XLI

A la mañana siguiente
Primeras horas de la mañana

- ¿Cariño?- le llama con cierta preocupación- ¿Está todo bien?

Luffy deja de mirar hacia el horizonte, cambiando la expresión de su rostro por una más alegre, demostrando aquella máscara llena de desinterés y tranquilidad que solía mostrar al mundo o que al menos, en ese momento consideraba de esa forma.

Su expresión seria no quería desaparecer de su rostro.

- ¿Qué pasa Hancock?- le pregunta mientras la observa, luciendo una pijama color azul marino, del mismo estilo que le vió usar cuando se conocieron la primera vez.

- Eso es lo que te pregunto a tí- se acerca quedando frente a él- Desde hace dos días has estado actuando extraño, ¿Qué pasa Luffy?

Notaba lo preocupada que estaba, aprieta un poco sus manos echas puños, realmente no era bueno para guardar secretos, principalmente, no sabía cómo lidiar con sus emociones cuando estaban a flor de piel y estaba realmente enojado con todo lo que estaba relacionado con el Gobierno Mundial y los Nobles del Mundo.

- Estoy bien sólo... Pienso- intenta dar una excusa, que por otro lado, salía a relucir otra de sus débiles, era horrible mintiendo.

- Luffy- acerca su mano a la de él, aprovechando el borde del balcón de la habitación- Dime la verdad, ¿Estás planeando algo?

- ¿Por qué crees que planeo algo?

- Nyonba me ha comentado las últimas noticias que han aparecido en los periódicos- la pelinegra siente un pequeño movimiento en la mano contraria que sostenía- ¿Eso es lo que te tiene preocupado?

- Así es- responde, eso era parte fundamental del espectáculo que crearían, por lo que no le sería tan difícil el mentir- Son mis amigos y estoy preocupado, la Marina ha jugado sucio para asegurarse que salga de mi escondite- cambia su expresión a una molesta- Quieren que me entregue para que ellos puedan vivir.

- Acaso... ¿Acaso estás pensando en entregarte?- le pregunta con la voz temblorosa.

- Lo he pensa...

- ¡No!- grita desesperada, interrumpiendolo en el proceso- ¡No te dejaré hacerlo!

Al escucharla decir aquello, no puede evitar recordar las palabras de su padre.

- Hancock yo...

- ¡No!- mira su rostro, su expresión estaba llena de terror y miedo, así mismo podía notar que su cuerpo lo demostraba, estaba temblando- ¡No tienes que dar la vida por ellos!

Frunce el ceño.

- Son mis amigos Hancock- responde con un tono de voz serio- No dejaría que murieran o los torturaran si puedo hacer algo para evitarlo- le deja en claro- Lo mismo diría si se tratara de mis nakamas, de mi familia y de ti, Hancock.

Nota como baja la mirada, su cuerpo seguía temblando, aleja su mano, llevando ambas a su pecho.

- Lo entiendo...- comienza a hablar- Entiendo que tu eres así, que te preocupas por aquellas personas que son cercanas a ti pero...- levanta la mirada, el pelinegro abre los ojos al verla llorar- No quiero aceptarlo, estuve a punto de perderte... ¡Otra vez!, no quiero que realmente esta sea la última vez que esté hablando contigo, ¡Estoy aterrada!, ¡No quiero perder al hombre que amo!

Siente como su corazón se detiene por un momento, aquellos gritos de la mujer que amaba lo destrozaban por dentro. No quería tener ese tipo de conversación con ella porque sabía que ocasionaría que su juicio titubeara.

- Hancock- la llama intenta acercarse a ella pero esta retrocede- Por favor Hancock, escúchame... Puede que lo haya pensado, pero, eso no quiere decir que vaya a hacerlo- intenta acercarse de nuevo pero es rechazado- Mi padre, Sabo, Torao y Chopper están enterados de la situación, estamos ideando un plan para poder rescatarlos sin que tenga que entregarme.

- ¿Tú nakama lo sabe?- pregunta la ojiazul, recordando lo que había escuchado de las mujeres de la banda de los Mugiwaras- ¿Por qué no dijeron nada?

- Mi viejo creyó que lo mejor era mantener la calma e idear algún plan para la situación presente- le explica.

- No... ¿No vas a actuar de manera imprudente?- le pregunta mientras lucha por controlar su cuerpo.

