XXXVI

- Hancock-sama- la pelinegro voltea hacia el llamado de una voz femenina.

- Ah Koala- dice tranquila- ¿Sucede algo?

- Bueno... Quería pedirle disculpas por lo que ocurrió con el tema de su herida en la espalda- dice apenada- De cierto modo, Sabo no le dijo del todo la verdad en ese momento.

- ¿A qué te refieres con eso?- pregunta frunciendo ligeramente el ceño.

- Lo cierto es que esa marca ya la conocía incluso mucho antes de entrar al ejército revolucionario- se explica, deja de mirarla para dirijir su mirada hacia el horizonte- Yo también fuí una de ellos- confiesa sonriendo tristemente- Hubo un tiempo donde la marca del dragón ascendente estuvo en mi espalda.

- ¿Q-qué?- pregunta confundida- ¿Acaso fuiste...?

- Si... Gracias al Gyojin Fisher Tiger pude escapar de ese lugar, como los demás esclavos que se encontraban en Mariejos.

La ojiazul no puede evitar abrir los ojos consternada, se abraza así misma al tener esos recuerdos atormentandola de nuevo.

- Sabo cómo los demás pensaron que sería mejor que solo yo me encargara de cuidar de usted, principalmente porque eres la esposa de Luffy y también, por el secreto que no quiere que nadie sepa.

No podía ocultar su sorpresa, ¿Cómo era posible que la chica a su lado hubiese sido una esclava y para empeorar la situación, que ella hubiera estado en el mismo lugar horrible donde la mantuvieron cautiva junto a sus hermanas?, era conciente que no se sabía realmente quienes fueron aquellos que escaparon cuando Fisher Tiger hizo su movimiento para rescatar a los suyos.

- Eso quiere decir que tu también...- su agarre en ambos brazos se hace más fuerte.

- Si- asiente- Lo cierto es que la marca fue reemplazada por la marca de los piratas del Sol.

Hancock la mira por unos segundos intentando encontrar alguna sombra de mentira en sus palabras, pero realmente no la encontró, la pelinaranja estaba siendo totalmente sincera con ella, confesandole esa mancha negra que ambas comparten en su pasado.

- Disculpa que pregunte... ¿Pero por qué te uniste a los revolucionarios?

- Bueno...- dice bajando la mirada- Cuando pude escapar de Mariejos, puede decirse que tuve la oportunidad de estar cerca al gyojin que nos permitió ser libres una vez más- la shichibukai se asombra ante sus palabras- Él y su tripulación me ayudaron a llegar a casa, pero cuando se retiraba fue asesinado por la Marina ya que una isla vecina dió alerta de su presencia.

- "Así que por esa razón murió"- dice en sus adentros la ojiazul.

- De cierto modo me sentí responsable por su muerte, después de todo, él no hizo más que ayudarme y por hacerlo, falleció... puede decirse que ese fue mi insentivo para querer cambiar y querer hacer algo frente a las injusticias que ocurren en cualquier lugar del mundo.

"A comparación de ella... He sido una cobarde durante años, mientras ella se esforzó por sí misma para luchar y cumplir sus ideales, yo le mentí al pueblo al que debo proteger y salvaguardar al sentir miedo de la posible reacción negativa que podrían tener las amazonas al enterarse de nuestro desafortunado pasado... Que patética soy..."

- Supongo que te debo una disculpa y un agradecimiento por tus cuidados- dice Hancock sonriendo levemente para ella.

- ¡No es para tanto!- exclama un tanto nerviosa- Estoy feliz de poder ayudar a personas cercanas y por supuesto a aquellas que son importantes para esas personas.

Hancock sonríe ante sus palabras. Ambas se mantienen en silencio un par de segundos antes de ser llamadas por Chopper quien anunciaba la hora del almuerzo. Se dirigen la mirada unos segundos antes de sonreír y dirigirse donde se encontraban los demás.

Al llegar, todos se encontraban comiendo, Luffy por su parte prestaba atención a la comida de todos e intentaba robarle a los demás, pero todos estaban al tanto de que este no podía comer nada pesado ya que su cuerpo no estaba del todo recuperado, por eso su comida era diferente, a pesar de ello, se la come sin mucho gusto. Al ver llegar a su esposa, estira sus brazos para tomarla de la cintura y sentarla a su lado.

- ¡Oe Luffy!- le grita el vicecapitan- ¡No deberías tratar así a tu esposa!- le reprende.

- ¡Quería que Hancock estuviera a mi lado!- se queja para mirarla, ella sonríe sonrojada, a pesar de todo lo que habían pasado juntos, era inevitable para ella sonrojarse de esa forma, como si fueran sus primeros días juntos.

