OO5 ╏ Secretos en día lluvioso

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Era viernes de un día lluvioso y Mingi observaba a través de la ventana la lluvía caer sin cesar mientras acariciaba su barriguita abultada, soltó un suspiro y caminó hasta su armario para colocarse un sueter grande de lana que le había regalado Nayeon, diciendole que era más que perfecto ahora que estaba en cinta, por lo que decidió ponserselo, ya que con la lluvia la temperatura había disminuido considerablemente. Agradecía enormemente que no iría a trabajar hasta el lunes ya que por las calles donde se encuentra la cafetería habría ciertas festividades y las calles estarían cerradas, por lo que básicamente era lo mejor no abrir el negocio y todo mejoraba por el hecho de que Mingi no se mojaría ese día.

Se colocó el suéter y sonrió al ver como se amoldaba a su figura y su pancita se veía realmente adorable que no pudo evitar acariciarla, más aquel momento lindo fue interrumpido por el sonar de su teléfono, lo tomo y al ver el remitente sonrió ampliamente por lo que respondió sin dudar.

ㅡHola Yunho ¿qué cuentas?

ㅡHola Mingi, pues... nada en realidad, honestamente llamaba para decirte que quería invitarte a una cita pero por lo visto el clima me arruinó los planes ㅡmencionó Yunho riendo a través de la línea.

ㅡNo necesariamente podemos salir... Si gustas podemos tener una cita dentro de casa, puedo invitarte a ver una serie o una película en mi apartamento ㅡMingi hablaba mientras se paseaba por la casa con la mano en la cadera, el embarazo lo estaba matando de dolor en la cadera.

ㅡ¿De verdad quisieras que fuera a pasar el rato contigo en tu hogar?

ㅡ¡Claro! ¿por qué No?

ㅡ¡De acuerdo! ㅡrespondió un entusiasmado Yunho haciendo sonreír a Mingiㅡ ¿gustas que lleve algo de comida en especial? ¿algo que se te antoje a ti y al bebé?

Mingi se quedó en silencio un par de segundo analizando lo que pasaba. Nunca creyó encontrar a alguien que se preocupara por él y su bebé y que satisfaciera sus antojos... además de San.

ㅡRealmente se me antoja una hamburguesa enorme con queso derretido a morir y unas papas a la francesa con mucho queso amarillo... ㅡconforme Mingi mencionaba el antojo que tenía más se le hacía agua la boca.

ㅡ¡Anotado! Enviame la ubicación de tu casa y en un rato me tendrás ahí... gracias por la oportunidad Mingi.

Mingi sonrió ante aquello último al momento de que Yunho colgó y abrazo su teléfono al pecho sintiendo una gran emoción en ese instante, incluso hasta su bebé hacia presencia moviéndose.

ㅡ¿Acaso sientes cuando papi está emocionado? ㅡpreguntó a su bebé mientras frotaba su pancita y éste le respondio con unas leves pataditasㅡ ¿crees que hago bien en confiar mi corazón en alguien más después de tu papi San?

El peligris aún seguía dudando si abrirse en sentimientos a Yunho era lo correcto. Suspiró melancolicamente, dejo todo pensamiento alejado de su mente y se concentró en escuchar la música clásica que tenía de fondo en su casa, Nayeon le había recomendado que aquella música era buena para su bebé mientras seguía en su vientre. Mingi se paseaba por toda su casa mientras frotaba su pancita, cada día se mostraba contento con el avance que llevaba en su embarazo que contaba los días para tenerlo finalmente en sus brazos.

Fueron quizás un par de minutos hasta que escucho el sonido del timbre y camino lo más rápido que le permitían sus pies hinchados para llegar a la puerta y recibir a Yunho, quien estaba bajo un paraguas con una bolsa de papel con lo que parecía ser la comida y otra bolsa de plástico. Mingi le ayudo con las bolsas que traía mientras Yunho cerraba su paraguas e ingresaba a la humilde casa de Mingi, dejo el paraguas mojado sobre una canastilla que tenía Mingi en la entrada con los demás paraguas y en unos momentos Mingi llegó con unas pantuflas para que se las colocará.

Una vez listo, ambos caminaron a la sala donde Mingi se sentó en el sofá, ansioso por comer a lo cual Yunho lo notó y sonrió ampliamente.

