Invierno.

Izuku observaba a Hana hablar con Hitoshi, la muchacha llenaba de preguntas interminables al chico, quien le respondía con calma todas y cada una de sus cuestiones. El de cabellos purpuras parecía genuinamente feliz de recibir tanta atención por su más reciente logro, pues luego de una improvisada batalla entre clases, había sido aceptado en el curso de héroes.

El de verdes quería darle la buena nueva a Hana, pero Hitoshi había sido más rápido, por eso los veía de lejos, mientras seguía preguntándole hasta la más mínima cosa a Shinso ella lo curaba. Sin duda Midoriya se encontraba feliz de que la chica hubiera conseguido un buen amigo en UA, pues sus compañeros seguían renuentes a aceptar a la muchacha, ni siquiera el que hubiera curado a Mirio servía para que confiaran en ella.

Lo único  bueno que había salido de eso es que ahora la chica tenía por amigos a los tres grandes de UA, y la mayoría de alumnos habían dejado de lado su trato indiferente con la de largos cabellos.

Sonrió levemente al pensar que dentro de poco Hana trataría de mejorar la salud de su mentor All Might, pues luego de descubrir el alcance de su poder de sanación, Recovery Girl quería probar si la chica podía mejorar la calidad de vida del ex héroe número uno.

En medio que la emoción de ese pensamiento fue incapaz de sentir la presencia de uno de sus compañeros, no fue hasta que este toco su hombro y dejo salir un grito asustado que observo que Todoroki lo miraba.

—Midoriya, lo siento, trate de llamar tu atención pero murmurabas cosas —susurra

—Sí, yo estaba divagando ¿Qué pasa? —pregunta nervioso.

—Los chicos me mandaron a buscarte, dijeron que necesitan de tu presencia, estamos organizando la fiesta de...

Más el bicolor no puede terminar pues es interrumpido por la voz preocupada de una chica.

—Izu ¿Te paso algo? ¿Algo te duele? ¿Te heriste? ¿Por qué gritaste?

—Eh, no es nada Hana, yo estaba algo distraído, Todoroki-kun llamó mi atención y me asuste —explica el de verdes cabellos.

La chica ladea la cabeza.

—Asustarte ¿Así como cuando me viste bajar por la ventana?

—Si así...

— ¿O como cuando me explicaste que no debo quitarme la ropa frente a la gente?

— ¡Hana! No digas eso —chilla consternado el pecoso.

—Lo siento Izu —murmura la muchacha.

—Dios, ahora que pensara Todoroki-kun de mí, creerá que soy un pervertido como Mineta, por ver a una chica así, pero ella no sabía que estaba mal, así que técnicamente no debería contar eso, pero aun así la vi, entonces sigo estando mal, pero si tomo en cuenta la inocencia de ella entonces no debería de estar tan mal y...

Izuku siguió murmurando cosas, ante la atenta mirada de Todoroki, quien no comprendía del todo a que se refería su amigo, como estaba algo cansado por el enfrentamiento de ese día, volteo a ver a la chica.

—Dile a Midoriya que lo esperan a las 7:00 pm en la sala común, que no falte o Ashido ira por él —declara con aburrimiento mientras se da la vuelta y se marcha.

La de cabellos violetas solo observa marcharse al chico, mientras que Hitoshi se acerca a ella, ve a Midoriya sin emoción alguna y le da un leve golpe en la frente para hacerlo espabilar, luego de que la muchacha le dé el mensaje a Izuku, este se une a la conversación de los dos, mientras que ella cura sus heridas, como últimamente ha estado haciendo.

Hana no sabe que debería sentir en aquel momento, se supone que es navidad pero está encerrada en el cuarto de Izuku, pues sus amigos aun le tienen miedo, suspira con cansancio al no saber qué hacer para remediar esa situación, ya que nota que al de verdes cabellos le afecta.

Ciertamente lo que menos quiere darle es problemas, pero no sabe cómo lograr eso, con pereza se recuesta en la cama, siendo seguida por Blacky quien se recuesta en el vientre de la chica, esta tan aburrida que en pocos minutos se queda dormida.

Se despierta a altas horas de la madrugada cuando siente hundirse el colchón, y las torpes manos de Izuku tratando de darle un abrazo.

—Izu volvió ¿Cómo fue la fiesta? —cuestiona adormilada.

—Tranquila, Kacchan quería irse a dormir desde muy temprano, los demás no la pasamos muy bien, siento no haber podido convencerlos de que te nos unieras —susurra triste.

—Está bien Izu, sé que no les agrado mucho, pero lograre que confíen en mí, ya verás me hare amiga de todos —musita con suavidad.

—Sé que lo lograras, por cierto, estaré ausente un tiempo ya que hare pasantías de nuevo.

— ¿Pasantías?

