La charla entre Harry y Ginny

«Caminaba con largas zancadas y las manos hechas puño dentro de los bolsillo de su pantalón, soltaba exhalaciónes desorbitantes en un intento de calmar su furia interior y no cometer alguna estupidez para agravar la situación. Detuvo su auto en una tienda de mala muerte para comprar unos malditos cigarros, cuando lo encendió solo le dio una calada, se asqueo inmediatamente y lo lanzó lejos. Se dirigía de vuelta al coche para quedarse allí dentro un buen rato hasta que su mente se despejara de ese sentimiento corrosivo. Porque estaba enojado consigo mismo, con Harry Potter, con esa demente de Hannah Abbott, inclusive con Theo por otorgarle su dirección a esa rubia, y por supuesto, con Hermione Granger.
Se preguntaba si era ella la causante de todas sus desgracias. ¿Estaría pagando por lo que le hizo en el pasado? ¿Era el karma que le estaba cobrando factura? Sus ojos ardían y la ira vislumbraba en ellos como brasa ardiente. La calle estaba desolada, había poca luz en el lugar, se rio de sí mismo. No sabía a dónde llegó a parar, sólo condujo a ningún lugar en especifico. Buscó las llaves en sus bolsillos para activar el automóvil. "¿Estás perdido, amigo?" La voz grave y misteriosa lo puso alerta elevando el rostro. Era complicado ver en medio de la oscuridad. "¿Necesitas ayuda?" Preguntó otro. Distinguió a dos hombres a lado suyo, acercándose a paso lento en su dirección. "No." Respondió secamente, pero siendo suspicaz. "Perfecto. ¿Te parece si vamos a un bar cercano? No es cosa de todos los días encontrarnos con un tipo tan elegante como tu por aquí." Draco trató de esforzarse por ver algo que caracterizara a cada uno, ese tipo era alto, robusto pero con cierto músculo y gran espalda. Piel blanca. Cara redonda. "Sería un honor que aceptaras nuestra invitación." Dijo con tono malicioso y una expresión desagradable que pretendía expresar diversión con un toque falaz. Éste era muy similar al otro hombre, podía deducir que eran hermanos, la diferencia estaba en que él era más bajo. "Nosotros invitamos." Habló uno, un hombre nuevo, y por más que Draco giró su cabeza no pudo contemplarlo. Pero no había duda, tres tipos estaban rodeándolo. Presentía a dónde iba eso, apretó su mandíbula. "¿Por qué debería aceptar?" Alzó una ceja y mantuvo un tono neutro. "Es de mala educación rechazar una invitación, ¿no lo crees?" El más alto le contestó, pintando una sonrisa desdeñosa. "Me temo que hoy no se podrá. Pero los llamare otro día." El rubio sonrió falsamente y quiso continuar con su camino, pero el tipo de mayor altura lo detuvo. "Respuesta equivocada."»

No estaba alucinando, en serio eran ellos. Esos dos hombres en la foto eran los mismos que lo habían atacado anoche en compañía de otros dos. No era una coincidencia ni una equivocación.

-¿Acaso los conoces?-Luna cuestionó con curiosidad palpable al darse cuenta como su jefe miraba aquella foto.

-Algo así.-Respondió de manera breve.

-¿Algo así?-Claramente, a la rubia no le quedó claro.

-¿No hay nada más en esta carpeta?-Draco guardo la foto y examinó dicha carpeta.

Sin embargo, ya no había nada más, excepto por una carita hecha por un marcador de agua en la esquina inferior izquierda de la carpeta. Aquella carita sacaba la lengua juguetonamente y guiñaba un ojo. Draco amusgo los ojos. ¿Significaría algo? Porque presentía que si.

¿Se estaba volviendo paranoico?

Guardo todo en la carpeta, la tomo al igual que la muñeca de Luna y ambos salieron de la oficina de Theo a gran velocidad. Cerró la puerta tras de si.

-¿Estás bien, Draco?-Luna se preocupo por su comportamiento.

-Luna, ¿no lo ves? ¿no entiendes esto?-Se despegó de la puerta y la tomó por los hombros.

-¿A qué te refieres?

-A esto. Esta carpeta. De alguna forma se vincula con Theo u algo así. Millicent debió dejarla por error o algo por el estilo, incluso puede ser que a propósito.-Soltó.

-¿Por qué estás tan seguro de ello?-Enarcó una ceja. Incrédula ante la idea de Draco.

-Por Dios. ¿Crees posible que Theo tenga una carpeta rosa en medio de una enciclopedia y con todo eso dentro de ella?

Permaneció callada mirando a la nada. Ella se mordió el labio y negó paulatinamente con la cabeza.

-¿Quieres decir que Millicent le hizo algo?-Preguntó con cierto temor en su voz.

Draco dejó de mirar esa carpeta rosada y fijo su vista directo a los ojos de Luna. Ambos reflejando el mismo temor e incertidumbre por Theodore Nott.

-Quizá...-Dijo, luego de unos segundos.

-No. No lo creo, Draco. Tal vez se fue a tomar un descanso o algo así.-La mujer dio vuelta un poco exasperado para ir a su puesto de trabajo.

-Claro y por eso no responde los mensajes.-Ironizó el rubio.

-¿Tu que sabes?-Se sentó y se acomodo de frente al mostrador.-No te precipites, Draco. Nada lo garantiza. Ni siquiera esa carpeta con contenido extraño. Deberías estar más preocupado por ti mismo que por Theo, allí dentro hay una foto con tu cara.-Señaló la carpeta que él tenía en manos.

Eso era cierto... Había una pequeña foto de perfil justamente de él. Eso era angustiante al igual que la desaparición de Theo.

-No me negaras que esto es realmente extraño.-Apoyó ambas manos sobre el mostrador blanco.

-Pues no pero...

-¿Acaso no te preocupa Theo?-Le cuestionó de manera rápida.

Luna dejó de teclear, sus dedos se detuvieron uno a uno. No obstante, su boca permaneció cerrada, sin emitir palabra alguna ni movimiento.

-Luna...-Draco la llamó de manera suave, más allá de su jefe, como un amigo cercano.-No tienes que ocultarlo.

-¿Ocultar que cosa?-Preguntó sin emociones de por medio. Cómo si fuera una muñeca reprimida.

-Sé que sientes algo por Theo.-Dijo.

Draco no sabía si era buena idea decirle tal cosa a Luna, pero de igual forma, ya lo había hecho. Era imposible negar que Luna se sentía al menos atraída por su jefe, lo daba a notar incontables veces, Draco era observador a pesar de todo.

Luna elevó la cabeza y con lentitud encaro a Malfoy, su expresión era como la de un ladrón que acababa de ser descubierto.

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-Aún creo que no es buena idea hacer una pizza, Hermione.-Le dijo con cierto toque de inseguridad a su novia.

-Por favor, ¿a qué le temes?-Sonrió divertida sin quitar la vista de sus asuntos.

-Podrías incendiar la casa.-Respondió cohibido.

Granger soltó una sonora carcajada.

-¡No soy Draco!-Le recriminó jugueteando, sin eliminar su sonrisa.

