¿Tranquilidad a medias?

Después de haber estado alrededor de una hora y media con su hermana y Pansy, la rubia estaba de camino directo al apartamento de su novio. Al menos se había librado de un pesado problema y todo resultó bien... Para su suerte.

O quizá temporalmente.

Obligó a su propia mente a calmarse, se dijo internamente que lo difícil ya había pasado... O eso pensaba.

Su temperatura corporal pareció volver a un estado normal, su respiración por igual y finalmente los latidos de su corazón iniciaron a disminuir de intensidad. Por un momento creyó que los ataques de ansiedad se dispararian sin reparo. Agradecía tanto que no sucediera.

Entró al edificio, recibiendo un saludo del portero, comenzó a subir las escaleras para llegar al apartamento. Solo quería descansar hasta el día siguiente.

Vio el número 27 de la puerta ante sus ojos, un poco cansada iba a tomar la perilla para abrirla. Se detuvo cuando notó en como ésta ya se encontraba girando. Frunció el ceño. Creyó que Harry estaría dormido.

Para su sorpresa, no era su novio quien abrió la puerta, la brillante y rojiza cabellera indico al instante que se trataba de Ginny Weasley, la desagradable mujer a la que le atribuía el inicio de sus malditos problemas. Cuando sus ojos la vieron, su rostro delató coraje y un rencor profundo. Si las miradas asesinaran, sin duda Weasley ya estaría muerta y a tres metros bajo tierra.

La pelirroja cerró la puerta detrás suyo, tenía la mirada gacha, a diferencia de Hermione, ella se veía realmente deprimida. La rubia notó un toque de culpa, pero no sabía si era verdad o un invento suyo. Paulatinamente, Ginny fue subiendo la vista hasta que sus ojos se encontraron con los de Granger.

No tenía que decir palabra alguna para hacerle saber que la odiaba.

-¿Qué haces en el apartamento? ¿Fuiste a envenenar la cabeza de Harry con mentiras respecto a mi?-Soltó con desdén y furia.

Sus manos estaban en puños, sus nudillos comenzaban a ponerse blancos.

-No te culpo por pensar eso.-Se llevó la mano a su hombro y desvío la mirada de Hermione.-Pero no... Fui a pedirle disculpas por lo que ocasione.

-¿Disculpas?-Repitió con un tono sarcástico e incrédulo.

-Sí... Debido a lo que hice, lo dejé sintiéndose terrible. No estoy orgullosa de eso. También te debo una disculpa, supongo.

Hermione dio un paso atrás y la fuerza que ejercía en sus puños disminuyó al igual que su firme y penetrante mirada.

-Ninguna disculpa compensará el daño que causaste. No te correspondía abrir la boca, lo que te conté para que dejaras de joderme la primera vez que me viste era sumamente privado. No tenias derecho a ventilarlo a los cuatro vientos con mis seres queridos.-Reclamó desde lo más profundo de su corazón. La molestia presente.

-Lo sé y lo lamento mucho. Yo... Creí que si confesaba todo tu...-En ese momento ella la miró a los ojos, abrió la boca para completar su oración.-Olvídalo.

-¿Yo qué?-Insistió.

-No lo sé. Pensaba que estabas mintiendo respecto a lo que me dijiste.-Al escuchar eso, su corazón dio un brinco y un escalofrío le caló hasta los huesos.-Entonces simplemente al comentarlo, supuse que obtendria la verdad... Ahora que me escucho suena estúpido.

Hermione trago saliva, de repente su postura que denotaba seguridad, gran enojo y aborrecimiento se debilitó.

-Ya no volveré a hacer algo como eso, tampoco a molestarte. Aprendí mi lección. Aunque no lo creas, me siento terrible, me equivoqué y de paso hice pasar un mal rato a mucha gente. A Harry, tu hermana, Pansy, incluso Katherine, ni que decir sobre Dra...

Ella no concluyó lo que iba a decir, se calló abruptamente y sus ojos se abrieron en grande.

Hermione no paso por alto nada de eso, ladeo la cabeza, sus manos ya no estaban en puño.

-¿Sobre quién?-Preguntó acercándose a Ginny.

-¿Quién? No, mejor dicho ni que decir sobre el drama que armé.

La rubia amusgo los ojos, ese no era su comentario original. Estaba harta de que la tratarán como una estúpida.

-Claro que no. No quieras verme la cara de estúpida, Weasley. Ibas a mencionar a Draco, ¿no es así?-La encaró. Su furia de nueva cuenta apareciendo.

En cambio, Ginny Weasley parecía una pequeña presa, si fuera otro día y estuvieran en distintas circunstancias ella tendría una actitud muy diferente, se le plantaria a Hermione Granger y no le quitaría los ojos de encima tampoco, no obstante, en verdad se sentía pésimo, ahora más debido a que había liado la situación de la peor manera.

-¿Por qué diablos mencionaría a Draco? ¿Crees que él está afectado?-Dijo con firmeza, sin embargo, Hermione reparo en su nerviosismo.-No te creas tan importante. El mundo y las personas no giran alrededor de ti, Hermione.

-¿Esa es tu mejor defensa?

-Vamos, lo que quiero que comprendas es esto. Sí, Draco también puede estar un poco mal, ¿no crees que se sienta mal por su amigo? Todos lo vimos y no se veía nada bien en ese instante. Después de todo, ellos son casi hermanos.

Granger examinaba los ojos de Ginny, intentando percibir algo raro en ellos, quizá estaba mintiendo, pero no podía estar completamente segura. No dijo nada ante la respuesta de la chica, se cruzó de brazos y tomó distancia.

El ambiente se sentía sumamente tenso y negativo. No era agradable.

La puerta de enfrente de Harry y Draco se abrió, Katherine salió de ella.

-Chicas, ¿todo está bien? Escuché voces.-Dijo apoyada en la puerta.

-Sí, Katherine. Solo me estaba disculpando con Hermione también.-Habló Ginny, rompiendo el sepulcral silencio qué se había instalado.

-Eso es genial, Ginny.-Katherine sonrió calidamente.-Hermione, linda. ¿Te encuentras mejor ahora?

Al fin despegó los ojos de Weasley, dio media vuelta y fijó su vista en la morena.

-Sí, gracias.-Sonrió ligeramente.-Yo debo entrar, Harry debe estar esperándome.

Solo quería dejar de ver el estúpido rostro de Ginny.

-Por supuesto, Hermione. Ten bonita noche, si necesitas algo, no dudes en tocar nuestra puerta.-Katherine era un amor de persona, en serio no podía entender como vivía con Ginny.

