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Teresa odiaba los lunes. Entre muchas cosas, significaba miradas lacivas de Arturo y la carga de tener que escuchar a Mariano hablar sobre como su relación estaba pendiente de un hilo. Por un momento, olvidó los chismes de Aurora y la manera en la que la misma era demasiado insistente con el tema del nuevo estudiante de intercambio.
ㅡ Tere, Tere. ㅡ Exclamó, irritado una vez más los oidos de la susodicha. ㅡ ¡Te lo dije!, deberías relajarte un poquitito.
ㅡ Hoy tengo un trabajo que entregar Aurora, ¿no tienes nada más que hacer?.
ㅡ Ush, hoy no amaneciste de humor por lo que veo.
ㅡ Aurora. ㅡ Suspiró con pesar Teresa, a veces se preguntaba que tan de ayuda sería conservar a su amiga para su plan malévolo de seducir a Arturo. ㅡ Tendré mi clase pronto, seguro tu también asi que puedes irte, que yo tengo que hacer unas cosas.
Aurora pareció dudar un momento de las palabras de su mejor amiga, pero al comprender la frustración en su mirada supuso que era mejor no abrir la boca conociendo el carácter tan explosivo de Teresa. Emprendió caminó tan pronto como escuchó sus palabras, alejándose de a poco del campo de visión de Teresa.
El cuerpo de Teresa dejó de tensarse, pasando a una postura un poco más tranquila. Observó con pesar las instalaciones de la universidad, recordando como memorizo cada pasillo, monumento y estructura de éste. Era una mujer materialista, lo admitía, quizás por ello estaba tan cómoda en este lugar.
Los tacones en sus pies resonaron, indicando que emprendía camino a una dirección opuesta de la que Aurora tomó, necesitaba sacar unas copias de su trabajo y la fotocopiadora estaba un poco lejos de su salón. Su mente divagó, pero realmente solo pudo pensar en todo ese trayecto que la idea de tener que levantar su falda nuevamente para exponer sus piernas, resultaba cansador, Arturo era un terco de primeras.
ㅡ Buenos días señorita, ¿en qué puedo ayudarle?. ㅡ Fué lo primero que escuchó al entrar a dicho sitio.
Procedió a sacar un folio de su bolso, entregándoselo a la mujer.
ㅡ Unas copias de todas estás hojas, por favor. Que sean en doble faz.
La señora de aspecto mayor asintió, yéndose con el material a la fotocopiadora al otro lado de la habitación. Teresa solo se dedicó a mostrar una sonrisa falsa a la recién nombrada, buscando que de alguna manera el tiempo pasase rápido.
Unos momentos bastaron para escuchar unos pasos por fuera, llamando su atención de inmediato, alguien parecía caminar con fuerza por los pasillos a lo que se preguntaba si de casualidad era Mariano, ya que era normal encontrarlo a esas horas.
Finalmente, el desconocido pareció pararse en la entrada de la fotocopiadora, a lo que Teresa pensó en darse vuelta para ver de quién se trataba, pero de repente, el desconocido decidió entrar abruptamente posicionándose a su lado.
ㅡ 廊下が混乱していて、この計画がわかりません。ㅡ Aquel desconocido manifestó en voz baja, Teresa no dudó en levantar una de sus cejas con sorpresa.
La mujer se quedó callada, mientras decifraba ese idioma que le sonaba de algo, sin embargo, no pasó desapercibido que la voz de ese chico era extrañamente atrayente en algún punto. Por el rabillo del ojo, pudo identificar su cabellera marrón y sus facciones finas, todos esos pequeños detalles la llevaron a pensar de inmediato que efectivamente, se trataba del estudiante de intercambio.
ㅡ Hola jóven, ¿en qué le puedo ayudar?. ㅡ Teresa logró salir de su ensoñación gracias a la voz de la mujer mayor, quién miraba con un atisbo de sorpresa al igual que ella al chico recién llegado.
ㅡ それはいい... ㅡ Nuevamente susurró bajó la mirada expectante de la encargada, quién iba a preguntar nuevamente al desconocido antes de que fuera interrumpida por él mismo. ㅡ Buenos días, estoy buscando el salón del Profesor Arturo De La Barrera.
La voz ahora sonaba más fuerte, pero manteniendo la suavidad que anteriormente se podía escuchar. La mente de Teresa se alarmó, sintiendo un nerviosismo extraño mezclado con unas ansias que hace mucho no era capaz de sentir. Por primera vez en mucho tiempo, dejó de prestar atención a su alrededor para concentrarse en algo sin importar las miradas.
ㅡ Creo que Teresita te puede ayudar. ㅡ La mujer cuarentona señalo con su dedo a la recién nombrada, qué se encontraba con la mirada un poco pérdida.
ㅡ Oh, está bien, muchas gracias.
El español de ese chico era ciertamente bueno, pero le costaba acentuar las consonantes por lo qué esa era una graciosa su forma de hablar por momentos. Teresa no tardó en recomponerse en su lugar después de procesar toda la situación, sabiendo que ahora debía de lidiar con éste desconocido.
Después de todo, le consolaba en parte saber que ambos estaban muy distraídos con su conversación para notar su pequeño error. Se giró con su gracia usual, tomando una postura elegante mientras sostenía su bolso con un poco de fuerza. Lo primero que fue capaz de observar fueron aquellos ojos oscuros, los cuáles observaban con atención su rostro.
ㅡ Hola, mi nombre es Teresa Chávez. ㅡ Una pequeña sonrisa se escapó de sus labios perfectamente pintados. ㅡ ¿Y el tuyo?.
Ahora era capaz de ver con más atención esas facciones, una piel llana y lisa, sin ningún tipo de rastros de barba o imperfecciones de cualquier tipo. Era algo tan poco normal de ver para ella, pero resultaba embellecedor a sus ojos ver a un hombre tan cuidado y pulcro.
ㅡ Light Yagami.
Ahora que él desconocido tenía un nombre para ella, esté procedió a hacer un reverencia como parte de su saludo, encantando en parte a Teresa en el proceso, curiosa por esta cultura y por el nuevo estudiante extranjero que parecía estudiar Leyes al igual que ella.
(...)
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