-Claro que no. Pero nuestro horno no es muy funcional.-Dudó el azabache.

Hermione se sacudió las manos y tomó un trozo de champiñón, caminó hasta donde Harry

-Tu horno está perfecto. No moriremos, relájate.-Divertida con la situación le colocó el champiñón sobre la frente.

-¡Hey!-Enseguida él lo retiró.

La rubio río por lo bajo y regresó a la cocina para continuar amasando.

-¿Qué tanto escribes allí, eh?-Preguntó Hermione.

Harry se encontraba sentado en uno de los sillones y sobre la mesita de centro habían unos papeles y un bolígrafo con el cual escribía algo desde hace un rato.

-Oh, es un reporte básico que tengo que presentar cuando regresé al trabajo sobre mi estado. También tengo que anexar las recetas médicas.-Contestó, concentrado en lo suyo.

-Entiendo. Cuando termines, avísame para ayudar a bañarte.

-En ese caso he terminado.-Soltó el bolígrafo y sonrió de lado.

-Bien, pues yo no. Al menos tengo que dejar reposando la masa antes de eso.-Le saco la lengua sin dejar de mover sus manos ni por un segundo.

Sus pequeñas manos y parte de las muñecas estaban cubiertas de harina blanca, la fuerza que ejercía para amasar provocaba que su músculo del brazo se marcara, no era excesivo, sino adecuado. Tenía su mandil puesto que no se había librado de la harina tampoco.

-No es justo.-Hizo un puchero pero retomó su escrito.

-Eres un bobito.-Bromeó la rubia.

Harry únicamente esbozó una sonrisa de oreja a oreja y prosiguió a retomar la escritura para su reporte. La rubia hizo lo mismo, otorgó unos cuantos movimientos más y supo que la masa estaba lista para dejarla reposar al menos 20 minutos. Le dio forma ovalada y la deposito en un bol para después cubrirla con un trapo limpio. Se lavó las manos para eliminar la harina y comenzó a picar todos los ingredientes que necesitaría para ponerle a la pizza.

Tarareaba un poco mientras picaba, era una manía suya que estaba acostumbrada a realizar de manera inconsciente, Potter llegaba a escucharla desde el sofá, sonrió contento de poder tener a su lado y bajo el mismo techo a Hermione después de tanto tiempo.

-Linda.-El hombre soltó el bolígrafo y giró su rostro directo a Hermione.

-¿Si?-Respondió con su conocido tono melodioso y dulce que usaba con Harry.

-¿Recuerdas la charla que estábamos teniendo en nuestra cena?

Hermione dejó de picar por un segundo, miró detenidamente aquel pimiento verde y retomó su labor.

-¿Sobre el matrimonio?

-Esa misma.

-Claro que la recuerdo, Harry.-Sonrió sin pensarlo.-¿Qué pasa con eso?

-¿Te gustaría que termináramos de hablarlo?-Ofreció él, sonando tanto nervioso como ansioso.

Hermione depositó el pimiento ahora picado en otro bol y limpió el área. Se quitó el mandil y lavó nuevamente sus manos. A paso lento llegó hasta donde Harry y se desató el cabello.

-Sí, me gustaría.-Contestó por fin, tomando asiento al lado suyo.

Harry le dio un corto beso para luego regalarle una tierna sonrisa.

-Creo que ha quedado claro que por mi parte, me encantaría que termináramos siendo un matrimonio, al menos en un futuro cercano.

Hermione volteó a otro lado con una expresión confusa y de inseguridad. Formó una línea con sus labios.

-¿Por qué estas tan seguro de eso, Harry?-Le cuestionó, asimismo, se sorprendió al escuchar que su voz sonó un poco entrecortada.-¿Por qué crees que yo soy la mujer ideal para ti?

El azabache tomó su mano y le brindó ligeras caricias en el dorso.

-Tu sabes que no es la primera relación que he tenido... No es tiempo de hablar de eso, pero es necesario mencionarlo porque jamás me sentí tan bien y vivo desde que estoy contigo. Hermione eres una excelente mujer y has demostrado que me quieres más de lo que creía. Ya te lo dije, me imagino una vida futura contigo, simplemente es encantador.-Cada palabra que emitía y salía de su boca, cada letra, Hermione la digería poco a poco. Con cierto dolor, con cierto amor y agradecimiento por escucharlo. Algo se removió en ella al escuchar aquello.

Sonó tan profundo para la mujer que sin controlarlo o quererlo, sus ojos se cristalizaron.

-Oh, cielo, lo siento tanto, no quería hacerte llorar.-Llevó ambas manos a los ojos de Hermione para limpiar con suma delicadeza las lágrimas que estaban próximas a salir.

Ella movió de forma negativa su cabeza, de entre sus labios se escapó una ligera risa que expresaba felicidad y gratitud.

-No, tranquilo, Harry. Estoy bien.-Terminó de limpiar sus lágrimas y volvió a sonreír. Se sentía extraña, por un lado estaba desbordante de felicidad y entusiasmo, se sentía querida por él y todas las palabras que le había dicho hace un instante, pero... Existía algo, una cosa, como una pequeña pero poderosa espina que no la dejaba disfrutar al máximo todos esos sentimientos sanadores y esperanzadores.-Solo que tus palabras me hicieron sentir muy bien.

-Ven aquí.-Harry extendió ambos brazos y enseguida, Hermione fue cubierta por ellos al mismo tiempo que le acariciaba el cabello.

-Te amo, Hermione.-Le susurró de forma tan tenue y bonancible que ella pudo sentir la sinceridad que acompañaba sus palabras.

-Harry.-Habló después de unos minutos, aún reposando en los brazos del mencionado.

-Herms.

-Realmente agradezco y significa mucho para mi que tu fueras el que sacara el tema del matrimonio, en serio es especial. Dijiste muchas cosas dulces sobre mi y...-Rio un poco, ¿desde cuando no era buena para expresarse?-Lo siento. Solo me demuestras que de verdad me amas y te importo, que tomas en serio esta relación y eso es el mundo para mi. Yo... Pensé en ello y sería algo hermoso. No te mentiré, me causa un poco de pavor e incertidumbre, pero mas allá de eso... Vaya que siento que sería una buena elección.

La mano de Harry acarició la mejilla de Hermione y ayudo a que lo mirara a los ojos. Aquellos iris de jade irradiaban un brillo autentico y genuino que solo lo podía provocar Hermione Granger.

-¿Eso quiere decir...?-Alzó una ceja y su intento de no sonreír fallo rotundamente.

-Que si me gustaría casarme contigo.

Y ella sonrió sinceramente. Dijo aquello con seguridad y supo que si en realidad llegaba a suceder una boda entre ellos dos para unirlos de por vida, ella sería feliz.

¿Por qué?

Se aferraba a la esperanza y tan solo esperaba que cualquier cosa que sucediera en un futuro cercano o lejano, no fuera para mal. No fuera más sufrimiento o un compromiso perdido. Sin destrozos.

Porque Hermione Granger no merecía sufrir más.