-Muchas gracias. Buenas noches.-Con una última sonrisa e ignorando a la pelirroja por completo entró al apartamento.

Cerró la puerta y lanzó un gran suspiro. Dejó sus pertenencias en el lugar correspondiente y paso sus manos por todo su rostro. No se sentía bien del todo.

Observó el área, no había nadie, avanzó unos cuantos pasos, la puerta de Harry estaba cerrada. Se llevó su uña a la boca, a punto de morderla cuando sus ojos terminaron en la habitación de Malfoy. La puerta se encontraba igual que cuando se fue.

¿No había llegado aún?

Insegura se aproximó un poco, solo hasta lograr ver su pieza, como intuyó, no estaba ahí. Bajó los hombros que había puesto rígidos sin siquiera notarlo.

No exageraba al decir que cada vez que miraba o entraba a la habitación del hombre sentía que cometía el mayor delito del mundo. Antes de que volviera a entrar, prefirió ir a la habitación de su novio. Eso era lo correcto.

Abrió la puerta y accedió. Apoyó su cuerpo sobre la madera y cerró los ojos.

Observó a Harry que estaba en su cama, al parecer dormido. Se aproximó con delicadeza para no despertarlo. Permaneció unos minutos admirandolo, se veía tan lindo mientras dormía.

No podía dejar de pensar en que no merecía a Harry, su sonrisa comenzó a deformarse en una mueca de culpabilidad.

«Sin quererlo te convertiste en lo que más odiabas, ¿no?».

Ahi estaba su subconsciente torturandola como ya era costumbre. Cuánta razón tenía, por eso era doloroso. Prefirió cambiarse de ropa a su cómoda pijama para echarse a dormir. Lo necesitaba.

Solo esperaba conseguirlo y no pasar en vela toda la noche a causa del insomnio o las malditas pesadillas que habían vuelto a aparecer. Se dejó caer en la cama, se tapó con la sábana y abrazó a Harry mientras cerraba los ojos y trataba de conciliar el sueño. Mañana sería un día difícil, y tenía que darle todo el apoyo y amor a Harry. Ya lo había hecho pasar un mal rato, era lo menos que podía hacer.

Pronto sintió como los brazos de su novio la envolvian y acercaban a su pecho.

-¿Te desperté?-Susurró la chica.

-Debo decir que si, pero ahora estoy mucho mejor contigo a mi lado.-Le dio un beso en la coronilla, aunque estaba despierto, no abría los ojos. Su voz sonaba somnolienta.

-Ginny vino a pedirte disculpas, ¿cierto?-Sacó el tema a la charla de un modo tranquilo.

-Si, así es, preciosa. Acaba de irse hace unos minutos. ¿Cómo lo sabes?

-Me la tope cuando iba llegando. Debo decir que también se disculpó conmigo.

-No te cae nada bien, ¿verdad?-Cuestionó su novio sin soltarla de entre sus brazos. Estaban en la típica posición de cucharita.

-¿Acaso puedes culparme?-Se encogió de hombros.

-Entiendo que no ha sido la mejor persona contigo desde...

-Desde la primera vez que me vio, Harry. En el primer momento me comenzó a tratar como basura, simplemente no me agrada. Lo que ha hecho no estuvo nada bien.-Se desahogo con él, su voz se volvía más dura a cada minuto.

-Lo comprendo, Hermione.-Le brindó una caricia en su cabello tratando de calmarla.-No te culpo.

-No sé cómo pueden ser sus amigos.-Soltó sin quererlo.

¿Desde cuándo se había vuelto tan rencorosa?

Ja, era mejor no abrir la maldita caja de Pandora.

-No es tan mala, es una gran chica, amor. Aunque no lo creas. Posee un gran corazón, solo tiene un carácter un poco difícil, además, no lo recuerdas pero ella asegura que eran amigas.

Se mordió los labios y evitó tragar saliva con fuerza.

-Lo que sea. Ella puede decirlo, sin embargo, no lo recuerdo y no quiero seguir hablando de esa mujer.

-De acuerdo. Tranquila, Hermione.-Besó su mejilla y la atrajo más a él. -¿Sabes si ya llego Draco?

Pero tampoco quería que la conversación cambiara de rumbo hacia Draco Malfoy.

-No ha llegado, amor. ¿Por qué?-Respondió tratando de no inquietarse.

-Me preocupa un poco. No supe de él desde que todos se fueron hoy por la tarde, después de la confesión de tu accidente.

Sí, ella tampoco lo había visto desde entonces, estaba tan angustiada por ese asunto... Hablando con Harry, luego con Pansy y Astoria.

-No debes preocuparte, cielo. Estará bien.-Tan solo quería dejar el tema y dormir.

-Sí... ¿Qué hora es?

-Ammm... Las nueve de la noche.-Contestó una vez vio la hora en el reloj del buro.

-Tal vez deba llamar a Draco solo para preguntar como está. ¿No crees?

Dios, no.

-No lo sé. Si te soy franca, solo quiero dormir, fue un día pesado, amor. Deberías hacer lo mismo, estoy segura de que él estará bien, no tienes de que preocuparte.-Giró para darle un beso rápido en los labios.

Lo que menos quería era pensar en el paredero de Draco Malfoy. Mientras menos estuviera era mejor para ella, sobre todo después de ese día y lo último que había dicho Ginny. Sus palabras seguían resonando en su cabeza.

-Está bien, solo le mandaré un mensaje.-Harry tomó su celular y rápidamente escribió a Draco.-Listo. Descansa, preciosa.

Y así ambos cerraron los ojos, Harry sujetaba todavía a Granger quien no quería despegarse de él.

A la mañana siguiente, Hermione abrió los ojos lentamente, era domingo. Por fortuna consiguió dormir toda la noche sin molestias. Cuando parpadeó un par de veces, se dio cuenta de que Harry no estaba a su lado.

-¿Harry?-Se incorporó de a poco y frotó sus ojos-¿Cariño?

-¡En la cocina, linda!

Ella se paro de inmediato para ir a donde se encontraba su novio, sin siquiera ponerse sandalias, ella adoraba estar descalza de cualquier manera.

-Harry, ¿qué haces? Debes descansar-Regañó la chica dulcemente.

Al parecer su querido novio estaba haciendo el desayuno para ambos. Eso hizo que Hermione sonriera.

-Vamos, ya estoy mucho mejor. Tanto que mi incapacidad terminó, ya mañana vuelvo al trabajo así que es mejor activarme desde hoy.-Dijo sin despegar su vista del sartén que tenía un par de huevos revueltos.

Hermione llegó a la barra desayunadora y colocó su mano ahi. Su vista se enfocó en la habitación de Draco.

