36: Brillo.
36| Brillo.
Semana de calificaciones.
Esta semana era la entrega de las calificaciones finales y los ensayos para la graduación que sería en dos semanas. Dos semanas donde igual cumpliré cinco meses de embarazo, estaba nerviosa y ansiosa ya que cada día era un día menos para tener a mi hijo en mis brazos.
Estás semanas igual eran los exámenes de admisión a las universidades, Noah se encontraba nervioso ya que no creía entrar a la facultad de medicina pero yo sé que el lo logrará. De mi parte me encontraba tranquila, sabía que no podría entrar estás fechas por mi embarazo, tenía un plan y lo habían respetado.
Terminé de alistarme para ir a la escuela a los ensayos de la graduación. Me había puesto una blusa color negro que traía perlitas en más mangas y un pantalón junto a unos zapatos de piso. Hoy estaba lista para demostrar mi embarazo. ¿Por qué lo decidí? Pues verán, tras una larga charla con mi madre decidí hacerlo.
–Cariño, la gente siempre te va a juzgar.– mi madre me dió una sonrisa, para proseguir– La gente que no tiene una vida interesante ni luz propia se fijará en ti y tus acciones, gente como ellas siempre habrá. Pero no debes dejar que sus malos comentarios te quiten tu brillo y felicidad. Cuando yo anuncié mi relación con Kendall muchas personas me quitaron de su vida, se burlaron y criticaron diciendo cosas a mis espaldas, "¿Cómo dos mujeres pueden estar juntas?", "¿Qué ejemplo tendrán sus hijos?", "No les quedó de otra que estar juntas, como a ambas las abandonaron"– dijo recordando todo lo que alguna vez le dijeron – y muchas más cosas que si, me dolieron en su momento pero no dejé que ningunas de sus críticas me quitarán mi brillo y felicidad, al contrario, me hicieron brillar el doble porque no dejaría de ser feliz por cumplir las espectativas de las personas sin luz propia, ¿Tú dejarás de brillar por las personas sin luz propia?.
Niego.
–Entoces ignora todo eso. Eres la mujer más fuerte y valiente que conozco, has pasado por muchas cosas y sigues de pie, no dejes que ningún comentario te haga sentir menos. Brilla como has brillado hasta el día de hoy, brilla como la estrella más resplandeciente y no dejes de brillar por comentarios de personas que solo tienen envidia de tu luz.– me limpié las lágrimas y la abracé– y recuerda, no estás sola, me tienes a mi, a Kendall y a Matth.
Mi madre tenía razón. No podía dejar de brillar por personas sin luz propia. Terminé de alistarme para después bajar a desayunar, Noah vendría por mi para irnos juntos a la escuela, él me apoyo cuando le dije que hoy dejaría la ropa grande.
–Buenos días– saludé al entrar a la cocina.
Matth estaba desayunado y Kendall estaban lavando trastes.
–Buenos días.– Kendall me dió una sonrisa para terminar de lavar trastes. Matth solo me dió una sonrisa mientras comía su sandwich.
Me serví un poco de jugo de naranja y un sándwich de los que estaban en la estufa tapados. Me senté a lado de Matth y empecé a comer en silencio. El sonido de unos tacones inundó la casa estruendosamente.
–¡Kendall, llévame al trabajo, por favor!– mi madre entró apurada a la cocina. Traía un lindo traje negro con unas zapatillas del mismo color, su cabello estaba peinado en ondas.– Tengo una junta con mi jefe y llego tarde y todavía me falta maquillarme, no puedo conducir.
Kendall se secó las manos y agarró las llaves que estaban en la isla de la cocina. Mi madre le dió un beso en la boca antes de salir apurada hacia el carro, Kendall la siguió y después oí el carro arrancar. Terminé de desayunar para después lavar mi plato, por fin podría lavarlo.
–Bueno, está belleza se va a alistar para ir a estudiar.– Matth se levantó y se fue escaleras arriba.
El timbre sonó, sabía que Noah había llegado. Tomé mi mochila y salí a abrirle la puerta. Abrí la puerta y ahí estaba Noah, me sonrió y me dió un beso en la boca el cuál hizo que me sonrojara.