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Cerró el libro y su portafolio, termino de acomodar el escritorio. Tomó su saco y salió de la oficina.

-¿Lista?-Le preguntó a Luna mientras se ponía el saco.

-Casi.-La rubia terminó de apagar el monitor, guardo su agenda y celular en el bolso.

-Bien, podemos irnos entonces.-Dijo, acomodando mejor su saco y miró a Luna quien ya estaba de pie e iba hacia él.

-Draco...

-¡Espera! ¡Olvidé mi celular!-Lo recordó y rápidamente regreso por el a su oficina, Luna solo rodó los ojos divertida.

No tardó ni un minuto en tomarlo, sin embargo, reparo en un detalle que podría ser imperceptible o irrelevante, pero en ese momento Draco lo notó, no tenia ni una sola foto en un portarretratos en su espacio de trabajo.

¿Por qué carajos pensó en eso en aquel preciso momento?

Sintiéndose estúpido, volvió a cerrar la oficina y guardo su celular dentro del saco.

-¿Ya estás listo?

-Sí. Vámonos.

Ambos emprendieron camino hasta el elevador, cuando este se abrió, Draco dejo entrar a Luna primero. Pronto las puertas volvieron a cerrarse.

-No me parece apropiado, lo repito.-Dijo la mujer, mirando como el numero descendía.

-No es inapropiado, Luna.

-Claro, él no es tu jefe.-Ironizó y el sonido indico que el elevador se había detenido.

-De acuerdo, de acuerdo. Entonces si no te sientes tranquila, te llevo a tu casa y listo.-Ambos salieron de la caja de metal y Draco fue a su auto mientras la rubia lo seguía por detrás.

Presiono un botón en su llave y las luces en el Audi se encendieron, abrió su puerta para mirar a Luna que estaba frente a la puerta del asiento copiloto, fue hasta allí y tuvo el acto de caballerosidad de abrirle la puerta.

-Gracias.-Murmuró y sin decir nada mas entró.

Draco lanzó un suspiro, cerró con cuidado la puerta e imitó la acción de Luna. Una vez estuvo dentro del automóvil, colocó las manos en el volante y miro al frente.

-¿A tu casa?-Preguntó.

Notó el perceptible movimiento negativo de cabeza por parte de Luna.

-Voy a acompañarte.

-Muy bien.-Sonrió ladinamente y puso en marcha el auto.

El transcurso fue la mayoría en silencio, Luna no emitió palabra y Draco tampoco, estaba concentrado en conducir. Se detuvo al ver luz roja en el semáforo.

-Draco, si él no contesta tus llamadas y se tomo unos días. Dudo que este en su casa.-Luna rompió el silencio que llevaba bastante rato.

-No perdemos nada con intentarlo, ¿cierto?

-Supongo que tienes razón.-Susurró, tomando con un mejor agarre su bolso.

Diez minutos más tarde, el rubio aparcó su auto justo frente a la casa de Theo.

-¿Estás seguro de esto?

-Sí.-Él la observó decidido.

Tomando una gran bocanada de aire salió del auto. Necesitaba respuestas, lo que habían encontrado en la oficina de Theo dejaba mucho que pensar y una incertidumbre infernal, además de excesiva preocupación. Draco debía de buscar algún indicio del paradero de su amigo. No podía dejar de darle vueltas al asunto, de alguna manera presentía que lo que sucedió con Hannah Abbott se conectaba por medio de un hilo invisible con Millicent Bulstrode, por consiguiente, también Nott se vería envuelto. Desde un principio, Malfoy nunca se fio de esa mujer.

Cerró la puerta despacio y observó la casa de Theo. Parecia más que nada un departamento, ya que era una casa alta y con poca anchura lleno de varias ventanas.

Caminó hasta que estuvo frente a la puerta. Luna se posicionó a su lado y lo miró antes de que él tocará el timbre.

-Se ve vacía.

Era cierto, no había indicios de que se encontrará alguien dentro de casa. De igual forma, ya se encontraban allí. Presionó el timbre y este resonó por el lugar. Sentía la misma corazonada de Luna, en el fondo estaba de acuerdo con ella, Theodore Nott no estaría en casa.

Esperaron alrededor de tres minutos y nada. No existió movimiento o sonido alguno.

-¿Lo ves?-Habló Luna.

-Espera.-Sus ojos platinados se posaron más allá de la rubia.

-¿Qué pasa?-Se mostró confundida al ver a Draco.

El rubio pasó por su lado y siguió derecho hasta parar a una distancia considerable de una anciana.

-Buenas tardes.-Saludo Draco de manera amable.

-Oh, buenas tardes. ¿Se le ofrece algo?-La mujer con el cabello grisáceo apenas iba a introducir la llave en su cerradura.

-Lamento molestarla, pero veo que usted es vecina de Theodore Nott.-Compuso una sonrisa simpática.

Draco le sacaba una gran diferencia de altura a la señora, así que tenía que mantener la cabeza gacha.

-Oh, claro, Theo. Ahora no está, jovencito.-Contestó con una sonrisa tierna.

A sus espaldas, el ojigris percibió la risa burlesca de Luna.

-¿Sabe a dónde fue? ¿O si regresará pronto? Soy un gran amigo suyo y somos compañeros de trabajo. Necesito hablar con él.

-Bueno... Él vino a mi casa el lunes por la mañana, me dijo que iba a salir unos días de la ciudad. Lleva años viviendo aquí y tenemos buena relación, por cualquier situación que se pudiera presentar me confío su llave. Pero realmente nunca me comento con exactitud su destino.-La pequeña señora realizaba pausas al hablar, sus ojos fueron hacia el cielo como si tratara de recordar algo más.-Cuando pasó eso, no estaba solo, venia acompañado de una señorita, supongo su pareja. Creo yo tal vez fueron de vacaciones juntos o algo por el estilo.

Draco estaba procesando todo lo recién confesado por la vecina de Theo. No era información concisa ni precisa, pero era de utilidad.

-¿Le entregó sus llaves entonces?

-Sí, una copia.-Asintió. Abriendo a la vez la puerta de su casa.

-¡Muchas gracias!-Agradeció con una sonrisa amplia y regresó con Luna mientras la anciana entraba a su propiedad.

-¿Te dijo algo útil?-Preguntó totalmente intrigada.

-No creas que no escuche cuando te burlaste al momento que me dijo «Jovencito»-La miró mal.

-Vamos, ni tu mismo crees que seas un jovencito.-Hizo comillas con sus dedos al mencionar la última palabra.

-Muy graciosa.-Sonrió al final y retomo el tema.-Me dijo que Theo le entregó sus llaves el lunes por la mañana ya que saldría de la ciudad por unos días, iba acompañado de Millicent la chica que llevó aquel día a su oficina.

-La recuerdo.-Compuso una expresión de fastidio.

-Probablemente salieron de viaje u algo así.

-Es lo más seguro...

-Ella tiene su llave, podríamos pedírsela y entrar...-Sopeso la idea, en serio la estaba considerando.

No obstante, Luna lo freno.