- No lo haré, está vez no lo haré- se acerca por tercera vez a ella, esta vez, la pelinegra es quien se acerca a su esposo, con tal fuerza que ambos caen al suelo.

Luffy alcanzó a tomarla por la cintura, pero había perdido el equilibrio. Ahora su rostro estaba entre el pecho de su esposa, se sonroja un poco por la posición.

- Hancock...- la llama, podía escuchar el llanto de la mujer.

A pesar de que dijera que no actuaría de manera imprudente, estaba ocultando parte de la verdad... Realmente, le declararía la guerra al mundo.

La shichibukai se incorpora para mirarlo, las lágrimas caían de sus ojos al rostro del moreno.

- Quiero saber que están planeando, quiero ser la primera en saber que las cosas salieron bien y que saliste ileso... Sé que no puedo convertirte en piedra para mantenerte aquí a mi lado a salvo, porque sé que vas a ir personalmente a rescatarlos...- cierra los ojos con fuerza, se sentía como una inútil, no estaba haciendo nada para protegerlo- Sé que tus acciones de lo que vayan a hacer son críticas... Sé con certeza que no quiero verte morir... Mucho menos a manos de la Marina como el anterior Rey de los piratas, así que...- esta deja de soportar su peso para acomodarse en el pecho del menor- Por... Por favor...- estaba hipando, nunca la había visto de esa forma- Prométeme... Prométeme que estarás bien, que volverás a mí... Con vida- nunca imaginó que vería esa faceta en ella- Prométeme que volveré a ver tu sonrisa...

La abraza, en un intento algo vago de confortarla. Acaricia su espalda, sintiendo algunos hilos de cabello bajo su tacto. Le era un tanto difícil prometerle que volvería por completo pero... En ocasiones las mentiras piadosas eran lo mejor que se podía dedicar a las personas.

- Volveré a tu lado Hancock lo prometo- responde sonando lo más convincente que podía.

La figura de aquella mujer hermosa temblando entre sus brazos, sería una imagen que le sería difícil borrar de su memoria.

- Todo estará bien- intenta reconfortarla, de tal modo que hace todo un movimiento para cargarla y poder llevarla adentro de la habitación.

Era un buen momento para estar juntos, principalmente porque el pelinegro sabía que lo que acaba de prometer... No era del todo cierto, era posible que nunca volviera, todo por intentar salvar a sus amigos. Ya le había quedado bastante claro que su esposa se interpondría en sus planes así que lo mejor era dejar las cosas así.

Se dirige a la cama para poder recostarla con cuidado, ella no quería separarse de su lado.

- Quédate conmigo Luffy- le pide en un susurro- Quédate aquí.

Sonríe por un momento antes de dejarse caer junto a la ojiazul en la cama.

- Me quedaré contigo, no te preocupes.

Le acaricia la cabeza con cuidado, manteniendola cerca de su cuerpo. El llanto de la mujer disminuyó de a poco, escuchándose únicamente pequeños hipidos.

En un extraño momento, cuando ya no se escuchaban sus hipidos sintió una pequeña muestra de afecto por parte de la pelinegra. Al darse cuenta de lo que pasaba, le estaban repartiendo varios besos por el pecho-ya que no tenía las vendas sobre este-sentía un ligero cosquilleo en esa zona.

- Hancock...- le llama, está levanta la mirada de su escondite, podía notar la zona rojiza que cubría sus ojos debido al llanto- ¿Por qué estás...?- es interrumpido por un ligero beso en los labios.

- Cariño...- le llama- Te amo.

Siente sus mejillas calientes por unos segundos. Aquella expresión, con su mirada iluminada con las mejillas húmedas por el llanto. ¿Por qué podía verse tan linda a pesar de haber llorado antes?

- Yo también- le da un beso en la frente- Ya no llores más por favor.

Ella asiente sin dejar de mirarlo.

- Dejaré de llorar cuando termine de convencerme que mi esposo no va a morir- responde ocultando de nuevo su rostro.

Vaya incrucijada en la que se estaba metiendo.

Sólo... Esperaba no poner en riesgo el perder su matrimonio como la confianza de la ojiazul.

..........

- ¿Cómo es qué no nos habíamos enterado de esto?- se queja el cocinero plantando el periódico que sostenía con fuerza sobre la mesa.