-Draco no llego a dormir al apartamento, ¿verdad?-Mostró intriga.

Algo dentro de ella escocio levemente, era una sensación de fuego abrasador, como una especie de coraje interno.

¿Qué carajos?

-No, linda. Hoy en la mañana leí su respuesta ante mi mensaje. Me comentó que se quedo en casa de Theo, no sé a que se deba, pero me garantizó que me contará todo.

-¿Quién es Theo?-Para intentar sacar sus dudas y pensamientos que ya estaba elaborando su cabeza se dedicó a poner las cosas necesarias para el desayuno mientras su novio cocinaba.

-Oh, es amigo y compañero de Draco en su trabajo, creo que es editor o algo así.

«Seguro tuvieron una noche descontrolada y...»

Alto, eso no le importaba en lo absoluto. Negó violentamente con la cabeza para dejar de pensar estupideces.

-Hermione.-La voz de Potter la trajo de vuelta a la realidad.

-¿Mmm?-Lo miro algo desconcertada.

-Te pregunté que si quieres café o jugo. ¿Estás bien?

-Si, si, lo siento. Café, amor, gracias.-Puso el último plato sobre la barra.-¿Sabes? Yo soy quien debería hacerte el desayuno y consentirte hoy, estás muy animado a pesar de todo.

Se aproximó a él para abrazarlo por la espalda.

-Bueno... La vida me quito a mis padres, sin embargo, me dio a una persona que vino a traerme más felicidad de la que podía imaginar.-Dio media vuelta para abrazar a su chica y besarla.

En ese instante la puerta se abrió, su momento romántico se interrumpió por la presencia del rubio qué atravesó la puerta.

-Draco, buenos días.-Saludo Harry despegandose de la rubia.

-Hola, Draco.-Saludó Hermione casi en un murmuró.

-Hola, chicos. ¿Interrumpí algo importante?

-No, no, tranquilo. ¿Ya desayunaste?-Se interesó Harry.

-Amor, apaga ya la lumbre. Esos huevos se van a quemar.-Dijo Hermione al ver el sartén.

El sonido de la tostadora se hizo presente en la estancia.

-Sí.-Se dejó caer al sillón sin ganas.

-¿Qué desayunaste?

-Un chicle.-A continuación hizo una bomba con el.

-Eso no es ningún desayuno.-Habló Hermione.

Se sentó en el taburete y observó a Malfoy. Noto cierta preocupación y estrés en él. No se veía para nada tranquilo.

-Vamos, desayuna con nosotros, así de paso nos cuentas todo.-Comentó el de lentes sirviendo el respectivo huevo en cada plato.

Al escuchar las palabras de su amigo, Draco volteó a ver a Hermione, ella reparó en esa acción. Se sintió como una intrusa, no necesitaba siquiera preguntarlo, evidentemente el hombre no quería hablar del asunto con Granger presente. Se revolvió incómoda en su asiento.

-Es que... Es algo complicado.-Dijo simplemente, trataba de evitar la conversación.

-Tenemos tiempo.-Harry le llevó el plato a Draco, lo colocó en la mesita de centro y le regaló una sonrisa.

-Creí que hoy irías al cementerio. No quisiera quitarte tiempo valioso, amigo.

-Nada de eso...-Hermione lo interrumpió.

-Amor, déjalo estar. Es claro que Draco no quiere hablar del asunto, presiento que se debe mayormente a que estoy aquí.-Notó como el mencionado iba a abrir la boca, tal vez para negar lo recién dicho por la rubia, pero ella se adelantó.-No te preocupes, Draco. No lo tomo a mal o personal, lo comprendo a la perfección. Soy una completa desconocida para ti, entiendo que no tengas la confianza suficiente para contar algo personal.

Finalizó con una sonrisa forzada y se llevo un bocado a la boca.

***

Las palabras recién dichas por Hermione Granger le quemaron por dentro enteramente. Era como si las manos de la chica hubieran atravesado su cuerpo hasta llegar al corazón para estrujarselo sin piedad o consideración.

Pero tenía razón al fin y al cabo, ¿verdad?

Maldita sea.

No supo cómo o que responder, apretó sus labios en una fina raya mientras la miraba, como si quisiera pedirle disculpas.

-Bueno... Creo que también entiendo eso, Draco. No lo juzgo, solo quiero que sepas que cuando estés listo para hablar de ello, aquí estaré para apoyar y sé que Hermione por igual, aunque no se conozcan lo suficiente, ella ayuda a todo el mundo, sea quien sea.-Él le dio un beso en la mejilla que le sacó una sonrisa de oreja a oreja a Hermione, nada que ver con la sonrisa que le había brindado minutos antes.

Agh.

«Ahora tu mejor amigo es el responsable de sus sonrisas y risas. Idiota».

Su subconsciente lo odiaba.

-Por lo menos come, o te daré una paliza.-Condicionó su amigo.

-Sí, papá.-Bromeó para tratar de matar la tensión.

No estaba seguro si sentía tensión en el apartamento o era solo locura suya. No dudaba que se tratara de la segunda opción.

Desayunaron la mayor parte en silencio, uno agradable a decir verdad, a veces escuchaba como Harry y Hermione hablaban a pausas de cosas triviales. Por su parte intentaba que su mente no se desviara a la negatividad o pesimismo.

Cuando terminaron, Hermione se encargó de recoger todo y lavar los platos mientras Harry descansaba un poco en el sofá.

-Oh, Harry.

-¿Qué pasa?-Preguntó sin mirarlo a los ojos, pues estaba prendiendo el televisor.

-Theo me propuso salir hoy a un bar, simplemente a pasarlo tranquilo, a conversar. Tu sabes. ¿Qué opinas?

-Suena excelente. Desde que me ocurrió el accidente no he podido salir como quería, tampoco con Hermione. Me muero por hacerlo, sin embargo, mañana por fin vuelvo al trabajo y no me gustaría desvelarme para el primer día.-Draco asintió.-Tal vez para el próximo fin de semana les tomo la invitación.

-Sin problema.

-Gracias, amigo.-Se puso de pie.-Iré al baño.

-De acuerdo, no me tienes que reportar todo lo que hagas.-Alzó las manos.

Harry palmeo su cabeza en forma de respuesta.

Draco tomó el control para cambiar de canal a algo que atrapara su atención. Para su desgracia alguien se aproximaba para hacer justamente eso. Hermione Granger había acabado de lavar y se sentó al lado suyo, ya que Harry se había sentado en el sofá de una sola pieza.

Se puso rígido de repente, apretó con más fuerza el control y notó que no se veía normal.

