Mentiras salen a la luz

Para ti, que a pesar de la funesta tardanza, continuas aquí. 💚
¡Muchas gracias! 💕

Ambas chicas entraron a la misma cafetería donde Hermione derramó su capuccino sobre Fred. La campana anunció su entrada. Aquel tenue y sutil sonido hizo sobresaltar un poco a la rubia, que no podía estar en paz totalmente.

-Huele muy bien aquí.-Dijo Astoria, aspirando los distintos aromas que desprendía el lugar.

-Sí.-Susurró apenas mientras iba detrás de su hermana.

La castaña tomó asiento en una de las mesas y admiró un poco su alrededor, Hermione imito su acción, esperando que el sentimiento de incertidumbre perjudicial desapareciera con una buena bebida. Comenzaba a cuestionarse si fue buena idea aceptar salir con su hermana considerando que Ginny y Harry estaban en el mismo apartamento. Con total libertad de hablar sobre cualquier cosa, sin que nadie lo impidiera.

De solo pensarlo, sus manos comenzaron a sudar. Por supuesto que no era una buena idea, ¿por qué quiso correr ese riesgo?

-Estás muy callada.-Escuchó la voz de la chica frente a ella, lo que la hizo recobrar la compostura.

-Estoy esperando a que me cuentes algo.-Trató de fingir que estaba perfectamente, apoyó su barbilla sobre el puño, armando una ligera sonrisa.-¿Qué tal les fue la noche en que tu y Pansy se fueron de fiesta?

-¡Oh, si!-El rostro de Astoria se invadió de júbilo, unió ambas manos mientras una sonrisa aparecía. Una sonrisa digna de las Granger.-Fue increíble, en realidad, no creí que pasaría nada interesante...

-Buenas tardes.-Las dos chicas voltearon a ver al mesero que fue el encargado de entregarles dos menús pequeños.-Vuelvo en un minuto para tomar su pedido.

Hermione lo observó brevemente sin ver nada especial, tomó la carta para ver la lista de opciones que ofrecía la cafetería, sus ojos vagaban por el repertorio de bebidas y complementos tales como bizcochos, donas y pan dulce; sin embargo, reparó en su hermana, ésta permanecía con la vista fija en la dirección por la que se había retirado el mesero, frunció levemente el ceño al verla.

-Oye... ¿pasa algo?-Le preguntó, bajando su menú.-Astoria.-La llamó nuevamente, sin éxito.

Pasó la mano frente a sus ojos, pero Astoria parecía anonada.

-Tierra llamando a Astoria.-Continuó intentando.-Ya tienes cara de estúpida, no tienes que poner más esfuerzos en ello.

Chasqueó los dedos frente a ella y por fin su hermana reaccionó, volviendo a la realidad miró a Hermione que estaba muy confundida.

-¿Todo bien?-Cuestionó elevando una ceja.

-No tengo cara de estúpida.-La apuntó con su dedo, entrecerrando los ojos.

-La tienes.-Sonrió con gracia.-¿Acaso conoces al mesero?

-Eso. Justamente es lo que iba a contarte.-La curiosidad de Hermione creció aún más.-Ese mesero es también barman en el bar al que fuimos Pansy y yo.

-¿Y?-No entendía todavía el motivo de su perplejidad al verlo.-¿Qué con eso?

-Pues que él nos atendió...-Su voz disminuyó un poco.

-Ajá...-La alentó a proseguir.-¿Por eso tanto asombro?

-Bueno... Nos conocimos un poco más de lo que me gustaría admitir.-Reveló, sus mejillas se tornaron carmesí.

-¿Hablas en serio?-Una parte de ella no lo creía.

-No pongas esa cara, tu tienes a Harry, yo no tengo a nadie, también soy una mujer con necesidades...

-¿Listas para ordenar?-La voz del hombre hizo callar a Astoria de forma abrupta.

Hermione lo miró esta vez detenidamente, era alto, fornido, con cabello castaño. Desvió su mirada al menú para aclarar su garganta.

-Un frappé de caramelo esta bien para mi.-Dijo, devolviéndole el menú con una pequeña sonrisa.

-Muy bien.-Escribió el pedido en su libreta y giró su rostro para ver a la castaña.-Para usted... ¿Astoria?

Granger paseaba sus ojos del chico a su hermana, la situación se tornaba más emocionante por cada minuto que transcurría. Al menos, dicho suceso estaba sirviéndole para calmar sus nervios y dejar de pensar en lo que podría estar sucediendo en el departamento de Draco y Harry.

-Hola, Neville.-Saludo su hermana, delatando timidez.

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-¿Accidente?

Harry miraba incrédulo y al mismo tiempo aturdido a Ginny, que, tampoco parecía estar muy bien. Ambos se encontraban sumamente desconcertados, Draco por igual.

-Sí, así es, Harry. Accidente automovilístico, creí... Creí que lo sabias.-Contestó finalmente la pelirroja.

El rostro del azabache perdió su color, por unos segundos no tuvo expresión alguna o al menos no era fácil de identificar.

-¿Seguimos hablando de Hermione?-Preguntó encarando a Ginny.

-¡Claro que seguimos hablando de Hermione!-Su amiga estaba impactada.-No lo puedo creer...

-¿Me estas tomando el pelo, Ginny? Porque no me resulta gracioso, no me da ni una pizca de gracia, ¿comprendes?-El tono de voz de su amigo se elevó y se volvió mucho más grave, sus ojos cegados de confusión y desentendimiento.

-No, no, para nada. Te juro que estoy siendo malditamente honesta, Harry. Ella y yo éramos amigas en Londres, hasta que se encargó de arruinar la relación que tenía en ese momento con alguien y todo se fue al carajo, nunca supe de ella hasta ahora. Por esa razón estaba envuelta en ira cuando la vi por primera vez.-Comenzó a relatarle las cosas de forma resumida a Harry, que trataba de procesar toda la información.-El día que hablamos, le pedí explicaciones y la única respuesta que recibí fue que no recordaba nada, no podía ayudarme porque perdió la memoria en un accidente de auto.

No hubo respuesta del hombre, solo un silencio que estaba dispuesto a tratar de consumir a todos en el lugar. Ginny no dejaba de observar a Harry, éste parecía haber sido brutalmente golpeado con la cruda realidad que jamás creyó que existiera.

Draco, por su parte, permanecía en la habitación del azabache. Se recargó sobre la pared al lado de la puerta. Respiró profundo unas cuantas veces, la situación se les había escapado de las manos, ambos estaban seguros que Harry, el novio actual de Hermione, estaría enterado de su accidente, claramente, estaban equivocados.

Muy equivocados.

-¿Hace cuanto?-Cuestionó Harry sin salir del shock aún.

-¿Qué?

-¿Hace cuanto sufrió ese accidente?-Preguntó de nueva cuenta, esta vez siendo más claro.

-Hace 11 meses.

Draco hizo cuentas rápidamente, llegando a la misma conclusión que su amigo.

-Todavía no conocía a Hermione.-Él pareció calmarse un poco, sus hombros se relajaron al igual que su postura. Ya no estaba tan rígido.-Me faltaban dos meses para conocerla.

Tenía razón, pero, a pesar de ello; Hermione y Harry llevaban casi 10 meses juntos, ¿no era tiempo suficiente para que la rubia le confesara aquel suceso a su novio?

Su cabeza no podía con tanto, cerró los ojos, deseando internamente que todo acabara de una maldita vez. Que Hermione desapareciera para volver a su vida normal, daría lo que fuera por convertir todo aquello en una pesadilla solamente. Un invento retorcido que su mente creó para atormentarlo, pero una vez que abriera los ojos, cesara y fuera solo eso: un mal sueño.