—Sí, es algo que los aspirantes a héroes hacemos, todos los de mi clase estaremos ausentes, mamá dijo que te puedes quedar con ella unos días, ella gustosa te recibiría por mucho tiempo, pero siendo que estas algo así como a cargo de la UA no es posible que estés con ella más de dos semanas. Aizawa sensei dijo que te quedaras con Eri, ella es una niña muy dulce, estoy seguro que ambas se llevaran muy bien —declara.

—Umm, yo no quiero que Izu se vaya, pero si es para que cumpla el sueño que lo hace sonreír tan bonito yo lo esperare, seré paciente porque Izu se esfuerza mucho por ser el mejor —murmura.

Luego de eso ambos se quedan dormidos juntos.

Aizawa se encontraba cansado, pues eso de enseñarle a cocinar a alguien era demasiado fastidioso para él, tanto así que en búsqueda de librarse de esa responsabilidad, había llamado a la madre de Midoriya, misma a la que insto a quedarse hasta que las pasantías terminaran, pues tendría mucho trabajo a causa de eso.

La señora acepto gustosa y desde entonces cuidaba de Hana y de Eri, las cuales parecían llevarse muy bien, Eri admiraba a Hana pues le habían contado que había curado a Mirio, por esa razón la niña se encontraba encantada de estar junto a ella, además estaba el hecho de que estaba junto a la madre de Izuku también, por lo que la felicidad de la pequeña era infinita.

Inko iba de aquí para allá con las dos chicas detrás, a la mayor estaba enseñándole a cocinar, mientras que a la menor la instruía para mejorar en su escritura y lectura, aunque pronto se le unió la de violetas cabellos, pues a falta de sus memorias no sabía hacer ninguna de las dos cosas.

La madre de Midoriya Izuku era muy cálida, Eri y Hana se encariñaron rápidamente de ella, tanto así que siempre estaban pidiéndole aprender algo nuevo a la mayor, quien siempre cedía gustosa, por esa razón es que se encontraban ahí las tres.

Sentadas en los sillones de la sala común, tratando de aprender a tejer, aun cuando Eri era muy pequeña, gustaba de aprender cualquier tipo de cosa, era algo torpe pero con la ayuda de la señora Midoriya poco a poco, iba logrando mejorar en todo lo que se proponía. Con Hana era algo similar, si bien al principio se mostraba mucho más torpe que la pequeña albina, con el paso de los día supero a Eri en todo, ahora sabia tejer, cocina y peinarse correctamente, eso maravillo a Inko quien creía firmemente la chica era muy inteligente para aprender.

Como ya se estaba haciendo noche la mayor dijo que iría a la cocina a preparar la comida, aunque la de violetas cabellos le suplico que le dejara intentarlo a ella, esta accedió luego de un rato, se quedó junto a Eri comprobando que su gorro quedara bien.

El pequeño gato estaba recostado en el regazo de la mujer de verdes cabellos, luego de un rato un agradable aroma inundo todo el lugar, con voz suave la chica les indico que la comida estaba lista, con cuidado Inko puso al gato en el suelo, mientras que Eri dejaba de lado su tejido.

Ambas se encaminaron a la barra, la mayor sentó a la pequeña en su silla, luego ella tomo asiento, Hana sirvió la comida y se sentó junto a ellas, agradecieron por sus alimentos y se dispusieron a comer.

La mayor halago el gran proceso de la muchacha, misma que se sonrojo ante cada cumplido de la mayor, el ambiente era agradable y ameno, hasta que un hombre de negros cabellos llego a interrumpirlas.

—Algo huele bien, bueno eso no es lo que vengo a decirles. Señora Midoriya, agradezco mucho su ayuda para cuidar a Hana y Eri, me alegra ver que les ha enseñado muchas cosas, no sabe cuan agradecido estoy —murmura mientras hace una reverencia.

—No es nada profesor, mi hijo aprecia mucho a estas jovencitas, yo también lo hago, son unas pequeñas encantadoras —susurra ella.

—Lo son, me alegro de haber contado con su ayuda, aunque es momento que me haga cargo de ellas, las llevare conmigo al campamento de la nueva clase 2-A. Sé que es muy intempestivo, pero también quería avisarle eso, en pocos día las pasantías terminaran, sé que no avisamos con anticipación, pero todo esto se está haciendo con mucha discreción —explica con seriedad el hombre.

—Ya veo, de mi parte yo le sugeriría dejar a las dos chicas aquí, pero sé que eso no puede ser, pues están más seguras junto a ustedes —suspira y sonríe—. Cuídelas mucho, cuide a todos por favor, como madre solo puedo externarle mi preocupación, sé que el sueño de mi hijo es difícil y peligroso, en momentos quisiera no haberlo apoyado. Pero eso es egoísta, por eso le pido que cuide de todos los jóvenes, cuídelos muy bien por favor.

—No es necesario que lo pida, eso haré, además no olvide que su hijo y todos sus compañeros ya son héroes, ellos cuidaran de mí y yo de ellos, no se preocupe.

—Gracias.