Respiro profundamente, tratando de ignorar su cercanía y siguió cambiando de canal en busca de algo bueno que ver o simplemente que le distrajera. A los segundos, vio como Hermione giró su rostro directo al suyo. Trago saliva.

-¿Qué?-No pudo evitar preguntar ante la mirada de la chica sobre él. Como si estuviera examinandolo.

Sus ojos eran tan penetrantes que no podía con ellos. Su tono de voz sonó vacilante y nervioso, se regañó mentalmente.

-Nada. Solo estaba observando qué tal van tus cicatrices y cardenales.-Ladeo la cabeza sin dejar de verlo ni por un segundo.

-Van mejorando.-Sonrió sin mostrar los dientes.

-Es lo que veo.-Ella se acercó más a él, eso no era nada bueno.

Su mano se levantó para tocarlo con suma delicadeza en la herida que tenía cubierta arriba de la ceja. Pudo sentir después de mucho tiempo el suave tacto de la chica, estaba a nada de cerrar los ojos, además que sus ojos y proximidad no era de gran ayuda. Todo era como un disparador.

Fue bajando su mano sin dejar de tocarlo, lo rozaba con las yemas de sus dedos, paso por la sien para descender hasta su pómulo, donde tenía otro morete.

Él conecto sus ojos con los de Granger y se sintió tan... Extraño, incorrecto y jodidamente reconfortante.

Estaba tan cerca qué podían sentir la respiración del uno al otro. Se miraban con tanta fuerza y profundidad que parecía que podían leerse. Descifrarse. El roce de la chica no dejaba de provocarle escalofríos.

-Me alegra.-Dijo Hermione y rompió abruptamente la atmósfera recién creada.

Fue como una cachetada con guante blanco para Draco. Ella se alejo, volvió a su posición y su rostro terminó en la televisión.

El rubio parecía un idiota, casi como si le hubieran quitado la vida. En ese instante, Harry salió del baño.

-Amor, ¿a qué hora gustas que nos vayamos?-Preguntó la chica desviando sus dulces ojos a Harry.

Al escuchar ese «amor» salir de sus labios provocó qué la bilis subiera por su garganta. Se sentía despreciable, miserable y una basura total.

-Bueno, son las 10:30, me gustaría ir ahora temprano que el sol no está tan fuerte.

-De acuerdo. Ahora mismo voy a vestirme.-Ella se puso de pie de inmediato y antes de entrar a la habitación de su novio, le dio un beso tierno.

De reojo notó como Harry la sujetaba de la cintura para acercarla más a su cuerpo, maldito chico con suerte.

Se sentía sumamente incómodo. No se controló debidamente y una especie de tos salió de su estúpida boca, rompiendo el momento de la pareja. Enseguida se sintió culpable.

-Ya vuelvo.-Hermione le tocó la nariz con suma ternura y se fue.

-Hey, Draco. ¿No ha habido ya ninguna chica?

-¿A qué te refieres?-Intentó que su voz no sonara indiferente. Harry no había hecho nada malo.

Él era el que estaba mal y equivocado.

-¿Alguna novia o amiga con derechos?-Fue más especifico.

-Ah, no. Ya no.

-Wow, ahora si que has rotó un nuevo récord, desde Fleur no has salido con nadie. Eso si es impactante. Sucedió antes de que Hermione llegara.

-Vamos, no tiene mucho tiempo.-Comenzó a hacer cuentas en su cabeza, ya que presentía que Potter si tenia la razón y eso no le gustaba.

Draco no había salido con nadie desde que Hermione Granger había irrumpido en su vida nuevamente.

-Para alguien como tú, si.-Bromeó.

Sin embargo, Draco no se estaba divirtiendo. Su preocupación, culpabilidad y desazón crecían a cada segundo.

-No te precipites. He querido invitar a Katherine desde que la conocí, es hermosa-.Confesó por primera vez.

-¿Hablas en serio?

-Sí. Me he detenido porque ya sabes, es compañera de Ginny y no quiero que se vuelva incómodo.

-Solo se volvería tenso e incómodo si hicieras algo malo.-Palmeo su espalda en un gesto amigable.-Solo piénsalo bien. Debo ir a vestirme.

La sala solo se quedo con su alma, pensando muy seriamente. Si invitaba a Katherine a salir... Eso podría ayudarle a distraerse un poco.

Iría a visitar a las chicas, pero antes debía tomar una ducha y cambiarse, había olvidado que llegó de casa de Theo.

Rápidamente se dio una ducha con agua fría, le servía para calmar su mente y relajar sus músculos. No se demoro más de 15 minutos, así que cerró el grifo y se envolvió la toalla alrededor de su cintura y con la otra inicio a secarse su rubio cabello. Abrió la puerta, antes de poder verla se estrelló contra Hermione.

O mejor dicho, Granger se estrelló contra su pecho.

¿Por qué carajos siempre tenía esa clase de encuentros con ella?

Sabía que se merecía lo peor, pero estaba empezando a creer que ya había pagado lo suficiente.

-Lo siento. No te vi, ya te he mojado, perdona.-Observó lo hermosa que se veía.

Traía puesto una falda de terciopelo rojo, con una blusa negra y un blazer que era conjunto de la falda, por lo cual era del mismo color. Usaba unas medias negras y unas botas altas, su cabello rubio en melena y su precioso fleco solo contorneaban su bello rostro ligeramente maquillado. Siempre le asombró el hecho de que Hermione se arreglaba de forma veloz y con un resultado perfecto.

Por apreciarla había olvidado que estaba completamente desnudo, solo con una toalla cubriendolo.

-Toma, usa esta toalla.-Le extendió con la que se estaba secando el cabello.

-Tranquilo, solo fueron unas gotas. No es nada.-Sonrió. Sus ojos no se despegaban de su rostro.-Creo que debemos dejar de toparnos así, ¿no crees?

Ella rio tímidamente y paso a su lado para entrar al baño a cepillarse los dientes.

¿Él? Se quedo helado. Como un idiota hechizado.

Agitó su cabeza y casi corriendo fue a su cuarto, cerró la puerta y soltó un maldito suspiro de nerviosismo. Prefiero vestirse y dejar de pensar en la situación.

Cada momento que compartía con ella era tenso, le provocaba una especie de shock.

-¡Draco, ya nos vamos! ¡Llámame si necesitas algo!-Le gritó Harry del otro lado de la puerta.

-Claro, gracias. También tu.

-Y suerte invitando a Katherine.-Dijo con un atisbo de risa.

-Muy gracioso, Potter.

Cuando su amigo se alejó pudo oir como tomaban las últimas cosas y la puerta se abría, justo ahí percibió la voz de Hermione:

-¿Invitará a Katherine a salir?-No pudo descifrar su tono de voz.