Estaba reunido con el vicecapitan, las dos féminas del grupo, Jinbei y Brook.

Los otros nakamas estaban dando vueltas por el castillo Kuja.

- Por alguna razón- habla la navegante mostrándose pensativa- El periódico que suele llegar cada día a cada barco o lugar, en los últimos días mientras volvíamos aquí nunca lo ví llegar a sabiendas que estuve pendiente.

Robin se muestra pensativa antes de atreverse a hablar.

- Recuerdo que se lo ví un par de veces a Chopper- menciona- Pero nunca se lo veía a otros.

- ¿Acaso Chopper-san ya lo sabía?- pregunta curioso el músico, se le notaba serio.

- Eso explicaría porque su cambio repentino en su actitud con nosotros- habla Zoro manteniendo su seriedad habitual- ¿Eso podría incluir a Luffy?

- Si he notado que ha estado muy calmado como pensativo- habla el rubio mientras busca un cigarrillo nuevo- Incluso no se ha visto mucho por los lados de la cocina buscando comida.

- En conclusión- habla el gyojin- Ambos lo sabían pero querían ocultarlo, la pregunta ahora es... ¿Por qué?

- Espero que nuestro capitán idiota no esté considerando una misión suicida- se queja Nami entre molesta y preocupada- Solo conseguiría ponernos en riesgo... A todos.

- Principalmente a él...- dice la pelinegra- Ha pasado alrededor de un mes, su cuerpo aún está resentido para embarcarse a otra batalla, mucho menos si va contra la marina ahora, perderá irremediablemente.

- Debemos hablar con Luffy- dice Sanji con el cigarrillo entre los dedos de su mano, aún no se decidía si encenderlo- Sabemos que es el peor mentiroso de la historia, por lo que sabremos con más exactitud que es lo que está planeando.

- Debe estar con Hancock-sama- dice Brook con calma- Dudo que quieran que lo molesten.

- ¿Tiene revisión médica?

- No- niega Jinbei- Pero parece que será en las horas de la tarde.

- Iremos primero con Chopper- menciona la pelinaranja- No quiero molestar tan temprano a la emperatriz, es suficiente que nos estén brindando protección, alimento y un techo.

- ¿No se iban a dirigir a la isla a investigar?- pregunta el peliverde.

- ¡Es cierto!- exclama Brook como si hubiera recordado algo importante- ¿Dónde se supone que está Franky-san?

- La última vez que lo ví estaba llendo a la costa, es probable que fuera a verificar el estado del Thousand Sunny- responde el rubio dejando de lado su cigarrillo.

- Estamos esperando también que las hermanas de Hancock-Sama estén listas para que nos lleven- menciona la arqueóloga colocando un mechón de su cabello detrás de la oreja.

- Siento que nuestras vidas ahora son mucho más... Complicadas ahora- habla con cierto pesar el músico- No ha cambiado el hecho de que somos piratas y somos perseguidos por la Marina pero ahora... Nuestro capitán es el Rey de los Piratas y somos su enemigo número uno, están poniendo más empeño en atraparnos.

- Todo por el secreto del siglo oscuro- menciona recelosa Nami mirando a Robin, después de todo, ese tema la involucraba mucho - ¿Así será la vida ahora?, ¿Huir y escondernos?

- ¿Qué diferencia hay del ahora?- pregunta sarcástico el espadachín- Seguimos igual, nada ha cambiado.

En ese preciso momento, el capitán de los piratas de corazón hacía acto de presencia en el lugar, por lo que no pudo evitar escuchar esa última parte.

"Nada ha cambiado"

Si tan sólo supieran las locuras que quería hacer el moreno, estarían dispuestos a seguir como estaban ahora.

No estaba del todo mal seguir escondidos, pero no serían felices nunca sintiendo que su libertad estaba colgando de un hilo.

- ¡Ah!, ¡Law-san!- le llama el esqueleto- ¿Ha dormido bien?

- Puede decirse que sí.

No era cierto, estuvo despierto esperando a que todos los hombres se durmiera y de paso hablando por el Den Den Mushi como por dos horas y media, intentando hacer entrar en razón a Luffy ante las locuras que quería hacer.

- ¿Es así?- pregunta con mucha seriedad Jinbei, cosa que pone alerta al pelinegro pero no lo demuestra- Estoy seguro que salió de la habitación y volvió a altas horas de la madrugada.

