42: Un pequeño ritual

Anthony

Todavía no puedo creer todo lo que me han dicho, y no creo que mi falso padre me explique mucho, pero no quería que Lisette se enfadase conmigo por algo que ni siquiera recuerdo que hice. Al menos, si ve que intento ocuparme, no pensará cualquier cosa, incluso aunque ese viejo no sea de fiar. Dejo la vasija en la caja fuerte y voy directo a su despacho.

Siento que este día no acaba más.

―¡Hijo! ―exclama, contento, el hombre canoso al verme, pero se mantiene sentado en la silla de su escritorio―. Me alegra que hayas vuelto. Desde la mañana estás con ese tema de la visita al clan Reginam y ya se ha hecho tan tarde, creí que no te vería. ¿Comiste?

―Deja de fingir amabilidad, tengo algunas preguntas.

―Dime, soy todo oídos. ―Mantiene la sonrisa.

―Sé que soy El Carroñero, no lo creo del todo, pero es lo que hay, y todavía lo estoy asimilando, así que necesito respuestas. Me dijeron que ese ser existe solo para eliminar demonios, sin embargo, cuando me encontré con Lisette, no lo recuerdo, pero no hice exactamente eso, más bien quise hacer todo lo contrario.

Se ríe.

―¿Te acostaste con tu esposa y no lo recuerdas? Terrible. ―Parece que se burla―. ¿Pero yo qué puedo hacer con eso? Tus problemas maritales no son míos. No te preocupes, si se enojó, ya se le pasará.

Presiono los dientes.

―No, no me acosté con ella ―gruño.

―¿Por qué no lo han hecho todavía? ―insiste.

―Eso no te importa, respóndeme ―exijo.

―¿Qué quieres que te diga, hijo? ―Enarca una ceja―. ¿El poder del amor?

Sabía que esto era una pérdida de tiempo, pero al menos lo intenté y Lisette no se enfadará conmigo. No le contesto, entonces me voy del despacho de ese viejo molesto, así que me dirijo al living a encontrarme con mi esposa.

―No logré sacarle nada ―comento.

Lisette sonríe.

―Está bien, ya se nos ocurrirá algo.

Sonrío también, pues es muy linda. Segundos después, su gesto es diferente y está un poco tímida, así que miro para todos lados. No sé qué le estará diciendo Uxío, pero lo voy a golpear. Encontraré la manera.

―¿Qué pasa? ¿Qué te dijo ese infeliz? Qué se aparezca y me lo diga en la cara ―exijo, irritado.

―En realidad, me dio una sugerencia, pero sé que no te va a gustar.

―No me agradan sus propuestas. ―Refunfuño.

Se ríe.

―Lo sé, pero...

Bufo.

―Bien, solo cuenta.

―Uxío dice que podríamos negociar con Asthur Wedengraf, para que deje de tratar con Kireya y nos dé toda la información que tiene.

―Muy gracioso, eso ya lo intentamos y no funcionó ―exclamo de mala gana―. Ese imbécil no nos ayudará, aprovechará la oportunidad para quitarnos la vasija, que tanto nos costó conseguir.

―Sí, pero ahora tenemos algo con lo que intercambiar información, tu sangre. ―Hace puchero.

―¿Por qué Asthur Wedengraf querría...?

"¿Me darás tu alma? Estoy muy interesado en esta".

Maldito demonio de mierda, él sabe lo que soy, siempre lo supo, y como le gustan las armas, es definitivo que le interesa de lo que se compone mi cuerpo. Mierda, ¿por qué todos los que pueden darme un poco de data son tan odiosos? Aunque quizás yo sea el que se molesta por todo, ya que no me fío de nadie. Lo peor es que Lisette es demasiado inocente y confiada. Todo lo contrario a mí, así no puedo trabajar.

