3. Es como caminar con un perro rabioso
Baji pensó que sería factible continuar con sus intentos de acercamiento al omega, después de clasificar su momento anterior como un éxito innegable. Draken le había sugerido que acompañara al omega a su casa, recalcando que solo si este así lo deseaba.
Y por supuesto, obedeció al consejo esta vez más confiado de su progreso.
Su entusiasmo le cegó al momento en que Chifuyu lo observó con una ligera mueca, para luego suspirar pesadamente.
--¿Me dejas acompañarte a casa?
--¿Sabes? Empiezo a pensar que me acosas. --El rubio cruzó sus brazos a la altura de su pecho y lo miró con una ceja alzada.
Baji soltó un jadeo escandalizado. Estaba por hacer un genuino reproche y dejar en claro de la manera más dura posible que él jamás se rebajaría a ser un vil acosador. Sin embargo, fue detenido por otro rubio que emergió del mismo salón.
--¡Chifuyu, ya vámonos! Invité a Hina a ir con nosotros a los bolos. Espero que no les moleste --comentó la nueva presencia con deje timido y sonrisa avergonzada.
El aludido volteó hacia él y su expresión se suavizó. Baji sintió celos y de pronto se sintió unicamente un pobre extra en la escena.
--Ah, Takemichi, lo siento se me cruzó otro compromiso... ¡pero, vayan ustedes! Prometo ir la próxima semana.
Keisuke sintió como todo su progreso decaía y se rompía en mis pedazos irreparables tras la declaración. ¿Otro compromiso? ¿Ya tenía a alguien más? ¿Todo su esfuerzo fue en vano?
Oh, sus amigos estarían tan decepcionados y... seguro no pararían de reirse en su cara.
--Trata bien a Hina o te mataré --concluyó el omega, despidiendose de su amigo que le dedicó un par de miradas inquisitivas al alfa desconocido antes de desaparecer entre el tumulto de estudiantes.
Baji estuvo por retirarse en silencio, con la intensión de ahorrarse la humillación de ser rechazado de forma definitiva en voz alta.
Sin embargo...
--Bueno, ¿nos vamos?
Tuvo que tomarse unos segundos para procesar la pregunta. Por un monento incluso creyó que había tenido una especie de alucinación auditiva, pero la mirada expectante del omega delataba cuanta realidad había.
--¿E-es en serio? ¡N-no quiero que creas que soy un acosador!
Chifuyu resopló en un intento de amortiguar una carcajada.
--Era una broma, tonto. Vámonos.
A Baji le brillaron los ojos con un entusiasmo insuperable y Chifuyu no pudo evitar sonreír con diversión ante la infantil reacción a una actividad tan trivial, pero que al parecer para el alfa era el más grande progreso de todos.
Caminar junto a el alfa Baji Keisuke rozandole los hombros era una experiencia... singular.
El chico era atractivo y mucho, pero todo su encanto recaía en su aroma. Era potente y fiero, capaz de seducir a cualquier omega si así lo quisiera: una mezcla de menta con un toque sutil de chocolate. Chifuyu sí que se deleitaba con la dulzura que emanaba sin darse cuenta, pero por supuesto no lo dejaría a denotar.
Sin embargo, no fue eso lo que hizo peculiar su experiencia, sino el hecho de que caminar junto a él era como tener un perro guardian.
Chufuyu no podía controlar las miradas coquetas que recibía en la calle. Cuando era necesario lanzaba un improperio al responsable, sino simplemente lo ignoraba. Oh, pero Baji sí que les prestó mucha atención, más de la necesaria incluso, llegando a gruñir a todo aquel que clasifique como pervertido o simplemente dando una mirada fulminante que los dejaba paralizados del miedo.
--Baji --llamó con la única intensión de distraerlo de su recién adquirido instinto asesino.
El aludido de inmediato se giró hacia él, reemplazando su dura expresión por una suave y sonriente. Chifuyu casi fue capaz de visualizarlo con un par de orejas y una cola que revoloteaba con alegría
--¿Si?
El omega sonrió ante el cambio abrupto de actitud, llegando a preguntarse cuando fue la última vez que atestiguó a un alfa dominante comportandose tan docilmente ante un omega dominante.
Era una verdad universal que ambas castas nunca se llevaron del todo bien debido a sus actitudes autoritarias que provocaban esa violenta fricción entre sí. Él incluso llegó a odiar a los alfas dominantes debido a las experiencias que ha ido recolectando con ellos.
Sin embargo, Baji claramente era diferente.
--Relájate. Es como si caminara con un perro rabioso.
--Pero, te están comiendo con la mirada --justificó con deje molesto.
A Chifuyu le incomodó el término usado porque sabía que practicamente era una realidad.
--Déjalos. De todas formas, la única forma de que lo logren es en su imaginación.
Baji no se permitió relajarse y a pesar de las objeciones siguió espantando a pervertidos con la mirada. Ya estaba reprimiendo sus ganas de estamparlos contra el pavimento y eso ya era mucho esfuerzo.
Después de unos minutos finalmente se permitió distenderse, al encontrarse con una calle casi desolada por completo y los pocos transeúntes que habían no les prestaban atención.
Baji volteó su cabeza para mirar a su acompañante que aún mantenía su vista al frente. Su arete brillaba con la luz del día, al igual que sus ojitos y sus largas pestañas se batían sobre estos con delicadeza.
Ah... era tan lindo cuando estaba distraído.
--Eres bonito --soltó sin pudor.
Chifuyu de pronto se tensó y apretó sus labios entre sí. Baji presenció como sus mejillas se teñían ligeramente con verguenza y como frunció el ceño cuando se dio cuenta. El omega no emitió respuesta, solo apartó la mirada y tarareó en voz baja.
Keisuke quedó aún más encantado, si era incluso posible a estas alturas.
Sin embargo, todo lo bueno acaba y ese momento llegó cuando Chifuyu mencionó que ya estaban cerca de su casa, desanimando a Baji y a la vez otorgandole ansias por repetir la actividad al siguiente día. Su mente empezó a maquitar escenarios futuros entre ambos de manera tan absorta que empezó a ignorar su entorno.
--Aquí es. Gracias por traerme --comentó el rubio deteniendose frente al otro.
--Oh, no es na... --Al salir de su ensoñación finalmente reparó en su ubicación y le tomó unos segundos comprender--. ¿Vives allí? --Señaló el edificio del frente.
--Sí, hace unas semanas me mudé --Chifuyu sonrió levemente.
--¡Yo también vivo ahí! --declaró con entusiasmo y agradeciendo a alguna deidad divina que lo estaba amparando en este intento de conquista.
Chifuyu alzó las cejas con desconcierto, teniendo una vaga idea de lo que se aproximaba ahora con esa revelación.
Perdón por las faltas ortográficas, actualmente estoy escribiendo solo en mi celular :( cuando pueda las corrijo, lo prometo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top