-Harry, llevan 9 meses juntos, casi diez, es para que ya te haya contado lo que sucedió, ¿no crees?

-No lo sé.-Miró al suelo. Totalmente perdido y desalentado.

El ambiente se torno incómodo, realmente pesado, Draco podía sentirlo. Observó por un momento a Pansy y Katherine, ellas también se habían dado cuenta que algo había pasado, percibieron el cambio radical en la estancia, no obstante; decidieron no inmiscuirse al notar la seriedad que envolvía a Potter y Weasley.

-No...-Harry intentó emitir palabra, pero algo en su lengua parecía querer impedirlo.-Esto no puede ser cierto. Es decir... ¿Por qué no mencionaría nada al respecto?-Miró a Ginny de forma profunda, en esos ojos verdes se vislumbraba un aire de decepción.

-Harry...-La pelirroja no sabía muy bien que decir, comenzó a sentirse terriblemente mal al ver como la recién noticia impacto duramente en su amigo.

-¿Ella no confía en mi lo suficiente?-Preguntó, aunque fue más para sí mismo.

Draco a la distancia, pudo captar el gran dolor que acompañaban sus palabras, a su voz. Una punzada de culpabilidad le asestó. ¿Qué estaban haciendo? ¿Por qué pensaron que sería buena idea?

¿Cuál era la maldita intención de aquel plan desdeñoso?

¿Descubrir algo nuevo acaso? ¿Obtener información?

Esas eran las primeras respuestas que se venían a su mente para responder a sus preguntas, sin embargo, sabía que sólo eran una cortina de humo. Eran las excusas más banales pero convincentes para ocultar la verdadera y tétrica verdad que escondía.

«Tenías un presentimiento, ¿no es cierto? Algo dentro de ti sabía que podía suceder algo como esto, por consiguiente, tu preciado amigo y tu ex prometida tendrían problemas. ¿Cierto?»

Al instalarse esos pensamientos en su cabeza se aterro sobremanera de sí mismo, le asqueó tanta malicia y quiso arrojarse de un rascacielos.

«Admítelo, maldito.»

-Lo siento mucho, Harry, no sabes cuanto lo siento. No pretendía que esto pasara. Creía que estabas enterado.-Pudo percibir la voz de Ginny que se encargo de sacarlo de su tormento.

-Ya ves que no.-Mostró una sonrisa desganada.-Es sorpréndete.

Hubo un espacio donde únicamente existió silencio espectral. Draco no se atrevía a moverse, era como si estuviera hundido en una espiral de perdición. Los tres no se encontraban bien ahora.

-Chicos... Lamentamos mucho entrometernos, pero no pudimos evitar notar su estado.-Katherine fue la que acabo con aquel silencio. Draco internamente le agradeció.

-¿Todo está bien?-Fue turno de Pansy, veía preocupada los rostros cabizbajos de Ginny y Harry.

-No tengo idea.-Respondió el de anteojos sin mirar a las chicas que estaban a su costado.-Ahora no tengo la certeza de que mi novia realmente confíe en mi lo suficiente como para dar un siguiente paso en nuestra relación.

Ambas se mostraron confundidas ante lo recién dicho por el azabache.

-¿Cómo?-Cuestionó Pansy.-¿Qué pasa con Hermione?

Ginny miró a su amigo, que pronto le devolvió la mirada. Éste asintió dándole el consentimiento a la pelirroja de contarle a las chicas.

-Pansy, tu llevas conociendo a Hermione algunos años.-La mencionada movió la cabeza en forma positiva.-¿Sabias que tuvo un accidente de auto?

-¿Accidente de auto?

-Qué le provocó una pérdida de memoria al parecer permanente.

La reacción de Parkinson fue exactamente la misma de Harry en su momento. Draco la estudió con detenimiento, la chica no tenía idea de lo que Ginny hablaba.

Su cerebro estaba por explotar. Pansy Parkinson tampoco estaba enterada de tan terrible accidente. ¿Cómo era posible?

Sin importarle mucho ya, salió de una vez por todas de la habitación de su compañero, se dirigió al centro junto con los demás.

-No me digas que...-Ginny llevo las manos a su boca, estupefacta.

-¿Tampoco sabias?-Preguntó Harry atribulado.

Ella negó despacio, manteniendo el asombro.

-Jamás dijo nada. Nadie dijo nada sobre eso. Lo ignoraba.

-¿Cómo es que no lo sabias? Con Harry aún se podía comprender, entre comillas, pero tu eres una gran amiga de ella, de su hermana. Resultas una persona bastante cercana a los Granger, ¿por qué no estarías enterada?-Weasley se levantó exasperada. En cuanto notó la presencia de Draco en la sala, comunicó con sus ojos azules que nada estaba saliendo como lo planearon.

Era todo lo contrario. También se había dado cuenta. El tiro les salió por la culata, en lugar de sacar respuestas, obtuvieron más preguntas y enrollos masivos que atentaban contra su cordura. Inclusive ahora habían arrastrado a más personas a ese bucle de incertidumbre.

-¿Hermione te contó eso?-Cuestionó Katherine.

-Sí, claro. Ella misma me lo confesó.-Seguido de sus palabras realizó movimientos asertivos de cabeza.

-Chicos, tenemos que mantenernos serenos a pesar de todo... Es decir, quizá fue un duro golpe para Hermione aquel trágico accidente, un episodio que le cuesta revivir.-Katherine intentaba brindar un poco de tranquilidad a todos los presentes.

Necesitaban relajarse, la energía y vibra que se percibía en el lugar era jodidamente abrumadora, Draco agradecía que Katherine hiciera un intento, pero siendo realistas, serviría poco.

-Sí pero... ¿A tal grado para que jamás me comentara de ello? ¿O siquiera a Pansy?-Harry conectó sus ojos repletos de inquietud con los de la morena.

-Pues...-La ojimiel titubeo un poco buscando alguna respuesta plausible ante tales preguntas.

-Y es que ambos conocemos a sus padres, tampoco ellos llegaron a soltar algo sobre ese tema.

-Continua siendo delicado.-Katherine se llevó la mano a su cabello, era como si estuviera evitando que la atmosfera la consumiera o se contagiara de ansiedad y desasosiego tales como lo tenían sus amigos.-Chicos, sé que es difícil, sobre todo para ti Harry, sin embargo; no hagan conjeturas o levanten falsos testimonios contra Hermione.

-Katherine, ¿cómo pides eso? Quiero decir, algo huele muy mal aquí, Hermione...-Ginny comenzaba a alzar la voz, su compañera de apartamento la cortó.

-Comprendo, en serio lo hago. Pero otórguenle el beneficio de la duda, al menos tu Harry, claro que mereces explicaciones, espera a que ella llegué y podrás aclarar este asunto.-Ofreció una especie de salvación momentánea contra la incertidumbre infernal.

-Supongo que es lo mejor.-Acomodó sus lentes.

Un poco más y Draco se lanzaría de algún balcón. Era demasiado, pero estaba consciente de que todo este embrollo era su culpa, de él y Ginny, se habían embaucado solos en esto. Comenzó a morderse las uñas en una crisis nerviosa. Miró a su amiga pelirroja un segundo, estaba profundamente confundida, se percibía en ella un aire de enojo. Frotó sus ojos con desdén, sentía un enorme coraje contra el mismo.

-Llámala.-Soltó Ginny de la nada, provocando que todos miraran en su dirección.