–¿Vamos?– preguntó y asentí.
Salimos de mi casa y caminamos hacia el carro, me abrió la puerta y el después entró para arrancar e ir a la escuela.
–Te queda muy bien todo– me sonroje.– Hoy te ves muy bonita, ¿Sabías?
Sonreí más.
–¿Ya te dije que hoy te ves más bonita? De hecho todos los días te ves más bonita que el día anterior.
Fijo mi vista en la ventana, intentando calmar el zoológico que siento dentro.
–¿Ya te dije que me encanta cuando te sonrojas? Tus cachetitos parecen tomates, me gusta.
–Ya– alargo la palabra, riéndome– mis cachetes van a asarse de tan calientes que están.
Noah ríe y lo volteo a ver.
–Me gusta hacerte sonrojar, perdón. Pero todo lo que te dije es verdad, hoy te ves bonita.– nos paramos por un alto y me da un beso en el cachete rápido. Sonreí inconsciente.
Llegamos a la escuela, Noah estacionó en un lugar cerca de unos árboles, para que cuando diera el sol no se calentara tanto el carro. Respiré.
–¿Estás bien? Sabes que aquí estaré para cualquier cosa, no me despegare de ti.– mire a Noah y éste me dió una mirada que me transmitió seguridad.
Vamos Karen, tu puedes. Me animé mentalmente.
No dejaré que nadie apague mi brillo, he pasado por tantas cosas y sigo de pie, no han sido las primeras burlas que he sufrido. Ya pasé cuando mi padre me abandonó por otra mujer –que ahora sé es la directora Alix–, ni cuando mi madre se casó con Kendall –fueron un sinfín de burlas respecto a que mi madre se casó con Kendall porque mi padre la dejó y nadie más le haría caso, o que si yo igual era lesbiana. Cómo dije, mentes cerradas que cada vez me dan más asco su forma de pensar–. Yo puedo.
Mire a Noah y asentí.
–Esta vez no soltaré tu mano– junto mi meñique con su meñique en señal de promesa–. Hoy estaré en todo momento para ti y protegerte de todo.
Asentí y me dió un pico en los labios. Salimos del carro y Noah me agarró de la mano, su agarre era fuerte, me sentía segura. Respiré una y otra vez. En el camino varias personas me veían y susurraban cosas que era capaz de escuchar. Entramos a la escuela y la mayoría de las vistas estaban en nosotros o mejor dicho en mi vientre. Llegamos a mi casillero y solo saqué dos de mis libretas, aunque no hacemos nada ya hay algunos maestros que te dejan tareas para que no estemos sin hacer nada. Caminé en silencio hasta el casillero de Noah, las vistas seguían sobre mi.
Noah y yo caminamos a nuestro salón, ya que nos tocaba compartir historia. Entramos y todo estaba tranquilo, la maestra no demoró en entrar y solo llamó a los que tendrían que rendir su materia porque la habían reprobado.
Noah se la pasó intentando sacarme charla para dejar un poco el hecho de algunas miradas caían en mi y lo estaba logrando, me estaba ayudando a olvidar un poco todo ésto. Al terminar la clase me tuve que despedir de él para ir a la clase de arte.
–¿Estarás contenta, no?– una voz hizo que me parara.– Embarazarte para amarrar a Noah, que ingenio.
Citlalli se encontraba frente a mi con sus "amigas" a un lado de ella, su aire de suficiencia llegaba hasta china.
–De seguro ni de él es el hijo.
Respiré profundo. No le daría el gusto a nadie y mucho menos a ella de verme mal por sus críticas, no dejaré que apaguen mi brillo. Decidí ignorarla para volver a caminar hacia mi salón, un fuerte jalón en mi brazo me hizo detenerme.
–Mira globito, no dejaré que te salgas con la tuya– me quería reír por su absurdo apodo hacia mi figura, pero sus uñas enterradas en mi antebrazo me lo estaba impidiendo–. Ni tú ni tu amiguita esa de quinta van a impedir que nos quedemos con nuestros hombres.
