Madrugada, otra vez

12 Junio
2 AM

—Es un antro Jinnie— Habló Jungkook con una sonrisa —No importa que tan mal o buen bailarín eres, solo baila.

Seokjin asintió y se dejó llevar al ritmo de la movida música. Hoseok y Jimin bailaban junto a ellos en el pequeño círculo que habían formado. Yoongi y Taehyung estaban físicamente junto a ellos, pero parecían estar en su pequeña burbuja, ajenos a todo lo que pasaba a su alrededor.

Todo el lugar estaba lleno de luces de colores que parpadeaban levemente. Parecía que en lugar de iluminar el espacio, solo hacían resaltar la obscuridad que había. La música, a pesar de estar increíblemente alta, no le molestaba a nadie. Jungkook puso las manos en la cadera de Seokjin y siguieron bailando como si estuvieran solos.

El lugar estaba lleno, especialmente la pista de baile, donde todos bailaban al ritmo de la música de Latinoamérica. A pesar de que no era un género muy sonado, todos parecían disfrutarlo, bailando con sus amigos a parejas, pegándose a los cuerpos ajenos a su alrededor.

Antes de poder decir algo, Jin fue tomado por la cintura, y cuando se volteó, se encontró con Yoongi, señalando la mesa en donde estaban.

El mayor entendió, y después de acercarse al oído de Jungkook, él y Yoongi fueron a su mesa y pidieron unos tragos.

Yoongi miró con pereza la pista de baile mientras le daba un sorbo a su bebida -con poco alcohol- y levantó una de sus cejas cuando divisó a un tipo vestido de negro y con expresión seria mirando a todos.

Parecía buscar a alguien entre toda la multitud. Se veía solitario y notó levemente que sus manos temblaban.

—Mmh, ese tipo, el de negro.

Jin dejó de mecerse al ritmo de la música y se acercó a Yoongi —¿Qué dijiste?

Cuando Yoongi volvió a mirar, el hombre ya no estaba. El pelimenta parpadeó varias veces y volvió a darle un sorbo a su bebida. —No, nada, olvídalo. Vamos a bailar ¿sí?

Seokjin frunció el ceño pero asintió, caminando hacia la pista de baile con la bebida en una de sus manos, al igual que Yoongi.

Cuando apenas se metieron entre la gente, sus amigos, sin excepción, ya estaban caminando hacia la mesa. Yoongi miró a Seokjin con una sonrisa, y alzando los hombros, se unieron a ellos. Los seis se sentaron y pidieron una ronda de tragos, cada uno bailando en su asiento. Los minutos pasaron y tanto Jin como Jimin, fueron a la barra del antro para su tercera ronda.

—Entonces... —Musitó el peligris, mirando a Seokjin con una sonrisa —Tu eres el chico del que Kook no deja de parlotear.

Jin sonrió, tomando entre sus manos una bebida azul —Supongo que sí.

Jimin le dio un sorbo a su cerveza con una sonrisilla, y antes de que pudiera decir algo más, un disparo resonó en el lugar.

Ambos fruncieron el ceño y cuando miraron a sus alrededores, no notaron nada diferente.

—¿Tú también escuchaste eso?

Jimin asintió —Supongo que fue la músic-

Un segundo disparo se escuchó y Seokjin perdió color cuando un chico a lo lejos cayó al piso.

Sin saber qué hacer, tomó a Jimin por los hombros y lo tiró al suelo. Gritos comenzaron a escucharse por el lugar y rápidamente Seokjin buscó la mesa donde todos sus amigos estaban, pero solo pudo sentir como las personas pasaban sobre él y pisaban sus manos y cabeza.

Su respiración comenzó a entrecortarse en lo que de fondo cada vez se escuchaban más disparos, tan fuertes que cerraba los ojos con violencia cada que el estruendo se oía.

No tenía ni idea de donde estaba la o las personas que disparaban. Había tanta gente antes que no notó absolutamente nada raro y en esos momentos estaba tan asustado que no se atrevía a alzar la vista.