-No.-Draco por primera vez habló después de un buen rato. Recibiendo una mirada llena de reprensión por parte de Weasley.

Quiso abofetearse por dejar salir ese "no".

-¿Qué?-Harry parecía perdido, un tanto ido. Era bastante entendible.

-Llámala.-Insistió Ginny.

-No.-Malfoy se mostró a la defensiva.

-¿Por qué no, Draco?-El tono de voz de la chica era de completo enfado.

Él encaró a Ginny, mientras cruzaba los brazos lo cual le daba un aspecto intimidante, se empeñó en lanzarle una mirada de total desacuerdo, Draco sabía que ella no coincidía con su negación. Conocía a Ginny Weasley. Ahora que todo se había desarmado, no se quedaría con la inmensa duda rondando por ahí. Ella haría lo que estuviera en sus manos para descubrir la verdad o lo que sea que Hermione ofreciera como explicación lógica.

Pero él no quería lo mismo. A su amiga le importaba poco si la relación entre Harry y Hermione se resquebrajaba, inclusive con la misma Pansy Parkinson, por el contrario, Draco no lo deseaba.

O tal vez si... Un poco.

No, no podría con la culpa, además, sentía un miedo hondo vagando por toda su anatomía. Tenía un presentimiento, una mala corazonada que trataba de advertirle algo.

-Simplemente no, Ginny.-Tantos pensamientos recorrían su mente en ese instante que su boca solo pudo responder aquello tan soso.

-«Simplemente no, Ginny» ¿Qué demonios significa eso?-Soltó armando una expresión de indignación, se aproximo a él con pasos duros.

-Lo que quiero decir es que no me parece buena idea llamarla. Esperemos a que llegue. Ella...

-¿Por qué tanta negación? ¿Eh?-Es como si la verdadera pregunta fuera: ¿a qué le temes?

-No es negación. Hermione salió a pasear con Astoria, creo que deberíamos esperar a que regresen para no arruinarles la tarde.

-Oh, claro. Que considerado y dulce eres, Draco.-Formó una sonrisa irónicamente amarga mientras pasaba su brazo sobre los hombros del rubio.-Importa poco el hecho de que a nosotros se nos haya arruinado la tarde, ¿cierto?

Le dio un ligero golpe en el pecho con su palma volviendo a tomar distancia.

-Respira, Ginny.-Katherine se coloco a su lado.

-¿Qué opinas, Harry?-Pansy volvió a hablar, está vez jugando con sus manos.

Todos los ojos se posaron en el susodicho, que sólo se mantenía cabizbajo sin emitir sonido o movimiento alguno.

-Por una parte no me parece tan descabellado llamarla.-Dijo. Los latidos de Malfoy iniciaron a acelerarse de una manera peligrosa e inquietante, a su vez, los ojos de Ginny emitieron un brillo de esperanza e ilusión.-Aunque igualmente Draco tiene razón, Ginny.

-¿Qué? ¿Hablas en serio?-La pelirroja dejó caer sus brazos a los costados.-Harry, esto no es una pequeña incertidumbre o la vaga pregunta como lo es: ¿qué comeré hoy? ¡Es mucho mayor!

-¡Lo sé, carajo, lo sé!-En un arranque de desesperación, Harry le dio un manotazo a la barra desayunadora que hizo saltar a las chicas presentes, y por poco, también a Draco.-No creas que me es muy fácil tratar de mantenerme estable, ¿entiendes?

-Por eso mismo, llámala. Por favor. Es urgente.-Era terca y obstinada.

-No arruinare su salida con Astoria. En el fondo sé que ella no me fallaría así, creo que debe existir una buena explicación ante todo esto.-Cerró los ojos como si doliera e inhalo profundo.-Es suficiente pensar eso para mí y evitar llamarla ahora mismo. Puedo... Puedo esperar.

Ginny se llevo sus dedos al puente de la nariz, al igual que Harry, cerró los ojos en un intento de controlar el grave enojo que poseía.

-Bien.-Fue lo último que dijo.

Ella dio media vuelta y salió del apartamento azotando la puerta a sus espaldas.

-Mierda.-Harry se desplomó sobre el sillón, cubriendo su rostro con las manos.

La boca de Draco se había secado por completo, se sentía sumamente extraño. Observó a Harry y eso lo sumió más en la miseria.

-Creo que debería ir con ella.-Murmuró Katherine.

-Katherine...-Se acercó a la mencionada.-¿Podrías dejármelo a mi? Quisiera ir yo primero.

-Claro, Draco. No hay problema.-Sonrió levemente.

Esa sonrisa parecía ser lo único bueno del maldito lugar. Una luz tenue que alumbraba por segundos un vil abismo siniestro.

Antes de irse, miró a su amigo una vez más y decidió ir con él antes.

-Hey, amigo.-Apoyó su mano sobre el hombro de éste, con ese simple toque Malfoy se sintió una completa basura.-Iré con Ginny para asegurarme de que se encuentre bien. No tardaré, estaré aquí pronto.

-Descuida, Draco, estoy bien.-Levantó el rostro, para dedicarle una pequeña sonrisa que realmente el rubio no merecía en lo absoluto.-Ve tranquilo.

Le brindó unas ligeras palmadas de aliento. Retomó su camino a la puerta, cuando salió de ahí, soltó un fuerte suspiro. Toco la puerta de enfrente esperando a que una mujer furica le abriera.

Espero unos cuantos segundos, la puerta jamás se abrió. La alerta lo invadió y la posibilidad de que Ginny hubiera salido a buscar a Hermione por su cuenta amenazó la poca estabilidad que le quedaba.

Sin pensarlo dos veces bajó las escaleras con la velocidad de la luz. Sin tener mucho cuidado salió finalmente a las calles de Manhattan. Giró su cabeza ambos lados en busca de una cabellera larga de un llamativo color rojo cual fuego ardiente.

No vio rastro alguno.

Dios Santo, esa mujer quería provocarle un jodido infarto.

Fue en dirección al Central Park, anhelando encontrársela a unos pasos. No debía estar lejos, al menos no demasiado, él no había tardado en salir.

Apresuró sus pasos y enfocó muy bien los ojos en busca de su mejor amiga.

-Maldita sea, Ginny.-El desespero quería apoderarse de él, había recorrido unas cuadras sin tener suerte.

Se detuvo a tomar un respiro, no iba precisamente caminando, llevó las manos a su cabello y gruñó. Colocó sus brazos en jarra sin dejar de buscar a la pelirroja.

Detuvo su cabeza de forma seca cuando la encontró. Estaba cruzando la calle. Abrió los ojos en grande y corrió hasta ella.

Sin reparar en los autos, salió disparado y llegó hasta donde Ginny, aunque le costó un par de insultos de algunos dueños de los automóviles.

-¡Ginny, espera!-Gritó a unos metros de ella.

La mencionada hizo caso omiso.

No fue necesario volver a gritar ya que se posicionó frente a la mujer, impidiendo seguir su camino.

-¡¿Qué rayos quieres?!-Levantó sus brazos en un gesto de irritación.

-¿A dónde crees que vas?-Cuestionó el hombre con total seriedad.

-Eso no te importa en lo más mínimo.-Sus palabras eran cortantes.-Hazte a un lado.

-¿Qué crees que haces?

-¿Qué crees que haces tu? ¿Qué demonios haces aquí?

-Tratando de que no cometas una tontería.-Las facciones del rubio se volvían cada vez más duras.

-¿Una tontería? ¿Quién creé que es una tontería? ¿Tu?-La mordacidad cubría su voz, se cruzó de brazos en medio de las palabras.