-Oye, detente. Creo que estamos yendo demasiado lejos. Basto con venir a su casa y entrar a su oficina sin su consentimiento, no podemos irrumpir en su casa.-Ella estaba espantada y resignada con la idea de Draco. Le parecía descabellado.

-Pero...-La rubia lo interrumpió.

-¿Cuál es la urgencia, Draco? ¿Qué sucedió que te tiene tan desesperado? ¿Tiene que ver con esos golpes en tu rostro?-La mujer tocó levemente uno de sus cardenales.

Él se alejo un poco. Metió las manos a sus bolsillos. Aún no le relataba nada a Luna respecto a lo sucedido con Hannah, ni con el altercado que se le presentó anoche.

-¿Acaso no te interesa descubrir porque Theo tenía esa carpeta rosa con todo ese contenido dentro en su oficina? Tenía una foto mía, Luna. Es preocupante.

-Lo entiendo, sin embargo, ¿qué ganarás entrando a su casa?-Dejó caer las manos a sus costados.

Las palabras de Luna se instalaron en su cabeza, ella tenía razón, pero su lado inconsciente y demente quería entrar a la casa de Theo, sentía la ardua necesidad de explorar porque sabía que encontraría algo que podría servirle.

La vibración y el tono de llamada de su celular lo sacó de sus pensamientos. Volviendo a la realidad, un poco atolondrado tomó el celular y reviso quien era. El nombre de Harry se leía en la pantalla. Frunció el ceño, ¿Harry? ¿Por qué estaría llamándole si desde que arruinó su cena con Hermione no cruzaban palabra alguna?

Aún así, extrañando atendió su llamada.

-¿Harry?

-Hola Draco.-Realizo una pequeña pausa en la que el silencio se transformó en algo incómodo.-¿Todo está bien por allá?

Sin evitarlo, frunció el entrecejo, confundido. Trató de encontrar molestia o disgusto en la voz de su amigo, pero no había indicio alguno.

-Claro, ¿por qué? ¿necesitan algo?-Vio como Luna entraba al auto.

-No, para nada. Es solo que Hermione hará pizza y estará lista pronto. Me preguntaba si vendrías ya que hace rato saliste de trabajar.

Eso lo asombro. El cambio era radical.

-Oh si, llegare en unos 30 minutos.-Observó su reloj y tuvo que decidir rápidamente. Para su desgracia, no entraría a la casa de Theo.

-De acuerdo. Te esperamos.-Cuando creyó que Harry colgaría, volvió a hablar.-Me gustaría que resolviéramos las cosas, amigo.

-También me gustaría.-Murmuró mientras su cabeza viajaba a su discusión nocturna aquel día.

-Bien, nos vemos entonces. Maneja con cuidado.

-Claro. Adiós.-Una sonrisa se pinto en su rostro.

Alejó el celular de su oreja y terminó la llamada. Sostuvo el aparato en su mano mientras que miraba la casa de aquella señora con la que habló hace unos cuantos minutos. Guardó su celular y regresó al auto.

-¿Todo en orden?-Se interesó Luna.

-Sí, todo bien.-Encendió el auto.

Antes de arrancar, miró la casa de Theo, la espinita de querer entrar continuaba allí, insistente. Luna pareció notarlo.

-Es lo mejor, Draco. Confío en que volverá pronto y estará bien. Seguramente se fue de vacaciones con esa tal Bulstrode.-Retiro su mirada del rubio al decir lo último.

-Me parece algo pronto pero es lo más lógico.-Emprendió en marcha.-Intuyo que no te cae para nada Millicent, ¿verdad?

La rubia se cruzó de brazos y le lanzó una mirada asesina. Malfoy rio.

-¿Qué?-Preguntó divertido, haciéndose el inocente.

-Conoces la respuesta. Me descubriste al final de todo.

-Perdona.

-¿Soy tan obvia?-Deshizo el cruce de sus brazos y sus ojos se cubrieron de preocupación.

-Ni el propio Theo lo ha notado, Luna. Tranquila.

-No le menciones que me atrae, por favor.-Pidió.

-De mi no saldrá nada, te lo garantizo.

-Gracias.-Susurró, regresando su mirada al frente.

Recordó el día en que Luna entró a su oficina y tomó asiento al mismo tiempo que comenzó a hablar con él, notó como su postura y expresiones cambiaron completamente. Como poco a poco soltaba oraciones y cuando menciono su nombre, él noto que Luna le iba a contar algo de suma importancia y al último segundo se retractó. Allí, mientras conducía para llevar a Luna a su casa, se preguntó internamente si ella le pensaba hablar sobre Theo.

-¿Por qué Theo?-Soltó su pregunta de repente, tomando a la rubia desprevenida.

-¿Qué?

-¿Por qué te gusta alguien como Theo?-Cruzo mirada con sus ojos azules al momento que se topo con luz roja.

-No quisiera hablar de eso ahora, Draco. Menos contigo, a fin de cuentas, sigues siendo mi jefe.-Ella evitó sus ojos profundos e intensos. Prefirió mirar sus manos blanquecinas.

-Más que tú jefe soy tu amigo, Luna. Puedes confiar en mí.-Dijo de manera tan sublime que removió un escalofrío recóndito en la mujer.

-Simplemente me resulta carismático y con gran carácter, ingenioso y respetuoso. Me resulta atractivo. Siempre me ha tratado con delicadeza y no me habla como a una secretaria más, ¿entiendes?-Justo cuando Draco pensaba que Luna no se mostraría honesta con él, ella inició a hablar.-Siempre se muestra atento y lindo conmigo, por un instante creí...

Repentinamente guardo silencio, de forma abrupta y Draco comprendió a la perfección.

-Luna...-Quería consolarla o decirle algunas palabras de aliento pero ella negó con la cabeza, de manera seca.

-No pasa nada. Era una pequeña esperanza, nunca me ilusione en escala, sin embargo, no te negare que verlo aparecer de un día a otro sin pleno aviso con esa mujer me dejó mal.-Cerró los ojos con furia y desdén. Como si se sintiera defraudada consigo misma.

-También me sorprendió. Ni yo lo sabía. Nos tomó desprevenidos.-Dio vuelta a la derecha, cada vez más cerca de la casa de Luna.

-Tendré que acostumbrarme. De cualquier forma, nunca podría llegar a suceder algo entre Nott y yo.

Draco quería contradecirla, negarle tales palabras, pero... Ella estaba en lo cierto y  en un actitud y visión realista. Luna era la secretaria de Theo y él, eran sus jefes. Si la rubia mantenía una relación con su amigo, las cosas se tornarían difíciles, bastantes. Aún mas si alguien de mayor rango que ellos dos se llegara a enterar. Así que sólo lanzó un ligero suspiro y aparco justo en la dirección de Luna.

-Llegamos.-Dijo.

-Gracias por traerme hasta mi casa, Draco.-Agarró su bolso, asegurándose que todo estuviera dentro.

-No me agradezcas.

-Te veré mañana.-Por fin, Luna encaró a Draco y le mostró una sonrisa pequeña pero honesta.

-Claro.

