02: ¿Dónde tenía la cabeza?


02| ¿Dónde tenía la cabeza?

El lunes por fin llegó, todo el resto del fin de semana me la pasé en mi cuarto. Solo salía para comer y de ahí me regresaba a encerrarme.
No sabía cómo regresaría a la escuela, estuve pensando mil y un excusas para no ir pero vamos, mi madre no es tonta.

–Se fuerte, Kar –me dijo Matth mientras me bajaba de su automóvil. Había ofrecido a llevarme y se lo agradezco muchísimo–. Piensa que nunca pasó nada, cualquier cosa me llamas y vengo por ti.

Me despedí de el con la mano, y empecé a caminar hacia la entrada de la escuela, vi como Katlyn estaba bajando de su automóvil, y me acerque a ella.

-Hola hermosa –me saludó Katlyn con un beso en la mejilla–, ¿Que te hiciste después de que me quedé charlando con Hugo?

¿Que le digo?

–Nada –mentí, entrando rápidamente y caminando hacia mi casillero–, ¿Y tú, pasó algo interesante con Hugo?

–¡Estabamos bailando! –exclamó en un chillido–. Estábamos a punto de besarnos pero, ¡Uhg! Maldita sea Rebeca. Se acercó y se lo llevó diciendo que necesitaba de el como hermano.

Rebeca es nuestra amiga desde segundo año, nadie sabía que era hermana de Hugo. Hasta que un día los escuchamos hablando y lo descubrimos pensamos que eran novios pero Rebeca nos explicó después que eran hermanos.

–Oh, y eso arruinó tu noche. –digo y ella asiente frenéticamente. Caminamos hasta nuestro salón de literatura.

–¡Mira quién te está viendo! –exclamó golpeandome en el brazo–, ¡Noah Thompson te está mirando, coqueta!

Oh no, ¿Si se acuerda de algo? ¿Y si me humilla frente a todos?

–Claro que no, de seguro te va a ti o a cualquier otra persona. –dije ajustandome la correa de la mochila mientras entrábamos al salón y nos sentamos en el fondo de la clase.

–¡Vamos Kar! –chilló–, ¿Crees que no los vi hablando el día de la fiesta? No me quieras engañar pequeña.

Iba a hablar pero el maestro de literatura entró.

–Buen día jóvenes, por favor saquen su libro y busquen la página 207 y hagan el ejercicio. –dijo sin más y se sentó en su escritorio y empezó a agarrar su celular.

Me puse a hacer el ejercicio, mientras que Katlyn se limaba las uñas. Sentí que mi celular vibro y lo saqué.

Matthi.

"Hola Kar, ¿Hablaste con Noah?"


"acabo de entrar tonto, hablaré con el en la salida."


"esta bien niña, pero habla con el."


"esta bien, te dejó por qué estoy en literatura"


"con el viejo Méndez?"

"si, estoy haciendo unos ejercicios."

–¡Señorita Chars, podría hacerme el favor de salir de mi clase! –grito mi profesor de literatura. Caramba.

Me pare del asiento y tome mis cosas. Salí del salón no sin antes darle una mirada de odio al profesor.

Caminé por los pasillos hasta llegar a la área de comida, todo estaba vacío. Me senté en una silla y saqué mi celular.

Matthi.

"Gracias, me sacaron del salón."


"¿Enserio?, Lo siento. Te dejo ahora sí, Xoxo."


"Xoxo, no se te olvide venir por mí."

Guarde mi celular y recosté mi cabeza en la mesa. Escuché que alguien entró al área de comida, alcé la vista. No debí hacerlo.

Noah Thompson estaba ahí, me pare de mi asiento. Es ahora o nunca.

–¡Ey, Noah! –me acerque a el–, ¿Podríamos hablar? –Él asintió y me dijo que me sentará en una mesa.

–¿Que pasó, preciosa? –preguntó.

–Como decirlo, es que... –no sabía cómo decirle–. ¿Recuerdas que pasó el viernes?

El se quedó helado un rato y después se compuso.–Claro que si, ganamos un partido de fútbol.

Ruedo los ojos y él ríe bajito, sacándome una pequeña risa a mi también.

–Y lo hicimos. –me recuerda.

Sentí mis mejillas calentarse.

–Tranquila, nena –puso una mano sobre mi hombro–. Quédate tranquila, esto quedará entre los dos. –se levantó y se fue dejándome sola.

Gracias a dios.

La campana sonó, indicando el cambio de clases. Tome mi mochila y caminé hasta la canchas de la escuela, es hora de educación física.

--

–¡Vamos Chars! –escuché como me gritaba la profesora–, ¡Solo te falta una vuelta!

Yo no puedo mas. La profesora nos a dejado diez sesiones de veinte vueltas a la cancha. Ya no puedo más.

Di todo mi esfuerzo y por fin terminé.

–¡Chars, Diaz, Johan y Pierce! –gritó la maestra–, Son el equipo número uno.

Dos chicas una morocha y una pelirroja se acercaron a mi junto a un chico alto bronceado.

–Hola –saludo la morocha–, Soy Coral, no se si me recuerdas.

–Soy Karla. –dijo la rubia.

–Y yo soy Romeo. –dijo el chico.

Saludé con la mano y me senté en el piso.

–Haran diez sesiones de diez largartijas, suben saltan y vuelen a bajar –dijo la entrenadora haciendo el ejemplo, hizo una lagartija, se paró dio un salto y volvió a hacer lo mismo–. ¡Vamos!

