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En el Archipiélago Sabaody

- Ray-san- le llama la pelinegra al verlo con claras intenciones de salir por la puerta del bar- ¿A dónde vas?

- A dar una vuelta por el lugar- responde para voltear a verla- En esta ocasión no puedo ir a donde él se encuentra, ya que él mismo vendrá.

- ¿No crees que es arriesgado que su punto de reunión vuelva a ser aquí?- pregunta sosteniendo su cigarrillo entre sus dedos.

- Bueno, puede que hayan desaparecido del mapa de nuevo y sería una gran coincidencia que reaparecieran en el mismo lugar pero, ¿Cuál es la probabilidad de que aparezcan el mismo día en que hay más movimientos de Marines en el Archipiélago?

- Bueno Ray-san- sonríe ante su cuestionamiento- Puede que haya un margen del 1% donde ocurra, después de todo, el karma acompañaba en varias ocasiones a los piratas.

- Shakky- niega con la cabeza- Lo mejor sería que no se enteraran de su llegada, después de todo, tienen que quedarse tres días más en el Archipiélago.

- Tienes razón- se lleva el cigarrillo a la boca, inspira un poco el mismo y luego expulsa el humo por la boca- Confiemos que el karma no esté a favor de ellos en ese corto lapso de tiempo.

- Si- asiente- Volveré pronto Shakky.

- Aquí te espero Ray-san.

..........

En algún lugar del Grand line

- Llevamos un día de retraso- se queja la navegante.

El mal humor de esta era palpable en el aire, incluso su pareja no se atrevía a acercarse demasiado a su lado para evitar obtener algún tipo de traumatismo como un golpe en cualquiera zona de su cuerpo ya fuera colateral o por su alto deseo de golpear al primer desafortunado que se cruzara por su camino.

Al no poder contar con el Thousand Sunny tuvieron que recurrir a movilizarse en otros barcos, básicamente, tuvieron que disfrazar sus identidades para poder llegar a la Isla Drum, hogar natal de Chopper y también, para volver al Archipiélago Sabaody.

- ¿Creen que debamos dejarla así?- pregunta Usopp mientras la observaban desde lo alto de la cofa, donde se encontraba Zoro haciendo de vigía.

- En primera no me interesa que ocurra con esa maltita mujer, en segundo lugar... - estaba de molesto- ¡¿Qué demonios hacen aquí?!

- Ay por favor Zoro- se queja el pelinegro- Has estado aquí desde que dejamos el frío atrás y fue como cinco días atrás- le mira.

- Por no poder tener nuestro barco, no he logrado realizar mis ejercicios, espero llegar y recuperar el tiempo perdido- se queja- Además, por culpa del frio no pude ejercitarme como era debido.

- Aún así mantuviste tus batallas habituales con Sanji- menciona Chopper animado- Ustedes dos entrenan a su manera cuando se enfrentan.

- Chopper- habla el francotirador para mirarlo incrédulo- Casi destruyen el castillo de tu maestra, ¿Cómo puedes decir simplemente eso?

Le pregunta recordando las amenazas de la doctora de obligarlos a reconstruir el Castillo piedra por piedra si lo destruían, afortunadamente no ocurrió, pero deseos no les faltaban a sus nakamas para ponerlos a trabajar.

- Supongo que ha sido la costumbre, perdón- se rasca la cabeza con cierto desconcierto- Aunque la ausencia de Luffy se ha hecho notar en todo este tiempo.

- Tienes razón, incluso el castillo estuvo demasiado silencioso a excepción de las ocasiones donde eramos gritados por hacer algo tontería, incluyendo a la doctora y a Nami también- sonríe con cierto temor- Aunque de Nami sería extraño no esperar un grito de por medio.

Zoro sabía que las palabras de su compañero eran ciertas, nadie más a parte de Nami era la encargada de gritarle a todos en el barco en general, principalmente a su capitán, al recordarlo, no puede evitar sonreír.

- ¿Cómo le habrá ido a Luffy durante todo este tiempo?- pregunta al aire, aunque se lo preguntaba más a sí mismo.

Ambos compañeros de travesuras voltean a verse, esa misma pregunta se la planteaban todos los tripulantes de los Mugiwaras, después de todo, la vida de casado no era algo sencillo y mucho menos si el esposo era alguien con el perfil de su capitán.

- Chicos- les llama una voz femenina.