ㅡVeo que mueres de hambre, Mingi ㅡdijo Yunho mientras sacaba la hamburguesa y se la tendía al contrario.

ㅡNo sabes lo mucho que esperaba que llegarás con esto ㅡrespondió mientras le daba un primer mordisco y soltaba un sonido de satisfacción.

Yunho sacó de la bolsa de plástico un par de refrescos de lata y los abrió, dándole uno al peligris que comía a gusto. Yunho podría observar comer a Mingi y le seguirá pareciendo el chico más lindo y tierno.

ㅡMochi y yo te lo agradecemos mucho, Yunho.

ㅡ¿Mochi?

ㅡAsí le digo a mi pequeño retoño ㅡmencionó Mingi mientras bebía de la lata de soda.

Yunho sonrió ampliamente y no sabía si por el lindo agradecimiento o por el tierno apodo del bebé de Mingi.

ㅡ¿Cómo vas con el embarazo? ¿complicaciones?

Mingi negó lentamente mientras se limpiaba la boca con una servilleta y se recargaba en el sofá, posando una mano sobre su vientre.

ㅡLo normal diría yo, dolores de cadera y espalda, los pies los tengo bastante hinchados y las pataditas cada vez son más frecuentes ㅡdijo dando un vistazo a su vientreㅡ, pero fuera de eso, es la sensación más hermosa que puedes imaginar.

ㅡEso es algo que me alegra muchisimo, Mingi.

Yunho sonrio ampliamente al escuchar eso, mientras viera a Mingi feliz con ello, él se sentía tranquilo. De pronto, Mingi se reincorporó mejor en su asiento, se acercó a Yunho para tomar su mano y colocarla sobre su vientre abultado. Yunho estaba perplejo ante tal acción, a lo cual el contrario solo le regalo una tierna sonrisa.

ㅡHablale.

Yunho no entendía nada, pero al ver los gestos de Mingi, incitandole a hablarle a su bebé, sintió los nervios de punta. El rubio se agacho a la altura de su vientre de Mingi y carraspeando un poco la garganta le habló a aquel ser que crecía dentro del peligris.

ㅡHola... Mochi... ㅡYunho espero un par de segundos para sentir unos leves movimientos en la pancita del peligris, lo cual supuso que eran pataditas y el rubio no pudo evitar sonreír ampliamente por ello.

ㅡ¿Lo sentiste?

ㅡFue, realmente hermoso ㅡsincero el rubio mientras se reincorporaba nuevamente en su lugar, sin soltar el vientre de Mingi.

ㅡ¿Sabes? Se que esto es totalmente normal, pero a veces he sentido... muy fuerte las patadas que suele darme y no se si su padre tenga algo que ver con ello ㅡdijo el peligris colocando su mano sobre la del contrario.

ㅡ¿A que te refieres con eso?

Mingi respiro profundo, no estaba seguro del todo para hablar del todo sobre su pasado, sobre San, pero comenzaba a sentir una tranquilidad con Yunho a su lado.

ㅡComo sabías, el padre de mi hijo murio cuando yo tenía apenas unas tres semanas de gestación, San, ese era su nombre. Cuando lo conocí no sabía que ocultaba un secreto, que más que ser aterrador, me causaba curiosidad, él era un híbrido de lobo, he escuchado de ellos y no me dan miedo, sin embargo si me daba curiosidad, sabía que él podía convertirse en uno a su voluntad, pero jamás lo hizo frente a mi ㅡYunho escuchaba atentamente todo lo que le decía, mientras frotaba el dorso de la mano del contrario con su pulgar, brindándole confianzaㅡ, después de perderlo y quedarme solo, llegó un momento en donde me puse a pensar si mi hijo podría ser capaz de heredar eso.

Yunho suspiro al escuchar eso, él más que nadie sabía la respuesta de ello, pero al hablarle de ello saldría también a la luz algo con respecto a él

ㅡMingi,... podría decirse que yo se algo al respecto sobre ello, pero debes prometerme algo...

ㅡ¿Qué cosa?

ㅡSea lo que sea que te cuente, no te alejes de mi ¿de acuerdo?

Mingi no sabía que decir, no sabía si debía asentir o solo quedarse callado para escuchar lo que sea que Yunho le iba a decir, incluso si eso fuera algo preocupante o de temer, tenia la sensación que con Yunho haciéndole compañía las cosas serían más amenas.