-No sólo yo, escuchaste a Harry.

-Sucede que Harry esta enamorada de ella. Demasiado tal vez, es muy bueno para ver la cruda realidad ante sus ojos.-Escuchar cada letra que dejaba salir Ginny, en especial las del principio, le provocó un extraño escozor que ardía cada entraña de su ser.

-¿Qué dices?-Se bloqueó levemente, pero necesitaba que Ginny fuera más precisa.

-Solo déjame en paz.-Escupió sin suavidad.

Ginny intentó seguir su camino pero Draco se lo impidió sujetándola del brazo. No iría a ninguna parte.

-¡Suéltame!-Demandó enfurecida.

-Por Dios, no vas a buscar a Hermione por todo Manhattan.-Dijo perdiendo los estribos por cada minuto que pasaba.

-No será una tarea difícil, lo garantizo.-Amusgo los ojos, fulminándolo así con ellos.

-Por favor, Ginny, tienes que calmarte.-Bajó un poco su voz, eliminando la dureza que acompañaba sus palabras y aquel tono exasperado.

La pelirroja consiguió soltarse bruscamente del agarre de su amigo, no había duda de que estaba fuera de sus cabales. Su cabello parecía una bola de fuego gigante que ardía con toda la intensidad posible.

-No. No tengo que, estoy en todo mi derecho, Draco. ¿A qué le temes, eh?-Lo miró directamente a los ojos, parecía querer examinarlo.-¿Cuál es tu temor?

-No digas estupideces.-Soltó.

-No, no son estupideces, tiemblas de miedo por todo esto.-Draco iba a decir algo pero Ginny no se lo permitió.-Realmente no quieres ver llegar el momento en que Harry y yo la encaremos, ¿verdad?

La boca del rubio carecía de saliva, el corazón latía con gran fuerza. Deseaba que su estado no fuera a delatar lo nervioso y realmente preocupado que se encontraba debajo de ese muro que había levantado para esconderlo, sin embargo, no respondió nada. Permaneció callado, simplemente sostenía la mirada de su amiga. Pero eso fue respuesta suficiente para ella.

-Sigues enamorado de ella.-Y aunque uso un tono profundamente civilizado, como si fuera una respuesta sacada de un análisis final, para Draco escuchar eso lo azotó de manera agresiva.

Como si hubiera recibido un duro golpe.

-Ginny, demonios. ¿De dónde sacas...-Ella lo cortó.

-No me salgas con palabras vacías y pretextos, Draco.-Negó con la cabeza. Indiferente ante las respuestas insuficientes de su amigo.

Cerró su boca mientras ella adoptaba una posición seria. Conectó su mirada con aquellos ojos grises.

-Mírame a los ojos y dime que no estas enamorado de ella. Dímelo.-Ordenó.

Draco sostuvo su intensa e intimidante mirada mientras sentía que en cualquier momento desfallecería antes de siquiera responder algo.

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-Neville... Hola.-Balbuceo Astoria, saludándolo nuevamente.

El ambiente se sentía un tanto tenso. Aquella tensión podía romperse con tijeras, incluso un manotazo. Hermione trató de no mirar a ninguno de los dos para no agregar más incomodidad de la que se sentía.

O lo que fuera que cubría la mesa en esos momentos.

-Es una sorpresa encontrarte aquí.-El tipo luchaba por mantenerse sereno pero carraspeo al hablar.

-Lo mismo digo.-Apretó los labios.-Creí que trabajabas como barman en aquel bar.

-Soy barman.-Le confirmó.-Por la noche, mientras que por el día atiendo en esta cafetería.

Por primera vez le regaló una pequeña sonrisa a Astoria. Ella la devolvió tímidamente y no dijo nada. Hermione notó como ambos cruzaron miradas por unos segundos.

Neville pareció volver en sí y sujetó la libreta con mejor agarre.

-¿Qué va a ser para ti?-Preguntó mirando el menú.

-¿Qué?-Su hermana frunció el ceño confundida, Hermione evitó soltar una carcajada ante el comportamiento de Astoria.-Oh si, lo siento. Quiero...-Sus ojos comenzaron a vagar rápidamente por las filas que tenía el menú.-Un pretzel y un café, por favor.

-De acuerdo.-Giró un poco y está vez miró a Hermione.-Para ti el Frappé de caramelo, ¿cierto?

-Cierto.-Sonrió amable.

-En unos minutos los traeré.

-Claro, muchas gracias.-Dijo la rubia manteniendo su sonrisa afable.

Neville se retiro de ahí, cuando estuvo a metros de distancia, Astoria soltó una exhalación larga mientras cubría su rostro con las manos.

-Que embarazoso fue eso.-Reprochó.-Dios, tengo una suerte del carajo.

Una parte en la mente de Hermione dio un brinco ante eso, si hablaran de suerte...

-No puedo negártelo.-Soltó una leve risa traviesa mientras apoyaba su mentón sobre la palma de su mano otra vez.

-Está bien, vámonos de aquí. Tenemos que largarnos.-Habló convencida al mismo tiempo que tomaba su bolso.

-¿Qué? ¿Largarnos?

-Ajá.

-Astoria, por favor. Recién llegamos, acabamos de ordenar.

-Lo sé. Vámonos.

-No. Claro que no. ¿Estás loca?

-Ey, si tu te hubieras encontrado con el chico con quien tuviste... Una noche...-Sus mejillas se tornaron carmesí y de forma inconsciente se encogió.

Hermione no podía creer que Astoria le diera tanta pena aquel asunto. Más que resultarle algo gracioso, era hasta cierto punto tierno.

-Sexo, Astoria, sexo.-Lo dijo por ella, armando una sonrisa divertida.

-Sí, bueno. Si te hubieras encontrado con ese chico, creo que estarías igual que yo.

Su sonrisa se desvaneció un poco al punto de transformarse en una mueca.

-¿Ves? Por esa razón, vámonos.-Ella se puso de pie.

Y en ese preciso instante, Neville arribó a la mesa de las chicas con sus bebidas correspondientes.

-Aquí tienen.

-Eso fue rápido.-Dijo Hermione, estaba sorprendida por la peculiar rapidez.

-Bastante.-Apoyó su hermana menor, la cual se había quedado helada.

-Por eso somos una de las mejores cafeterías de Manhattan.-Mostró una expresión de orgullo.-¿Se les ofrece algo más?

-No por el momento no, gracias.

-Sí, la cuenta, por favor.-Respondieron ambas al unísono.

La rubia volteo a ver a Astoria. En serio que ella quería irse lo más pronto del lugar.

-¿La cuenta?-Preguntó un tanto extrañado, la castaña estaba por asentir, pero Hermione intercedió antes de que eso sucediera.

-No, lo siento. Ella no quiso decir eso.-Dijo con una voz suave mientras que Astoria intentaba que su barbilla no tocará el suelo. Quería asesinar a la rubia por lo que estaba haciendo.

-Hermione, en realidad...-Trató de pararla, pero la mayor no se la dejó fácil.

-En realidad, lo que mi hermana aquí presente quería decir es... ¿Si quizá podrían verse más adelante ustedes dos?

Hizo la pregunta decisiva, Neville se vio impresionado, Astoria por igual. Por el rabillo del ojo la visualizó, tenía esa mirada que indicaba que más tarde la mataría, la conocía bien. Hermione sonrió, después se lo agradecería, por mucho que le costara, le estaba haciendo un gran favor.

-Para mi sería un placer.-Enseguida, dejo ver una sonrisa brillante.

Los ojos de Astoria parecieron iluminarse esperanzados y con cierta incredulidad.