Los tres voltean a mirar al mismo tiempo, encontrándose con la hermosa vista de Robin, el peliverde la observa unos segundos con cuidado, definitivamente admiraba las curvas del cuerpo de su novia, más sin embargo, ese detalle no estaba del todo incluido en el paquete del porque se sentía atraído por esa mujer misteriosa.

- El almuerzo ya casi está preparado- les informa- Así que bajen por favor.

- ¡Oh!, ¿Ya es medio día?- pregunta sorprendido el pelinegro- Pero primero- mira al espadachín con desaprobación- ¡Deberías ir a bañarte Zoro!

Este no responde, ese día no había sentido la necesidad de hacerlo, en los días anteriores se había visto obligado por la influencia de su novia, debido a las gratas interrupciones de la pelinegra. Chopper se acerca y lo huele, se aleja de un salto y se tapa la nariz.

- ¡Apestas!- exclama casi llorando- ¡¿Cómo es que no te has bañado?!

- ¡¿No tienes consideración con Robin siquiera?!- pregunta Usopp indignado, se levanta y se aleja hacia la puerta antes de hablar- ¡No deberías ni acercarte a ella!

- ¡Usopp!- exclama por sílabas y con su creciente furia en proceso.

- ¡Creo que Franky me llama!- dice antes de huir del lugar.

El espadachín confronta con la mirada al doctor de la tripulación, este tiembla un poco por lo que pudiera ocurrirle, corre para lanzarse a los brazos de Robin, sin importar que este se abrazara fuertemente de ella, la sensación de celos nunca existiría si se trataba del renito.

- Furufuru- ríe- ¿Si no te interrumpo no pensabas siquiera en ducharte?

- No quiero tus sermones mujer- voltea el rostro para mirar hacia el mar, demostrando su mal humor.

- Te estaré esperando para almorzar, date una ducha primero por favor- le pide mostrándose tranquila y calmada, sabía que era más sencillo pedírselo de esa forma que obligarlo.

- Está bien- responde luego de un lapso de tiempo en silencio.

Se levanta de su lugar para bajar de la cofa y poder realizar la acción de inmediato, la ojiazúl camina frente a él sonriendo.

- Ya te hace falta realmente.

- Callate- gruñe molesto, camina frente a ella, sus pasos firmes se podían escuchar con atención, más sin embargo, dejaron de escucharse en la lejanía.

Y como solo Zoro lo haría, se terminó perdiendo en su camino hacia el baño.

........

En la Isla Amazon Lily

- Aún me sigue impresionando lo mucho que Luffy puede comer- habla Margaret mientras lo observa.

Este comía y estiraba los brazos por toda la mesa para tomar lo que más le apetecía comer, en otras palabras, la carne era la primera en desaparecer de los platos para después proseguir con lo demás.

- Es como un pozo sin fondo- habla Sweet Pea sirviendo más platos con carne- Es una lástima que tenga que irse, Hebihime-sama se le veía muy feliz con él aquí.

- Tienes razón- responde para mirarla- Pero no se puede quedar aquí para siempre, debe volver al mar a cumplir sus sueños.

- Me pregunto, cuánto tiempo le tomará volverse el Rey de los piratas.

- Esa es una muy buena pregunta- ríe un poco- Mejor vamos a servirle más comida, la mayoría de los platos están desocupados.

- Si- asiente para llevar los platos ya servidos a la mesa.

.........

Nyonba camina por los pasillos de castillo Kuja en busca de la emperatriz, sabía perfectamente la fecha de ese día y quería confirmar que ella estuviera bien, que no pasaría por lo mismo la primera vez que Monkey D. Luffy se iba a marchar de la isla. La busca en su habitación y la encuentra en el balcón mirando hacia el horizonte.

- Hebihime- le llama, ella voltea a verla.

Podía notar la tristeza en su mirar, más sin embargo, se le nota bien.

- Nyonba- habla- ¿Ocurre algo?, sabes que aún no me ocuparé de mis responsabilidades hasta que Luffy no se haya marchado el día de hoy.

- Eso lo dejaste claro ayer- le recuerda mientras la observa con atención- ¿Te encuentras bien?

- ¿Eh?- pregunta confundida- Lo estoy, ¿Pasa algo malo?

- ¿No te duele el corazón?- pregunta más directa.

- Si te refieres a si esa enfermedad ha vuelto la respuesta es no- niega- Me siento bien al menos en ese aspecto, me entristece el tener que verlo partir después de todo este tiempo juntos, pero es inevitable.