Antes de poder reaccionar a los nuevos disparos, se paralizó cuando observó a Jimin escupiendo sangre con los ojos llorosos frente a él. El peligris se veía tan blanco como una hoja de papel y con la mirada perdida. Sus dientes y labios estaban asquerosamente rojos. Jin, aterrado, tomó sus mejillas y se percató que al peligris le habían disparado en la espalda por el charco de sangre bajo él.

—No, no, no.

Musitó Seokjin con los ojos llorosos, arrastrándose para llegar a él y abrazarlo como pudo. Seguía vivo, su corazón y sus intentos para hablar lo demostraban, pero era claro que no iba a durar mucho tiempo así de débil.

—A-aguanta Jimin, t-tú puedes —Habló contendiendo las lágrimas y sintiendo el corazón latir con fuerza.

Pero el peligris ya no respondió. Seokjin lo sacudió y le habló, pero Jimin ya no tenía calor.


—¿Qué mierda?

Yoongi tomó a Taehyung por los hombros y se agacharon al piso, como todos que estaban en la pista de baile. Hoseok miró a Jungkook con rapidez, quien estaba temblando hecho un ovillo en el suelo.

—Respira —Hoseok habló entre dientes, tratando de tranquilizarse él también.

La música se mezclaba con los gritos de las personas, y Yoongi, reconoció al hombre de negro que había visto antes. Sin pensarlo mucho, tomó a Taehyung y lo hizo recostarse en el piso, en lugar de estar en cuclillas. Hizo lo mismo con todos los demás y cuando él lo iba a hacer, de la nada comenzó a sentir caliente en su pantorrilla.

Hoseok soltó un jadeo cuando vio con sus propios ojos como la pierna del pelimenta recibió un disparo al azar. La sangre comenzó a brotar. Yoongi se trató de mirar como pudo y cuando captó lo que había pasado, soltó un gimoteo. Sentía la piel arder, pero lo podía soportar.

—Todo va a estar bien, Yoongi —Taehyung, con los ojos vidriosos rompió su playera como pudo y trató de hacer algo para detener el sangrado del pelimenta, pero como no dejaba de temblar, fue imposible hacerlo.

Yoongi, en lo que miraba a Taehyung, se encogió por el sonido de las balas tan cerca de él. Cerró los ojos y trató de respirar hondo y contener las lágrimas.
Cuando se giró, y miró hacia al frente, de su garganta salió un jadeo horrible y su vista se nubló de inmediato por las lágrimas. Hoseok, su mejor amigo, estaba con la nuca destrozada frente a él, con la cabeza sobre un charco de su propia sangre. Jungkook, a su lado, estaba soltando jadeos y soltaba lágrimas que parecían infinitas. Se sentía asustado y adolorido por todas pisadas en sus manos, que estaban sobre su nuca.

Yoongi se encogió cuando escuchó otro disparo y miró como poco a poco las personas iban cayendo frente a él. Dejó de moverse y trataba de regularizar sus jadeos para que quien estuviera disparando lo confundiera con un cadáver. Antes de descansar su cabeza en el piso, cerró los ojos con violencia dejando caer unas lágrimas al ver como Jungkook recibió una patada estrepitosa en la cabeza y un disparo en su pecho.

La sangre de todas las victimas escurría por el piso y por las luces, ya nadie sabía dónde estaba el agresor.

Seokjin se arrastró por el piso, sintiendo un vacío en su pecho por haber dejado el cuerpo de Jimin tras él, pero cuando vio una puerta, todos sus pensamientos se esfumaron y de inmediato se metió. Corrió hacia uno de los cubículos vacíos del baño y se encerró.

Se subió a la taza y tapó su rostro. Sus manos no dejaban de temblar y su vista estaba borrosa.

Tomó su celular y como pudo, escribió la clave para desbloquearlo.

Pensó en Yoongi y en Hoseok. En Jungkook y sus amigos. En lo que abría una de tantas aplicaciones, rezó en voz baja por sus amigos.

Hay algueiim disparndo en el club estpy econdiedno en el bañp

Las manos de Seokjin estaban temblando cada vez más y mordía su labio inferior para evitar sollozar. Vio la foto de perfil de su madre mientras seguía escribiendo con miedo.

Sintió un mini-infarto y un dolor agudo en la boca de su estómago cuando se escuchó como la puerta se abría lentamente.