-Sí. Me lo acaba de decir...-La puerta se cerró después de eso y no pudo seguir escuchando.

Abrió su puerta mientras se ponía una playera blanca, al menos ya estaba solo. A veces extrañaba estar así, que solo estuvieran Harry y él en el apartamento... Eso le devolvería un poco de paz.

Salió y tocó la puerta de enfrente, donde sus amigas vivían. Era genial tenerlas a unos cuantos pasos.

Después de unos minutos en los que Draco creyó que no estarían en casa, Ginny abrió. Continuaba en pijama y su cabello estaba completamente desordenado, era como si le hubiera caído un rayo encima.

-Vaya, tomate. Parece que te explotó el boiler.-Comentó divertido.

-No estoy para tus bromas, rubio desteñido. Es temprano, ¿que es lo que quieres? Más vale sea de vida o muerte.

-¿Temprano? Tomate, son casi las 11:30.

-¡Exacto! ¡Y es domingo!-Sus ojos se abrieron en grande. Sin duda, Ginny no era una persona agradable por las mañanas.

-¿Draco?-Katherine estaba detrás de Ginny.-Oh, buenos días. Pasa, Ginny no es muy linda los domingos por la mañana.

La pelirroja se hizo a un lado para dejar pasar a su amigo al departamento.

-Ya veo.

-A ver... Espero que valga la pena. ¿Qué pasa?-Se acercó Weasley mientras se cruzaba de brazos y luchaba por no cerrar los ojos.

-En realidad venía a hablar con Katherine, tomate.-Le sonrió.

-¿Conmigo?

-¿Por eso me despertaste?-Preguntaron ambas al mismo tiempo.-¿Si tienes idea de que el domingo es sagrado y no se hace nada? Es el día de Dios.

-Ginny, tu eres atea.-Le recordó el chico en un tono gracioso.

Ella le hizo una mueca burlona y se fue a sentar en el sillón. Draco posó su atención en Katherine nuevamente.

-Sí, quería hablar contigo, linda.

-Soy toda oídos.-Tomó asiento en el taburete de la barra desayunadora quedando frente a Malfoy.

-Venía a preguntarte si quisieras salir conmigo.

-¿Salir contigo?-Abrió los ojos con sorpresa.

No fue la única, puesto que Ginny parecia haber revivido o que el sueño se le hubiera espantado de un momento a otro.

-Si, ya sabes... Podemos ir a comer, a cenar, o inclusive a bailar. Sé que eres buena en la salsa. O iremos a donde tu quieras.-Sonrió.

-Oh, Draco, suena maravilloso.-Enseguida una sonrisa pintó el bello rostro de Katherine.-Aceptó la invitación.

-Genial.

-Solo una cosa.-Levantó un dedo.

-Lo que sea.-Se sentía todo un triunfador.

Y es que el hecho de que Katherine lo aceptara le dio una especie de alivio o consuelo.

-Yo encantada de salir contigo siempre y cuando solo sea en un plan amistoso.-Soltó.

Eso fue como un freno abrupto para él. Su rostro cambio a una expresión de desconcierto total. La risa de Ginny se alcanzó a percibir levemente.

-¿Solo en plan amistoso?-Preguntó visiblemente confundido.

-Lo siento, Draco. No es mi intención rechazarte, de verdad agradezco la invitación. Es que no eres mi tipo.-Explicó de la forma más dulce posible.

-Katherine, linda, yo soy el tipo de todas.-Comentó en un tono coqueto, apoyando ambos brazos sobre la barra y acercando su rostro al suyo. En ese instante a la pelirroja se le escapó una carcajada.-Gracias, Ginny.

-No me mal entiendas, Draco.-Su sonrisa continuaba ahí, ella le tomó la mano dulcemente.-Eres un hombre encantador, apuesto, caballeroso, amable y todo un chico malo. Pero...

-¿Pero...-En serio que el chico no estaba comprendiendo.

-¿Se lo dices tu o se lo digo yo?-Habló Ginny aguantando la risa.

-Soy lesbiana, Draco.-Confesó conservando su sonrisa y aún sosteniendo la mano de él.

Al escuchar aquello, la boca de Draco se abrió un poco, no podía negar que lo tomó desprevenido. Jamás hubiera podido imaginar que Katherine y él tuvieran gustos en común.

-Ya veo... Ahora me explico porque me rechazaste, no era normal.-Bromeó.-Gracias por tener la confianza para decírmelo.

-Oye, tenía que hacerlo. Bateamos para el mismo equipo.-Le guiño el ojo.

-Sí y te viste como un idiota.-Se burló Ginny.

-Muy graciosa, tomate. Creí que te caías de sueño.

-Bueno después de eso cualquiera despierta. Lo siento, Romeo.

-Perdona, Katherine yo...

-Ay, Draco, no pidas disculpas, no tienes porqué, no lo sabias.-Dijo la chica mientras tomaba un bolso.-Bueno, tengo que salir a hacer algunas diligencias, volveré dentro de poco.

-Adiós, Katherine, con cuidado.-Le deseó Ginny levantándose del sofá.

-Hasta luego.

La chica salió del apartamento sonriendo como siempre.

-Vaya, no creí que fueras a hacer algo como eso.-Ginny fue la primera en hablar.

-¿Hablas de lo que acaba de pasar?

-Claro que hablo de lo que acaba de pasar. ¿En serio te gusta Katherine?

-Bueno desde la primera vez que la conocí me pareció hermosa, no te niego que quería intentar algo con ella, pero... Luego se atravesó todo este asunto de Hermione y...

-Ya no pudiste enfocarte en ninguna otra mujer.-Dijo Weasley parándose frente suyo.

-No. Eso no es lo que pasa.-Negó.

-Vamos, Draco, no te engañes y mientas a ti mismo. Claro que si, sabes que digo la verdad. Desde que ella llegó no has salido con ninguna chica para nada, y tu no eres de esos. Lo sabes bien.

Se dio media vuelta para servirse un poco de agua y evitar a Ginny. No buscaba conversar sobre la novia de su mejor amigo.

-No te confundas. Si, no he visto a mujeres como solía hacerlo, pero no es debido a Hermione. Sino que todo se volvió tan complicado y extraño, también sucedió el accidente de Harry, simplemente las cosas no han sido sencillas. No me ha dado tiempo ni oportunidad.

-Draco...-La detuvo.

-Si fuera verdad, no hubiera invitado a Katherine.

Su amiga no dijo nada, se dedicó a mirarlo con compasión y eso no le gustaba en absoluto.