Aizawa asiente y se despide, no sin antes ordenar a ambas chicas tener su maleta lista para partir mañana temprano, las dos asienten terminan de comer, y con ayudada de Inko preparan la ropa para su intempestivo viaje.

Hace mucho frio, están a finales de enero por lo que el frio clima es inclemente, Eri se abraza a Hana, misma que la está cargando mientras caminan a la gran posada en que se quedaran, Aizawa va delante de ellas guiándolas, cuando abre la puerta y entra a la recepción de aquel lugar el frio acaba, pues ahí adentro todo es cálido.

Aun así Eri no deja de abrazar a la de violetas cabellos, quien los viera pensaría que eran una bonita familia, pues Shota parecía el padre de las dos chicas, les indico que se sentaran mientras hablaba con las personas encargadas.

Ellas obedecieron y se sentaron, Hana comenzó a peinar a Eri mientras que la pequeña bebía el chocolate que les había dado Inko antes de partir, pasaron algunos minutos tranquilas tomando aquella caliente y dulce bebida, hasta que un estruendo resonó por todo el lugar.

— ¡AH! Les gane a todos, ahora arrodíllense ante mí —espeta con brusquedad el explosivo Bakugo.

— ¡Bakugo! Esa no es manera de entrar a un lugar ¡Mira! Acabas de romper la puerta ¡Que pensaran ahora de nosotros! —chilla Iida indignado.

— ¡Que la clase A es una inútil buena para nada! —exclama Monoma con sorna.

—Por décima vez, deja de decir eso Monoma —regaña Kendo.

—Todos son muy molestos y ruidosos —susurra con pereza Hitoshi.

Los recién llegados que no eran otros que los de la clase A y B siguieron hablando sin parar, abrumando a las dos chicas, mismas que al ver a Izuku corrieron a abrazarlo, dejando extrañado a este.

—Eri, Hana ¿Qué hacen aquí? —cuestiona con asombro el de pelo verde.

—Yo las traje —resopla con cansancio Aizawa, quien está al lado del héroe número dos.

—Aizawa sensei ¿Por qué?

—De eso hablaremos luego Midoriya, ahora escuchen. El héroe Hawks ha ofrecido su ayuda para este campamento, nos ha conseguido esta gran posada para todos ustedes. El espacio que hay aquí es demasiado amplio, por lo que podremos entrenar sus habilidades con total libertad, su gesto ha sido muy generoso así que agradézcanle como es debido —ordena.

Todos a excepción de Bakugo obedecen y agradecen al rubio, quien los mira con fingida pereza, pues la verdad es que el hizo todo aquello para encontrar a la persona que filtra información de UA, pues planea deshacerse de ella, antes de que pueda interferir en sus planes.

—No es nada, creo que todos tienen un gran potencial, por lo que es un placer para mí ayudar a los futuros héroes. Es lugar es de mi familia, con mucho esfuerzo lograron levantarlo, por lo que les pediré que sean muy cuidadosos y no destrocen nada —murmura con una sonrisa, mientras ve a Bakugo.

Este lo va a maldecir, más es callado por Kirishima quien se disculpa en su lugar, luego de algunas instrucciones más los chicos se dirigen a sus habitaciones. Shota detiene a Hitoshi e Izuku, diciéndoles que ambos estarán encargados de Hana y Eri, por lo que dormirán juntos, ellos aceptan sin chistar y se van junto a las dos chicas.

Cuando entran a su habitación rápidamente Hana comienza a preguntar sin parar sobre todo lo que hicieron ambos chicos en el tiempo que no los vio, Izuku le narra animado todo lo que hizo en sus pasantías, además de mostrarle el libro que el héroe numero dos le dio. Por su parte Hitoshi le cuenta que estuvo entrenando con Aizawa, además de que patrullo junto a él con un permiso especial.

Después de eso ambos les preguntan a ellas que hicieron de nuevo, recibiendo una larga explicación de todo lo aprendido, Eri les cuenta que ya sabe tejer y ayudar en la cocina, además de que mejoro un poco en su escritura y lectura, Izuku la halago con orgullo pues aun siendo tan pequeña demostraba ser inteligente.

Cuando le toca su turno a Hana, cuenta con orgullo que ya puede peinarse sola, además de decir que gracias a la madre de Izuku ahora sabia cocinar muchísimas cosas, les conto que también le enseño la forma correcta de limpiar, lavar y hasta bañarse, ya que al parecer había cosas que ella hacía de modo diferente logrando que no llevara a cabo bien esas tareas. Midoriya se sintió orgulloso de ella también, por lo que palmeo su cabeza y le sonrió.

Las mejillas de la chica adquieren un tono rosado, siente como su corazón se acelera y el frio se le quita, pues cuando Izuku sonrie todo el mundo le parece un lugar mejor.

Se que casi nadie lee esto pero, ¡Por fin voy a llegar a la parte que más quería! gracias Diosito ♥


○Andy○

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