- Déjalo marimo- suspira pesadamente- Este idiota ya no tiene arreglo- se levanta de su lugar- He guardado la parte de Hancock-sama y de Koala-chan, iré por ello.

- Oh, gracias Sanji- le agradece la pelinaranja sentándose junto a Sabo y Dragon.

- Muchas gracias- agradece la pelinegro.

- Hancock- le llama el menor- En unos días iremos a visitar a alguien muy importante para mí- dice entre nostálgico y triste- Quiero que vayas conmigo antes de dirigirnos a Amazon Lily.

- "¿Alguien importante?"- dice en sus adentros, por su expresión debe referirse a Ace.

Se acerca al Moreno para poder abrazarlo de la mejor manera posible, ubica el rostro contrario entre el espacio entre su cuello y su hombro, quería confortarlo y hacerle entender que no estaba solo. Los presentes no pueden evitar ver la escena, les causaba cierta curiosidad como se habían desarrollado las cosas con el pasar del tiempo, pero, estaban felices de que todo hubiese terminado de esa forma.

Luffy disfruta del abrazo, no sabía que quería ese tipo de apoyo emocional hasta que fue rodeado por los brazos finos de su esposa, mujer que estaba dispuesto a darlo todo por él, incluso su vida misma.

- Gracias Hancock- agradece en voz baja sonriendo un poco.

- No tienes nada que agradecer- responde con el mismo tono de voz.

...........

Una semana después
En algún lugar del Nuevo Mundo
Territorios de Yonkou Akagami no Shanks

- ¿Cómo se encuentra?- pregunta Hancock cuando ve salir a los doctores y a Ivancock de la habitación.

- Mugiwara-ya se encuentra fuera de peligro- responde- El tratamiento que le proporcionamos ha sido aceptado por su cuerpo y está mejorando considerablemente.

- Eso quiere decir que...

- Luffy estará bien- responde sonriendo el renito- Ya está apto para hacer el viaje.

- Esa es una buena noticia- dice la pelinegro sonriendo- ¿Ya se lo comentaron?

- No todavía Hancock-san- responde el pelinemorado- Queremos que termine de pasar el día de hoy sin alteraciones exageradas, le diremos a los demás que el viaje puede realizarse y que se preparen para partir en dos días.

- Muchas gracias por cuidar de Luffy- agradece con los ojos vidriosos.

- No tiene que agradecer Hancock-sama- dice el renito- Es mi trabajo cuidar de Luffy.

- Y por supuesto, he ayudado a Mugiwara-boy por mi amigo Dragon- habla Iva sonriendo.

- Aquella alianza entre ambos fue lo que ahora me tiene atado a Mugiwara-ya- responde Law suspirando- Ya no puedo evitar involucrarme.

Se sentía tranquila al saber que su esposo contaba con los amigos necesarios para sobrellevar cualquier tipo de problema que pudiera aparecer de imprevisto.

- Nos retiramos por el momento, así que, lo dejo a su cuidado Hancock-sama- dice Chopper sonriendo, su preocupación había disminuido considerablemente, antes era un manojo de nervios que apenas lo dejaban hacer su trabajo de manera correcta.

La pelinegro asiente, se hace a un lado para dejarlos pasar, suspira sintiendo cómo sus miedos desaparecen de a poco, estaba ansiosa, no quería escuchar que todo lo que estaban haciendo por él no estaba surtiendo el efecto adecuado.

No estaba lista para tener que despedirse en el peor de los casos.

Deja de lado sus pensamientos pesimistas y entra a la habitación, detiene su caminar cuando observa al pelinegro–quien le daba la espalda a la puerta– haciendo estiramientos como si se preparara para alguna pelea.

- ¿Qué estás haciendo?- le pregunta acercándose a su lado.

- ¡Ah!, ¡Hancock!- exclama para voltear a verla, regalandole una gran sonrisa- Solo estoy ejercitando un poco los músculos, no tienes de que preocuparte.

- ¿Estás seguro que puedes hacerlo?- pregunta preocupada- No quiero que te fuerces.

- Pero no quiero quedarme en cama todo el día- se queja- No quiero que me quiten eso como lo han hecho con mi comida.

- Sabes que ellos lo hacen por tu bien- acerca su mano para acariciar la mejilla del moreno con el dorso- Mientras no hagas fuerza física no creo que haya problemas.

- Gracias por entender shishishi- rie, apoya su rostro en el toque de la mujer- Torao y Chopper... ¿Te dijeron algo?

