17.

Debería dejar de jurar en vano.

Lo lamento, creo.

Lo importante es que estoy aquí. ¡CON SUPER BUENAS NOTICIAS!

Quiero contarles todo lo que ha pasado pero no sé por dónde partir... intento ordenar las cosas en mi cabeza pero realmente, en este momento, no sé qué es más relevante. Para mí, ambas cosas lo son.

Pero bueno, partamos por ubicarnos cronológicamente. Hoy es sábado. Han pasado varios días desde la última vez que escribí aquí, he tenido mucho tiempo para ordenar las cosas con Gerard y para... hablar con mamá.

Creo que ella ya sabe de qué va todo mi lío, porque desde que Gerard comenzó a venir a casa (sí, ha estado viniendo después de la escuela) que sonrío con más frecuencia, mi estado de amargura total se fue. Por culpa de él.

Fue sino hasta ayer por la noche que tocamos el tema, durante la cena. Mi madre y hermana estaban conversando algo completamente ajeno a lo que a mí y mi celular con la conversación que mantenía con Gerard vía Whatsapp, respectaba. Fue sino hasta que mamá aclaró su garganta que supe que, por cortesía, deberá dejar el celular de lado.

Alcé la mirada hacia ella y sonreí, ella sonrió de regreso.

"Y bien..." comenzó ella, mi hermana rió. "Anna dice que tú y Gerard están saliendo. ¿Es eso cierto?"

Miré a mi hermana con el entrecejo fruncido, si las miradas mataran... ahora mismo sería hijo único.

"Somos amigos, claro que salimos por ahí. Vamos al parque y a..."

"Sabes muy bien a qué me refiero, Frank" mamá me interrumpió, la molesta risita aumentó de volumen pero una mirada de mamá la hizo callar. "Yo no tengo problemas con eso, tenía mis sospechas contigo" dijo con una sonrisa entre sus labios, sentí mis mejillas colorearse "Pero no sé cómo lo tomará la madre de él, la recuerdo y tengo escalofríos."

"No estamos... saliendo" murmuré, pero no pude evitar reír al escucharla "Supongo que... vamos para allá, pero todavía no es nada oficial, él... uh... nosotros no queremos apresurar las cosas."

Tenía la vista fija en el plato, alzar la mirada hubiese sido una pésima idea en ese momento. Mamá tenía sus ojos fijos en mí, también mi hermana.

"Tengan cuidado ahí, de todos modos... y para cuando sea oficial" dijo haciendo comillas en el aire. "Tienen mi bendición, me gusta Gerard. Parece ser un buen chico."

No supe que más agregar, era imposible decir algo que estuviera a la altura de esas palabras. Simplemente me puse de pie y me acerqué a ella para abrazarla fuertemente, sus delgados pero fuertes brazos se cerraron en torno a mi torso, el reconfortante abrazo de una madre que está bien con mis elecciones son algo así como la mejor cosa del mundo.

Ahora debo comentar lo otro, pero es complicado explicarlo correctamente, quiero decir, textualmente... así que recurriré a la técnica empleada algunas entradas atrás y simplemente copiaré y pegaré aquí la conversación, ¿Okay?

Yo: Son las dos y media de la mañana, ¿Qué demonios haces aquí a esta hora?

Gerard: Mikey quería ver una película de mierda, la estamos buscando en internet para no tener que comprarla.

Yo: Piratería, asombroso. Realmente asombroso, Gerard Way.

Gerard: Mikey dice hola.

Gerard: Y ahora está riéndose porque dije que él dice hola.

Gerard: Y ahora me dijo que dejara de escribir lo que está diciendo.

Yo: ¡Hola Mikey!

Gerard: Mikey dice que luces bien en tu foto de perfil.

Yo: Uh... ¿Gracias?

Gerard: Lo dice por cortesía.

Yo: ¿Entonces no luzco bien? :(

Gerard: ¿Qué? Sí, sí, claro que sí.

Gerard: Uh... ¿me esperas un poco? Quiero hablar contigo sobre algo.

En este punto tardó unos cinco minutos en regresar, cuando lo vi escribir de nuevo, estaba haciéndolo desde su celular, aunque ahora me habló a WhatApp.

Gerard: Ahora sí... Mikey estaba mirando todo lo que escribía. Y por cierto, realmente luces bien en tu foto de perfil. Pero sólo yo puedo mirarte, no Mikey.

Yo: ... ¿Celos?

Gerard: Llámale como quieras, pero estás advertido. Sólo yo puedo mirarte.

Yo: Entendido, señor celópata.

Gerard: Esta tarde, cuando nos separamos... me quedé pensando en algo.

Yo: ¿En qué?

Gerard: Pues... no sé cómo lo tomes porque realmente fui un tonto. Pero creo que es necesario porque tenemos un enorme camino por recorrer y siento que... toda esta mierda que me abruma puede irse lejos, con tu ayuda.

Yo: Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, Gerard. Estoy contigo. Te quiero como no quiero ni he querido a nadie más.

Gerard: Yo también te quiero, tanto... tanto que deberíamos darle un nombre a todo esto. ¿No crees?

Yo: Uh... sí, supongo.

Gerard: ¿De verdad?

Yo: Claro, seguro.