Ella bajó de su auto y cuando piso la vereda sacó sus llaves para introducirlas en su puerta. Una vez que abrió, giro en dirección a Malfoy y lo despidió con la mano, sin nada más, ingresó a su casa.

Él cerró los ojos y paso la mano por su cabello rubio. Se sentía un poco agotado, pero le quedaban cosas por resolver antes de ir a dormir, una de ellas era llegar a su apartamento y hablar con Harry, además de lo más importante, evitar interacciones con Hermione Granger por su bien.

Lo más complicado era lo último. Se frotó los ojos y sin darle tantas vueltas, condujo de nuevo esta vez a su hogar, sujetando el volante con fuerza.

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-¡Estará lista en unos minutos!-Chillo emocionada Granger mientras visualizaba la pizza dentro del horno.

Harry rio sentado sobre la barra desayunadora, se encontraba ya aseado y vestido. Su cabello no estaba del todo peinado, pero a Hermione le fascinaba cuando ciertos mechones caían por su frente de manera rebelde y más cuando su pelo estaba húmedo.

Con una sonrisa llegó hasta Harry y lo abrazó, transmitiéndole su calidez y felicidad que sentía en ese momento. Su sonrisa era prueba fiel de ello.

-Te amo, Harry.

-También te amo, linda.-Besó su coronilla sin alejarla de él.-Oh, quería hablarte de algo...

-¿Qué cosa?-Se retiro un poco pero sin eliminar el contacto.

Potter sonrió ligeramente y llevó un mechón de cabello detrás de la oreja de la rubia.

-Quiero aprovechar esta semana que me queda libre, es decir, sin trabajo para visitar a mis padres. ¿Entiendes?-Su voz bajo considerablemente hasta ser un susurró suave pero con decisión.

Hermione mordió su labio para mirar a los ojos a su novio, que se habían opacado un poco. Los padres de Harry habían fallecido en un accidente de carretera sumamente trágico un poco antes de que ambos consumaran una relación estable y sólida como pareja, ella estaba en Londres y él en Manhattan.

-Claro, Harry. Te acompañaré el día que lo desees.-Llevo su mano a la mejilla del mencionado.

-Te agradezco, eres la mejor.-Le otorgó un tierno beso en su mano con dulzura.

Le regalo una sonrisa preciosa y ambos unieron sus labios en un beso profundo pero lento. Hermione cerró los ojos, adorando la sensación de sus labios.

El ruido de la puerta los hizo separarse con algo de brusquedad, Hermione miró a Draco llegar y presenciar su beso. De forma inconsciente, sus mejillas se sonrojaron.

-Lo siento. Mal momento para llegar.-Alzó las cejas y camino en dirección a su habitación.

-No te preocupes.-Dijo Harry.

Hermione fue a verificar la pizza, supo que ya estaba lista así que apago el horno por completo. Esperaría unos 5 minutos para sacarla de allí. Metió las manos a sus bolsillos traseros del pantalón.

-¿A qué huele?-Preguntó Draco desde su cuarto.

-Te dije por llamada que Hermione hizo pizza.-Contestó Harry.

-¿En serio? Por alguna razón creí que mentías.-Llevó su mano a la nuca, se le notaba algo avergonzado.

Comenzaba a sentirse un poco incómoda y era realmente estúpido.

-Harry, ¿hablaras con Draco?-Cuestionó en su oído.

-Así es.

-Bien, los dejaré solos entonces. No quisiera estorbar. Aprovecho para ir a la tienda a comprar un bote de kétchup, está por terminarse.

-Muy bien, solo ten cuidado. Sabes donde esta la tienda, ¿cierto?

-Cierto.-Le dio un corto beso.

Se aproximó a la puerta y antes de salir miró a Harry.

-Hazme el favor de sacar la pizza en unos 5 minutos, ¿si?-Pidió.

-Claro.

-Gracias.-Sonrió y salió del apartamento justo cuando Draco iba hacia la sala.

Permaneció en el pasillo unos segundos, una parte de ella estaba interesada y muerta de la curiosidad por escuchar de lo que hablarían. La otra no estaba de acuerdo, debía respetar la privacidad de ambos chicos. Negó con la cabeza y acomodo su cabello mientras comenzaba a mover sus pies.

En ese instante, Ginny salió de su apartamento con una gran sonrisa adornando su rostro. Claramente, la pelirroja se percató de Hermione.

-Oh, hola.-La saludó sin muchos ánimos.

-¿Qué tal?-Hizo un movimiento de cabeza en forma de saludo.

-¿A dónde vas?-Se interesó.

-A la tienda, necesito comprar kétchup.

-Creo que te acompañaré. Necesito jugo.-Se encogió de hombros y se posicionó al lado de Hermione.

Ella frunció el ceño sin poder evitarlo, extrañada, pero comenzó a caminar.

-De acuerdo...

-¿Harry y Draco están en el apartamento?-Le preguntó conforme bajaban las escaleras.

-Sí.

-¿Ya no están molestos el uno con el otro?

-Es justamente de lo que iban a hablar. Por ello decidí darles privacidad.

-Entiendo. Buena decisión.

Hermione le ganaba por unos cuantos peldaños a Ginny, sin embargo, aunque no la estaba viendo a la cara, ese tono que uso quiso decir algo. La pelirroja no era para nada tonta, todo lo contrario, la ojiazul claramente se daba cuenta de que Granger solía interrumpir las charlas de Harry con ella.

Tensiono sin quererlo todo su cuello y nuca.

Salieron del edificio y el sol le dio directo a los ojos. La cegó unos instantes.

-¿Y Katherine?

-Aún no llega de su trabajo, salió hace rato pero creo que tiene clases de francés o simplemente se distrajo en la ciudad.

-Bien, de cualquier forma si quieren pueden ir al apartamento, no creo que les moleste a Harry y Draco. Hice pizza.-No sabía con seguridad si hizo bien al invitar a Ginny.

Sentía un peligro y advertencia cuando ella estaba en el mismo lugar que Harry, simplemente no podía estar tranquila.

La razón no era por celos, en absoluto.

La rubia temía de que Ginny abriera su boca con su novio y le contará ciertas cosas...

Cuando menos lo pensó, habían llegado a la tienda. Pidió amablemente la kétchup y pagó después. Ginny por igual, sin embargo, ella compró un jugo de naranja y leche.

-Quiero decirte que Harry se ve muy feliz estando contigo.-Su comentario fue repentino.

Tanto que sintió como el bote de kétchup se resbalaba de de sus manos, pudo sostenerlo a tiempo antes de que cayera.

-¿Lo dices en serio?-Francamente, era difícil saber si lo decía de corazón. Ginny podría ser una caja de sorpresas andante y cuando menos lo esperas lanza la primera bala.

-Por supuesto. Supongo que le haces bien.

-Perdóname Ginny, pero... ¿A qué viene al caso? ¿por qué me dices esto considerando que apenas y nos toleramos?-Se detuvo en seco, esperando una respuesta de la amiga de su novio.

