9: Huir de la boda

Anthony

Si huyo solo no lograría nada, en cambio, si me llevo a la novia, luego la escondo, tengo más probabilidades de no casarme. Salimos por el patio trasero, hacia el bosque, evitando que los invitados nos vean. Abro la reja, entonces busco mi motocicleta, la cual tengo escondida. Miro para todas partes.

―Anthony... ―me llama Lisette―. No sé si esté bien hacer esto.

Mantengo la concentración en mi búsqueda.

―Claro que está bien, solo hay que largarnos.

―¡Espera! ―Se detiene, entonces tengo que dejar de avanzar―. ¡Ay! ¿Por qué me soltaste? ―se queja de mi accionar ante el de ella.

―Lisette, no me quiero casar y tú mereces algo mejor ―digo lo primero que se me ocurre―. Además, están pasando cosas muy extrañas, así que prefiero dejar de seguirle la corriente a mi padre, ayúdame.

Se me queda quieta, un poco angustiada, mirándome.

―Pero Anthony, es mi familia ―aclara.

―Yo soy tu familia ―le corrijo.

―No nos hemos casado para que digas eso ―se burla.

―¡No me quiero casar! ―repito.

Hace puchero y me mira de mala manera. Luego se levanta el vestido y se gira, para caminar. Se marcha en dirección contraria a la mansión.

―Vale, me retiro.

―¡¿A dónde?! ―me quejo.

Se refriega los ojos y sigue avanzando.

―No sé, solo me voy.

Reacciono, entonces la sigo.

―Lisette, no puedes ir por el bosque, así como así ―le advierto.

―¿Qué te importa? Igual no me quieres.

―Escúchame, por todos los cielos. ―La agarro del brazo y al fin se detiene―. Entiéndeme, no puedes obligarme a sentir algo por ti. Además, tienes una versión muy idealizada de mí, no soy un príncipe azul y no soy tu única opción, seguro debe haber otros que...

Me abraza, así que me callo, pues se ha puesto a llorar de repente y la verdad, no tengo idea de lo que hacer. Solo apoyo mi mano en su espalda, luego le doy palmaditas, consoladoras.

―Lisette...

―Entiendo lo que dices, pero no quiero aceptarlo, yo... yo creo que me he enamorado de ti.

«Obsesionado», pienso y se aparta de manera repentina, como si hubiera oído lo que pasó por mi cabeza, así que me observa enfadada.

―Anthony, yo... ―Traga saliva―. No quiero obligarte, pero insisto en que huir no es buena idea. Tu padre tiene sensaciones muy perversas y me preocupas. Si sabe que huimos, no sé lo que te hará.

Quedo perplejo.

―¿Sabes de sus amenazas?

―Yo sé más de lo que tú crees. ―Sus mejillas se ruborizan―. O sea, no sé lo que ocurre dentro de un cuarto, pero comprendo sobre la muerte.

Estoy desconcertado.

―¿Escuchas detrás de las puertas o cómo?

―¿Eh? ¿Yo? ¡No! ―Se altera―. ¡Estoy preocupada!

Bufo.

―Bien, volvamos.

Sonríe y da un pequeño saltito.

―¿De verdad?

―Sí ―expreso, rindiéndome.

Comienzo a avanzar en dirección hacia la casa y ella me sigue, corriendo. Baja un poco la velocidad cuando llega hasta mi lado. Luego sus mejillas se ruborizan mientras me mira.

―Entonces... ―Hace una pausa―. ¿Qué ocurre dentro de un cuarto?

Mi cara tiene calor.

―Nada, se duerme.

Son muy lindos 🙈💕

Saludos, Vivi.

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