Parte 1.

- Es... es el quinto día... sólo... sólo...

Le susurraba a la garbadora.

Tenía los nervios de punta, no paraba de temblar y de asustarme con facilidad. No tenía miedo... tenía terror. Había visto a todos mis amigos morir frente a mí. Uno por uno. Lo que sentía en esos momentos era algo inexplicable. El nudo en mi garganta hacía que las palabras sonaran entrecortadas y mis lágrimas nublaban mi visión. Yo no sabía si había comenzado a ver cosas fuera de la normal o sólo eran las gotas en mis ojos que hacían esa ilusión.

- Yo... yo soy la siguiente - pausé la grabación.

Si tan sólo no hubiéramos empezado ese estúpido juego, estaríamos todos a salvo.

5 días atrás.

- ¡Hey! ¡Hey! ¡Jugemos! - les dije.

- ¿Jugar? ¿Es en serio? - me preguntó Jhon, claramente él no estaba de acuerdo - ¿No crees que estamos un poco crecidos para eso? 

Le enseñé la lengua.

- Pues yo quiero saber, ¿Que clase de juego dices? - dijo Natalia.

- Espero que sea interesante - habló Carlos.

Yo sonreí. Esta sería la mejor noche de Octubre de la historia. El juego consistía en ir a un panteón y básicamente realizar un conjuro. Según Natalia, el día de Halloween era perfecto para ello, ya que la barrera entre vivos y muertos se hace débil, lo que permitía que hiciéramos lo que queríamos.

- ¿Es aquí? - preguntó Mar, ella estaba algo asustada, ya que en primer lugar, no le gustan este tipo de cosas, miró hacia atrás - ¿No creen que estamos un poco retirados de la salida? Ya no puedo ver por dónde entramos - susurró.

- ¡Está bien! ¡Está bien! - Natalia le dio un pequeño empujón a que siguiera caminando.

- ¡Es aquí! - les dije.

Frente a nosotros, había un lugar libre de lápidas, estaba sólo la tierra. Era perfecto.

- ¿Aquí? ¿Jugaremos a las canicas o qué? - se burló Jhon y luego se río junto con Carlos. Ambos repetían la palabra "Canicas" cuando reían.

- ¡Hey! ¡Ya basta! - les di un golpe con la bolsa de plástico que traía - Cállense - miré el suelo - Bien, voy a comenzar.

De la bolsa saqué la cal, y con una mano fui haciendo un círculo que dentro tenía un pentagrama y dentro de éste, había una estrella.

- Listo - me sacudí las manos - Ahora, pongamos todo en cada esquina - les dije - Y deben encenderla ustedes - colocamos las velas en cada punta de ambas figuras - Ahora.. ¿Traen el sacrificio? - les pregunté.

- Si.

Carlos sacó de su mochila una bolsa negra y nos mostró lo que tenía dentro.

- ¡Miren!

- ¡Agh! - nosotras hicimos arcadas.

En sus manos había un gato tieso.

- ¿Porque traes eso? - preguntó Mar, tapándose la nariz. El animal se estaba pudriendo.

- Porque Chelsea me lo pidió ¿Verdad Chelsea? - me dijo, me miró.

- Si, pero ¿Porqué está tieso? - lo toqué con un dedo, sentí su piel, luego me limpié en mi chaqueta.

- Lo atropellaron hace unos días - respondió - Yo sólo me lo traje.

- ¡Pero tenías que matarlo! - le repliqué - No sé si funcione así... pero bueno algo es algo.

De pronto sentí lástima por ese pequeño animal que de nada tenía la culpa.

- Bien, ponlo en el centro - le apunté en la estrella.

Recordé todo lo que decía la página, revisé las cosas y al parecer estaba en orden.

- ¿Tienen el papel que les di ayer? - les pregunté y cada uno me mostró el trozo blanco - Bueno, ahora hay que leerlo en voz alta.

- Pero ésto está en Latín - se quejó Natalia - ¿Cómo sé si lo estoy leyendo bien?

- Se lee tal como se escribe, yo... yo aprendí un poco de latín - le dijo Mar, aún estaba nerviosa.

¿Ella había aprendido latín? Pero, es una lengua muerta ¿De que serviría aprenderlo?

- Como sea, ¿Saben para que es esto, verdad? - les pregunté, todos me miraron.

Nos sentamos en el suelo, alrededor de el círculo que había dibujado.

- Cuenta que yo vengo sólo por curiosidad - dijo Carlos.

- Pues bien, hacemos esto para conjurar el espíritu de un Demonio, para poder pedirle algo.

- ¿Y que le daremos a cambio? - preguntó Jhon.

- Pues el gato, claro - respondí con obviedad - Bien, antes, todos coloquen una gota de su sangre en cada esquina.

Eramos cinco, uno por cada pico de estrella. Hize un pequeño corte en mi palma. La primera fue Mar, le siguió Jhon, luego Natalie, Carlos y al último, yo.

- Ahora todos lean el texto, sin errores - me tapé la herida de mi mano con la manga de mi chaqueta.

.Por unos segundos no ocurrió nada, hasta que el viento comenzó a hacer su aparición. Escuchaba el ruido de las hojas que hacían cuando el aire pasaba entre ellas y se movían a su compás. El frío se hizo presente. Todos estábamos de nervios, noté que Mar estaba temblando y no dejaba de mirar a todos lados.

Entonces ella gritó, sus ojos miraron al cielo oscuro.

- ¡Mar! - le dijimos todos - ¡Mar! ¿Que pasa? - Natalie quién estaba junto a ella, la tomó de los brazos - ¡Mar! ¡Ah!

