte y muévete si quieres volver a tu camita a dormir. Pareces un mariquita.
—Claro mandona… Claro—dijo mientras la ayudaba a alzar la caja con preparaciones de su ofrenda.
—Cállate y camina de una vez.
A escasos pasos de donde se estacionaron estaba el dichoso altar del cual se hablaba mal. Si era peculiar que se encuentre a un costado del camino. Solo era unos metros para estar enfrente de esta formación negra de olor extraño. Aquel rostro tallado a pesar de no verse muy estructurado daba una extraña vibración.
Ambos jóvenes que tenían puestas unas chamarras para el frío se sentaron frente a esta “deidad” que a su alrededor tenia serpentinas de papel y unas flores de “ruda” un poco marchitas. Indicio de que hace unos días también alguien vino a pedirle un favor. Carla acomodo unas hojas de coca, echo un poco de alcohol en el suelo, encendió unos cigarros y los puso en la boca de ese rostro, y finalmente puso unas frutas y verduras a su alrededor. Su compañero solo miraba en silencio.
—Oh “WakaKatari", oh “El Tío” —empezó a recitar la chica—. Te imploramos con respeto tu bendición. Te pedimos y rogamos que por favor nos ayudes, otórganos salud, fortuna, suerte y prosperidad a los dos. Te lo suplicamos y recibe estos obsequios como ofrenda.
Escuchar cosas así le parecían ridículas al otro, pero no se opondría a sus creencias y favoritismos. A pesar de que tan “webada” parezcan.
Después de eso se quedaron mirando el altar sin pronunciar nada. Claro que por dentro su amiga seguía suplicando y pidiéndole a “El Tío” por su bienestar y beneficio. De la caja que sacaron también tenían unas latas de cerveza “Paceña” y “Corona”. A sus pies encendieron una pequeña fogata con unas ramitas secas del lugar. De una vez dejaron de hablar por lo que vinieron y empezaron a tener una charla más relajada de distintos temas mientras tomaban las cervezas debajo del manto de la noche y de Lucifer.
Cuando ya querían irse Carla se levanto tambaleante hasta estar de espaldas con la piedra. Vertió el resto de su debida en aquella cabeza supuestamente sagrada a propósito mientras decía con un tono entre burlón y sarcástico: “Salud, salud mi señor”.
—Carajo, ¿Qué haces? —exclamó su compañero—. Levántate y larguémonos de aquí. Cuidado amanezcamos cogoteados y sin ni un real en los bolsillos.
—Ya, ya, ya. Vayámonos que creo que ya va a amanecer.
El chango esta vez conduciría el auto mientras Carla prefirió dormir en el otro asiento. Además que era muy sabido los conductores borrachos eran los que se chocan por descuidarse, ella no era la mejor opción en esos momentos. El dio vuelta y condujo hasta lo que eran los extremos de la autopista, volteando a ver solo una vez aquel sitio supuestamente maldito. Una vez en los limites de la ciudad de La Paz, sabiendo que los miércoles por la mañana no son muy transitados detuvo la peta en una orilla y también agotado por el sueño se hecho a dormir.
Después de todo, el extraño ritual al que su amiga lo convenció de venir no fue la gran cosa. Pero no contaba con que esto no se terminaría aquí. Esto no quedaría solo como una anécdota para contar después. Él los llamaba.
Fue una confusión instantánea al despertarse. Lo primero que vio fue el cielo aun oscuro y con estrellas. Perplejo reconocía su alrededor entre notaba los detalles con más nitidez. Se paro rápidamente en busca de pistas de que esto no sea un sueño. Porque no podía creer que haya vuelto al mismo punto. La vegetación era la misma y la pudo reconocer claramente.
Atemorizado giro sobre si mismo y no pudo ver el auto ni a Carla en las cercanías. Agitado se dio un tiempo para respirar. Al detenerse se quedo enfrente directamente con el altar de “La Curva del Diablo”. Resignado y dudando de que esto sea real ¿Cómo podría ser posible?
No tenía la mínima idea de que paso para encontrarse así. De que haría. El no creía lo suficiente para pedirle perdón o ayuda a una roca fea. La cual por cierto ya no tenía los objetos que habían puesto esa noche. Él miró su reloj con intriga para enterarse que eran las siete. No podía identificar si de la mañana o de la noche. La tonalidad del cielo lo desorientaba.
Un gruñido omnipresente empezó a resonar de forma ascendente. Lo que imaginaba con ese ruido distorsionado era un ser glotón muy grande con una carcajada de satisfacción. Esta pobre víctima buscaba a su alrededor un auto que lo saque de este aprieto. El no saber donde estaba su amiga lo desesperaba más. Y para nada quería ver la criatura que emitía esos gruñidos. Sentía claramente un aura pesado como si se acercará una presencia infernal.
Posiblemente este dándose paso entre los árboles ¿Y si se llevó a Carla? Como podría saberlo ¿Cómo podría escapar de esto? De esta maldita autopista, de este terrible ser que llegara a la curva en la que se encuentra parado.
Con el miedo a tope un resplandor se manifestó fuertemente. No quería saber de como se vería el diablo. Pero ya había visto una de sus caras en una escultura deforme mal hecha. Muchos ya la conocían de renombre. De aquel mismo artefacto el resplandor se intensificó hasta que una luz blanca lo segó por completo. Lo envolvió y consumió borrándolo de la fas de esta tierra terrenal.