La peliplateada suspira, sentía que esa enfermedad la azotaria de nuevo y no tendrían manera de salvarla esta vez, pero algo, un pequeño presentimiento le decía, que no ocurriría, después de todo, el amor que ambos se profesan es correspondido sin ninguna duda.

- Ya sólo queda esperar por su regreso- menciona. La pelinegra asiente ante sus palabras.

- Y velar por su seguridad- menciona llevándose ambas manos al pecho- Los retos que afrontarán ahora serán desafíos mayores, confío en que todo saldrá bien.

La expresión que la shichibukai le mostró a la anciana Nyonba fue algo que nunca creyó ver en su vida, una sonrisa sincera siendo acompañada por unas cuantas lágrimas. Al darse cuenta de estas, las limpia de inmediato, más sin embargo no puede detenerlas, se había roto en ese momento, se deja caer al suelo y se cubre el rostro mientras tiembla.

No podía soportarlo.

Una parte de su alma quería obligarlo a quedarse a su lado, pero la otra parte, era consciente de que su esposo no sería feliz de esa manera y era posible que después de que aceptara estar con ella, comenzara a odiarla por sus deseos egoístas y eso, no se lo podría permitir, de lo contrario, rompería esa confianza que ambos cultivaron todo ese tiempo, como los buenos momentos y los vínculos que los unían.

Se descubre el rostro, las lágrimas se detienen. Es observada por Salomé y Nyonba con atención.

- ¿Ya estás mejor?- le pregunta.

- Si, al parecer, necesitaba desahogarme un poco- se limpia las mejillas y se levanta- Necesito tomar algo para tranquilizarme mejor- dice.

- Te lo traeré yo misma, así Luffy no se enterará.

- Gracias Nyonba.

..........

- ¿Has terminado Luffy?- le preguntan las Amazonas al ver que dejó de comer.

- Emm... No todavía.

- Entonces, ¿Por qué no sigues comiendo?- pregunta confundida la rubia.

- Hancock no ha venido y dijo que lo haría.

- Quizás esté ocupada Luffy- explica- Hebihime-sama suele perderse durante todo el día por sus responsabilidades.

Este no se muestra convencido.

- Iré a buscarla- se levanta- ¡No dejes que nadie toque mi comida Margaret!- pide antes de irse.

- Está bien.

............

- ¡Hancock!- exclama mientras abre la puerta de su habitación de un portazo.

La pelinegra voltea a verlo sin saber como reaccionar por lo ocurrido.

- ¿Ocurre algo?- pregunta mientras lo observa acercase a ella- ¿No deberías estar desayunando?

- Me dijiste que irías también- le recuerda, se detiene frente a ella y se cruza de brazos.

Observa su rostro y nota sus ojos un poco hinchados.

- Nyonba vino a hablar conmigo, por eso no pude ir contigo todavía- se explica.

- ¿Estuviste llorando?- pregunta con seriedad.

- Yo...- baja un poco la mirada- Es posible.

- ¿Por mi partida?

Lo piensa un poco antes de asentir.

- Pero ya estoy mejor- le mira- Al parecer eso me ayudó a sentirme mejor.

- No me mientas por favor- pide entre autoritario y preocupado- Que mi esposa esté llorando por mi culpa, no es algo bueno.

A veces, a pesar de que ya habían pasado 6 meses, Hancock se emocionaba cuando le escuchaba decir la palabra "esposa" a Luffy, aún pensaba que era un sueño del cual no iba a despertar nunca y esperaba no hacerlo, pero sabía que era real todo lo que estaba ocurriendo.

- Cariño- le mira transmitiendole su calma y amor con la mirada- Ya estoy bien.

- Hebihime- le llama la peliplateada entrando al lugar con el agua que la ojiazúl había pedido.

- Gracias Nyonba.

Recibe el vaso de agua y lo toma con cierta rapidez.

- ¿Listo para el viaje Luffy?- le pregunta la peliplateada al hombre.

- Puede decirse que si- mira a su esposa- Pero no puedo irme si Hancock no se siente bien.

Ambas abren un poco los ojos por las palabras del pelinegro.

- Ya te lo dije- le sonríe- Estoy bien.

- No estoy seguro.

- ¿Qué debo hacer para que me creas?