-¿En serio?-Está vez la que habló fue justamente la castaña.

-Claro. ¿Te parece mañana por la noche?-Sugirió.

-No hay ningún problema.

-Si me podrías dar tu número, sería fantástico. Solo... Permíteme atender unas cuantas mesas antes de que me despidan.-Soltó una leve risa.-Ahora regreso contigo, Astoria.

Y dedicándole una encantadora sonrisa, él se fue a hacer su trabajo.

-"Gracias, Hermione. Te debo una."-Imitó la voz de su hermana.

-¿Qué dices? Me hiciste sentir más que abochornada.

-Por favor, no niegues que me debes una. Maldita mal agradecida.-Bromeó.

-Ja.-Se cruzó de brazos con una mueca juguetona.

-Sabes que tendrás que contármelo todo.

-Está bien.-Se encogió de hombros y mordió su pretzel.

La ansiedad y aquel pendiente que envolvía a Hermione en un estado donde le era imposible estar serena había disminuido un poco. Consiguió calma suficiente para pasar un rato ameno con su hermana. Silenció sus pensamientos perversos al igual que esa mente maliciosa, la cual no paraba de recordarle que no era buena idea dejar a Weasley sola con Harry.

Al menos pudo disfrutar unos momentos de quietud antes de que iniciaran la cadena de futuras adversidades.

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-Yo...-Únicamente pudo articular algo patético y pequeño. Era comparado a como él se sentía últimamente.

Sus puños fueron perdiendo agarre, cada vez aplicaba menos fuerza en ellos. Un claro indicio de debilidad emocional. Sus ojos aún miraban tenaces a Ginny que esperaba expectante una respuesta, pero la valentía y adrenalina que pudo experimentar en cualquier instante ya se había esfumado. Podía percibir una pequeña temblorina recorrer su cuerpo entero amenazando con provocarle un desvanecimiento.

-Yo no...

-¿No qué, Draco?-Lo alentó a seguir sin eliminar ese rostro desafiante y molesto.

-Yo no estoy enamorado de ella.-Finalmente lo dijo y algo en lo más profundo de él se sintió mal. Se sintió pésimo.-¿Feliz?

Su rostro se cubrió de una clara expresión de enfado.

La pelirroja se mantuvo unos segundos en silencio, asimilando las palabras recién dichas.

-Claro que no. Mientes.

-¡¿Qué?!

-No te creo. Pienso que ni tu mismo creíste esa mediocre afirmación.-Aseguró.

Lo que más le molestaba a Malfoy era que tenía razón. ¡Ella tenía toda la maldita razón! Odiaba en ese momento que lo conociera casi a la perfección.

-Creé lo que quieras. Lo que te dije es la verdad absoluta.-Aseguró sin ser delicado en lo absoluto.

-¿Creés que soy imbécil, Draco?

-¡Te dije lo que querías escuchar! ¡¿No es así?! ¡Haznos un favor a todos y volvamos al estúpido apartamento!-Impulsivamente alzó la voz.

Se percató justo después de lo que hizo. Su nivel de exasperación e irritabilidad lo había superado. No podía manejar la situación y esa era toda la verdad. Quería darse de golpes contra la pared. Algunas personas que se encontraban alrededor repararon en ambos.

-¿Sabes, Draco? Comprendo el porqué de tu molestia, al igual que entiendo el hecho de que en este preciso instante te puedo parecer insoportable y testaruda. Quieres impedir a toda costa que arme un escándalo y destape el inicio de una catástrofe.-Su voz había cambiado y disminuido notoriamente.-Una catástrofe que quieran o no, es sumamente necesaria. Y lo siento, aunque le quieras evitar a toda costa dolor y sufrimiento a tu enamorada, que te recuerdo una vez más, es la novia de tu mejor amigo.-Eso había dolido más que cualquier otra cosa que le pudiera haber dicho.-No resultará.

Su respiración era pesada y pausada. El pecho se inflaba con cada inhalada.
No tenía nada más que decirle ya. Sabía que no podía convencerla de no hacer nada, porque no funcionaria. Hacer desistir a Ginny de lo que quería era ya imposible.

-¿Ni siquiera puedes esperar a que ella regrese al apartamento?-Al menos tenía que preguntar.

Su amiga aflojó las expresiones tan severas que tenía su rostro, transformándola en una cara más compasiva. Soltó un suspiro y miró a su alrededor sobando su brazo.

-Me temo que en eso tienes razón.-Aceptó.

-Gracias.

Ambos quedaron en silencio. Aprovecharon la brisa fresca que apareció en el ambiente para bajar un poco los humos.

Draco no estaba preparado para lo que venía.

-¡Chicos, hola!-A lo lejos escucharon una voz que el rubio reconoció.

Astoria.

Él giro su cabeza en la dirección correspondiente y abrió los ojos en grande.

Oh no.

Las hermanas Granger se aproximaban a los dos con una sonrisa. Examinó a Hermione que parecía lucir ¿aliviada?

-¿Qué hacen aquí? Creí que estaban en el apartamento.-Preguntó la menor en cuanto llegaron al lado de Weasley y Malfoy.

-Bueno, nosotros...-Comenzó Draco pero fue perdiendo la voz.

-Nosotros estábamos buscándolas.-Terminó por él.

La voz de su amiga no era precisamente amigable.

-¿A nosotras?-Astoria se confundió.

-¿Sucedió algo?-Hermione ladeo la cabeza.

-Se podría decir que si.-Respondió Ginny.-Verás, requerimos tu presencia en el apartamento de los chicos, Hermione.

-¿Mi presencia?-Su ceño se frunció denotando la intriga y confusión.-¿Quemaron algo en el horno?

Ginny soltó una carcajada a secas y sin mucho sentido del humor.

-No, querida, no es nada de eso.

-¿Entonces... De qué trata?

Draco prestó atención a cada expresión de su ex. Notó un poco de preocupación en el rostro e inclusive en su voz. ¿O tal vez se equivocaba?

-Creo que preferirías esperar a saberlo, pero es necesaria tu presencia y completa sinceridad.

-¿A qué te refieres?

Draco la conocía bien, o al menos lo hizo un tiempo. Pudo reconocer en su voz cierto temblor. No estaba tranquila.

Por otro lado, Astoria no podía encontrarse más enredada con todo lo que estaba sucediendo.

-Para ser más directa, querida. Requerimos que aclares de una vez por todas quién eres en realidad. ¿Acaso estas palideciendo o es cosa mía?-Ginny parecía disfrutarlo.-Dime, Astoria. Tu si estás enterada del accidente que sufrió tu bella hermana, ¿no?

El rostro de la castaña fue respuesta suficiente.

-Veo que me equivoco. Aunque no realmente.-Sonrió irónica. Fijó los ojos en Hermione.-Dulzura, creo que es momento de que nos digas la verdad, ¿no crees? De aclararnos ciertas cosas.

En ese instante, el celular de Hermione sonó dentro de su bolso lo que la hizo sobresaltar. Era dificil negar que estaba nerviosa.

-Es Harry, ¿cierto?-Adivinó Ginny justo cuando la rubia miró la pantalla de su móvil.

El celular paró de sonar, no duró mucho tiempo haciéndolo. Tal parecía que Harry se arrepintió de llamarla. Hermione alzó el rostro enfrentando a Weasley. Su expresión había cambiado, se mostraba enfurecida.

-Sabía que harías algo como esto.-Dijo duramente.

-Y por eso no querías dejarme nunca a solas con él, ¿verdad?-Se cruzó de brazos.-Gran error, cielo. Habías sido tan perspicaz y cuidadosa. Creo que te confiaste.

