3.- Con una sola mirada.

Al día siguiente, Craig está por comenzar con su ayuda en la biblioteca. Se detiene frente a las puertas de madera con estilo rústico, siempre pensó que este lugar causa un contraste casi con burla al resto de la escuela moderna. para él, es como si el pasado y el presente chocaran por una lucha de poder.

Gira la perilla y entra. Ve a Alex en el mostrador. Él es quien se encarga del turno en la mañana. Se acerca con el rostro serio, rogando que nadie se de cuenta de lo nervioso que está, ¿Por qué hizo esto? Debió decirle a Dogie que no lo haría. ¿Qué demonios va a hacer cuando alguien se acerque a pedirle o preguntarle algo? Joder. Y todo porqué no estaba pensando con claridad.

Aunque, claro, podría irse y ya. Pero, en definitiva, Craig nunca rompe una promesa, por más sin sentido que sea. Bueno... siempre hay una primera vez para todo, ¿no es así?

— Craig. ¡Me alegró tanto de verte!- chilló Alex con alegria.- ¿Cómo te ha ido?

— Bien.- murmura. Realmente no tiene ganas de hablar.

Alex le cae bien, de verdad, pero preferiría que se fuera y lo dejara pensar en sus errores con tranquilidad. Aunque, por otro lado, quisiera que el castaño no se fuera, que se quedara ahí y atendiera a las personas por él. Cosa que obviamente no va a suceder, ya que Alex tiene clases en quince minutos.

— Supongo que Dogie te explicó ayer algunas cosas. Ya sabes, para no confundirse.- Alex siempre tan amable. En parte es sarcasmo.

— Sí, me dijo lo que creyó necesario.- informó soltando un pesado suspiro.

Camina hasta detrás del mostrador, se descuelga la mochila dejándola en un rincón, donde no vaya a estorbar. Recarga la cabeza en la madera del escritorio. Alex le mira, aún conserva la sonrisa desde que Craig llegó, y no duda que haya estado así todo el día, o toda la semana. O toda la vida.

— Hoy probablemente venga ese chico gótico, ya sabes, es miércoles. Y viene los miércoles y los viernes. Aunque, a veces no viene. ¿Qué crees que haga cuando no viene?- pensó que seguiría hablando (con lo parlanchín que es) hasta que se dio cuenta que esperaba una respuesta.

— No lo sé, ¿fumar?-

— Sí, probablemente. No debería fumar siendo tan joven. Le dará cáncer en el pulmón o algo. Después irá por la vida con un tanque de oxígeno cargando, como la protagonista de ese libro que odia tanto. ¿Cómo es que se llamaba? Bajo la misma Estrella, creo. En fin, terminará igual, la diferencia es que nadie va a quererle. ¿Tú qué opinas?-

Se sorprendía de la capacidad de Alex para hablar tanto en tan poco tiempo. Él jamás podría hacer eso.

— Creo que Ike está enamorado de él.- mencionó. Tomó un lápiz haciéndolo rodar por la superficie de madera en la que seguía recostado, así que su posición no era precisamente la más cómoda. Y sus piernas comenzaban a adormecerse.

— ¿El hermanito de Kyle? Vaya, eso es nuevo. ¿Supiste que Kyle volvió con Rebecca? Ellos... ¡Oh, mira la hora! Tengo que irme, nos vemos Craig.- le dio un beso en la mejilla como despedida y tomó sus cosas.

— Adiós.- dijo de manera torpe.

Alex iba saliendo cuando se topó con un chico en la entrada. Tweek. Demonios. Su corazón retumbó como si no hubiera latido en horas. Cerró los ojos, volteando la cara para otro lugar.

El chico rubio se acercó al escritorio temblando por su común nerviosismo. Tweek alzó los ojos justo antes de chocar, de hecho, Craig creyó escuchar como algo golpeaba contra el escritorio. El rostro sonrojado del otro chico no hizo más que confirmárselo. 