-Porque es mi amigo. Uno de mis mejores amigos, me agrada verlo así y si tu eres la causante de ello, a pesar de nuestras diferencias y altercados, te lo agradezco.-Soltó sin expresión alguna en el rostro. Pero cruzó mirada con Hermione y pudo sentir una sinceridad profunda e intensa.

Ginny siguió caminando, Hermione volvió al mundo y fue tras ella. Estaba pasmada, esa pelirroja era extraña. Un día la trataba con alta hipocresía pero al otro era supremamente sincera y respetuosa. No entendía su comportamiento. ¿Tenía que angustiarse por ello? ¿O simplemente pasarlo por alto?

-¿Y que hay de ti?-Se atrevió a preguntarle.

-¿De qué hablas?-Un deje de risa formo parte de su voz.

-Si, es decir, ¿no hay alguien en tu vida?

Ginny tardó en contestar, Hermione noto los pequeños detalles que podrían pasar desapercibidos, pero por ella no, las facciones de la pelirroja se hicieron más duras y vio algo en sus ojos. Oscuridad. Tristeza.

-Creo que no debí preguntar, lo si...-Weasley no le permitió continuar.

-Después de Joey no ha habido gran actividad amorosa en mi vida.-Respondió con una sonrisa irónica y torcida.

Joey...

"Mierda" Pensó internamente. Justo por razones como esas no solía cuestionar o hablar con Ginny.

-Me gustaría recibir más información sobre el tema. Pero, estando enterada de lo que sucedió contigo, es comprensible. ¿No?-Sintió la mirada insistente de Ginny sobre ella.

-Quisiera poder ayudarte...-Murmuró mirando los peldaños de las escaleras.

-Yo también.-Soltó una pequeña carcajada.

Hermione podía sentir y presenciar como el ambiente entre ambas se había vuelto incómodo y tenso, realmente dañino. Quiso alejarse lo más posible de la chica. Cuando llegaron a su piso, fue cuando Ginny volvió a emitir palabra.

-¿Crees que hayan terminado de hablar?

-Supongo.-Se encogió de hombros, insegura.

-De cualquier forma, guardaré esto y luego voy con ustedes.-Dijo Ginny.

-Bien.

La pelirroja entró a su apartamento y cuando cerró la puerta Hermione soltó un suspiro largo. Tratando de ignorar la charla que mantuvo con ella, entró.

-Volví. ¿Interrumpo?-Preguntó dejando la kétchup sobre la barra.-¿Apenas están sacando la pizza? Ya pasaron los 5 minutos.

Harry y Draco soltaron la bandeja con la pizza sorprendidos ante la aparición de Hermione.

-Se les olvidó, ¿cierto?-Cruzó los brazos.

-N-no.-Tartamudeo Harry, delatándose de inmediato.

-Está perfecta.-Apoyó Draco.

Ambos parecían pequeños niños asustadizos. Granger negó con la cabeza divertida mientras se acercaba a ellos.

-Tranquilos, había apagado el horno, no le iba a suceder nada.-Observó la pizza y se sintió orgullosa, había quedado espléndida.

-Luce deliciosa.-Siseo en su oído Harry, haciéndola estremecer.

-Sé que no les molestara pero invite a Ginny a comer algo de pizza. Vendrá en unos minutos...

Justo en ese momento, la pelirroja entró con una enorme sonrisa, la misma que tenía cuando salió de su apartamento al mismo tiempo que Hermione.

-¡Holaaa!-Cerró la puesta detrás suyo.

-Alguien está feliz.-Dijo Harry, tomando por la cintura a Hermione.

-¡Así es! Adivinen quién consiguió empleo y comienza el lunes.-Lucia emocionada, muy distinta a como se mostró con la rubia hace tan solo unos minutos.

-¿Tu tía?-Respondió sarcástico Draco, apoyándose sobre el respaldo trasero de uno de los sillones.

-Tu no me hables.-Lo señaló.-Nunca fuiste a hablarme después de que te fugaste de aquí vuelto una fiera.

-Vamos, no te enojes, tomate.-Fue hasta ella y le revolvió el cabello.

-¡Hey!-Se quejó.

Harry rio ante la escena y Hermione inicio a partir en rebanadas la pizza.

-¿En que consiste tu nuevo trabajo, Ginny?-Preguntó Harry, feliz por su amiga.

-Suéltame, Draco. Eres fastidioso.-Lo miró mal pero su sonrisa la delató, ellos eran así, revoltosos el uno con el otro. Acomodo su ropa y vio a Harry.-Bueno, conseguí un trabajo mucho mejor.

-Ya suéltalo.

-¡Soy coreógrafa!-Brinco emocionada. La felicidad parecía rebasarla. 

Ambos hombres se miraron entre sí y compartieron una sonrisa de oreja a oreja.

-¡Felicidades, Ginny!-Harry fue hasta a ella para abrazarla.

-¡Gracias!

Hermione mordió su mejilla, no había mencionado palabra desde que Ginny había aparecido.

-Te dije que las cosas sucedían por algo.-Una vez que la pelirroja se separó del azabache, recibió un empujón de parte del rubio.

-¡Oye!-Ambos comenzaron a encimarse y "pelear" el uno con el otro.

-¿Estás bien?-Harry le acarició el cabello posicionándose detrás suyo.

-Claro. Claro.-Asintió repetidas veces.

No lo estaba, se sentía extraña alrededor. Como si no pertenecería allí, a ese ambiente y mundo.

-¿Estás segura?-Insistió.-Desde que llegó Ginny estás muy callada.

-Tranquilo. Todo perfecto, Harry.-Le brindó un toquecito en la nariz.

-Bien.-Le plantó un casto beso mientras sonreía sobre sus labios.

-Está lista la pizza.

-Muy bien.-Junto ambas manos y miró a sus dos amigos que actuaban como verdaderos niños pequeños.-Ya pueden comer de la pizza.

-¡Suéltame, quiero pizza!-Refunfuño el rubio con un puchero.

Él se zafó de Ginny, pero antes de ir por su rebanada de pizza, le dio un beso en la mejilla a su amiga y la felicito por su nuevo trabajo. Hermione vio cada acción, cada segundo entre ellos y pudo percibir sentimientos... O tal vez estaba alucinando y exagerando una buena relación de amistad.

¿En qué había terminado la charla que escucho aquel día entre ambos? Dónde Weasley le reclamaba el asunto del beso... Después de ello, Hermione nunca los vio como algo más. 

Miró a ambos de reojo y mordió su uña.

-Luce deliciosa.-Opinó Draco, sacándola de sus pensamientos ridículos.

-La hiciste tu, ¿cierto?-Preguntó Ginny acercándose.

-Sí.-Respondió secamente.

No era algo personal, sentía su boca en extremo seca, como un árido desierto. Fue por un vaso de agua para refrescarse.

-¡Es deliciosa!-Dijeron al unísono Harry y Draco con tremendo vigor.

-Dios, me saque la lotería contigo, Hermione.-Él la tomó entre sus brazos y le dio un beso en la sien.

Granger sonrió y sus mejillas adquirieron un tono carmesí.

-La verdad es que está muy buena.-Habló la pelirroja.

-Gracias, Ginny.-Mostró una sonrisa pequeña.