ㅡVeras... yo sé todo lo relacionado a los híbridos, mencionaste que crees en la posibilidad de que tu hijo herede el ser híbrido de su padre, algo que te puedo decir que es un 75% de seguro que así sea, sin embargo eso no lo puedes saber en este momento, lo normal es que su primera presentación sea alrededor de los 4 años, raramente antes ㅡmencionó Yunho aún sin dejar de soltar las manos de Mingi.

ㅡEntiendo ㅡdijo Mingi con la mirada perdida—, pero ¿eso como se relaciona contigo?

Yunho trago saliva de manera nerviosa, sin soltar la mano de Mingi volteó la mirada fijamente a sus ojos.

—Porque yo también soy un híbrido.

El rostro de Mingi mostraba asombro ante aquella confesión, más no miedo, por lo que dio un leve apretón a la mano del rubio como manera de apoyo, bajo la mirada un momento y al levantarla nuevamente mostraba una tierna sonrisa.

—Eso no me molesta ni me afecta para nada, agradezco que hayas tenido la confianza de decírmelo —sincero Mingi—, solo que me da curiosidad ¿de que eres híbrido?

Yunho río levemente apenado mientras bajaba su rostro.

—Soy un híbrido de perro, específicamente de un golden retriever —mencionó Yunho—, ahora entenderás un poco porque mi cabello es rubio.

—¿igual puedes convertirte a tu voluntad?

Yunho asintió.

—Incluso puedo hacer esto —el rubio le indicó a Mingi con la mirada que prestara atención a su cabeza y entonces levemente mostro un par de orejas largas del color de su cabello salir lentamente, el peligris al ver eso se quedó aún más impresionado, Yunho movía sus orejas levemente como un perro lo haría, dejando una imagen tierna que pudo presenciar Mingi.

—¿No te duele?

—No, es como algo natural, como si te crecieran las uñas, solo que uno tiene el control de poderlo hacer crecer o salir —dijo Yunho, para después sacudir levemente la cabeza y sus orejas desaparecieron finalmente.

—Te veías realmente tierno Yunho —Mingi dijo aquello de una manera tan calmada que provocó un ligero sonrojo en el contrario.

—Eres realmente lindo Mingi, de verdad.

Desde el embarazo Mingi tenía sus sentimientos muy a flote, incluso con la falta de alguien a su lado sentía la ausencia de un cariño o siquiera una muestra de acompañamiento, aquello que haría sabía que era muy apresurado, pero en cierto punto sentía la necesidad de hacerlo, Mingi soltó la mano de Yunho y como si se tratara de un gatito se acercó hasta el cuerpo del contrario, recostándose a un costado de su cuerpo, el rubio al momento de tener el cuerpo de Mingi sobre el suyo su cuerpo de congeló del nerviosismo y sin saber qué hacer solo estuvo rígido.

—Siento si esto fue muy... sorpresivo, es solo que... siento algo cálido cuando estoy contigo, me he sentido tan solo todo este tiempo que a veces parezco un niño pequeño buscando cariño —el peligris hablaba mientras se aferraba al cuerpo del rubio, solo que sin tocarlo tanto, a simple vista Mingi abrazaba el torso de Yunho.

Aquella confesión logró ingresar en lo más profundo de Yunho, sintiéndose conmovido y triste por todo el dolor que había estado guardando Mingi durante tanto tiempo y sin pensarlo atrajo aún más el cuerpo del peligris al suyo, colocando su brazo en los hombros de Mingi.

—Quiero que a partir de hoy tengas la confianza de no solo contarme no solo de tu pasado, sino también el como te sientes, incluso si quieres un abrazo, lo que sea puedes pedirlo sin problema, confía en mi, Mingi —Yunho abrazaba con delicadeza el cuerpo del peligris, como si tuviera miedo a perderlo.

Mingi por un momento se sintió como si estuviera en su hogar, de nuevo.

Después de aquella plática, ambos habían logrado abrir sus corazones al otro, logrando qué la confianza estuviera presente en todo momento, ese día parecía que no llovería aunque estuviera bastante nublado, sin embargo no era impedimento para que Yunho pusiera en marcha la cita tan esperada que tenía planeada con Mingi.