Cuando esta luz se disipó él reapareció en la ciudad de La Paz, pero muy distinta. Sin edificios, con carrozas y sin tecnología. Fuera de nuestra comprensión, el desapareció el 2011 y ahora su alma se fue a una parte del siglo XX. Donde el pudo verificar por su cuenta que en este año aun se veía a las mujeres con polleras sofisticadas y sombreros icónicos, que todos los hombres vestían trajes negros grises o cafés con sacos elegantes. Con caminar más aquí como una sombra sin voz pudo ver que la Curva del Diablo junto con cualquier lugar asfaltado aun no existía.
¿Esto pasaba al morir en la tercera curva? ¿Cómo murió?
No todo estaba del todo perdido. Si es verdad que no tiene explicación pero si tiene una salida momentánea del pasado. De andar como miserable en lo que parece un día en el que no es nadie. Un día siempre soleado que se repite en un bucle de arrepentimiento.
Llegó el momento en que simplemente la miserable esencia de este muchacho fue arrastrada por la misma tierra hundiéndose rápidamente. Recreándose en la ruta donde había fallecido, en un atardecer en el que varias movilidades circulaban rápidamente. La vía había sido remodelada y ampliada para que tenga cuatro carriles. Se sentía extraño volver y notar que la roca negra en la que se realizaban ritos ya no este. Pero no todo era normal: seguía siendo un ser fantasmal que no podía ser visto por nadie. Y el no lo sabía, pero había errado un par de años su destino, adelantado a la fecha en la que desapareció.
El cemento parecía vibrar y que solo él se percatara. Se sentía como un derrumbe o terremoto. Del bosquecillo donde se mostraba esa tan famosa zona de culto emergió un brazo gigante con una textura como de piedra quemada. Era evidente que nadie notaba su presencia. Esta articulación roto violentamente hasta chocar con los carros que estaban más atrás. Estos se volcaron bruscamente de costado. Otra palma de magnitudes enormes salió de abajo y se posicionó más delante de la curva. Haciendo que los autos se estrellen de frente y aplastando por la mitad a los que estaban adelantados.
El joven era espectador del macabro accidente perplejo intentando gritar a los pasajeros y conductores para advertirles, siendo totalmente inútil. Su paranoia era indescriptible, tenía una vista panorámica de toda aquella tragedia. Detrás suyo emergían lo que parecían ser cuatro troncos puntiagudos y curvados. Finalmente se distinguió claramente que estos eran cuernos sobre una cabeza asomándose.
Esa entidad tenía ciertas similitudes con la escultura hecha en su honor. Con una de sus manos sujeto una flota de transporte de alta capacidad como si solo se tratara de un juguete. Lo aventó haciendo que incluso se eleve por los aires y colisionándolo violentamente contra los autos restantes de la curva. En estos lamentables actos era evidente que no quedaría ningún sobreviviente. El chico camino perplejo entre aquellos metales retorcidos como si fueran frágiles papeles. Entre los cristales rotos de las ventanas y los humeantes motores. Al ver cadáveres asomándose entre los escombros él simplemente se arrodillo y no pudo contener las ganas de llorar. Todos habían sido asesinados.
En un retrovisor vio su propio reflejo. Seguía igual que en el 2011, pero había un detalle. En su garganta había una cortadura profunda y seca que por cierto no había notado y no sentía dolor alguno. Volteo nuevamente para estar frente a frente con la criatura de los gruñido estremecedores, de cuatro cuernos y tres caras. Su malévola sonrisa reflejaba su contento con haber hecho tal atrocidad. De que si nadie vendría a darle las ofrendas que quería tendrían que subir las terribles consecuencias. “El Tío” ya se había aburrido y se desquito con estos transeúntes.
—¡¿Por qué?! ¡¿Por que me trajiste aquí?! ¡Qué me hiciste maldito! ¡Qué hiciste con estas pobres personas!
El diablo se abalanzo encima y se lo trago. Emitiendo un fuerte resplandor rojo que se llevó hasta la noche de su desaparición. Dejando muy en claro que le pasó. De que solo había sido un Mártir. Ahora espetaría la verdad en una visión en tercera persona.
Después de que se había dormido Carla lo había vuelto a llevar a la Curva del Diablo sin que se percaté. Lo arrastró hasta aquella figura y volvió a recitar sus suplicas. Para proseguir con enterrar un cuchillo en su cuello. Sin darle la oportunidad de despertar, y cuando lo había hecho ya era un alma sin rumbo, ya era tarde y no lo sabía. Esta traición no estaba justificada, no podía dar palabra a ver como su amiga lo había asesinado. Retirándose sin mirar atrás, dejando su cadáver ahí, el cual nunca fue encontrado.
Eso no era todo. El resplandor rojo lo llevó a ver que fue de ella. En esta actualidad, en el día del choque que presenció. Siendo solo una figura luminosa casi transparente, ingresó a una casa lujosa que jamás había visto. Afuera tenía un auto nuevo y reluciente, en lugar de la peta. En ese salón elegante vio a Carla mayor a como la recordaba. Con ella caminaba una niña que compartía parentesco con ella y tenía entre doce a catorce años.
Claro… había tenido una hija. Y a juzgar por todos estos lujos le fue muy bien estos años. ¿Acaso es verdad? ¿La Curva Del Diablo si te bendice? ¿Si retribuye los sacrificios que le dan en busca de su propio bien? ¿Ella quería esto desde el principio?
El joven ya podrá dejar de merodear y descansar en paz ¿O volverá como un fantasma a la antigüedad? Para probablemente toparse con otros fantasmas incapaces de comunicarse. Con los muertos de ese “accidente” totalmente manipulado.
Palabras: 2508
Dedicado a El_Circulo y programado para su desafío “Bestiario: Leyendas Olvidadas".
Feliz Halloween 2019
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