- Es... ¿Eso cierto?- le cuestiona el cocinero mirándolo muy serio.

- Si salí de la habitación- no tenía motivos para mentir y menos si lo habían cachado en plena acción- Necesitaba un poco de aire fresco y un momento a solas, quería pensar con calma- hablaba tranquilo, sin mostrar ningún rastro de titubeo- Tantos ronquidos no permiten pensar con claridad- se queja, era una verdad a medias, por lo que la mentira y vestigios de esta, sería complicado identificarlas.

- Me imagino- menciona la navegante suspirando- Todos roncan por igual.

- ¡Oh!, ¡Chicos!- una voz femenina llama su atención- ¡El desayuno está listo!

- Ah Margaret-san- menciona la ojiazul- Vamos para allá- le sonríe amistosa.

Esta asiente y se retira.

.........

En alguna parte del mundo
Ejército Revolucionario

- ¿En serio quieres hacer lo que Luffy mencionó anoche?- le pregunta desconcertado al líder.

- No es una mala idea si lo piensas un poco- responde con voz seria.

- ¡Pero sigue siendo una completa locura!- exclama exaltado golpeando la mesa con sus palmas- ¡¿Planear dos ataques?!, ¡¿En Marine Ford y Mary Geiose?!

- ¿Ahora defiendes a los Nobles del Mundo?- le pregunta enmarcando una ceja- ¿Ahora quieres olvidar todo lo que han hecho al creerse los dueños del mundo por haber creado el orden mundial actual?- le pregunta recordándole la influencia que estos tenía- Si no se ataca el problema de raíz, nuestra situación no va a cambiar en absoluto.

- Pero es un ataque a gran escala, ¿De dónde vamos a sacar a tanta gente para atacar a ambas partes?, ¡Principalmente la base de la Marina!- el rubio estaba al borde de un colapso nervioso- ¡¿No recuerdas lo que pasó hace años?!, ¡Mi hermano Ace murió allí!, ¡No quiero que Luffy termine en la misma situación!

- Sabes que él desea morir en batalla, ¿Verdad?

Un silencio incómodo no se hace esperar. Habían tantas variables, como problemas de por medio que aún no tenían claro cuáles serían sus siguientes pasos a seguir.

Aún estaban con las manos atadas y faltaban cuatro días para el despliegue principal de semejante locura.

- ¿Lo dejaremos morir?, ¿Así de fácil?- le pregunta desesperado- ¡Dragon-san por favor!

- Si ese es el deseo de mi hijo, no puedo simplemente negarselo.

- No... ¡No!- exclama, su grito llama la atención de Koala quien iba pasando por el pasillo- ¡Estoy seguro que eso no es lo que deseas Dragon-san!

El pelinegro se queda callado, dejando aquel reclamo por parte del rubio en el ambiente y sin respuesta.

Koala se queda en el pasillo, esperando alguna respuesta.

- ¿Cuál es el plan?- le pregunta resignado.

- Hay que informarles a la mayor cantidad de personas posibles- responde- La cantidad de aliados más grande que podamos encontrar.

- Estoy seguro que la influencia de Luffy nos permitirá eso- responde con una media sonrisa.

- Algo bueno debe venir de su optimismo.

Sería difícil pero lo lograrían, no importaba como, rescatarían a los cautivos y ocasionarían una rebelión nunca antes vista en la historia de los 7 mares.

.........

- ¿Lo notaron?- le pregunta Mugiwara a su doctor, Chopper había salido en busca de algo de agua a petición de su capitán y su esposa estaba ocupada en sus asuntos junto a Nyonba.

- Si- responde con simpleza- Tu nakama gyojin me vió al salir y al entrar.

- Jinbei es muy perceptivo, es probable que no podamos ocultarselo mucho tiempo- habla con seriedad- ¿Los demás se fueron a Rusuikaina?

- Sólo cuatro de ellos se fueron, los demás siguen en el castillo Kuja.

- ¿Has sabido algo de mi padre o de Sabo?- se le notaba ansioso por respuestas.

- Ninguna noticia- niega- Ni Shanks, ni Marco ni Rayleigh se han reportado.

- Lo haremos esta noche entonces- este asiente, justo en ese momento, la puerta se abre dejando ver la presencia del reno quien traía una jarra de agua y un vaso.