-No me mires de esa forma. No necesito que me compadezcas, ¿entiendes? Estoy bien.

-Si estás tan bien como yo lo estoy, entonces créeme que lo comprendo.-Comentó-Sabes que no lo estamos, en fin... Podrás engañarte, Draco, pero ¿hasta cuándo?

Después de eso se instaló un silencio qué fue difícil para el rubio.

-Como sé que no quieres seguir hablando del tema, dime, ¿Harry está en casa? Me gustaría ir a darle un abrazo por la fecha que es.

-No. Se acaba de ir al cementerio.

-¿Por qué no fuiste con él? Cada año lo acompañas.

Era irónico como la conversación cambiaba pero de alguna manera el tema volvía a Hermione Granger.

-Claramente su novia lo acompañó, Ginny. No quería hacer mal tercio.

Ella asintió simplemente.

-¿Tu te encuentras mejor ahora?

-¿Te refieres por lo sucedido ayer?-Él asintió.-Pues si... Estoy intentando aceptarlo, ayer me disculpé con Harry y con Hermione. No tienes idea de cuanto me odia.

-Creo que es una reacción obvia, ¿no?

-Olvidé que estás enamorado de ella y te pondrás de su lado.

Se dejó caer nuevamente en el sillón esta vez tomando el control remoto.

-Por supuesto que no. Vamos, no esperes que ella te tenga estima después de todo.

-Lo sé. Lo entiendo. No la culpo, solo que... Es difícil. Sé que lo entiendes. Ojalá todo volviera a como era antes.

Quizá eso no tardaría en llegar, es decir, Hermione no se quedaría todo el tiempo en Manhattan, ella vivía en Londres, pronto tendría que irse...

-¿Quieres ver una película?-Ofreció Ginny con una sonrisa.

-Claro.

Él se sentó a su lado para intentar hacer algo tan normal que hace tiempo no realizaba.

Tenía varios problemas, además de Hermione Granger, estaba el asunto de Theo, conservaba la hoja de papel que encontró ayer en su apartamento, debajo del sillón, no obstante, habían llegado al acuerdo de que no harían nada el día de hoy. Hasta el lunes que se vieran en el trabajo.

De cierto modo para ayudar a conservar algo de salud mental para los tres.

Porque Draco estaba a nada de desquiciarse.

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Extrañamente se sentía una vibra muy pacífica en ese lugar, por un momento pensó que sería todo lo contrario. Algo sumamente pesado, fúnebre y poderoso.

Ahí estaba, Harry permanecía hincado frente a la lápida donde sus padres descansaban. Era bello el hecho de que su lugar estuviera lleno de flores y colores, señal de que no los habían olvidado, el pelinegro también había llevado más flores para ellos.

Se encontraba detrás de su novio, de pie, respetando su tiempo con sus padres, ella sabía muy bien que a veces se pueden necesitar unos minutos a solas.

Cuando escuchó un ligero sollozo ahogado de Harry, supo que era el momento de acercarse. Se colocó en la misma posición, de cuclillas y pasó su brazo por los hombros en una especie de abrazo.

-Gracias. Gracias papá y mamá, por mandarme a esta bella mujer a cuidarme y quererme tanto como ustedes lo hacían.-Les habló formando una sonrisa mientras algunas lágrimas descendian por su rostro.

Y ella estaba a punto de llorar por las palabras recién dichas de Harry.

No las merecía en lo absoluto. Si sus padres se encontraban viéndola desde arriba, seguramente la odiarían, lo sabía bien.

-Saben que siempre los amo y tengo presentes. Gracias por todo.-Poco a poco se puso de pie.

Hermione lo abrazó completamente esta vez, para transmitirle ese reconforte y calidez que necesitaba.

-Ellos siempre están contigo, amor. Quizá no de la forma que quisiéramos, pero lo están.-Le susurró al oído.

Al fin y al cabo, ella también había perdido a su padre, comprendía como se podría sentir Harry.

-Te amo, Hermione.

-Te amo, Harry.

Cuando se separaron Harry sujeto la mano de Hermione y emprendieron rumbo a la salida del cementerio. La rubia admiraba bastante a su novio porque lidiaba con la pérdida de sus padres muy bien, con bastante madurez y fe.

-¿Quieres que conduzca, cielo?-Se ofreció Hermione.

-Amor, acabo de conducir del apartamento al cementerio y no me sucedió nada, estaré bien.

-De acuerdo. De acuerdo. ¿Iremos de vuelta al departamento?

-Estaba pensando en llevarte a pasear, o a conocer mejor Manhattan. Hemos perdido mucho tiempo que pudimos aprovechar de forma distinta de no ser por lo ocurrido, lo siento, Hermione.

Ambos entraron al Mazda y mientras Harry lo encendía, la rubia lo miraba.

-Harry, por favor, no tienes que disculparte. Nada de esto fue tu culpa; si, hemos perdido algunas semanas...-Él la interrumpió.

-Casi se cumple el mes que debes estar aquí, Hermione.

Era cierto... No obstante, aún le restaban dos semanas más. De hecho, le sorprendía bastante que la incapacidad de Harry haya sido tan rápida tomando en cuenta el daño severo que tuvo, sin embargo, había avanzado muy bien y recuperado de la mejor manera.

-Harry, todavía tenemos bastante tiempo, además hemos estado juntos que es lo que importa. Nunca estuve separada de ti. Y mira, quizá pueda llamar a mi trabajo y tomarme unas semanas más, no pierdo nada con intentarlo.-Le regaló una sonrisa.

Aunque por dentro deseaba irse de ahí. Sentía que cada día que transcurria perdía más la chabeta.

Si tan solo pudiera llevarse a Harry consigo...

-Gracias.-Le dio un corto beso para iniciar a conducir.

Hermione encendió la radio, le encantaba escuchar música y tenia bastante tiempo que no lo hacía.

-¿A dónde me llevaras, eh?-Alzó las cejas, curiosa.

-Estaba pensando en que puedo llevarte a Times Square, es un sitio que si o si tienes que ver, amor, hay un poco de todo por la zona, tiendas de ropa, restaurantes temáticos, los grandes anuncios que hacen que todo se vea bastante bien o también la quinta avenida.

-Ambas suenan fabulosas.-Se permitió emocionarse.

-Vamos primero a Times Square y después te llevaré a la quinta avenida. Aprovechemos mi último día de incapacidad. ¿Sabes que es lo mejor? Que igual me están pagando mi sueldo ya que esto contó como accidente de trabajo.

-Lo sé, Harry, estuve presente mientras arreglaban todo ese asunto pero no lo recuerdas.-Rio mientras se dedicaba a observar la ciudad con detenimiento.