Yunho llegó puntual a la casa de Mingi, donde tocó el timbre pacientemente a que saliera, para cuando Mingi abrió la puerta el rubio quedó estupefacto ante lo que veía: Mingi había arreglado su cabello con su flequillo levantado de un lado, portaba un lindo overol de mezclilla azul oscuro que ceñía su linda figura, debajo del overol portaba un suéter blanco tejido, lo que lo hacía ver realmente adorable, su sonrisa en el rostro reflejaba lo feliz que estaba por salir.

—Te ves... realmente hermoso Mingi —Yunho no pudo evitar adular lo maravilloso que encontraba a Mingi en ese momento. Mingi atinó a ponerse tímido y bajo la mirada.

—Tu no te quedas atrás Yunho —dijo mientras se acercaba a él y cerraba la puerta detrás suyo— estoy listo.

Yunho tomó la mano de Mingi para juntos emprender la marcha hacia donde el rubio tenía preparada aquella cita. Mingi nunca salía de casa sin abrigarse o usar ropa demasiado holgada para que no se notara su embarazo y evitar malas miradas de la gente, sin embargo sentía algo distinto con el simple hecho de salir junto a Yunho, el que lo tomara de la mano y caminaran juntos por las calles lo hacía olvidarse por un momento de las incómodas miradas, incluso no le importaba lo que los demás pensaran al verlo, al estar junto al rubio lo hacía sentir una tranquilidad enorme.

Caminaron un rato más hasta llegar frente a un gran acuario, Mingi se detuvo a ver el lugar con un gesto de asombro, Yunho río ligeramente al ver la reacción del peligris.

—¿Nuestra cita será en un acuario? —preguntó más que impresionado.

Yunho asintió.

—Nunca he ido a un acuario.

—Siempre hay una primera vez para todo.

Yunho camino un par de pasos quedando enfrente de Mingi para extenderle la mano, quien sin dudar acepto el peligris para juntos entrar al lugar. Mientras Yunho iba a pagar las entradas, Mingi observaba los letreros con informes sobre ciertas especies de peces, para cuando Yunho regresaba encontró a Mingi de espaldas y sonrió ampliamente, para cuando se acercó a su costado el peligris le regaló una sonrisa y nuevamente tomados de las manos ingresaron al acuario.

Diversas salas y peceras enormes mantenían a Mingi como un niño pequeño de aquí para allá, estaba más que maravillado con aquel azulado lugar, jamás había visto ciertas especies de peces tan cerca, solo las conocía gracias a imágenes de libros o incluso en programas de TV, pero el que las vea en persona era una experiencia distinta y el peligris sentía una emoción enorme que hasta podía jurar que su hijo sentía aquella sensación. Mingi fue rápido hasta Yunho, quien veía con atención una pecera con peces Gupi y lo tomó de la mano sorpresivamente, creando un sentimiento de alerta en el contrario.

—¿Todo bien, Mingi?

Mingi no respondió nada y solo colocó la mano de Yunho sobre su barriguita y esperó a que su hijo hiciera aparición, el rubio al sentir los movimientos sonrió ampliamente, incluso era como si el mundo hubiera desaparecido y solo eran ellos dos. A simple vista parecía una pareja feliz, siendo testigos de como su bebé se hacía presente, Yunho con una sonrisa de oreja a oreja parecía un papa orgulloso y feliz y aunque no lo fuera así, Yunho le gustaba pensar que así era.

—Mochi se está moviendo... está feliz, igual que yo —decía Mingi entusiasmado mientras se abrazaba a Yunho— gracias por hacer de mi día algo grandioso.

Yunho no lo dudo ni un poco y correspondió el abrazo de manera delicada, para no lastimar al bebé de Mingi.

—Eso solo es una pequeña muestra de lo mucho que puedo hacer por tu felicidad Mingi, solo sigue dándome la oportunidad y no te arrepentirás.

Al separarse, Mingi fue esta vez quien tomó la iniciativa de tomar la mano del contrario para jalarlo a otras salas. En un momento que Mingi se encontraba distraído, una joven se acercó hasta Yunho un tanto apenada.

—Disculpa, se que no nos conocemos, pero hace unos momentos en otra sala me topé contigo y tu pareja, se veían tan lindos cuando sostenías su pancita de embarazo que no me resistí a tomarles una foto, el fondo y la luz era perfecta y me gustó tanto el resultado que decidí regalarles la foto —la joven sacó algo de su bolso, siendo una polaroid, y se la tendió al rubio, quien la acepto junto a una reverencia—, realmente hacen una linda pareja.