Hermione estaba tomando una rebanada de pizza cuando tocaron la puerta del apartamento de los chicos. Draco fue a abrir con pizza en mano.

-Oh, hola chicas.

-¡Draco! ¿Cómo estás?-Esa voz era inconfundible.

Su hermana Astoria entró al apartamento en compañía de Pansy y Katherine que venían charlando muy animadamente.

-¡Hola a todos! ¿Están comiendo pizza?-Preguntó Astoria dejando su bolso en el perchero.

Las otras dos también saludaron alegres, pero se notaban muy envueltas en su platica.

-¿Cómo has estado Harry? Te noto mucho mejor.

-Con suerte podré retomar mi trabajo el lunes.

-¡Es genial! Que alivio.

-Se lo debo a Hermione. Es buena enfermera.-Sonrió y sus ojos resplandecieron.

-Si, me imagino. Aunque no tengo idea de cómo la soportas.-Rio ante su comentario y Hermione le hizo malos ojos.-A ver cuando la compartes un par de horas.

Harry frunció el ceño.

-¿A qué te refieres?

-Oh, es que hace unos días quería que nos acompañará a bailar, tu sabes. Pero se negó ya que tenía que cuidarte.-Relató la castaña tomando un trozo de pizza.

Mientras tanto, Ginny y Draco charlaban sobre el sofá, Pansy y Katherine hacían lo mismo.

-Nunca me comentaste eso, Hermione... Debiste ir.

-Harry claro que no. Ese día fue cuando Draco también tenía planes por la noche, cuando fue a ese antro con Theo, no podía dejarte solo.-Acarició el dorso de su mano.

-Debiste decírmelo.-Giró su rostro para ver a Astoria.-Ella es tu hermana, pueden salir cuando gusten juntas.

-Eres un amor, Harry.-Sonrió.-¿Qué me dices de ir a tomar un café, Hermione?

-¿Cuándo?-Preguntó una vez paso bocado.

-En este instante sería buena idea.-Se encogió de hombros.

-Oh bueno... No lo sé, yo...-Harry la cortó.

-Ve, Herms. No hay ningún problema. Entiendo que tienes que salir y más con tu hermana, no existen inconvenientes.

-¿Estarás bien?-Lucía preocupada por él.

-Claro, no estaré totalmente solo. Puedes irte tranquila.-Harry demostró cierta paz con sólo su voz.

-Bien, gracias.-Le dio un tierno beso en la mejilla.-Bueno, Astoria. Dame 10 minutos y nos vamos.

-Claro.

La rubia terminó su rebanada de pizza y fue directo a la habitación de Harry para retocarse un poco y ponerse unos pendientes.

Le fascinaba la idea de pasar un rato agradable y ameno con su hermana, no obstante, la preocupación y angustia comenzaba a crecer dentro de ella. Harry no se quedaría solo... Tendría de compañía a Draco y Ginny. Esa pelirroja era la que le inducida una preocupación tenaz y que posiblemente no le dejaría disfrutar de un buen cappuccino.

Se miró al espejo, notando lo acongojada e intranquila que se veía. 

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Terminó su segunda rebanada de pizza, estaba realmente encantado con el sabor, era la mejor pizza que había probado y no exageraba. Inclusive se había olvidado del tema de Millicent, Hannah Abbott y Theo. Pero no fue por mucho tiempo ya que tuvo que mencionarlo al momento que charlaba con Ginny.

-Es obvio que Millicent trae algo entre manos con ayuda de esa perra de Abbott.-Se recargo con mayor comodidad sobre el sofá.-Se lo que te digo.

Draco permaneció callado analizando sus palabras. Podría ser evidente, claramente tenía razón y él creía lo mismo que Ginny, pero la pregunta era... ¿Qué se traen entre manos?

Suficientes problemas tenía ya para qué uno más se sumará a su lista.

-Oye, Draco. ¿Qué te pasó en el rostro?-Parkinson le preguntó desde el otro extremo de la sala.

Sus moretones y golpes eran notables a simple vista.

-Oh... Tuve un pequeño accidente, pero nada grave chicas. No se preocupen.

-¿Accidente o tremenda golpiza que te propinaron?-Susurró Ginny en torno burlón a su lado tomando un poco de refresco.

-Ellos no se fueron intactos.-Aclaró entre dientes.

-Cómo digas, ricitos de oro.-Ella sonrió divertida.

Rodo los ojos evitando sonreír, pero no lo logro. En ese momento desvío su atención y vio como Hermione se despedía de Harry.

-Solo tengan cuidado.-Advirtió.

-Claro.-Hermione ya tenía bolso en mano.

-Chicos, nos veremos después.-Astoria se despidió de todos en el apartamento.

-Pero acabas de llegar, ¿a dónde vas?-Se interesó la pelirroja sin levantarse de su lugar.

-Es que quiero pasar un rato con mi hermana. Solo eso.

Astoria sonrió y salió del apartamento, Granger iba a hacer lo mismo pero se devolvió y Draco se sorprendió de que fuera en su dirección.

-Cuida de Harry, por favor. Te lo recompensare.-Le pidió juntando ambas manos como si le estuviera pidiendo oro.

-Claro. Ve tranquila.-Apenas y pudo articular palabra puesto que sus rostros estaban muy cercanos.

Solo pudo apreciar sus inmensos ojos profundos, verlos era inmiscuirse en un mundo ya habitado, pero aún así, seguir descubriendo cosas nuevas y mágicas. Sus ojos avellanas desprendían cierto poder que lo dejaba patidifuso.

-Te lo agradezco.-Sonrió y eso fue una puñalada en el corazón.

Añoraba sus sonrisas. Añoraba hacerla sonreír y que el motivo de esa bella curva en su rostro fuera él.

Cuando salió de su ensoñación, la culpabilidad volvió a instalarse, se estaba volviendo costumbre y era justo lo que quería evitar.

-Dijo que te lo va a recompensar.-Ginny movió sus cejas persuasiva y adquirió un tono pasional.

-No digas tonterías.-Weasley se rio.

-Creí que acompañarías a Hermione y Astoria, Pansy.-La ojiazul le habló a Parkinson.

-Note que ellas querían un rato de hermanas, respeto eso, además, hablar con Katherine es lo mejor.

Ginny sonrió y asintió dando un trago a su refresco. Enseguida, giró su rostro en dirección a Harry quien permanecía sentado en el taburete.

-¿Y qué me cuentas?-Preguntó de modo alegre y con una gran sonrisa.

-¿Qué podría contarte?-Respondió con otra pregunta el azabache, sonriendo por igual.

Ginny se levantó para ir hasta Harry, Malfoy frunció levemente el ceño.

-Lo que quieras.-Tomó asiento al lado de él, en otro taburete.

-Ginny, podrías venir un momento por favor.-Draco habló cuando estuvo en su habitación.

-Pero estoy charlando con Harry.-Replicó.

-Serán unos minutos.

-De acuerdo.-Aceptó a regañadientes.-Ve pensando en algo que contarme.