-Hermione... ¿Qué está sucediendo? ¿De qué está hablando?-Por primera vez desde que el asunto comenzó, Astoria emitió palabra.

-Astoria solo... Caminemos al apartamento.-Respondió.-Les contaré todo ahí. No te alarmes.

-La alarmada deberías ser tu.

-Cierra la boca por una vez en tu vida, Weasley.

Draco se sorprendió por el tono de voz tan frívolo proveniente de Hermione.

(...)

Cuando todos estaban frente a la puerta del apartamento en completo silencio. Draco abrió ésta dejando pasar primero a Astoria, que le agradeció con un susurro.

Se hizo a un lado para hacer lo mismo con las chicas restantes. Ambas se aproximaron a paso lento.

-¿Lista para confesar tu verdad, Hermione?-Le susurró Ginny con malicia.

Antes de responderle, Granger miró a Draco, él no pasó por alto la acción. ¿Qué significaba eso?

-Te aseguro que te vas a arrepentir, Weasley. Vas a pagarlo muy caro.-Amenazó con gran firmeza y en un tono que dejó frío a Draco.

Ginny apretó sus labios y sin más preámbulos entraron al apartamento. Los que estaban presentes en la estancia voltearon de forma sincronizada a enfocar el rostro de una sola persona: Hermione Granger.

Lo primero que hizo la rubia fue conectar sus ojos con los de Harry, era una mirada llena de sentimientos tan fuertes que Malfoy no podía continuar mirándolos. Desvío con pesar la vista de ellos y la posó en su amiga pelirroja.

-Ya que hiciste estallar esta olla de presión, te pido que mantengas tu actitud a raya.-Murmuró el rubio cerca al oído de Ginny.

Ella iba a replicar, pero Draco no se lo permitió, no hizo falta decirle nada, con una expresión autoritaria y severa en su rostro fue suficiente.

-Harry...-El nombre de su amigo fue lo primero que dijo Granger.

El mencionado guardó silencio, no respondió. Simplemente se quedó esperando a que ella continuara. Desde lejos uno se podía dar cuenta de que él necesitaba una pronta explicación. Parecía desfallecer.

Draco por igual, estaba a nada de caer.

-Supongo que Ginny hizo el gran favor de contarte lo de... Mi accidente, ¿cierto?-Su voz se oía muy distinta. Como algo ronca, era raro.

-Hermione... ¿Por qué...-La voz de Harry se cortó, formó una mueca de desespero pero retomó la oración.-¿Por qué jamás me lo contaste?

-De acuerdo, les explicaré a todos y cada uno de los presentes, Pansy y Astoria tampoco lo saben. No eres el único, Harry.-Hermione iba a proseguir, pero su hermana la interrumpió.

-Exacto, ni yo estaba enterada, ¿por qué demonios, Hermione?-Astoria se encontraba molesta.

Estaba en su derecho.

-Podemos sentarnos antes, por favor. Si les voy a contar esto, lo único que pido es que charlemos como personas adultas, maduras y civilizadas. ¿De acuerdo?-Pidió Hermione.

Draco la observó con detalle, algo que captó su atención fueron las manos delgadas y delicadas de la rubia. Estaban temblorosas, no obstante, era buena disimulándolo o controlando aquello. Vio cómo su pecho subía y bajaba de manera irregular, un tanto acelerada.

Hermione no estaba bien, aunque pareciera que tuviera todo bajo control y la cosa no fuera tan grave, pero... ¿En serio era así?

-Ginny les dijo que sufrí un accidente de auto que me hizo perder la memoria.-Comenzó mientras se sentaba en un taburete, lo más alejado posible de los otros.-Eso es cierto, no está mintiendo. Yo misma se lo dije hace ya unas semanas. Este accidente fue un suceso demasiado personal y difícil de afrontar para mí.

Hizo una pequeña pausa, apenas había iniciado, pero era como si no pudiera decir una palabra más. Draco no podía dejar de verla, ella estaba abrumada. Lo peor era que le pesaba el estado que en el que Granger se encontraba, lo que daría por abrazarla y decirle unas cuantas palabras de aliento...

Tenía que parar esos pensamientos a como diera lugar.

-Creo que ya hicieron las cuentas. Harry, a ti aún no te conocía en lo absoluto. Faltaba poco para hacerlo, pero no estabas en mi vida.-Lo miró en ese instante.-Por su parte, Astoria, Pansy, recuerden que no estábamos completamente unidas en aquel entonces. Hubo una época en la que me separé mucho de la familia, incluso de mis padres, además, el conflicto entre mis padres, yo y Astoria estaba ahí en esas fechas.-Carraspeo.-Cuando tuve el accidente... Desperté en un hospital sola, y así fue mi proceso. Perdí la memoria, los doctores y enfermeras me auxiliaron para poder recuperarme, pero el daño parecía ser permanente. Cuando estuve lista para llamar a mis padres, ellos vinieron conmigo, sin embargo, no se enteraron de que el accidente fue tan grave como para perder la memoria.

-No comprendo...-Astoria balbuceo, pero Hermione continuó.

-Duré un tiempo en el hospital, Astoria, seguía las recomendaciones de los doctores y enfermeras para quizá poder recuperar algún recuerdo antes del accidente, lo que fuera. Cuando llevaba un avance y logré recordar al menos como eran mis padres, fue cuando quise informarles lo que había sucedido. Ellos vinieron y me apoyaron en lo que pudieron, pero jamás les dije que el daño llegó a tanto.

-¿Ellos no supieron que perdiste la memoria?-Preguntó Ginny cómo si estuviera juzgándola.

-Realmente nadie supo hasta que tuve la brillante idea de confesártelo a ti.-Hermione se cruzó de brazos y le regalo una sonrisa llena de falsedad.

-No tiene sentido. Nada de lo que acabas de decir, por dios...-Malfoy no sabía con exactitud qué era lo que buscaba o pretendía Ginny.

Es decir ya estaba obteniendo la explicación que tanto añoraba por parte de Hermione Granger, y aunque sonara descabellado, ¿quién eran para juzgar aquello?

¿Quién era él para hacerlo?

-¿Sabes algo, chica Weasley? Sinceramente me importa un carajo si tiene esto sentido para ti o no. Deberías de estar agradeciéndome por ser honesta incluso contigo presente, puedes decir lo que quieras, que antes éramos amigas, te traicione, blablabla, pero en la actualidad para mí solo resultas una desagradable desconocida. Así que te daría las gracias si cerraras la maldita boca ante lo que digo de una buena vez. Para mí no es fácil hablar de esto, menos contigo aquí. ¡Así que no te atrevas a juzgarme!

Draco se consterno ante lo que había sucedido. No supo ni en qué momento. Solo sabía que Hermione había empezado a responderle a Ginny y en menos de un segundo, Harry la tenía sujeta de la cintura para que no se abalanzara contra la pelirroja.

-Hermione, linda, respira, ¿ok?-Dijo Harry en un tono más tranquilo. Ya no se le veía como antes.

Ginny había retrocedido unos cuantos pasos. Permaneció callada y bajó la mirada al suelo con ceño fruncido, no por molestia, sino arrepentimiento. Tal vez la razón estaba volviendo a ella.

-Este accidente represento un fuerte golpe en mi vida, perder la mayor parte de tu memoria de manera permanente no es cualquier cosa. No le dije a nadie porque fue una manera de ayudarme a mi misma. De sobreponerme. Hice el propósito de no quejarme de ello y empezar de nuevo, ¿qué más podía hacer? Y si las personas no se enteraron de lo que sufrí, no iba a ser yo quien lo contará, prefiero mantenerlo así.-Al final la voz de Granger se quebró, era claro indicio de que estaba a punto de llorar.

