La última
Marinette había empezado el día con el pie derecho, levantandose incluso más temprano de lo usual sin el más minimo sufrimiento.
Era extraño, pero la noche anterior había dormido excelente.
Pudo desayunar, mirar las noticias, peinar su cabello, vestirse con calma ¡Y todavía le restaba tiempo!
¡Hasta su celular tenía la batería completa! Todo en ese día parecía ser perfecto.
Dispuesta a ir a la escuela y estando por abrir la puerta de la panadería, el ceño de la chica se arrugó poco a poco, haciendola reflexionar.
Le estaba llendo demasiado bien y eso solo era sinónimo de problemas.
Eso comenzaba a tornarse sospechoso.
Después de pensarlo, Marinette negó con una sonrisa.
Nah. Seguro el universo al fin se estaba apiadando de ella.
Salió de la panadería con su actitud positiva, encontrandose con varios chicos de grados mayores y menores fuera del edificio.
Los iba a dejar pasar pero sintió como sus miradas se clavaron en ella.
Marinette se sintió observada y giró para ver su reflejo en el vidrio de la panadería.
¿Había salido en pijama de nuevo?
-La panadería abre en media hora- les avisó la azabache tranquila al ver que estaba bien arreglada.
Caminó para cruzar la calle y los chicos la siguieron sin disimulo.
La ojiazul trató de no prestarles atención.
Estaba totalmente convencida de que ese día iba a ser su día con buena suerte y nada se lo iba a arruinar.
La chica antes de cruzar la calle, vió a muchos chicos reunidos del otro lado de la calle.
¿Acaso había olvidado alguna fecha importante?
En cuanto llegó al otro extremo, los chicos que antes había visto Marinette se arremolinaron bruscamente donde ella, haciendo que se alarmara de gran manera.
¡¿Qué rayos estaba pasando?!
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Todos los chicos miraban atentos caminar juntas a las tres chicas más puras de labios de la escuela, mientras se acercaban a ellas.
-Una flor, para otra flor- habló un chico castaño mientras se acercaba a Rose y le extendía una rosa.
Esta la tomó con amabilidad forzada y la puso en su mochila junto con las demás rosas que había recibido esa mañana.
-No, No, y también No- negaba Juleka a las muchas propuestas de citas que le estaban haciendo al momento.
Marinette recibía rosas y chocolates con amabilidad a la vez que se negaba a invitaciones buscando con la mirada a algunos de sus amigos.
-¿Qué vas a hacer en la tarde?- preguntó un chico mayor a Marinette cerca de su cara tomandola por sorpresa y haciendola retroceder.
Marinette frunció el seño y lo alejó pellizcandolo de su nariz tal y como lo haría con Chat Noir.
-¡Tarea!- contestó enojada mientras le daba la espalda al chico e intentaba huir de esa multitud.
La paciencia de las tres estaba al borde del colapso, sobre todo la de Juleka que no paraba de mirar las muchas invitaciones que tenía para cenar Rose esa noche, con enojo.
Un chico se acercó a la rubia y le besó la mejilla mientras le entregaba un papelito donde venía su número.
Eso hizo a Juleka explotar.
Cansada y sin pensarlo, Juleka tomó la cintura de Rose y estampó sus delgados labios sobre los de la rubia, que después de sorprenderse, enredó sus brazos en el cuello de la chica con entusiamo.
Todos se quedaron sin habla al ver lo que sucedía mientras uno que otro aplaudía.
Marinette al ver a sus amigas besandose sintió que todo le dió vueltas.
-Lo siento Marinette- dijo Juleka al separar sus labios de los de la rubia y ver a la palida azabache.
Marinette las miró con enojo.
-¡¿Cómo se atrevieron a abandonarme en esto?!- exclamó la azabache fúrica al sentir la mirada de todos los chicos sobre ella- ¿Beso de tres?
Preguntó siendo su último recurso antes de comenzar a huir de todos los chicos que querían invitarla a perder su pureza labial con ellos.
-Suerte- le dijo Rose sonriente mientras abrazaba a Juleka.
Después de todo, Marinette era la última.
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Unos asustados ojos azules inflaban su pecho agitadamente, mientras caminaban sigilosamente hacia su casillero al no ver a nadie en la sala.
Abrió su casillero mientras suspiraba aliviada, depositando su mochila dentro y lo cerró.
-Sabes que eres la sensacion ahora ¿Verdad?
Habló Agreste apareciendo mágicamente tras la puerta del casillero, haciendo gritar asustada a Marinette.
-¿Cómo me encontraste?- preguntó aún agitada- Fuí muy sigilosa- Agregó.
El chico simplemente se quitó su chaqueta y se la puso encima de la cabeza a la chica, contestando.
-Podrás pasar desapercibida por todos, menos por mi.
Dijo con una sonrisa sincera. Gracias a Marinette, el no estaba pasando por lo mismo que ella.
Después de todo era la última y más codiciada pureza labial de la escuela y la planeaba ayudar en todo lo que pudiera.
Continuara...
Estaba viendo el capitulo de Troublemaker y me percaté de algo.
Marinette, cuando tuvo que ir a la escuela y quiso pasar desapercibida por todos por el oso que hizo, el único por quien no pasó desapercibida fué Adrien, quien habló con ella.
Chloe, Sabrina, Nino e incluso Alya no la notaron pasar.
Interesante ¿No?
En fin, disfruten.
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