Ma twngo miefo

Creo que esra enranfo

El pelinegro soltó una lágrima cuando una de las puertas fue abierta de forma estrepitosa y un disparo resonó en el lugar.

Seokjin se hizo pequeño en el lugar, mordió su labio inferior para evitar sollozar, sintiendo un horrible nudo en la garganta.

Sintió sus pantalones humedecerse, y como pudo, escribió lo más importante.

Ts amo mami, dilrs a todps que lps amo

Cuando el mensaje fue enviado, la puerta del cúbiculo se abrió de un fuerte azote, rompiendo el seguro de la puerta de inmediato. Seokjin miró a los ojos del hombre vestido de negro, con la mirada clavada en sus ojos. El hombre levantó el arma al mismo tiempo que Seokjin se hacía un ovillo y soltaba sus últimas lágrimas.

—Por favor, no lo hagas. P-por favor.

El disparo resonó entre las paredes del baño y Seokjin cayó de golpe al piso.


Namjoon se movió entre la gente fuera del club y se acercó a la policía. Habían muchísimas ambulancias y personas siendo atendidas fuera del club.

Cuando en el departamento se aburrió de ver series y optó por perder tiempo cambiando unos cuantos canales, jamás se imaginó ver un reportaje sobre un atentado en el antro al que asistía frecuentemente.

—¡¿Qué está pasando?! —Namjoon, alterado, se dirigió a un policía castaño —¡Mis amigos están ahí!

El oficial lo miró con las cejas caídas y le dijo el atentado que había ocurrido. Namjoon, corrió hacía el lugar donde estaban atendiendo a personas con heridas de bala.

Se acercó a una mujer en una ambulancia y con urgencia sacó su teléfono.

—Estoy buscando a Kim Seokjin —Le mostró una foto a la mujer, donde salían los cuatro sentados en un restaurante —Él es Jung Hoseok y él Min Yoongi. No los encuentro por favor ayúdeme.

La mujer comenzó a analizar las fotos en lo que Namjoon miraba a sus alrededores. Antes de que la mujer pudiera hablar, el castaño reconoció al chico que estaba con Yoongi la noche anterior: Taehyung. Estaba en una de las ambulancias, con los ojos rojos y húmedos mientras le vendaban su brazo derecho.

El castaño le quitó el celular a la mujer y corrió hacía el chico.

—¿Qué pasó Tae? ¿Dónde están todos?

Taehyung señaló a su lado derecho, donde a unas cuentas ambulancias de distancia el cabello de Yoongi resaltaba. El mayor sollozaba mientras tapaba su rostro y un paramédico terminaba de vendar su pierna derecha. Namjoon corrió hacia él, pero detuvo su paso cuando observó como los cuerpos de Seokjin y Hoseok estaban siendo metidos en bolsas negras.

Sus ojos se cristalizaron de inmediato, y con pasos lentos se dirigió a Yoongi, quien sollozaba tan fuerte viendo la imagen que parecía que gritaba.

Namjoon lo envolvió en sus brazos y Yoongi se aferró a él, reconociéndolo de inmediato.

—G-gracias al cielo que no viniste Nam.

A Namjoon se le estrujó el corazón al escuchar la voz destrozada de su mejor amigo.

—Ya no están sufriendo, Yoongi. No sienten dolor.

Yoongi asintió, tratando de borrar las horribles imágenes que estaban en su mente.

—De nosotros solo sobrevivimos Taehyung y yo, Namjoon.

El pelinegro soltó un poco a su mejor amigo y con la cabeza señaló las otras dos bolsas a poca distancia, donde Jungkook y Jimin estaban.

Namjoon vio como Taehyung estaba arrodillado frente a ellos, con paramédicos sobre él porque no dejaba de  sollozar y golpear el pavimento con todas sus fuerzas.

Yoongi volvió a cerrar los ojos y regresó a los brazos de Namjoon, quien también estaba sollozando con la respiración entrecortada.

—¿Por qué Nam? ¡¿Por qué?!

Sollozó el pelimenta en el hombro del menor, abrazándolo con tanta fuerza que sus brazos dolían.

Namjoon negó, quedándose sin aliento al recordar la cara pálida y sin vida de sus amigos.

5/5

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