- Aquí lo traigo Luffy- anuncia más animado.

Se acerca a ellos con cuidado.

- Gracias Chopper.

- No hay problema- responde sonriendo mientras sirve el vaso de agua- Ah- menciona como si recordara algo- Los chicos ya se fueron a explorar la isla.

- ¿Realmente se fueron sin mí?- se queja en un pequeño berrinche.

Era consciente que así tendría a menos personas cerca, pero, eso no quitaba el hecho de que quería volver a aquel lugar que le vió crecer un poco en su entrenamiento.

- Sabes que no tenías nuestro permiso- le dice el renito recordándole su situación- Y Hancock-sama no nos hubiera permitido que te fueras con ellos.

Le extiende el agua a su capitán quien recibe el vaso de agua y sin pensarlo demasiado, se toma el líquido rápidamente.

- Supongo que tendré que buscar entretenimiento junto a las chicas- dice resignado.

Puede que ahora no tuviera a cuatro nakamas cerca incluyendo a las hermanas menores de su esposa y a las piratas Kuja quienes llevaban a sus amigos en el barco hacia la isla.

El problema ahora estaba allí, Zoro, Sanji y Jinbei estaban presentes todavía, merodeando por los pasillos, sin contar a las innumerables amazonas, sería difícil escabullirse sin que notarán su posición y presencia.

- Lo dices como si no hubieras pasado tiempo sin la presencia de tus nakamas en este lugar- le riñe el cirujano antes sus negativas.

- Eso es diferente- dice el moreno- Contaba con el acompañamiento de mi esposa, incluso pasar tiempo con las chicas no es malo, es hasta entretenido.

- De ser así encontrarás algo que hacer con ellas mientras tu esposa esté ocupada- responde el doctor de su tripulación sonriendo- ¡Las cosas han ido mejorando!- exclama emocionado.

- Por ahora la revisión está lista- dice el pelinegro cambiando un poco la dirección de la conversación- Dejaremos de hacerlo cada día ya que parece, tu cuerpo está mejorando muy bien- explica mientras guarda sus implementos- La próxima será en dos días, así que, intenta no sobre esforzarte y hacer algún uso de fuerza bruta imprudencial o yo mismo me aseguro de que no vuelvas a levantarte por tres semanas- le amenaza mostrándole un poco el filo de su katana.

- No hace falta tal violencia Torao- refunfuña para poder extender el vaso vacío en búsqueda de más líquido, el renito no duda en rellenarlo- Estoy seguro de que si Hancock lo sabe no me dejará hacerlo.

- Gracias por la buena idea, le informaré- menciona serio el cirujano dejando en blanco al paciente.

Había sido su propio verdugo.

Menudo idiota.

Pero... No le molestaba mucho, porque así podría pasar más tiempo con Hancock antes de irse.

- Bien- su nakama deja la jarra con agua en la mesa donde estaban los medicamentos que tenía que tomar cada cierto tiempo- Le avisaremos a Hancock-sama, descansa Luffy.

Se despide sonriendo para retirarse junto al pelinegro, quien no duda en mirarlo de reojo recibiendo un asentamiento de cabeza.

..........

Después de realizar sus necesidades básicas en el cuarto de baño, Luffy procede a volver a la cama. No era muy su estilo quedarse quieto por tanto tiempo, pero había notado muchas veces que cuando intentaba salir del castillo, las Amazonas estaban pendientes de sus acciones, le seguían de cerca o se acercaban a hablar con él cada vez que pisaba fuera del complejo.

Algo intuía al pensar que Hancock tenía que ver con esa orden y eso lo ponía en una mala posición.

¿Como abandonaría la isla si era vigilado constantemente?

Tendría que hablarlo con Law para desarrollar un plan de escape e infiltración donde no notaran su ausencia muchas horas después, teniendo ventaja para evitar que los interceptaran y los detuvieran.

Mira hacia el balcón por unos segundos antes de que la puerta fuera abierta de par en par.

- ¡Lu-ffy!- no puede evitar mirar a la puerta haciendo una expresión un tanto sorprendida.

Sanji y Zoro entraban al lugar como dueños de la habitación con un periódico en mano.

Eso sólo significaba una cosa... Problemas.

Y unos muy serios problemas.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top