Craig fingió que no lo había notado, aunque más de una persona en la sala había levantado la vista para descubrir de donde provenía el sonido. Sonrió con amabilidad, como se supone que debe sonreírle a cualquier persona que se acercara.

— Vengo a... entregar esto.- balbuceó.

Craig asintió, sin tener idea de qué podría decir. Abrió el tomo de préstamos, demasiado concentrado en registrar el libro entregado, hasta que se dio cuenta que alguien había estado mirándole. Tweek seguía ahí, observando cada uno de sus movimientos como si pretendiera asegurarse de que su libro quedaría registrado de la manera correcta.

— Vas a... ¿Vas a tomar otro libro?- curioseó esperando no sonar agresivo.

Tweek pareció sorprendido, casi alterado.

— Ah, sí. Lo... lo lamento.- murmuró alejándose con torpeza.

Craig se mordió el labio interno y exhaló con fuerza por la nariz, en un intento desesperado por controlar los latidos que le retumbaba en ambos oídos. Ese chico era muy lindo, y cada una de las cosas que hacía se ganaba la adoración de Craig. Básicamente, se metía en un rincón, cada vez más grande, de su corazón incluso sin planteárselo.

Siguió los movimientos de Tweek, esperando que volviera para poder preguntarle datos que debía registrar. Datos que ya sabía, pero debía simular que no. El chico rondaba por un apartado distinto al del día anterior, un apartado que Craig conocía como la palma de su mano: Ciencia, ciencia ficción, astrofísica y astronomía. Su corazón dio un vuelco. Podía sonar tonto, pero sentía como si Tweek estuviera entrando en su habitación, y no vagando por un lugar público. Craig se sintió como un idiota.

El chico volvió con un libro de tapa dura, sostenido con firmeza entre sus dedos esqueléticos. Craig envidiaba y ansiaba esos dedos por partes iguales. El fantasear con entrelazar la mano de aquel chico con la suya ya era costumbre, pero seguía provocándole un hormigueo satisfactorio.

Se lo quedó mirando hasta que Tweek se detuvo frente a él, y Craig se obligó a apartar la mirada. Mierda, pensó.

— Olvidé preguntar tu nombre.- indicó señalando el tomo abierto entre ambos.- Y tu grupo. Ya sabes, para completar la información.

Tweek tardó unos segundo en reaccionar. El calor se extendió por su cara y cuello. Craig volvió a apartar la mirada, ¿Por qué sus malditos ojos no podían dejar al chico tranquilo?

— Sí, claro.- Balbuceó.- Tweek Tweak, sexto semestre, grupo B.

El rubio abrió la boca como si fuera a decir algo más, cerrándola abruptamente al ver que Craig ya escribía, su entrecejo se frunció con desconcierto. Y Craig entendió porqué. Dogie y Alex le había dicho un par de veces que Tweek solía quejarse mucho porque las personas no sabían cómo escribir su nombre, o se confundían y escribían igual su nombre y su apellido. Craig supo que debió haber preguntado, o al menos fingir duda. Cualquiera se daría cuenta de que él ya sabía cómo escribir su nombre. Apretó la mandíbula con fuerza.

— ¿Te gustan las naves espaciales?- preguntó señalando el libro que Tweek aún presionaba.

El chico parpadeó confundido, parecía que recién notaba el libro.

— Eh... No lo sé.- admitió con vergüenza.- Es la... segunda vez que entro a esa sección.

— De acuerdo.- Craig asintió con una sonrisa comprensiva, sin entender porqué a Tweek le llamarían la atención las Rampion en lugar de sus comunes libros de herbolaria. (Dogie le había contado ayer qué el rubio siempre estaba en la sección de Geografía, ecología y herbolaria.)

Al terminar de hacer el registro, Tweek salió a tropezones del lugar. Algo que también era bastante común en él. Craig pasó el resto de la tarde deseando que Tweek volviera con la excusa de haber tomado el libro equivocado, o de devolverlo porqué no le había gustado. Lo que sea, sólo deseaba verlo una vez más.  Aunque sabía que le temblarían las piernas a penas lo viera.

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