Desde que Hermione llegó a su vida nuevamente, todo el tiempo que había estado con ella se estuvo preguntando centenares de cosas y desde que supo que perdió la memoria, se debatió muchas veces si podría ser verdad, pero ahora, con lo recién descubierto no podía dudar de ello. ¿O si?

¿Qué clase de persona sería?

Con sus ojos grises miró a Hermione, su cuerpo entero estaba tiritando, esos ojos almendrados a los que tanto aprecio les guardaba se comenzaban a volver rojos, luchaban por contener el llanto. Era como si no quisiera mostrarse rota frente a ninguno, pero no estaba obteniendo un buen resultado.

-Quiero pedirles a todos una disculpa por esto, sé que hice mal, sé que debí decirles una cosa tan relevante como esta, a ti hermana, Pansy...-Dio vuelta de forma lenta para estar cara a cara con Harry, que aún mantenía su agarre en la cintura.-Y a ti, Harry... Pero no encontré como. Lamento mucho que se enteraran por alguien más. No es que no confiara en ustedes, era por mi.

Un silencio nuevamente se instaló en el apartamento. Uno en el cual se depositaba la ansiedad y dolor de Hermione, Draco podía sentirlo. ¿Sería el único?

La rubia se libero del agarre de Harry, con sus dedos limpió fugazmente la lagrima que se le escapaba rebeldemente.

-Lo siento, necesito ir un momento a la habitación.-Dijo Hermione.

Solo se escucho como la puerta se cerro tras ella.

-Bueno... No es así como imaginé que pasaría el día.-Soltó Astoria con cierta espontaneidad, tratando de romper el hielo.

-Chicos... ¿Podría pedirles un momento? Quisiera poder hablar con Hermione a solas.-Los ojos del azabache fueron a parar en Astoria y Pansy.-Ustedes pueden quedarse si así lo desean, tienen el mismo derecho a hablar con ella. Es tu hermana y amiga, pero Katherine, Ginny y Draco, les agradecería mucho si vinieran en un rato.-Confesó Harry.

Una de las partes más recónditas de Draco exigía no irse del lugar.

-Por supuesto que sí.-Katherine aceptó sin chistar, comprendiendo al instante.

Fue a abrazar a Harry con precaución.

-Solo no vayas a actuar con impulsividad, ¿está bien?-Le aconsejo Katherine.

-No te preocupes.

-Por nuestra parte Harry, nos preocupa un poco esta bomba recién soltada sobre mi hermana, pero entendemos que es más urgente que tu hables con ella. Así que nos iremos y después regresaremos. No hay problema.-Expresó la castaña mientras tomaba sus cosas y Pansy se mostraba de acuerdo.

-Gracias, chicas.

Ginny no objetó, no dijo nada en absoluto, salió a la par de Katherine, al igual que Astoria y Pansy. Al final sólo quedaba Draco.

-Lo siento, ya me iba.-Él reaccionó. Volvió a la tierra, percatándose de que era el único presente.

Comenzó a caminar hacia la salida, pero Harry lo detuvo antes.

-Espera, Draco.

Su mano se detuvo a secas antes de tocar la manija de la puerta.

-¿Qué sucede, amigo?-Sentía miedo y no sabía precisamente el porqué.

-Tu... ¿Qué piensas de lo dicho por Hermione? De su explicación.-Él estaba pidiendo su opinión.

¡Su maldita opinión!

¿Por qué? ¿Por qué siempre era lo mismo? Eso ya lo tenía cansado. Cada que sucedía eso experimentaba unas ganas inmensas de gritarle que él había sido prometido de su actual novia, quizá así dejaría de involucrarlo tanto en sus asuntos.

Sintió una punzada con gran intensidad en su cabeza. Ni mencionar de que sus manos estaban al borde del congelarse.

-¿Acaso importa, Harry?-Volteó lentamente para mirarlo.-Quiero decir, no conozco mucho a Hermione, no tanto como tú.-Notaba como la bilis subía por su garganta, quemando todo a su paso, se dio repulsión ante tanta mentira.-Pero suena lógico, a mí parecer es entendible el porqué se lo guardo tanto tiempo. Si estuviera en tu lugar, iría sin aguardar a consolarla, se veía muy mal.

Harry se quedó mirándolo unos minutos, eso le provocó un dolor de estómago. Era el peor amigo en la faz de la tierra.

-Lo sé, lo sé. Tienes toda la razón, pienso igual. Es que no lo sé, hay una parte de mi que no le cuadra todo esto. No me convence del todo.

-Habla con ella, a detalle, pero no vayas a cometer algo de lo que te arrepientas, ¿si?.-Le dio una palmada amistosa en la espalda.-Cualquier cosa estaré afuera.

-Gracias, Draco. Eres un buen amigo.-Harry le regaló una sonrisa verdadera.

Malfoy se sintió como la persona más canalla del mundo, con mucho esfuerzo y una actuación impecable devolvió la sonrisa. Por fin salió del apartamento y se recargó sobre la puerta.

Reparó en qué Ginny se encontraba sentada en el escalón del pasillo.

-¿Contenta?-No pudo evitar preguntarle con tono borde.

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No podía creer lo que acababa de suceder, en menos de una hora todo se había transformado en una nube cargada de problemas catastróficos.

No podía parar de temblar, su maldito cuerpo no le permitía calmarse, de lo único que aún poseía control era de su respiración, pero estaba a nada de perderlo. Sentía llegar el ataque de ansiedad, cada vez más cerca. Sabía que sí sufría alguno, está vez iba a ser necesaria una de sus pastillas, no tendría salvación.

Una opresión en el pecho parecía querer matarla, las lágrimas comenzaron a deslizarse en un recorrido lento y sincronizado por su rostro ahora pálido.

Estaba fatal, todo lo que construyó y avanzó durante años estaba haciéndose añicos en menos de diez minutos. Necesitaba regresar a Londres, lo más pronto posible. Amaba a Harry, pero si no volvía a su lugar de origen y su vida normal, todo acabaría en perdición.

No podía con tanto, aunque en un principio lo creyó, en este instante abría los ojos, estaba siendo demasiado positiva, demasiado crédula. Intentó jugar a ser fuerte, pero tenía un límite.

Y estaba a punto de ser superado.

Unos toques en la puerta la sacaron del bucle de nocivo en el que estaba sumergida. Levantó la cabeza que hasta ese momento mantenía escondida entre sus rodillas.

-Hermione, soy Harry. ¿Estás bien?-Habló su novio del otro lado de la puerta.

Enseguida su zozobra aumentó, se encontraba en niveles que no podía manejar, no lo soportaba. De repente se sentía como...

-No creas que voy a regañarte o reprocharte algo, cielo. Solo quiero estar contigo. Los demás se han ido por petición mía.-Agregó el ojiverde a los pocos segundos.-Únicamente me encantaría pasar.

Eso le devolvió una pizca de quietud, al menos para no desplomarse.

-Es tu habitación, Harry. Claro que puedes pasar.-Intentó hablar lo mejor posible, desgraciadamente en su tono de voz se delataba ese terrible estado.

La puerta se abrió, dando paso a Potter. Ni siquiera podía mirarlo, ¿cómo lo haría? Se sentía miserable.

-Bonita.-Se acercó lo más pronto a ella.-Estás temblando.