―Lo que sea. ―Bufo―. Visitemos a Asthur Wedengraf.

~~~

Llegamos a la cabaña del demonio cazarrecompensas, y este nos mira molesto por nuestra interrupción. Es igual de malhumorado que yo, aunque su semblante es más serio y calmado. Yo siento que voy a explotar en cualquier momento.

―¿Qué no saben tocar a la puerta? ―Deja de mirar en un microscopio y se queda sentado en su silla, tranquilo―. ¿Qué quieren?

―¡Negociar! ―Alza las manos mi esposa.

Sonríe.

―Hablen con mi intermediario, no tengo ganas de hacer sociales. Se llama Zijo Fontaine, lo encontrarán por el clan Reginam o algo así, ni ganas de buscar el teléfono. ―Vuelve a prestar atención a su microscopio―. Y cierren la puerta al salir, me aburren.

―Sabías lo de El Carroñero ―comento, no obstante, él permanece con su vista en la lente―. Te ofrezco mi sangre sin pelear, muy fácil, ni siquiera vamos a hablar mucho. Solo te pedimos que a cambio dejes de trabajar para Kireya Larsh, sabemos que es tu cliente, y necesitamos que nos digas todo lo que sabes sobre ella o incluso mi raza.

―Me contaron que El Carroñero puede saber cómo separar mi alma de la de Uxío ―agrega Lisette―. Él dice que fue una provocación, pero yo no me lo creo.

Parece que no va a contestar, Asthur sigue en silencio, observando el microscopio, luego bufa y termina por mirarnos. Por suerte, también sonríe, para al fin, respondernos:

―Bien, acepto, no puedo decirte nada que ya no sepa de mi excliente, pero puedo ayudarte con el temita de hablar con tu contraparte.

―¡¿Podemos hablar con El Carroñero?! ―chilla Lisette.

―Es Anthony, no es otra persona, pero su lado salvaje tiene más información para dar. Lo que sí, decidan la pregunta adecuada para hacer esta transacción, porque estaremos hablando con su lado paranormal.

―¡¿Y qué le preguntamos?!

―Solo una pregunta, no quiero un carroñero destruyendo mi casa, y mantenerlo a raya no es fácil, será algo rápido.

―Entonces... ―Trago saliva―. Preguntaremos cómo ayudar a Uxío, así él podrá ir al infierno sin llevarte.

Mi esposa me observa, preocupada, y me cuestiona:

―¿Y no vamos a preguntar si vas a lastimarme o cómo te curamos?

Bufo.

―No puedo curarme, es lo mismo contigo, ya eres un demonio, debo aceptarme a mí mismo como tú lo hiciste, y ya se ha demostrado que no te lastimaré, así que ocupémonos de tu problema.

―Vamos, no tengo todo el día ―se queja Asthur.

―¿Cómo formulamos la pregunta? ―exclama Lisette, nerviosa.

Asthur dibuja algo en el dorso de su mano, luego se inyecta una sustancia allí y se levanta de su silla. Alza su dedo, convertido en garra, entonces se aproxima hasta mí.

―Yo me encargo. ―Sonríe con malicia―. Esto te va a doler.

Me agarra del hombro, luego me clava su zarpa en un golpe veloz y el dibujo que se hizo se extiende y brilla. Haciendo el pequeño ritual, formula palabras extrañas, que supongo que solo un demonio entendería.

Dentro de mi dorso emerge, algún tipo de venas, las cuales crecen, entonces grito de dolor, pues noto que se me va a salir la piel y, de repente, ya no siento nada.

"Partir el alma en dos".

~~~

Abro los ojos. Creo que perdí el conocimiento. Lisette corre a abrazarme. Estoy sobre una cama, mientras visualizo que Asthur tiene una jeringa con sangre. Cuando ve que he despertado, sonríe y aclara:

―Ha sido un placer hacer negocios contigo. Ahora no vuelvan jamás por aquí, gracias.

Me levanto, mareado, y me agarro de la cabeza, adolorido.

―Qué amable ―me quejo―. Te lo juro, no regresaremos nunca más.

―Me alegra escucharlo, ya váyanse de mi casa ―declara sonriente, pero finaliza con una mirada amenazante.

Sale del cuarto y me quedo a solas con Lisette.

―¿Conseguimos como mínimo la información? ―Suspiro, cansado.

―Sí. ―Me muestra un libro―. Asthur me lo regaló para que podamos partir el alma en dos sin problemas, nada más debo estudiarlo para lograrlo. No tendré que ir con Uxío al infierno y él podrá descansar en paz, estoy muy contenta.

―Me alegra que al menos alguien esté bien.

―Sí, vamos.

Me agarra de la mano, entonces nos retiramos de allí.

~~~

Al fin el día termina, ya estamos en la casa, y por extraño que parezca, me siento revitalizado. Supongo que es eso de El Carroñero, estar con las plantas hasta me cura o algo así. Ni idea, lo que sí sé es que ya estoy en mi camita y ahora nunca más soltaré mi almohada.

―Anthony... ―Lisette toca mi hombro.

―¿Sí? ―Dejo de abrazar mi almohadón y me giro a observarla mejor―. ¿Qué pasa? ―intento abrir el ojo que ya había cerrado.

Sus mejillas están rojas y sus labios tiemblan.

―Anthony, después de todo lo ocurrido, yo no quiero que te olvides de... bueno, de eso... ―Traga saliva, antes de continuar―. Así que necesito que tengamos sexo. No deseo que de un momento a otro aparezca tu yo paranormal o algo así, y nos perdamos ese instante o que ni lo recuerdes, así que yo... yo pensé que no lo haría, pero... ―Levanta los puños y chilla―. ¡Ah, ni sé cómo se dice, pero no me gustaría que te olvides de nuestra primera vez! ¡¡No me apetece, no lo soportaría!!

Quedo perplejo, pero reacciono cuando se calla, así que sonrío y me aproximo a su boca.

―Se dice hacer el amor.

―Suena más lindo ―murmura, tímida.

―Sí, ¿verdad?

Nuestros labios se juntan, entonces comenzamos a besarnos. Aproximo a Lisette hasta mi cuerpo y ella se abraza a mí. Hay una grata sensación, en la que nos olvidamos de todo lo demás, pero algo que sí recordamos, es que también comenzamos a amarnos físicamente, ya que en lo sentimental está todo dicho. 

Más de 40 capítulos para que esto pasara 😂. Y siento que en el siguiente me van a matar, por la razón de que no pasaba. Cosas de trama que se irán enterando pronto. Intriga moment 😈

Por otro lado, este es el último capítulo en el que aparece Asthur en este libro. ¿Podemos notar la diferencia del Asthur de esta novela con la de él propia? Jajaja, le falta una Alice en su vida 😂💖

Nos vemos pronto en el capítulo más cochino de este libro 😜

Saludos, Vivi.

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