Luffy se lo piensa un poco, estaba consciente que las discusiones menores entre ambos solo ocasionaban una molestia momentánea que eran apaciguadas luego de una buena comunicación entre ambos. Observa a la bella mujer quien enfrenta su mirada, inclina la cabeza hacia la izquierda al no tener ninguna idea de que decir ante aquella pregunta planteada.

- Está bien- se acerca para posar su dedo índice sobre su frente- Te creeré- lo aleja para luego reír- ¡Ahora sí vendrás conmigo!

- Si- responde- Nyonba, un poco más de agua por favor- le pide, esta le sirve otro vaso con agua y se lo extiende, lo recibe.

- Gracias.

A comparación del primer vaso con agua, este lo toma a una velocidad moderada. Le devuelve el vaso a la peliplateada, da un par de pasos para tomar la mano del azabache y comenzar a caminar fuera de la habitación en petición de lo pedido de su esposo.

...........

Una hora más tarde, todas las amazonas, junto con Nyonba y su emperatriz estaban en la playa de la isla para despedir al moreno. El pelinegro observa a todas las chicas presentes en el lugar para luego ver a las hermanas de su esposa, ver a las piratas Kujas, ver a la peliplateada para fijar su mirada en un único lugar que faltaba.

- Todo está listo para el viaje Anee-sama- anuncia la peliverde.

- Perfecto- menciona- Ya es hora de partir, cariño.

- ¿Estarán bien sin que esté aquí?- pregunta sin poder evitarlo.

- Te recuerdo que nadie se atreve a acercarse demasiado a mis territorios por los reyes marinos a nuestro alrededor- habla- Además, las amazonas y yo podemos manejar cualquier complicación que se presente, puedes mantenerte tranquilo.

Este sonríe al escuchar sus palabras, realmente, tenía a cómo esposa a una de las mujeres más fuertes que haya conocido, se acerca para poder abrazarla por última vez y sobre todo, para escuchar los latidos de su corazón, por algún motivo, ese era uno de sus lugares favoritos, ese simple sonido, lo relajaba demasiado, además, le permitía estar rodeado por los brazos de su amada. Hancock corresponde su abrazo, sabía que debía disfrutarlo porque no estaba segura de cuando volvería a tenerlo en sus brazos.

Las espectadoras no pueden evitar emocionarse ante la escena, a pesar de que la historia de amor de ambos llevaba desarrollándose por un tiempo un poco mayor a los seis meses, el ver la felicidad y la satisfacción en el rostro de su emperatriz era una recompensa que nunca quisieran que se perdiera.

Se separan para tomarse de las manos.

- Ya debo irme Hancock.

La ojiazul le observa por unos segundos antes de dedicarle una dulce y cálida sonrisa y consiguió avergonzarlo un poco.

- Cumple tu sueño y regresa como el rey de los piratas cariño, aquí te estaré esperando.

- Cuando vuelva serás mi reina, lo prometo- habla devolviéndole la sonrisa.

- Y estaré encantada de serlo.

En un movimiento rápido, el capitán de los Mugiwaras la jala para robarle un beso corto y poder alejarse para subirse a una de las serpientes de Yuda que lo esperaba inclinada hacia la playa.

Los gritos de las Amazonas no tardaron en escucharse, el esposo de su emperatriz era realmente atrevido.

- Aneesama- le llama Mari- Nos vamos ahora.

La pelinegra se dirige a sus hermanas y a su tripulación.

- Piratas Kujas- están prestan atención- Les encargo la vida de Luffy- se escuchaba más autoritaria- Espero que puedan cumplir con el motivo de este viaje y vuelvan a casa sin complicaciones.

- ¡Si!, ¡Hebihime-sama!- exclaman para encaminarse al barco.

- Nos haremos cargo de todo, no tienes de que preocuparte Anee-sama- declara Sonia antes de alejarse para poder dirigirse al barco junto a su hermana.

Cuando todos están a bordo del Yuda, se embarcan al mar con el Thousand Sunny siendo llevado al mismo tiempo, sería peligroso que vieran ambos barcos juntos, pero harían lo posible para que no les descubrieran.

Las Amazonas se despiden a gritos de Luffy, estaban acostumbradas a verlo ir de un lugar a otro en la isla, sería un poco aburrido sin él, pero sabían que la situación no le permitiría quedarse por más tiempo.

Luffy corre por el barco para poder observar a todas las chicas especialmente a su esposa. Alza uno de sus brazos y se despide de todas.