La chica dio una reverencia antes de irse del lugar bajo la mirada del rubio, quien decidió guardar la foto en su bolsillo.

—¿Quien era? —preguntó Mingi curioso.

—Solo me pregunto por una sala en específico, creo que se le dificultaba orientarse aquí —mencionó Yunho como si nada— ¿no tienes hambre, Mingi? Vamos a comer.

El peligris asintió apenado y juntos salieron de la sala para caminar a los diversos puestos de comida rápida, donde ambos comieron un par de Corn dogs y así poder regresar a casa, la temperatura había disminuido considerablemente y Yunho temia por que Mingi no se resfriara, así que trataron de volver lo más rápido a casa.

Al llegar, el peligris invito a a Yunho a pasar a su casa mientras se cambiaba por algo más cómodo, al tomarlo de las manos para hacerlo sentar en el sofá se dio cuenta de lo frías que estaban y se preocupó.

—¡Tienes tus manos muy frías! Déjame buscar la bolsa de agua para llenarla y que puedas calentar tus manos.

—No te preocupes, no es necesario Mingi —decía Yunho sonriendo al verlo buscar de un lado a otro.

Mingi fue a la cocina donde rebuscó en uno de los muebles, pero mientras buscaba se topó con una foto olvidada, no recordaba haberla visto ahí, parecía estar muy bien oculta, al levantarla su corazón se hundió al reconocer al hombre sonriente que estaba a su lado en esa foto: San.

Las lágrimas brotaron de sus ojos mientras miraba la foto con una mezcla de amor y dolor. Se sentía abrumado por la ausencia de ese hombre que aún ocupaba un lugar importante en su corazón. Mingi se preguntaba si San lo estaría mirando desde algún lugar, decepcionado de verlo avanzar sin él.

Yunho notó el cambio en Mingi cuando regresó a la sala, sus ojos enrojecidos y su expresión sombría.

—Mingi... ¿estas bien?

Mingi negó lentamente mientras mostraba la foto encontrada.

—Encontré esta foto y... lo extraño Yunho, mierda lo extraño tanto.

El rubio no dudó en levantarse y acercarse con delicadeza para rodearlo con sus brazos, ofreciendo su apoyo silencioso. Yunho entendía que este era un momento difícil para Mingi, pero estaba decidido a estar ahí para él, pase lo que pase.

—Lo siento mucho Mingi, debe ser difícil ver esta foto después de todo.

Mingi asintió, incapaz de contener el torrente de emociones que lo invadían.

—Lo extraño tanto, Yunho. A veces creo que me estoy fallando a mi mismo y a San al intentar seguir adelante —Yunho acaricio suavemente el cabello de Mingi mientras intentaba consolarlo. Con sumo cuidado hizo que ambos se sentaran en el sofá, aún sin dejar de abrazarlo y Mingi sin dejar de reposar su cabeza en el pecho del rubio.

—Mingi, se que no lo conocí, pero estoy seguro que San siempre querría verte feliz. El no querría que te atormentaras con el pasado, él querría tu felicidad y la de tu hijo, independientemente de quien estuviera a tu lado. Estoy aquí para ti, para ayudarte a superar esto, juntos —Mingi se aferro a Yunho con fuerza, sintiendo un profundo agradecimiento por tenerlo a su lado en ese momento de vulnerabilidad.

—Gracias Yunho, ahora yo no se que haría sin ti —Yunho le sonrió con ternura.

—Siempre estaré aquí para ti, Mingi. Ahora y siempre.

Yunho seguía consolando a Mingi, después de unos minutos le ayudó a levantarse para irse a su habitación a descansar, lo recostó en la cama, Mingi al buscar su figura en la habitación no lograba verlo, hasta que notó un gran golden retriever subir a su cama y recostarse a su lado, supo entonces que se trataba de Yunho, en su modo híbrido y sonrió enternecido, el perro colocó su cabeza a un costado de su barriga y Mingi se dedicó a acariciar la cabeza del can, para unos minutos después terminar en un gran sueño profundo, al igual que Yunho.

Si vieran las ideas que tengo para esta historia se morirían de ternura igual que yo, espero les haya gustado el capítulo que logre terminar sin que mi bloqueo me lo impida.

Abajo les colocó la imagen que hace referencia a la foto que encontró Mingi en la cocina, los tqm <3

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