33: Un deseo.
33| Un deseo.
Noah Thompson:
–Buenas tardes, vine a ver a Karen– habló el chico con un ramo de flores que se encontraba en la puerta.
Karen se atragantó con el pedazo de pechuga que estaba comiendo, haciéndola toser. Mi mirada volvió a caer en el chico que seguía parado esperando a que alguien dijera algo.
–Augusto pasa, cariño– lo invitó Kendall con una sonrisa.
¿Augusto? ¿El chico al que le dije que dejara de molestar a Karen porque no necesitaban de nadie más? ¿Qué hace él aquí?
Augusto pasó hasta la cocina y saludo con un beso en la mejilla a Kendall y Alex, Karen estaba callada en su lugar mientras bebía un poco de agua, Matth venía caminando hacía la cocina con una sonrisa incómoda.
–Disculpen que me haya aparecido así de la nada pero mi madre me comentó que Karen había estado en el hospital y vine a ver cómo estaba.– explicó en un tono amable y tranquilo, que a mí me provocó que exprimiera más fuerte la naranja.
Karen le dió una sonrisa amble pero pero un poco incómoda. –Muchas gracias por preocuparte Augusto, no tenías que venir hasta aquí.
–No es ninguna molestía, solo me preocupe por ti.– le entregó las flores y le dió un beso en la frente.
Fruncí el seño.
¿Este que se creía o qué? ¿No le quedó claro que Karen no necesitaba de nadie más?
–¿Crees que podamos hablar un segundo, Karen?– preguntó el chico una vez separó sus labios de la frente de mi chica.
Karen asintió un poco incómoda, se bajó de la silla lentamente y lo guío hasta el patio. Sentí una palmada en mi hombro. Volteé mi mirada y vi que había sido Matth.
–Ya hombre, si tuvieras rayos laser en la vista el pobre chico ya fuera cenizas.– Alex y Kendall se empezaron a reír.
–Tranquilo, cariño– me dijo Alex con una sonrisa mientras volteaba una pechuga.
Seguí exprimiendo las naranjas para intentar distraerme.
Karen Chars:
Caminé hacia el patio con Augusto, me sentía incómoda con su presencia y más estando Noah aquí. Nos sentamos en los sillones que están en el patio, en silencio.
–¿De qué querías hablar?– fuí la primera en romper el silencio.
–Solo quiero saber si estás bien, una amenaza de aborto es muy grave.
–Estoy muy bien, gracias– le di una sonrisa–. La doctora solo me ha dado reposo hasta que el dolor pase y tener sumo cuidado en mi embarazo, nada de emociones fuertes o cargar cosas pesadas.– expliqué.
–Que bueno la verdad. Si necesitas algo sabes que puedes contar conmigo en todo lo que necesites, aquí estaré para ti.
–Augusto en serio gracias por ofrecerme de tu ayuda. Pero vinimos aquí porque querías hablar conmigo de algo.– le recordé con una sonrisa.
–¿Por qué no me contaste de él?
¿Él? ¿Qué él? ¿El pollito pio?. Estaba confundida.
–¿Quién es él?– pregunté confundida.
–El papá de tu bebé– dijo serio–. Debiste haberme dicho que tenías una relación con él.
Ahhh, él es Noah.
–Pues jamás pude decírtelo, desapareciste después de la llamada en la clínica.– le recordé.
–Ese día te iba a decir que me iría unos días con mi papá por cosas de negocios. Debiste de haberme dicho para pasarme esto de venir y ver que está aquí.
–Yo no tenía más que una relación de "amigos- padres"– dije entre comillas– con él en ese momento. Mira, no me quiero enojar contigo ni mucho menos terminar otra vez en el hospital cuando acabo de salir de el hace unas horas.
Augusto bajó la cabeza.
–Mira, estoy saliendo con Noah ahora y estoy siendo muy feliz con él. Perdoname por no ser la persona que creías que podríamos tener algo, pero en algún lugar de todo este mundo estará alguien muy feliz de serlo. – le di una sonrisa.
–Creo que debo irme.
Augusto se levantó del sillón y ayudó a levantarme, ya que a mí me costaba un poco cuando eran muy bajos los sillones. Entramos a la casa en silencio, pasamos por la cocina y mi madre me dió una mirada expectante pero no dijeron nada.
–Respecto a lo de hace raro, lo de mi ayuda–me recordó, mientras abría la puerta–. Sigue siendo válida, aquí estaré para ti, en todo.
–Muchas gracias, Au.– le di una sonrisa y lo abracé.
–Cuida de ti y tu bebé, ¿Ok?– asentí con una sonrisa– Suerte.
Me dió un beso en la frente y se fue.
Cerré la puerta y caminé hasta la cocina, todos estaban en silencio.
–Vamos a llevar las cosas, pues.– habló mi madre rompiendo el silencio.
Todos empezaron a llevar las cosas, a mí no me dejaron llevar mi un tenedor. Noah estuvo callado, solo decía una que otra cosa cuando era necesario. Al terminar de comer levantamos todo y después de cinco minutos de rogarle a mi madre me dejó lavar mi plato y vaso. Odiaba que no me dejaran hacer nada.
Noah se sentó en el sillón y me senté a un lado en silencio y lo abracé a como podía.
–No te pongas celoso de Augusto. Las cosas quedaron muy claras.– Noah me miró y le di una sonrisa– Tranquilo, ¿Si?
Noah asintió.
–Es que me es inevitable, él quería algo contigo y aparece así de la nada con flores. Perdón.
–Pero ya no pasará, así que quita esa cara de amargado.
Le di un beso en la mejilla y el sonrió. Recosté mi cabeza en su hombro y me quedé ahí por un buen rato. Decidimos ver una película, la película que habíamos dejado pendiente el día que me dijo que le gustaba.
Me sonrojo al recordarlo.
–¿Estás bien?
–S-si, solo me acordé de algo.
Noah rió y se sentó a mi lado con un plato lleno de fruta picada. Recosté mi cabeza en su hombro y agarre un pedazo de manzana para llevarmelo a la boca, Noah pasó un brazo por mis hombros y me pego más a su pecho, para que estuviera más cómoda.
Si me dieran un deseo sin duda sería quedarme en sus brazos para siempre.
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¡Helloo, it's me!
Un capítulo nuevo, que sé que es muy corto pero les prometo que el siguente estará más largo. Ultimamente he estado inspirada ya que he estado aburrida y me pongo a escribir para entrenarme.
Cómo pueden ver al pobre Augusto se fue a la friendzone:(, f por el
Espero que les haya gustado el capítulo. Gracias a todos los que me leen, votan y comentan, en serio me hacen muy feliz por todo eso.
No olviden segur el instagram de la historia:
xxpunteriaperfectaxx
O pueden encontrar el link en mi perfil.
Sin más que decir.
Nos leemos pronto
–E
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