Era muy distinto ir en auto que a pie, en realidad no había recorrido la ciudad lo suficiente, por lo que no se permitió darse cuenta de lo bonito y atrayente que resultaba Manhattan. Quizá lo único turístico que conocía ya era el Central Park.

Al menos podía gozar de un día con su novio y olvidarse de los tragos amargos que últimamente estaban pasando.

El semaforo cambio de luz roja a verde. Harry avanzó y tomó un poco de velocidad.

-¡¡Harry, cuidado!!-Gritó Hermione señalando al frente.

Sucedió velozmente, ante los ojos de la chica se cruzó un tipo en motocicleta que se suponía debía esperar la luz verde.

El azabache enseguida reaccionó y frenó de golpe, el cinturón les hizo un gran favor para no rebotar y lastimarse el cuello o alguna otra parte. Por suerte, nadie se estampó por detrás.

La respiración de la chica se aceleró y sus ojos parecían salir de las órbitas.

-Dios mio, que susto.-Dijo Hermione con una mano en el pecho.

-¡Idiota!-Le gritó Harry al tipo de la motocicleta.

Ni siquiera pudieron apreciar de quien se trataba.

-¿Estás bien, Hermione?-Volteó a verla, al mismo tiempo puso en marcha el auto para evitar un posible accidente automovilístico.

-Sí, estoy bien. ¿Tu?

-Lo estoy. ¿Segura? ¿No quieres que me detenga?-Estaba preocupado por ella.

-No, no, tranquilo. Estoy bien. Menos mal no sucedió nada malo.-Le sujeto la mano que tenía libre para transmitirle tranquilidad.

-De acuerdo. Sé lo complicado que puede ser para ti este tipo de accidentes considerando lo que te sucedió en uno. Así que si llegas a necesitar algo, solo dímelo.

-Gracias, Harry.-Murmuró.

Trago saliva, sintiendo la boca extremadamente seca. Dirigió su mirada a la ventana del auto, donde veía como la gente caminaba por la acera.

Mientras intentaba volver a su ritmo de respiración habitual, y Harry disminuyó la velocidad, Hermione vio a una persona que le resultaba conocida en la banqueta.

Amusgo los ojos al notar como ella también la estaba mirando, alzó su mano para saludarla, mostrando una sonrisa... Perturbadora y un guiño de ojo. Cuando la perdió de vista, se quedó extrañada... Miró unos segundos sus pies hasta que reconoció a esa chica.

Era Hannah Abbott, aquella mujer que había arruinado su cena romántica con Harry.

Frunció el ceño, repentinamente sintió un escalofrío por todo el cuerpo.

-Hemos llegado a Times Square. Solo debo buscar un lugar para estacionar.-Harry la sacó de su ensimismamiento.

-Perfecto-Respondió, guardando sus pensamientos para ella. Sintiendo una sensación extraña recorrer todo su cuerpo.

Era como si se hubiera insertado un mal presentimiento al ver a esa mujer fatidica.

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«Se estaba haciendo pedazos, y casi literalmente porque se había cortado un dedo.

Era un desastre en la cocina, no había duda.

Eran las 8 de la mañana en Londres y él se había despertado antes que Hermione, lo primero que vio cuando abrió sus ojos grises fue a ella, dormida. Lucía como un ángel, amanecer a su lado era un tesoro. Despertaba con la mujer más hermosa que había conocido y deseaba que fuera así siempre.

Para tener un acto lindo con su novia, se levantó con delicadeza para no despertarla y proceder a prepararle el desayuno. Waffles de arándanos.

No obstante, nada estaba saliendo como lo había planeado. Era pésimo para cocinar y estaba entrando un poco en pánico porque ya había pasado una hora desde que se había puesto de pie y no iba nada bien. De hecho, la mezcla lucia dudosa. Algo le decía que esa no era la textura ni el color adecuado.

-Creo que no debería verse así.-Levantó el globo con el que estaba batiendo la mezcla, ésta era gomosa y viscosa. Parecía un masacote.

-¿Draco?-Escuchó la voz que era como música para sus oídos.

Pero en este momento no quería que estuviera ahí. Ya había despertado y él no tenía nada listo. Se sintió miserable.

-¿Qué haces, guapo?-Cuestionó la castaña cuando se acercó a su lado.

-Bueno... Yo...

Una vez que Granger admiro la escena, que bien podría ser de terror, ya que Malfoy tenía un desastre por doquier, como si un bebé hubiera cocinado por ahí. Se limitó a ver las expresiones de su chica y esperaba sus reproches, regaños o molestias. Verdaderamente, lo merecía, cualquier persona en su sano juicio saldría como loca de esa cocina.

-Draco... ¿Estás haciendo el desayuno?-Preguntó aún viendo alrededor un poco sorprendida.

-Escucha quería hacerte un desayuno sorpresa. Pensaba llevarte a la cama unos waffles de arándanos con una taza de té o capuchino, que sé te fascina. Te despertaría con un dulce beso y desayunariamos ambos en la cama. Me levanté hace una hora para cocinar, sin embargo, soy el mayor idiota en la cocina porque no conseguí nada, de verdad lo siento, Herms...

Ella lo silencio con un apasionado beso. Se abalanzo contra él solo para besarlo, Draco la atrapó en sus brazos y detuvo el vuelo que llevaba. Pudo sentir todo el amor, era como si le estuviera dando las gracias.

-¿Qué fue eso?-Se atrevió a preguntar algo desorientado cuando dejaron de besarse.

Él esperaba que estuviera molesta.

-Draco, no me importa que hayas hecho un lio en la cocina o que no haya resultado el desayuno.-Comenzó a acariciar su cabello.-Lo que a mi me importa es la intención que tuviste.

Malfoy continuaba con un rostro que denotaba no comprenderla, Hermione rio.

-Huron albino, yo valoro y aprecio más tu intención. Que te hayas levantado de la cama con la intención o detalle de prepararme el desayuno, despertarme con un beso.-Le proporcionó uno corto.-Y llevarme esos waffles a la cama para ambos comerlos. El hecho de que te hayas esforzado durante una hora sin rendirte para hacer que sucediera. Eso es lo que a mi me importa.

Al escuchar eso y ver como los ojos de Hermione resplandecian de gusto, la estrecho más contra su cuerpo y esta vez fue él quien la beso.

-Te amo.-Le dijo.

-Te amo, Draco.-Se separó para fijar su vista a la mezcla de waffles y batirla un poco.

-Es irreparable, ¿cierto?