- ¿Acerca de qué?

- De nuestro viaje.

- Realmente no me dijeron nada acerca de ese tema- esquiva el tema sin demostrar alguna expresión delatadora- Me dijeron que estas mejorando y respondiendo al tratamiento, lo cual me hace feliz.

- ¿Lo ves?, ¡Nada va a pasarme!, shishishi- ríe, al ver la expresión dudosa de la ojiazul, se acerca para abrazarla por la cintura, con la intención de tranquilizarla,

Su cuerpo estaba mejorando, el dolor físico se había reducido considerablemente, al igual que las heridas, las menos graves ya casi no se notaban, por esa misma razón la única zona con vendas era su torso.

- Hancock- la llama en voz baja- ¿Podrás disculparme?

- ¿De qué hablas?- pregunta confundida- Si te refieres a lo de la marca ya te dije que...- la interrumpe.

- No me refiero a eso- niega- Quiero poder tocarte y no lastimarte- dice, sabía que ella aún tenía las vendas en su abdomen, por eso se había contenido demasiado de tocarla.

- Puedes hacerlo Luffy- dice sonrojada, entendía los deseos del menor, después de todo habían pasado un largo tiempo separados, su única manera de comunicarse era por medio de alguna carta ocasional que solían enviarse con la intención de saber del otro, algo más aparte de aquello que saliera en los diarios- Soy tu esposa, no tienes porque cohibirte.

Luffy observa sus ojos azulados por unos segundos antes de decidirse a cargarla para llevarla hacia la cama que ambos estaban compartiendo, sabía que sus deseos carnales estaban jugándole en contra, pero, en es momento, no quería detenerse a pensar si sus acciones eran las adecuadas, no quería cuestionarse si estaba tomando una mala decisión al querer intentar hacer algo con la emperatriz pirata en el estado en que ambos se encontraban, simplemente...

Quería maravillarse con la belleza de su esposa...

.........

- ¿Hancock-sama no ha venido por la cena de ambos?- pregunta la navegante quien estaba ayudando a su pareja a lavar los platos y utensilios sucios- Que extraño, ella siempre es puntual al venir por la cena, principalmente por Luffy.

- Quizás solo se han quedado dormidos- dice el rubio sin prestarle demasiada atención al acontecimiento vigente- Al terminar de limpiar todo yo mismo les llevaré la cena, así que no tienes de que preocuparte Nami-san- dice sonriéndole con cariño.

- Esta bien- da por terminada la conversación sobre esos dos para seguir secando los platos que ya fueron lavados.

Sanji de alguna forma se había convertido en el cocinero elegido por voto unánime de todos los piratas que se encontraban a la expectativa de la recuperación de su capitán, no le molestaba la idea de cocinar para todas esas personas, debía admitir que esa pequeña acción tan común para él le permitía pasar un tiempo de calidad junto a su pareja sin tener que preocuparse por los demás ojos que pudieran estar presentes en cualquier momento del día. Debía admitir que extrañaba la privacidad que de alguna forma le brindaba el barco, aunque no tenía de que quejarse, le gustaba la compañía de la pelinaranja junto a él.

Al principio fue duro para él confesar sus sentimientos hacia ella y por supuesto ser tomado en serio en primer lugar, pero, poco a poco, con cada una de sus acciones, pudo demostrar que sus sentimientos eran sinceros, pudiendo así ganar el corazón de la mujer más bella que pudo haber conocido. Al terminar su parte del trabajo decide acercarse sigilosamente a Nami, quien estaba concentrada en sus quehaceres, al estar a su lado la llama logrando que volteara a verlo y sus rostros quedaran a unos centímetros de tocarse, la abraza por la cintura al haber logrado lo que quería... Captar su completa atención...

De la impresión casi deja caer el plato que sostenía al suelo.

- San...Sanji-kun, ¡No me asustes así!- le recrimina suspirando, deja a un lado el plato que se salvó de milagro.

- Lo siento Nami-san- se disculpa manteniendo la compostura- Pero quería poder acercarme de esta forma a ti.

- ¿Sanji-kun?- le llama un poco sorprendida- ¿Ocurre algo?

- Nada- dice con un tono tranquilo- Solo... He recordado la primera vez que nos conocimos y por supuesto, aquella ocasión cuando nos reunimos de nuevo entre nosotros- dice cerrando los ojos, recordando aquellos momentos- Tenía a la mujer más hermosa frente a mí.

La pelinaranja no puede evitar sonrojarse avergonzada por sus palabras, pero de alguna manera, las palabras del cocinero la hacían feliz, su corazón palpitaba más rápido, emocionado.