- ¡¡Chicas!!, ¡¡Cuídense!!, ¡¡Les encargo la seguridad de Hancock!!

- Shishishi- ríe emocionado.

Más sin embargo, en su interior sabía que no quería alejarse de ella.

- ¡¡Cuídese mucho Luffy-sama!!- exclama una de las chicas.

...........

Una semana después

- Parece que Luffy está demasiado ansioso- habla Shakky al ver al moreno.

- Llegó hace dos días a la isla y sus nakamas no lo han logrado aún, cualquiera en su posición se preocuparia por ellos- explica el peliblanco mientras disfruta de una cerveza fría.

- El barco ya casi está recubierto por completo, lo cual es una ventaja para que puedan zarpar en  cualquier momento sin complicaciones.

- Tienes razón- toma la coletilla del cigarrillo de sus labios para poder apagarlo y dejarlos en el cenicero- Pero no es gratificante ver esa expresión en el rostro de Monkey-chan.

- Debe estar ansioso por ver a sus nakamas y debe extrañar a Hancock- habla sonriendo- Aún me parece una especie de ilusión el día que la invitación a su boda estuvo en mis manos.

- Fue inesperado, pero parece que lo están superando poco a poco.

- Me preocupa que algo los empuje a tener que enfrentarse- dice un poco más serio- No estoy seguro de saber si pelearían en contra, especialmente Luffy- observa los hielos en su bebida- Cuando considera a los que lo rodean dignos de su confianza no puede evitar verlos como sus amigos no como enemigos y ahora ella es su esposa.

- Puede que nos terminen sorprendiendo aún más, Ray-san- habla la mujer sonriendo- Puede que las cosas se vean algo turbias y en su contra, pero estoy segura que podrán superarlas, después de todo, ambos son conscientes de sus posiciones delante del mundo, principalmente de la Marina- observa al menor recostarse en uno de los sillones- Además, Monkey-chan nunca haría algo que perjudicara a Hancock.

- Espero tengas razón Shakky.

- Monkey-chan- le llama este voltea a verla- ¿Deseas cenar?

- ¡Me parece bien!- exclama, se levanta del sillón y se acerca a la barra para sentarse al lado de su antiguo maestro- Rayleigh- le llama este le mira- ¿Has tenido alguna noticia de mis nakamas?

- Al parecer tuvieron 3 días de retraso en el viaje, por eso no han llegado todavía y parece que su navegante está a punto de rendirse.

- No me esperaría eso de Nami- habla preocupado- Espero lleguen a salvo.

- Lo harán, después de todo, ellos son los nakamas que escogiste para que te acompañaran en tu viaje.

- Shishishi tienes razón- sonríe.

Rayleigh observa el anillo en su dedo, no era del todo llamativo pero podría llamar la atención.

- ¿Piensas hacer algo con tu anillo de bodas?- esa pregunta llama su atención.

- Quiero conservarlo conmigo, pero también me preocupa perderlo- lo mira con atención- Además siento que si lo dejo atrás, estaría negando mi relación con Hancock.

Esas palabras lo tomaron con cierta sorpresa, no puede evitar reír un poco.

- ¡Oye!, ¡¿Qué es tan gracioso?!- se queja el pelinegro.

- Has crecido y madurado en este tiempo, Luffy.

- ¿Eh?, ¿A qué te refieres?

- Hace más de seis meses pudiste simplemente seguir tu camino en el Nuevo Mundo en lugar de querer regresar para visitar a Hancock- se explica- De haber sido así, nada de lo ocurrido en todo este tiempo hubiese pasado y no estaríamos aquí, justo ahora teniendo esta conversación.

Se lo piensa un poco, su maestro tenía razón, de no haber sido por esa decisión no se hubiera casado con Hancock y quizás estaría ahora mismo, peleando contra algún enemigo para seguir adelante, incluso junto a Torao aún tenían asuntos pendientes contra Kaido. ¿Cómo serían las cosas si nunca hubiera querido volver a verla?

- ¿Sabes Rayleigh?- menciona sonriendo- No me arrepiento de nada, ¡Estoy feliz con que Hancock sea mi esposa y de tener a mis nakamas!

Se ríe a carcajadas por sus palabras.

- Me alegra escuchar eso.

Shakky aparece con dos bandejas de comida, tenía que volver a la cocina por más, ya que el capitán de los Mugiwaras tenía un apetito feroz.

- ¡Muchas gracias!

- Adelante, come lo que quieras.

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