Me reí, no lo puede evitar. En serio Citlalli me daba tanta risa, estamos en el siglo XXI, ¿Quién sigue peleando por un hombre?
–Mira linda, estamos en pleno siglo XXI, aquí las mujeres ya no pelean por los hombres– respondí, quitando sus uñas de mi antebrazo ya que me estaba doliendo demasiado– Deja de pelear por un hombre y quierete un poquito– junte mi dedo pulgar e índice para demostrar el poquito– y deja de molestarme.
Le di una última mirada y empecé otra vez mi caminata hacia el salón de artes. Sentía un sinfín de emociones. Entré al salón y todavía no llegaba el profesor.
Kat y Ada estaban sentadas en el lugar de siempre, al verme sonrieron. Me senté en mi lugar con cuidado y respiré profundamente.
–¿Qué te pasa? ¿Estás bien? ¿Quieres que llame a Noah?– le di una sonrisa a Kat y negué.
–Estoy bien, tranquila.
Kat asintió.
–¿Pero que te pasó en el brazo, mujer?– Ada levantó mi brazo y me miró preocupada. Estaba rojo y tenía las uñas de Citlalli marcadas.
Les di una sonrisa antes de contarles lo que había sucedido momentos antes de que entrara al salón.
–¡Debi de haber estado ahí!– Kat se lamentó– ¡Deja que esa loca te haya echo algo, la mato!
–Tranquila, me encuentro bien.
El maestro entró y éste se dedicó a dar los trabajos que le habíamos entregado a lo largo del ciclo escolar. ¿Yo para que quería todos mis trabajos? Me dediqué a hablar con Kat y Ada, las cuales me distrajeron un poco de todo el caos que tenía en mi mente.
Las críticas y los murmullos no paraban. Por donde sea que caminaba por la escuela me veían de mala forma y murmuraban cosas entre sí, algunos me felicitaban y a otros simplemente no le importaba –lo cuál era mejor para mi–. No pude evitar soltar algunas lágrimas algunas veces cuando escuchaba por algún lugar del pasillo insultos.
"Es una entregada, mi mamá dice que eso solo le pasa a las zorras como ella"
"Tal vez el bebé ni es de Noah, tal vez solo lo sedujo para que crea que es de él, ni ha de saber de quién es el bebé."
"Que puta."
"Se embarazó para llamar la atención."
"Eso le pasó por la mala educación que tuvo, acuérdate que su mamá salió lesbiana después de que su padre la dejó, ¿Qué le pudo haber enseñado?"
Muchos más insultos como esos escuchaba a lo largo del día, de los cuales no podía no sentirme mal o llorar. Los que más me dolían y enojaban eran los que metían a mi madre, en pleno siglo XXI me enojaba que las personas sean de mente tan cerrada, tanto que me dan asco a veces.
Salí de la escuela tan pronto terminó el ensayo de la graduación. Cada vez era menos la espera para por fin descansar en paz en mi casa.
–¡Karen!– el grito de Katlyn hizo que me parara en la entrada. Volteo y la veo venir con Ada.– ¿Quieres ir por un helado?
Negué.
–Me iré a mi casa, gracias por la invitación– Kat asintió, se despidieron de mi y ambas fueron al carro de Kat. Sabía que estaba dejando muy olvidada a mis amigas, pero últimamente no he tenido cabeza para nada, las invitaría a una pijamada el día de la graduación.
Vi el carro de mi padre aparcar en el estacionamiento. Thomas bajó con una sonrisa, caminó hasta mi y me saludó.
–¿Cómo están? Digo están porque eres tú y mi sobrinito o sobrinita.
–Bien, hemos tenido un día pesado.
–¿Quieres ir a comer hoy a la casa?– Michael me da una mirada de cachorrito– Di que si.
Sonreí y asentí. Michael festejó y me dió un sonoro beso en la mejilla.
–Ve al carro, yo iré a buscar a mi mamá– dijo antes de entrar a la escuela. Le mandé un mensaje a Noah diciéndole que iría con mi padre a comer y uno a mi madre. Caminé hasta el carro y Caleb me abrió la puerta.