 - ¿A qué se deben esos halagos tan repentinos?- pregunta curiosa, apoya su cabeza en el hombro del contrario, aprovechando la distancia corta entre ambos.

- No son repentinos Nami-san- le reprende- Siempre te recuerdo que eres la mujer más hermosa y que estoy feliz de tener el amor de tan bella dama.

La navegante sonríe sintiendo sus mejillas arder, no recordaba con exactitud desde que momento su corazón comenzó a latir de ese modo por el cocinero, pero, no se arrepentía de que su corazón decidiera escogerlo, se mueve un poco captando la atención del contrario, se acerca para besarlo en los labios, siendo correspondida de inmediato.

Cuando se separan le regala una amplia sonrisa a su pareja, logrando avergonzarlo un poco.

- Esta noche, duerme conmigo.

- Me encantaría bella dama. 

.........

- Estas.... Inusualmente más cariñosa de lo normal- habla un tanto sorprendido Zoro.

Se encontraba con su novia disfrutando juntos de la tranquilidad que les proporcionaba el barco al estar totalmente vacío sin presencia de sus ruidosos nakamas. El peliverde estaba acostado sobre el regazo de la pelinegra, ella sin poder evitarlo le hacía mimos para que pudiera quedarse dormido, de alguna forma, a veces le gustaba hacerlo, ya que la expresión tranquila de su pareja era una agradable recompensa. Por esos pequeños detalles, el espadachín no podía evitar pensar que Robin se estaba comportando más cariñosa con él.

- ¿Qué estás diciendo kenshi-san?- pregunta divertida- ¿Qué antes no te había hecho esto?

- Bueno... Si... Sueles hacerlo cuando me encuentro bastante tenso- se explica- Por eso me extrañó un poco que me estuvieras dando ese tipo de mimos.

- Quería consentirte un poco- admite sonriendo dulcemente, su pareja no puede evitar sonrojarse un poco por su expresión.

Se incorpora para ubicarse frente a ella, llamando su atención.

- ¿Qué sucede?

Acerca su mano al rostro de la pelinegra, acaricia con su pulgar la suave piel antes de acortar la distancia y besarla, era afortunado al ser correspondido por una mujer como lo era Robin, no le importaba que existiera una diferencia de edad entre ambos, amaba lo que esa mujer representaba y por supuesto, amaba el papel que estaba ocupando en su vida, en algunas ocasiones del trayecto final hacia Raftel, pasó algunos días encerrado en su gimnasio involucrado con pensamientos contradictorios donde el miedo comenzó a florecer en su interior, la sensación le molestaba, pero no podía evitar sentirla al ver el rostro de la ojiazul que siempre le regalaba una de sus bellas sonrisas. Llegó a un punto donde, al avanzar por la isla, estuvo cerca de ella sin intenciones de alejarse, pero se presentó un caso especial donde tuvo que separarse de ella para poder apoyar a su capitán, la abrazó con fuerza y le susurró.... "Volveré por ti..." antes de alejarse para cumplir con su deber. Se separan cuando les falta el oxígeno.

- ¿Yo soy la que actúa fuera de lugar?- pregunta divertida.

- Ah calla mujer- se queja en voz baja apoyando su frente con la suya- Justo ahora quiero comerte a besos.

Robin se sorprende un poco por su sinceridad tan directa.

- No encuentro razones por las cuales no puedas hacerlo- le responde en el mismo tono bajo, como si le estuviera contando uno de sus secretos más profundos.

Se fija en la mirada de la bella mujer antes de levantarse y por supuesto, llevarla junto a él a un lugar más privado, donde su pequeño capricho pudiese ser cumplido sin interrupciones.

.........

- Al final se quedó dormido- dice en voz baja admirando el perfil de su dormilón acompañante.

Al parecer, los doctores le habitan inyectado medicina que, al hacer efecto, ayudó al pelinegro a quedarse dormido. De alguna forma se decepcionó un poco pero al pensarlo con cabeza fría, agradeció internamente la acción de aquella medicina, después de todo, no contaba con aquellas pastillas que Nyonba le había entregado para evitar quedar embarazada, sabía que si llegaban a consumar el acto, era muy problema que eso sucediera y no estaba segura de cual sería la reacción de su esposo al saberlo.

- Supongo que podremos esperar hasta que volvamos a Amazon Lily- dice para acomodarse mejor en la cama, con la intención de dormir al lado de su pareja- Duerme bien cariño- le besa la mejilla que tenía descubierta.

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