La pelirroja se levantó y de mala gana fue hasta el cuarto de Draco, que cerró la puerta en cuanto ella estuvo dentro.

-¿Qué te traes ahora?-Su exasperación quería salir a la luz.

-¿De qué hablas?-Traía su refresco en mano y lo agitó un poco.

-¿Por qué montas esa actitud con Harry? Sé que pretendes algo.-La señaló, intuitivo.

-Siempre soy así con Harry.

-No exactamente, Ginny.-Abrió repentinamente los ojos en grande.-Te gusta Harry.

-¡Oh por dios! ¡Claro que no! ¡No digas estupideces, Malfoy!-Su cara se deformo en una expresión horripilante.

- Ginny...-Su tono era de advertencia.

-¡De acuerdo! Tu ganas.-Se paso la mano por el cabello para retirárselo del rostro.-Si me traigo algo entre manos.

-A mi no me engañas, te conozco bien.

-Como sea. He querido charlar con él desde que sufrió las heridas de bala, pero Hermione me lo impide, no sé cómo llega en el momento adecuado, pero interrumpe cualquier charla que inició con él.-Explicó.

-¿De qué quieres hablar con Harry?-Cruzó los brazos sobre su pecho y se recargo en la puerta.

-Sobre el accidente de Hermione.-Soltó.-Y su pérdida de memoria.

Draco se desconcertó y quedó pasmado ante tal revelación.

-¿Hablas en serio?

-Claro, Draco. ¿Qué tiene de malo? Nada en absoluto. Nos beneficiará, así ambos conseguimos información. Si alguien debe de saber sobre lo ocurrido es Harry.

El plan de Ginny no era mala idea, pero Draco tenía una mala corazonada respecto a ello. Permaneció pensativo.

-Vamos, no te angusties.-Le colocó su mano en el hombro.

-Bien.-Draco abrió la puerta despacio.

-Te contaré todo.-Cruzó el umbral de la puerta y se detuvo.-O puedes escucharlo por ti mismo.

Sin decir más volvió con Harry que estaba esperándola en el mismo lugar.

Podía escucharlos por sí mismo... Sonaba tentador. Su curiosidad moría por ello. Al fin, si el plan funcionaba, sabría más sobre ese accidente que envolvía a Hermione y la había transformado en la que es ahora.

Salió de su habitación y de forma discreta entró a la de Harry, fue fácil ya que el susodicho le daba completamente la espalda a su cuarto. Permaneció dentro y pudo escuchar con mayor claridad. Distinguía por el rostro de Ginny que conversaban animadamente. Llevo sus ojos en dirección a las otras dos chicas, se veían sumergidas en su mundo.

-Me alegra que estés mucho mejor, lo mejor es que ya podrás ir a trabajar.-Opino la mujer.

-Así es.

-¿No te cansaste de estar encerrado en tu casa? Es decir, sin ver a distintas personas...-Ella se encogió de hombros mientras jugaba con el refresco.

-El colchón llegaba a incomodarme solamente, pero jamás me cansaría de estar con Hermione ni tampoco con Draco. Son como mi familia.

-¿Familia?

-Sí. Draco es mi mejor amigo, casi un hermano para mi.-Dijo, con una sonrisa.

El rubio también sonrió.

-¿Y Hermione?-Subió poco a poco su vista hasta conectar sus ojos con los de Harry.

-Ella es diferente. Es mi novia y es muy especial para mí.

-¿Qué tan especial?-Ladeo la cabeza.

-Supongo que al grado de llegar a pensar en proponerle matrimonio en un futuro.

Draco Malfoy se congeló al escuchar esas palabras, su amigo se escuchaba tan decidido y seguro al decir... Aquello. Un dolor profundo y aguerrido se instaló en su pecho, de pronto sentía que el aire le faltaba.

-Entonces consideras planes a futuro.-Cruzó sus piernas y sonrió. Harry asintió en respuesta.-Eso es fantástico.

-Si, realmente lo es. Ella es fantástica.

La boca del rubio se había secado de un segundo a otro. Ya no quería seguir escuchando esa charla, no se sentía bien. 

-Bueno, es tu novia.-Rio levemente.

-¿Qué tienes en contra de Hermione?-Cuestionó Harry, visiblemente interesado.

-Oh... Creí que te había contado la historia.-Puso una expresión de sorpresa.

-¿Qué historia?

-Verás, yo conocí a Hermione antes que tu, en Londres. Éramos amigas.-Contestó de forma simple y resumida.

-¿Amigas? Perdóname, no Entiendo. Creí que eso había sido un mal entendido.-Al escuchar a Harry, se deducía que estaba más que confundido, totalmente perdido.

Draco recordó que Harry llegó a comentarle que Hermione le había dicho después de hablar con Ginny a solas que todo había sido un mal entendido. Aguzó mas el oído y presto mayor atención.

-¿Mal entendido? ¿A qué te refieres?-Ahora el azabache no era el único confundido.

-Después de que Herms habló contigo, ella me dijo que había sido un mal entendido.-Comentó, bajando notablemente su voz.

La situación se ponía cada vez más tensa y mucho más confusa. El ambiente se sentía pesado.

-¿Un mal entendido? No, no. Yo... esa ocasión le pedí explicaciones y le relate lo que había pasado entre nosotras porque ella no lo recordaba.-Explicó Ginny.

-¿No lo recordaba?-Él comenzaba a desesperarse, se notaba cada vez más y más confundido, eso lo agobiaba.

-¿Tampoco te hablo de eso?-Draco no sabía si estaba fingiendo sorpresa o en realidad, Ginny lo estaba.

-¿Hablarme de que, Ginny?-Preguntó a punto de perder los estribos.

-Sobre su accidente...

Ella lo soltó de golpe, Había hablado por fin. Los nervios de Draco seguían subiendo al igual que los latidos de su corazón.

Por su parte, Harry Potter encaró a Ginny y para ser sinceros, su rostro era una respuesta certera. Esa expresión en su rostro era perteneciente al desconcierto y mezcolanza pura. 

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¡HOLA BUBUS! ¿Qué tal? ¿Cómo están? Me da muchísimo gusto volverlas a saludar y encontrarnos en otro capítulo. Ya lo extrañaba bastante.

Sé que me demore mucho en actualizar, les pido disculpas, la escuela me absorbe además de mis otras responsabilidades. Pero pude terminar de escribir este capítulo y aquí lo tienen. ><

Saben que pueden comentar abiertamente siempre con respeto, amo responder a todos sus comentarios, es una linda manera de interactuar.

¿Qué creen que pasará después? 👀

Oh... Tengo noticias chicas, me anime a publicar el fanfic Feltson del que les había hablado capítulos anteriores, se titula: Bucle Vacacional. Si les interesa pueden encontrarlo en mi perfil, les estaré agradecida. 💚
Asco con el spam jsjs, pido disculpas, pero espero puedan apoyarme con ese proyecto. 🥺

Me despido, deseo que gocen de una excelente salud y siempre que necesiten algo aquí estaré.

¡Las amo! 💕

¡Gracias por leer (Y por su ardua paciencia)! 🐍

Ale 💚🐍

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