Harry demostraba preocupación fiel por su chica, tomó sus manos entre las suyas, descubriendo que también estaba fría. Bastante.

-Hermione, preciosa... Estás helada, a niveles inquietantes, ¿te sientes bien? ¿quieres ir al doctor?

-No, no, cielo. Estoy bien.-Negó con la cabeza, sin atreverse a verle los ojos aún.-Lo siento... Confesar lo de hace unos minutos fue como un golpe de gran impacto.-Sorbió la nariz, apenas y podía entenderse a sí misma.-Ver tu rostro eclipsado de decepción por mi fue...

No terminó su oración, dejo caer la cabeza y unas lágrimas más fueron a parar a las sábanas.

-No digas eso, Hermione.-Él la buscaba con sus ojos.

-Sé que crees que no confío en ti lo suficiente. Incluso ahora mismo puedo notar lo herido que estás conmigo y no te culpo, estás en todo tu derecho. De un modo u otro te he fallado.-Finalmente encontró las fuerzas para encararlo, a pesar de que sus ojos estaban llorosos y cristalinos, su voz quebradiza.

Deseaba con todas sus fuerzas que Harry creyera la versión que relato, pero comprendía de igual manera como se sentía.

-Hermione...-El azabache se acomodó mejor sobre la cama y colocó un mechón de cabello detrás de la oreja de la mencionada, eso indicaba una buena señal.-No voy a mentirte, el principio de todo me tomo con la guardia baja. Ni siquiera podía imaginarme algo de lo que sucedería. Cuando Ginny me confesó aquello, lo hizo de una forma tan segura, sin chistar y con fundamentos, yo automáticamente creí que no depositabas la suficiente confianza en mi. Sentí un malestar terrible por todo mi cuerpo.-Cada palabra que escuchaba de su novio, era como un tormento para Granger, tal cual una paliza. Fue cuando aceptó el hecho de que no merecía a Harry.-Después de que nos explicaste todo y la confusión disminuyo, pude entenderlo. Linda, comprendo tu motivo.

En cierto momento mientras continuaba oyendo a Potter, la rubia había bajado la mirada, no obstante, luego de lo recién dicho, la elevó con cierta ilusión, añoranza y un brillo de inseguridad.

-¿Lo haces?-Parecía una niña pequeña aterrorizada.

-Lo hago, Herms.-Besó con afecto los nudillos de la chica.-Pero...

-Oh no, vamos tan bien, los peros solo significan problemas.-De forma tierna se escondió bajo las mantas delgadas.

Esa acción junto con la voz que uso Hermione, provocó una sonrisa en Harry.

-Lo siento, hay un pero en esta conversación, cariño.-Agarró el borde de la manta y la bajo dejando al descubierto el rostro de su novia.-Es que existen cosas que no termino de entender, ¿sabes?

Un escalofrío la recorrió entera, al parecer Harry quería indagar más. Maldita sea.

-¿En serio?-Giró, aunque permanecía recostada sobre la cama, esta vez mirando a Potter.-Creo yo que es muy fácil de entender.-Armó una pequeña sonrisa nerviosa.

Ante la mirada de Harry, supo que no tendría otra opción más que retomar el tema de forma reiterada, cosa que trataba de evitar a toda costa. ¿Qué demonios pensaba? ¿Qué todos se iban a quedar en silencio después de la bomba que soltó? ¡Qué estupidez!

Lanzó un leve suspiro, resignada. Tenía que afrontar la situación por mucho que le costará. No podría darse el lujo de cometer ningún error, así que debía ser precavida...

-De acuerdo, Harry. Volveremos al tema y despejaré tus dudas, lo que desees.-Accedió en un estado más sereno, al parecer la gran congoja estaba pasándole, era consciente que se debía mayormente por la compañía de su novio.-Pero antes de entrar en todo eso, necesito que me respondas algo.

-Dime.

-¿Piensas que mentí respecto a lo que dije?-Se atrevió a preguntarle.

Con cada letra que su boca emitía, su corazón latía desbocado. Al darse cuenta de que los segundos transcurrían y él no daba respuesta, su estado de serenidad cayó en lo más profundo.

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-No. No lo estoy.-Contestó mirando al suelo desilusionada, sujetaba sus rodillas con ambas manos.-Tal vez eso recompense un poco como te sientes.

-¿No lo estás? Quieres decir que todo lo que planeaste y debo incluirme en ese plan, fue un total... ¿fracaso?-Metió las manos a los bolsillos.

-Un enorme y terrible fracaso.-Admitió.

Draco estaba estupefacto por la actitud de su amiga, ella estaba dándole la razón. Estaba admitiendo que habían cometido un grave error. Relajó la expresión molesta de su rostro.

-¿Qué?

-Tenias razón, fue estúpido hacer que se diera todo esto. Pensé...-Intentó ocultar el nudo que se estaba formando en su garganta, pero no lo consiguió.-Pensé que al delatar a Hermione, iba a conseguir algo. Información, respuestas al pasado, lo que fuera, inclusive algo diminuto. Y no fue así, no obtuve nada, salí perdiendo también y afecté a terceros más de lo que creí.-Hizo una minúscula pausa, en verdad se mostraba afligida.-¿Viste a Harry? Solo...

No pudo decir nada mas, prefirió guardar silencio y abrazarse a sí misma. La culpa era visible en la pelirroja, sus ojos denotaban arrepentimiento genuino. El enojo de Draco se desvaneció por completo. En ese instante se vio a sí mismo reflejado en Ginny. Su misma culpabilidad y arrepentimiento, él se sentía así todos los días desde la llegada de Hermione Granger.

Se acercó a la chica con paso lento, el silencio se vio amenazado por el tono de llamada proveniente del celular de Malfoy. Rápidamente lo tomó y colgó sin siquiera saber quien lo llamaba. Enseguida se sentó al lado de Ginny.

-Sí. Vi a Harry, estuve ahí también... No fuiste solo tu la que contribuyo a que esto pasara, Ginny, también tuve gran culpa.-Su voz sonaba reconfortante, digna de un amigo que quiere apoyarte.

-No, Draco, tu intentaste evitar con todo lo que tenías que esto pasara. Trataste de hacerme entrar en razón. No fue tu culpa.-Negó con la cabeza.-Sé que desde que ella llegó de nuevo a ti vives sintiéndote culpable.-Giró su cabeza para encontrarse con una Ginny que ya estaba mirándolo.-No añadas más culpa.

Las palabras de Ginny Weasley se quedaron repitiéndose unas cuantas veces en su mente. Iba a decir algo, pero se vio interrumpido por su celular una vez más.

-Maldita sea.-Maldijo con impaciencia.

¿Por qué tenía que recibir llamadas en el momento menos indicado?

Cogió su dispositivo móvil con disgusto, estaba por colgar cuando prestó atención en el nombre perteneciente a la persona que lo llamaba.

Luna

En su rostro se formó una expresión de mezcolanza, Luna nunca lo llamaba a menos que fuera una emergencia de trabajo.

-Te parecerá realmente insensible, Ginny, pero necesito contestar, es Luna, debo asegurarme de que todo este bien.

-Descuida.-Apoyó la cabeza sobre el puño de su mano.

Mientras hacia una mueca respondió a la llamada:

-Luna, ¿qué sucede?-Preguntó.-¿Es importante? Porque me temo que no es un buen momento...

-Draco, es sobre Theo.-Informó Luna.-Acaba de dar señales de vida, hace unos minutos me llamó pidiéndome de favor si iba a recogerlo al aeropuerto. Se le escuchaba alterado.

Ale 💚🐍

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