Mi amiga se tapó la boca, asustada y retrocedió, alejándose de ella.

La susodicha regresó su rostro con nosotros... fue cuando todos contuvimos el grito. De sus ojos salían gotas de sangre, al igual que de las comisuras de su boca.

- ¿M-mar? - le pregunté.

Mi amiga respiraba con dificultad. ¿Que le había pasado? y ¿Porqué?

¿Acaso alguien había leído mal una palabra? ¿Que rayos era lo que había pasado?

- ¡Hey! ¡Hey! ¡!Hey!

Era Jhon, de pronto se empezó a sacudir el cuerpo, como si trajera algo encima. Y a juzgar por la expresión de su rostro, parecía ser algo repulsivo. Lo que más asustó a todos fue que no paraba de repetir "Quítate, quítate" o "Aléjate"

Jhon no tenía nada encima de él.

- Oye, cálmate - Carlos se acercó a él - No tienes nada encima - le dijo y colocó una mano encima de el hombro de él.

- ¡Hey! ¡No me toques! - Jhon inmediatamente retrocedió, lucía asqueado - ¡No se te ocurra tocarme!

Él abría y cerraba sus puños, se veía demasiado nervioso, paranoico, sus ojos desorbitados. Sólo él sabía que era lo que buscaba.

- ¡Reacciona idiota! ¡No tienes nada encima!

El movimiento fue repentino, Carlos le había dado un golpe al rostro de Jhon. El afectado cayó el suelo, pero se sostuvo sobre sus rodillas y sus manos. Alcancé a ver que sus ojos se abrían y cerraban, como si se preguntara porqué estaba en el suelo.

- Eso fue por tu bien - le dijo Carlos, le tendió una mano y le ayudó a levantarse.

- Debo.. admitir que fue un buen golpe - le respondió tocándose la mandíbula. Había reaccionado.

- ¡Mar! ¡Mar!

Mi amiga estaba en el suelo, con la vista perdida en el cielo, Natalie le sacudía los hombros, con lágrimas en los ojos.

- ¿Que tiene? - preguntó Jhon, se acercó un poco. Todos la miramos.

- Ella... ella no despierta - dijo llorando.

Me di cuenta de que yo había comenzado a respirar con dificultad, la garganta se me había cerrado no podía hablar, sentía mi corazón latir a mil por hora.

Esto no puede estar pasando... no puede... no puede.

- ¿Está muerta? - preguntó mi amiga.

- ¡No puede estar muerta! ¡No hemos hecho nada malo! - le exclamó Carlos, su pecho subía y bajaba, estaba nervioso, se volteó a mirarme - ¡Chelsea dime que no hicimos nada mal! ¡Dime!

Yo sólo lo miraba, en realidad no le estaba prestando atención a lo que decía, mi mente aún procesaba el hecho de que Mar estaba muerta.

Me levanté del suelo y retrocedí.

- No... - Miré el suelo, las velas sin apagar, las gotas de sangre en cada esquina - Quítenlo... - susurré - Quiten todo de el pentagrama.

Mi amigos retiraron la tierra que contenía sus gotas de sangre y retiraron el gato de el centro. Pero había un problema.

- Chelsea... las velas no se apagan - ¿Que hacemos? - el rostro de Carlos mostraba preocupación.

Natalie fue la única que se quedó junto a Mar.

- ¿Cómo que no se apagan? ¡Deben de apagarse! - reaccioné y me acerqué hasta una vela, con el pie comencé a echarle tierra - ¡Tiene que quitarse! ¡Tiene que..!

Era verdad, las velas no se apagaban por más tierra que le echara encima. ¿Porqué? ¡¿Porqué?! Me dejé caer al suelo, mis manos a ambas lados de la vela. Me estaba desesperando, tenía que haber una razón por la que no se apagaran, ¿Cuál era esa razón?

- Oye... hay una apagada.

Fue Natalie quién lo notó.

- ¿Que?

Revisé cada vela, habían cuatro encendidas, vi que las velas estaban relacionadas con las posiciones de cada uno de mis amigos.

Natalie estaba con Mar, la vela de el lado derecho estaba encendida y la del lado izquierdo, no. La vela de Carlos se estaba moviendo a pesar de que el viento se había acabado.

Me acerqué a la mía, recuerdo que cada quién encendió su vela. Entendí porque sólo una se había apagado. Con una mano la retiré del suelo, seguía encendida.

- Hagan lo ismo y vayámonos - les dije a todos.

- Pero ¿Y Mar? - preguntó Natalie.

- Yo la llevaré. No sabemos si está muerta, tal vez sólo está inconsciente - Carlos la cargó en sus brazos.

Cada quién tomó su vela. Natalie llevaba la de Carlos y la de Mar. Caminamos hacia la salida.

Debíamos buscar una explicación lógica a esto ¿Porque Mar reaccionó de esa manera?

¿Que diablos había pasado?


-karimodelarosa.

Lamento la tardanza, pero para mí, aún es Halloween:v 

Dígame ¿Se disfrazaron? y si es así ¿De qué? Yo fui Alicia, pero también el Sombrerero Loco ¡Amo Alicia en el País de las Maravillas!

Por cierto, ¿Que tal me quedó? Serán 5 partes, nada más, no será tan larga. Me tarde, ya que la idea se me ocurrió ese mismo día 31, pero ya no pude, tenía clases y salía a alas 5 y luego fuimos a pedir dulces:v Yo con 18 y pidiendo dulcesxd

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top