Gerard: Sé qué debo hacer la pregunta pero me da demasiado miedo después de como reaccioné cuando tú lo hiciste para conmigo. Y no recuerdo haber estado tan nervioso y mis manos sudan y... ¿Es normal?

Yo: Gerard...

Gerard: Debes saber que soy demasiado idiota al momento de las formalidades.

Yo: Yo también... ahora dime, ¿Qué pasa? Me pones nervioso.

Gerard: Es que, ayyyyyyyy.

Yo: ¿Gerard?

Gerard: Ay, pero debes saber a qué me refiero.

Yo: De verdad no sé, dime.

Gerard: Esto es demasiado difícil, ¿Sabes?

Yo: Gerard, dime... por favor.

Gerard: Es que, demonios...

Yo: ¿Es que?

Gerard: Mira, yo sé que esto debería estar haciéndolo frente a ti para que fuese más especial, pero soy un tonto y de seguro así hubiese sido peor, ¿Sabes?

Yo: ¿Qué?

Gerard: Bien... ¿quieres que todo esto que tenemos pase a ser algo más formal? Yo sé que te quiero demasiado y sé que tú me quieres demasiado, pero... ¿quieres?

Yo: Uh... ¿Me estás proponiendo ser tu novio?

Gerard: Hm, indirectamente.

Gerard: Bueno, sí. Completamente sí.

Gerard: ¿Qué dices?

Yo: Gerard...

Gerard: ¿No?

Yo: Obvio que sí, idiota.

Yo: Claro que quiero ser tu novio.

Gerard: Y... ¿Quieres mirar por la ventana?

Alcé la mirada de la pantalla del celular, noté mi rostro enrojecido y mi corazón palpitando con fuerza. Gerard me había pedido ser su novio y ahora estaba pidiéndome eso, ¿Para qué? No esperé respuesta y me dirigí a la ventana, ahí estaba él, junto a la acera, con el brillo de la pantalla de su celular iluminando parcialmente su rostro. Todo el barrio estaba a oscuras.

Vi una sonrisa formarse en sus labios al verme y con un gesto de la mano, le hice esperar. En silencio y con prisa bajé las escaleras y luego me escabullí por la puerta trasera, salté la pequeña cerca y luego corrí a la parte delantera de la casa. Gerard seguía ahí, aunque ahora su celular estaba guardado.

Me miró con sorpresa pero no di tiempo para palabras, corrí hacia él y lo atraje conmigo de forma que mis piernas quedaron enganchadas en sus caderas y mis labios fusionados a los suyos antes de que se diera cuenta, segundos después sentí el césped contra mi cabeza, pero no me importó en lo más mínimo. El cuerpo de Gerard estaba cálido y olía a cigarrillos, pero su cabello todavía olía a fresas. Inhalé fuertemente y rompí el beso para mirarle a la cara, él sonreía.

"Espero que no des tantos rodeos cuando me pidas matrimonio o será un completo caos", murmuré entre dientes, sólo pude escuchar una risita como respuesta, seguida por un nuevo beso sobre mis labios. "¿Estás seguro de esto?"

"Completamente seguro, Frankie." Respondió él, mirándome a los ojos "Lo pensé mucho, es lo que quería... te quiero a ti, para mí. A la mierda si estoy roto, puedo arreglarme con el tiempo, pero te necesito conmigo... te necesito conmigo."

"Vamos adentro, Gerard. Tengo vecinos chismosos" dije luego de un rato, no soy bueno respondiendo elocuentemente y parece que él lo notó, pero no me ha recriminado nada. Nos pusimos de pie y fuimos a mi habitación, le di lugar de honor sobre mi cama y luego me acosté junto a él.

Todo estaba oscuro, a excepción de la luz que entraba por la ventana abierta. Vimos las estrellas hasta que nuestros ojos se cerraron, abrazados, disfrutando la presencia y la respiración del otro... la perfección misma.

Ahora mismo él acaba de irse, hace unos diez o quince minutos. Me besó una última vez antes de eso, todavía siento su sabor a cigarrillos y chicles de menta. Es... es indescriptible. No sé cómo irá esto, pero confío en que irá bien.

Él no está bien del todo, así como tampoco lo estoy yo... pero podemos arreglarnos mutuamente, ¿Por qué no? ¿Quién dijo que las personas no pueden cambiar, ser mejores?

Me gusta creer en que nosotros trazamos nuestros propios caminos, solos o acompañados, la decisión es nuestra. Y es quizá por eso que me gusta más la versión original de la Naranja Mecánica, con el capítulo final ahí, y la esperanza de, aunque sea terriblemente marica la sola idea, que las personas pueden cambiar, cambiar para mejor. Darse cuenta de que están haciendo algo mal y tener el poder de revertirlo.

La idea del libre albedrío, el "Yo trazo mi destino, yo elijo qué hacer" es lo que más me gusta. El saber que el malo no siempre será malo, que abrirá los ojos y se dará cuenta de que es malvado y querrá ser bueno, o menos malo. O que el bueno tampoco será bueno para siempre, qué pensará en lo idiota que está siendo al dejar que todos pasen por encima de sus ideales sólo por ser bondadoso y cambiará.

Me gusta eso. No me gustan los roles previamente definidos.

xoFrnk

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