Empezamos a hacerlo, el chico rápidamente inició. La rubia y la pelirroja charlando empezaron a hacerlo con demasiado delicadeza. Yo por mi parte, empecé a hacerlo con tiempo, a la quinta lagartija me cansé.

–¡Vamos, pequeña Chars! –gritó la profesora–. Un cuerpo de envidia no se hace solo.

¿A mí que me importa tener un cuerpo de envidia? Yo soy feliz con mis pequeños senos y mi poco de trasero y mis longitas.

Un celular sonó, la profesora rápidamente saco su celular y contesto.

–¿Bueno?. Si claro. Esta bien, Patrick. Si si, adiós.

Yo ya iba por la tercera sesión, gracias al cielo. El chico iba por la última y las dos chicas iban por la mitad de la segunda.

–¡Chars! –me llamó la profesora–, ¡Te busca la directora!

Me pare del piso y me limpié las manos, agarre mi mochila y caminé hasta los vestidores, mientras caminaba escuchaba como Katlyn me gritaba cosas en diferentes tipos de voces.

–Mamacita. Ese culo de envidia. Si te doy y no la hora, chiquita. –grito y yo solo me empecé a reír.

Me cambié rápidamente, no sin antes darme una ducha. Salí rápidamente y caminé hasta la dirección.

Al llegar a la dirección, pude ver a Rocio, la secretaria.

–Hola buen día, señorita –saludó con una sonrisa contagiosa–, ¿Buscas a la directora? –asentí–.Toma asiento, en unos momentos te recibirá.

Hice lo que me pidió, me senté y me puse a ver mis uñas.

–Puedes pasar –me indicó la secretaria, me paré del asiento y entre rápidamente a la oficina.

–Buen día, señorita –saludo la directora–. Puede tomar asiento. La he llamado porqué tengo entendido que se quiere anotar al club de atletismo.

Asienti con un sonrisa.–Si, mi madre me a impulsado a meterme.

La directora asintió y saco de uno de sus cajones unos papeles.

–Toma  –me los tendió–. Son algunas de las cosas que debes de saber y los horarios de reuniones.

Los tomé y salí de ahí.

El timbre sonó indicando nuestro última clase, Química.

-

–Para terminar esta clase, formen parejas. Cómo saben haremos una semana de la feria, tomaremos los temas, por pareja elegirán un tema rifado. Así que por favor, un representante de cada pareja venga.

Me pare y tome un papel.

"Aportaciones a la tabla periódica."
Genial, no se si lo vieron pero era sarcasmo.

–¿Que nos tocó? –preguntó Katlyn.

–Aportaciones a la tabla periódica. –dije y ella se quejó contra el banco.

–Chicos, ya pueden salir –dijo la profesora–. Recuerden que las exposiciones son para dentro de dos semanas.

Y así sin más, salimos todos.

Saque mis cosas de mi casillero y las guarde en mi mochila, vi como Katlyn se acercaba.

–¿Como haremos el trabajo? –preguntó.

–Iras a él próximo lunes a mi casa y lo haremos martes y miércoles,¿Ok? –dije mientras caminaba hacia la salida. Me acordé que debía avisarle a Matth que ya salí.

Para: Matth.
"Ya salí, tonto."

Guarde mi celular y Katlyn se paró a un lado mio.- Está bien capitana, nos vemos mañana guapa.-se despidió y se fue.

Caminé hasta un banco que estaba cerca de la salida, Matth estaría en problemas si no viene por mi pronto.

–¡Bonita retaguardia, Chars! –escuché como gritaba un idiota en un auto mientras sus amigos le hacían segundo–, ¡Para la próxima creo que sí iré a una fiesta! –volvió a decir este mientras el automóvil ya estaba varios metros lejos.

¿Que demonios?

Furiosa me levanté y les alcé mi dedo corazón..

–¡Estúpidos! –grité. Aunque sé que no me escucharán.

Me volví a sentar y a los pocos minutos escuché como un automóvil se estacionaba frente a mi.

–¿Subes?  –preguntó Matth desde el automóvil. Me pare y rápidamente ente al automóvil, un olor a colonia de hombre me recibió–. Andando.

Llegamos a la casa y mi madre nos recibió con una mesa llena de comida, demonios.

–¡Bebé! –exclamó al verme–, Pasa a comer, me imagino que fue un día muy cansado para ti.

Tomé asiento a lado de Matth, mi madre me sirvió un plato de comida con mucha felicidad. Sin muchas ganas empecé a comer.

Empecé a jugar con mi plato mientras que mi mamá y Matth comían como si fuera él fin del mundo.

No podía dejar de pensar en como le diría a Adrián sobre que lo había engañado. No esperaba que me perdonara, sin duda tendría que terminar con él porque esto estaba mal y no merecía que lo haya engañado.

¿En qué demonios pensaba?

¿Dónde demonios tenía la cabeza?

¿Quieres que te responda? La tenias hasta...

¡Cállate, pensamientos!

Por otro lado estaba lo que me dijeron aquellos chicos, ¿Por qué me dijeron eso?  Tal vez hice algo más en la fiesta o ¿Será por el pantalón que traía hoy?

Mi mamá me decía que eran de esos que te levantaban el culo.

–¿Ya vas a comer? –la voz de mi madre me saca de mis pensamientos y asiento, no muy convencida.

Tenia que arreglar mis problemas rápido.

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Holi Holi :p

Cómo pueden ver, he cambiado el nombre del capítulo y el final, porque sinceramente si era muy absurdo que Karen presentara síntomas a los dos días, tampoco era Bella de Crepúsculo xd

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Ig: @elisa_wttd

–E<3

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