–Sabia que aceptarías, pasa.– se hizo un lado en la parte de atrás y entré. Mi padre me dió una sonrisa por el espejo.
Minutos después Michael y Alix entraron al carro. El camino fue algo divierto, Michael y Caleb se la pasaban haciendo bromas que me hacían reír muchísimo.
Bajamos del carro y entramos a la casa, me dediqué a ayudar a Alix en la comida junto a mis hermanos. El ambiente con ella no era incómodo, pero tampoco era tan cómodo. Era divertida.
Comimos todos juntos, me preguntaban a veces cosas sobre mi, mi embarazo, de todo un poco o Michael me contaba anécdotas de él.
–¿Karen que te pasó en el brazo?– todas las miradas cayeron en mi brazo por la pregunta de Alix. Mi brazo estaba un poco morado, toda la vida he tenido una piel delicada que por todo se marca y se hace un moretón–¿Dónde te pasó eso?
–Fue en la escuela– admití por la mirada que me dió Alix–. Me lo ha hecho Citlalli.
–Mañana mismo arreglaré eso, ¿Ok?– asentí– No dejaré que en mi escuela se haga bullying, ni a ti ni a nadie.
Agradecí mentalmente por eso. Seguía siendo raro el que Alix sea la esposa de mi padre, pero tenía una preocupación por mi y se lo agradecía. Al terminar la cena me quedé en la sala con Michel y Caleb jugando Uno.
–¿Podemos hablar?– mi padre apareció en la sala y asentí. Me pare del sillón con ayuda de Caleb y seguí a mi padre hasta lo que parece ser su oficina.
–¿Qué pasa?– pregunto mientras tomo asiento en uno de los sillones de su oficina.
–Sé que tienes un plan para retomar tus estudios después del nacimiento de mi nieto o nieta– empezó a decir–. Yo apoyo todo eso, me alegra que quieras seguir adelante aún con un bebé y que siempre tendrás mi apoyo. Yo sé que te preguntarás por qué tanta palabra, iré al grano. Alix y yo somos muy buenos amigos del director de la universidad estatal de la ciudad, nos enteramos que habías mandando tus papeles meses antes de que supieras tu embarazo para aplicar –era verdad, yo metí mis papeles mucho antes que me embarazara–. Hemos hablado con Robert y nos ha dicho que en cualquier momento que quieras ingresar a la universidad tienes un lugar asegurado en la carrera que quieras.
Me tendió un sobre y lo tomé, lo abrí y ví que era una carta de la universidad donde decía que lo que mi padre me había dicho: en cualquier momento que quiera iniciar mis estudios en la carrera que quiera tendría mi lugar, estaba firmado por el director. Lo miré sorprendida.
–No fue tan difícil, Robert aceptó encatado, tus calificaciones son perfectas.– abracé a mi padre.
Tenía muchos sentimientos encontrados, jamás pensé que podría llegar a hacer esto por mi, tal vez una parte de mi quisiera negarlo y entrar por si misma pero la otra parte está feliz.
Tal vez todo en mi día no fue tan malo al fin y en cuenta.
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¡Holaaaaaaaaaaaaaa, Elisa aquí!
Les quiero contar que esté capítulo me ayudó mucho en mis días, ya que lo escribí poquito a poquito y me ayudó a quitarme todo el estrés y la bola de problemas traía. No he tenido días bonitos:( pero como sea.
Espero que les guste el capítulo, intentaré escribir más seguido y actualizar así más seguido. Cómo saben mis días al inicio de la historia –para las que me han leído desde el primer capítulo, y si tú eres unas de ellas te agradezco infinitamente por seguir aquí– son los fines de semana, así que espero retomar esa rutina.
Les cuando que últimamente hace demasiado calor aquí en donde vivo, ¿En donde viven hay calor? Yo siento que me derrito del calor que hace 🥵
Como siempre te cuento que si no me sigues en el instagram de la historia:
xxpunteriaperfectaxx
Que tal vez igual me desaparezco un poquito, pero estoy haciendo todo lo posible para estar ahí. Si gustan mandarme mensajitos por ahí, les responderé.
Sin más que decir.
Nos leemos pronto.
–E
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