-No, no, creo que tiene solución. Hay que agregar un poco más de leche y harina. Quizá mantequilla.-Soltó una ligera risa.-Tranquilo, lo arreglaré. Puedes ayudarme también, quizá aprendas.

-Soy un desastre en la cocina, Hermione.

-Si es así, somos un desastre juntos.-Le regaló una bella sonrisas, de esas que él amaba. Se acercó y llenó la punta de su nariz de harina-Puedes ayudar a limpiar todo el desastre que hiciste.

-Creí que los dos éramos un desastre-Colocó sus brazos en jarra.

-Así es, pero tu debes arreglarlo y yo haré el desayuno.-Le guiño el ojo mientras se ponía manos a la obra.

Amaba a esa mujer. Simplemente lo volvía loco».

-Hey, Draco. Draco. Draco. Draco. Draco. Draco. ¡Holaaaaa!

Poco a poco escuchaba una voz que se hacía más fuerte cada vez.

-¡Despierta, rubio!

Abrió los ojos de golpe, así como su cuerpo que reaccionó en frenesí.

La chica que le hablaba era Ginny, se frotó los ojos y cuando la observó con mayor detenimiento vio que en su mano tenía un celular.

Era su celular.

-¿Eh?

-Te están llamando, creo que es importante. Por eso te he despertado.

Maldita sea y él que estaba soñando tan plácidamente.

-Gracias.

Tomó su dispositivo, vio el nombre de Theo en la pantalla. Antes de contestar pidió que no le diera ninguna mala noticia. No había pasado ni un día.

-Hola, amigo. ¿Todo está bien?

-¡Draco! Estuve a punto de colgarte. ¿Cómo estás?-Al menos Theo se escuchaba tranquilo, con ese típico tono carismático.

-Un poco más tranquilo, me despertaste. ¿Necesitas algo?

-Oh, lo siento, amigo. No, no, en realidad no, solo quería saber si estabas mejor. Ayer lucias muy angustiado.

-Supongo que me encuentro más relajado, Theo.-Respondió mientras empezaba a sentir un ligero dolor en el cuello, al parecer había dormido en una mala posición.

O el sillón de la pelirroja le causó estragos en las cervicales.

-Me alegra. Fui temprano a unas cuantas citas para arreglar bien lo de mis tarjetas y mi número, todo está en orden. O casi. Al menos esa loca no podrá usar más mi dinero o identidad.

-Eso es una buena noticia.

-Si. Inclusive recibi una llamada de la policía, ya me compré un celular nuevo, como te darás cuenta y me citaron mañana para contar a mayor detalle lo sucedido.

-¿De verdad? ¿Entonces esto va en serio?-Se sumergio un poco más en la conversación.

Involucrar a la policía convertia el asunto en algo más delicado.

-Para eso te llamaba, no estoy seguro... Si, iré, sin embargo, ¿será prudente contarle todo lo que han encontrado ustedes respecto a Milicent y Hannah? ¿O solo le hablaré de lo que me ocurrió en nuestro viaje?

Oh, demonios. Ese era un dilema.

-Hermano, no lo sé. Es decir, por una parte te diría que cuentes todo, quizá sería lo ideal... Pero-

-Si, lo sé. Involucraria a mucha gente, es decir, te han sucedido incidentes a ti, esa golpiza que te propiciaron esos tipos, que a mi no me parece ninguna coincidencia, que Hannah arruinara la cena de Harry y su novia, allanando tu departamento... Lo que ocurrió conmigo y todo lo que han encontrado en la oficina.

Justo era eso, no querían involucrar a tanta gente, porque si Theo contaba todo, luego llamarían a Harry, Hermione, Luna e inclusive a Ginny para dar su testimonio de los hechos... Y si era brutalmente honesto, no estaba seguro de si valdría la pena.

¿Qué tal si todo esto se trataba de una broma de pésimo gusto? ¿Un juego estúpido que hacía la gente loca y habían tenido mala suerte?

-¿Draco, sigues ahi?-Theo volvió a hablarle.

-Lo siento, estaba pensando. La verdad no lo sé, ¿piensas que es lo mejor relatar todo?

-No estoy 100% convencido, siento que con solo contar lo que me hizo Milicent en el viaje bastará, la policía si es que realiza su trabajo puede hacer algo más. La verdad no quisiera causarle más problemas a ti, ni a Harry, tampoco a su novia, mucho menos a Luna.

-Lo entiendo, amigo. Haz lo que creas mejor, deberías hablar también con Luna, ¿sabes? Ella es la que mejor piensa de nosotros dos.

-Si, creo que tienes razón. Hablaré también con ella. La invitaré a tomar un café.

-¿A mi me realizas una insípida llamada telefónica y a ella la invitarás a tomar algo?-Quiso bromear para quitarle seriedad y peso al ambiente, pero estaba contento. Theo invitaría a Luna a salir, sabía que ella se pondría muy feliz.

-Claro, debo ser cortes con ella. Además es un modo de agradecerle. Ha estado muy pendiente y preocupada por mi, de verdad lo aprecio.

Armó una sonrisa por esos dos, tan solo esperaba que Theo abriera los malditos ojos y diera un paso. De no ser así, el lo haría abrirlos para que se diera cuenta que tiene todo lo que necesita en Luna Lovegood.

-Sabes que ella te estima y aprecia bastante. Creo que es lo menos que puedes hacer por ella.

-Lo sé. Bueno, gracias por escucharme amigo. Lamento haberte despertado. Nos veremos mañana en el trabajo.

-No hay de que. Hasta mañana, Theo.

La llamada finalizó.

-¿Todo bien?-Preguntó Ginny qué permanecía sentada a su lado.

-Si, era Theo.

-Bueno, parece ser que interrumpió un lindo sueño. ¿No es así?

¿Cómo lo sabía?

-No supe en que momento caí dormido, estabamos viendo la televisión.-Se puso de pie.

Al cerrar los ojos su mente se iba nuevamente al sueño que era más bien un recuerdo del pasado... Era sumamente bello, pero resultaba desgarrador a la vez.

-No han sido días fáciles y temo que no has descansado lo suficiente. Está bien descansar, Draco.

En ese instante el teléfono del departamento sonó, Ginny se puso de pie para atender.

-¿Hola? Oh, no, ella no está aquí ahora, ¿quién la busca? Bien, su hermano. De acuerdo, cuando regresé le diré que le devuelva la llamada. Me imagino que ya debió llamarla a su celular, ¿cierto? Ah, no respondió, está bien. No se preocupe, ella debe estar ocupada, yo le daré su mensaje. Hasta luego.

Colgó.

Draco la miró y notó que estaba un poco extrañada.

-¿Ginny?

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Ale 🐍💚

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